miércoles, 26 de mayo de 2010

¡Toma brote verde, Salgado!

Vaya pedazo de brote verde le ha plantado Luis Bodes a Elena Salgado en la calle Hernán Cortes. Más que un brote, es un enorme ficus como los del Parterre… Me refiero a los 800 metros cuadros de tienda, con ropