viernes, 30 de abril de 2010

Liberadas a los sesenta

Una conocida señora de la alta sociedad valenciana, excesiva en su forma de vestir, le decía en una ocasión a una amiga: “Mira, Mª Paz, si yo me vistiera igual de mona que tú, parecería la cocinera”. Quería decir que con su físico, o era excesiva o nadie se fijaría en ella. Y esa máxima la cumple a rajatabla, vamos, que tan pronto se pone un floripondio en la cabeza que se planta un pedrusco de brillantes de quitar el hipo. ¡Sin complejos!
Me acordé de esa anécdota la semana pasada, en una tertulia en Radio 9 con Agatha Ruiz de la Prada y Dolores Cortés. Agatha vino el jueves a Valencia invitada por Dimova, la asociación donde están Francis Montesinos, Presen Rodríguez, Miquel Suay, Juan Andrés Mompó, Javier Villajos o la propia Cortés.
Agatha habló de sus recuerdos de Valencia en los años ochenta, una ciudad muy creativa, llena de gente que se atrevía con todo y con mucho ambientazo. No lo dijo, pero dio a entender que Valencia hoy estaba más sosa y de aquella movida apenas quedaba Montesinos.
En un momento de la conversación, alguien preguntó si a los sesenta años se podía vestir con corazones y tocados de flores, y ella respondió que precisamente a esa edad era cuando había que vestir así, porque –dijo- la vida es una conquista de la libertad y a medida que cumples años eres más libre para hacer lo que te de la gana. ¡Toma ya! Vamos, que todavía tengo que esperar veinte años más para ponerme una maceta en la cabeza y perder el miedo al ridículo.
El exceso y la falta de contención siempre han sido algo muy de aquí, algo muy valenciano y a la vez criticado. Siempre se ha dicho que la buena educación consistía en no molestar ni llamar excesivamente la atención. Y en más de un ocasión se ha comparado a las valencianas, poco elegantes por vestir como árboles de navidad, frente a la distinción de las señoras del norte, que visten con abrigos oscuros, zapatos de salón y se maquillan con discreción.
Y mira tú por dónde llega alguien que dice precisamente lo contrario, que pasar desapercibida es un rollo y lo que hay que hacer es expresar tu creatividad, vamos, algo así como lo que hace la Duquesa de Alba o Lucía Dominguín, ¡ellas sí son únicas!
Cuando Agatha se fue de la radio, Dolores Cortés comentó que lo mejor de la diseñadora es que es muy accesible, no como otros, con menos talento pero que van de divinos y para hablar con ellos tienes que pedir audiencia, vamos, que se creen más importantes que la Alcaldesa de Valencia.
En su conferencia en el Corte Inglés, Agatha dijo que estaba muy orgullosa de la actividad de Dimova, la asociación crítica con la gestión de la Semana de la Moda. “Es una asociación que se está moviendo mucho y eso es necesario para el sector”.
Después de la conferencia, Agatha visitó la nueva tienda The Lab en Grabador Esteve; allí venden parte de su colección y también la de Elio Fiorucci, el italiano que fundó “love therapy”, una marca cuyo planteamiento es que en la vida, con energía y optimismo se pueden alcanzar todos los sueños, de ahí que sus colecciones sean brillantes, coloristas y con mucha dosis de fantasía y libertad. Normal que Agatha y Elio sean amigos y normal que su ropa esté en The Lab. ¡Dios los cría y ellos se juntan!
Más noticias de Dimova: Miquel Suay se ha traído a sus tiendas las colecciones de ceremonia de Aghata Ruiz de la Prada, Francis Montesinos y Javier Larrainzar.
Ah, y Luís Bodes acaba de abrir su nueva tienda Hannover en Hernán Cortés, 800 metros cuadrados decorados por el Mercader de Indias y con las colecciones más pijas y elegantes para los chicos ¡qué envidia! Según Luís Bodes, por ahora no habrá fiesta de inauguración, eso sí, todos los que se acerquen durante estas semanas serán invitados a champagne.

miércoles, 21 de abril de 2010

Así somos y así nos queremos

“Mecachis en la mar” otra vez lloviendo, este invierno está siendo como la crisis: largo, duro y muy cansino. Años atrás, cuando el dinero desbordaba nuestros bolsos o así nos lo hacían creer nuestras inagotables tarjetas de crédito, a estas alturas de mes ya estamos ahítas de fiestas.
La crisis se ha aliado con las nubes y la lluvia. Esto no hay quien lo aguante. La gente quiere salir, estrenar modelito aunque sea de Zara, tomar cuatro copas, cotillear y echar cuatro risas.
Lo bueno de esta crisis es que nos está enseñando que para hacer todo eso no hace falta gastar dinero a manos llenas. Antes, en aquellos años dorados de la Copa América, cada noche de fiesta costaba el PIB americano de un mes: grandes locales, famosos a tutiplén que cobraban un Potosí, coches fanfarrones arriba y abajo… Y claro, no podías plantarte allí con cualquier cosa, así que los Pradas y compañía se pusieron las botas a cargo de nuestros viejos campos de naranjas convertidos ahora en solares para bungalows.
En fin, todo eso pasó, y ahora, desde la perspectiva que da el tiempo, aquello se recuerda con un cierto tufillo a nuevo rico. Y ahora que hemos despertado de aquel sueño, tenemos ganas de divertirnos como siempre lo hemos hecho: con amigos en una ambiente agradable que se consigue poniendo más cariño que dinero.
El jueves, el hotel Dimar, el de Canovas de toda la vida, presentó su nuevo restaurante: ambiente chic y “fisno” pero sin extravagancias ni derroches innecesarios. Buen champán, buenos canapés, buena música y buena compañía. Todo eso organizado por el grupo de Peñasol, que son de Ribarroja del Turia, y que a partir de ahora van a gestionar el restaurante “La cuchara del marqués”, que así se llama el del hotel, que por cierto ha renovado sus habitaciones.
La cena fue una pasada, con delicatessen como foccacias de jamón ibérico, raviolis de gamba con setas, mini cheese-burgers, brochetas de presa ibérica o croquetas de cocido y boletus y un impresionante buffet de postres, con brownie de chocolate negro con crujiente de caramelo, fresas naturales cubiertas de dos chocolates, cupcakes de diversos colores, formas y sabores o sushi de arroz con leche de coco y fruta de la pasión…
Allí estuvieron, entre otros, Presen Rodríguez con toda su prole biológica y política, los diseñadores Francis Montesinos y Alejandro Sáez de la Torre, el empresario Alejandro Cerdá, el presentador de televisión Miguel Ángel Tobías o el torero Vicente Barrera... Los invitados fueron recibidos por las gerentes de Peñasol, Alicia e Irene Juan, y por Casín Trullenque y Juan Grau, propietarios del Hotel Dimar.
Al día siguiente, la gerente de Peñasol, Alicia Juan, tuvo el detalle de enviar un e-mail agradeciendo a los invitados que hubieran compartido con ellos una noche mágica. Un gesto que no cuesta un duro y que evidencia la talla de un buen anfitrión… eso no lo hacía Bertarelli, ni Prada ni sus fastuosas agencias de relaciones públicas traídas desde Madrid.
La misma tarde del jueves, se inauguraba en Conde Salvatierra la nueva tienda Yokana, esa donde tantas picoteábamos en los viajecitos a Madrid en el callejón de Jorge Juan. Margarita Escalada y Maite Cuñado la fundaron en 1986 con la intención de llevar al sector de la bisutería y los complementos todo el colorido y el encanto del mundo asiático, por el que sienten especial fascinación.
Aquí, en Valencia, dos emprendedores, Yousef Razzouq y Alex Razzouq, han traído la franquicia a Conde Salvatierra 35, una tienda decorada con sencillez y mucho gusto por Javier Andrés: llena de color y con vestiditos de estampados exóticos por menos de 30 euros, camisolas, faldas hippies, estampados de flores y plantas en materiales naturales como el lino, algodón y seda. ¡Perfectos para el verano!
Más inauguraciones. Y el mismo día. En la calle San Vicente esquina En Sanz ha abierto Cabotine, una tienda especializada en ropa de fiesta y ceremonia. La inauguración comenzó con un desfile en la propia tienda, un poco incómodo porque había que verlo de pie. Luego, los organizadores montaron una carpa de lo más mona en la calle y allí acudieron más de 200 invitados, entre ellos la diseñadora de la firma, Gema Nicolás, la modelo Maria José Suárez junto a Elisabeth Reyes, Verónica Hidalgo, Begoña de Sobrecueva, Charo Oliver, Amparo Mortes de Lacomba, Montse Climent, Gemma y Teresa Calatayud, Celia Cervera, Simeón Palomares y esposa, Carmen Descals, Ana Rita García, Paco Jorro, Vicente Montañana, Paco Nadal y esposa, Carol Ros, Carles Castillo, Silvia Peña, Isabel y Eugenia Rodríguez, Marta Romero.

jueves, 15 de abril de 2010

¡Chicas, poneos monas que tenemos plan!

Cual quinceañera a la espera de la llamada prometida del chico guapo de la clase, así estábamos más de una esperando ese mail, esa invitación a una fiesta, a un coctail, a un evento, a cualquier cosa que nos sirviese de excuasa para ponernos monísimas de la muerte y hacer algo de sociedad… Esta semana, por fín, tenemos plan .
Pasaban las semanas y ni una sola invitación, ni un email ni una llamada de teléfono. Parecía que no iba a llegar nunca, pero sí, ¡por fin está aquí! ¡Una invitación para un cóctel y con dresscode incluido!… Uff, ya ni me acordaba de lo emocionante que era buscar modelito para ir a una fiesta.
El cóctel será este jueves, en el Hotel Dimar, en la Gran Vía Marqués del Turia. Resulta que el Hotel de la familia Trullenque ha renovado su imagen, se ha rejuvenecido con un aire chic y cool y hasta el restaurante tiene nuevo nombre: La Cuchara del Marqués. Total, que para celebrarlo, invitan a un cóctel por todo lo alto: photocall en la planta baja con barra de champagne Mumm. Buen comienzo. Después, cita en el restaurante para probar el catering y barra de mojitos y de ron Habana Club. Y para finalizar, buffet de postres y cóctel en las suites de la octava planta cortesía de Absolut. ¡Qué peligro, tras meses de abstinencia!
A ver si este cóctel abre la temporada primavera verano y Valencia se anima, porque últimamente sólo escuchabas eso de que “está todo muy parado”, ¡qué pesadez!
La cita del Hotel Dimar no es la única de la semana. El mismo jueves se inaugura una exposición de moda valenciana en el Corte Inglés de la Avenida de Francia, con diseños de Carlos Haro, Dolores Cortés, Francis Montesinos, Hannibal Laguna, Higinio Mateu, Javier Villanos, Juan Andrés Mompó, Martín Pérez Ripoll, Miquel Suay, Paco Roca, Pepe Botella y Presen Rodríguez. Vamos, lo mejorcito de la moda valenciana.
El mismo día y a la misma hora que el cóctel y la exposición -¡parece que se pongan de acuerdo!- se inaugura una nueva tienda de ropa de bodas, banquetes y comuniones en la zona de tiendas de bodas, banquetes y comuniones (calle En Sanz esquina con San Vicente). La tienda se llama Cabotine y la ropa está diseñada por Gema Nicolás, una murciana que ha convertido un pequeño taller familiar en un negocio que va viento en popa. Las colecciones, muy de ceremonia: drapeados, bordados en canutillo y mucho satén.
Que tengas varios eventos un mismo día tiene sus ventajas: ahorras en peluquería y en modelito. Y hablando de modelitos, la interiorista Verónica Montijano, junto con el arquitecto Pascual Martínez y José Luís Vilanova, acaba de abrir su nueva tienda VM THE SHOP, en la Calle Sorní 20 (donde antes estaba Siete Mares). Es un nuevo concepto de tienda multimarca porque puedes comprar ropa y objetos de decoración. Verónica ya había experimentado por este camino al vender en su estudio de interiorismo las colecciones de Manolo Blahnik, Diane Von Fustemberg, Azzaro y Bobby Brown, una idea que funciona muy bien en otras ciudades europeas.
La tienda VM tiene la exclusiva en Valencia de Etro, la firma famosa por sus estampados y caftanes. Además, ha traído una selección de vestidos de Leonard, Fabiana Filippi -prendas sencillas y estilosas con tejidos de lino, seda, algodón, cashmere-, Roberto Collina y Soho de Luxe. De sport, las camisetas básicas Splendid y los vaqueros Paige, que sientan fenomenal. La idea de Verónica también es apostar por el diseño valenciano. La primera colaboración será con Marta de Diego, que lanzó hace poco una colección ready to wear.
De los complementos, lo mejor son los zapatos joya: las sandalias de René Caovilla, confeccionadas por unos artesanos venecianos, son impresionantes, y además Verónica las expone dentro de una urna para dejar claro que son de mirar y no tocar. Y los zapatos de Emma Hope también son ideales, y hay bailarinas y sneakers de terciopelo de seda para todos los días.
Más complementos: los bolsos de Lulu Guiness –el más conocido es la cartera con forma de labios- y Anteprima, unos bolsos y carteras japoneses con diseño y fabricación italiana tricotados con hilos de plástico en todos los colores. Y para rematar el look, unos guantes Sermoneta en ante y piel en colores vivos.
En decoración, Verónica ha seleccionado objetos de regalo de Fornasetti, papeles perfumados para forrar los armarios, una botella de aceite de oliva de Chateau D’Estoublon con el envase que parece un frasco de Chanel, tapicerías de Etro, mantas y piezas emblemáticas del diseño firmadas por Fabio Novembre, Bruno Rainaldi, Jean Marie Massaud, Marcel Breuer.

jueves, 8 de abril de 2010

Menos modelitos y más “rollo”

Adiós a la ropa cara, despediros de las marcas de lujo, regalad vuestro fondo de armario… Ha llegado la revolución, lo suyo ahora son los vaqueros de toda la vida, de 50 eurines, y las camisetas con mucho “rollo” de a veinte euros la pieza.
La moda es injusta, muy, muy injusta. Te pasas meses eligiendo en las revistas los modelitos para esta temporada; sacrificas media paga extra en un vestido ideal de la muerte y cuando ya lo tienes perfectamente conjuntado con unos zapatos y un abriguito monísimo, llega una amiga de Milán y te cuenta que el vestido y abriguito se ha quedado super antiguo y que lo más de lo más es llevar camiseta, vaqueros y Converse hasta para salir de fiesta. ¿Es o no es injusto?
Ya me veía rebuscando en el armario de mi hija en busca de camisetas estilosas –con mucho rollo, dicen ahora-, cuando me llama Begoña Buqué para contarme que su amiga Angeles Casanova inaugura una nueva tienda especializada en ropa juvenil, vamos, vaqueros y camisetas. Begoña, que de moda sabe un rato después de años en Siete Mares, ha estado asesorando a Angeles en el proyecto.
La tienda se abrió el martes y no ha dejado de estar llena ni un solo día. Se llama TheLab –el laboratorio- y es un espacio de moda, calzado, arte, complementos, curiosidades, mezcladas de una manera muy especial, dando importancia al diseño, el colorido y, sobre todo, el precio. Según Angeles Casanova, TheLab es una alternativa para que no tengas que ir siempre a Zara, Maximo Duttti o H&M.
El punto fuerte de la tienda son las camisetas y los vaqueros. Camisetas como las de Love Therapy, diseñadas por Elio Fiorucci. Las que nacimos en los sesenta todavía recordamos la ropa de Fiorucci, que causaba furor.
TheLab también tiene camisetas personalizadas y exclusivas diseñadas en Valencia, y además la oferta se renovará cada quince días. Ahora venden las de Backseries Back, la galería de arte de Javier Lluch; dentro de un mes, traerán las de Juan Martínez, el autor del logotipo de la tienda, una chulada de logo que cambia de color según las estaciones del año y las colecciones.
En vaqueros, han traído la colección de Blue Note, unos jeans japoneses –y baratos- con un modelo alto de cintura, pitillo, perfecto para las mujeres hartas de los de cintura baja. Y los de Agatha Ruiz de la Prada, coloristas y alegres y, además, fabricados en Valencia. Los jeans de Agatha sientan muy bien porque tienen un patrón que se llama push up, que suben el trasero. En un vaquero lo más importante es el culo. “Cuando una mujer se prueba un vaquero –cuenta Begoña- no miramos delante, sólo el culo”.
Más sorpresas: la cajazapateria, una caja gigante con las colecciones de de zapatos de See by Chloé, Sam Edelman (sandalias planas con tiras y piedras inglesas super moda, Kate Moss ha salido en varias ocasiones con ellas) Scholl, la Coleccion Prive de Superga.
TheLab también ha traído parte de la coleccion de Sinequanone, con unos vestidos de parecidos a los de Etro o Diane Von Fustenberg, pero a 60 o 70 euros.
El concepto de tienda es muy moderno, y no sólo por la fachada cubista retroiluminada con halógenos. Una de las paredes del interior se renovará cada mes con dibujos de grafiteros y la trastienda será un espacio para presentaciones de libros, exposiciones, tardes de cocina con Begoña Lluch… “Queremos traer la lencería de Agent Provocateur, vender juguetitos elegantes para mujeres, al estilo del privee que ha motado Sonia Rykiel en su tienda de París”, cuenta Begoña Buqué.
El piso de arriba todavía guarda una sorpresa más: el laboratorio, un espacio con lavadora, secadora, máquina de láser, lejía para personalizar la ropa: camisetas o jeans. “TheLab es un laboratorio donde se podrán customizar prendas en directo, ¡un pequeño atelier de jeans!”, dice Angela.
Esta semana también llega a Valencia la nueva colección de camisetas que Moisés de la Renta, hijísimo de Oscar de la Renta, ha diseñado para Mango. La colección está formada por 8 camisetas adornadas con joyas, piedras, tules y con gráficos de símbolos heráldicos que combinan efectos de transparencias y patchwork. No es por ser mala, pero me recuerdan un poco a las de Lanvin.
TheLab está en Grabador Esteve 22!!!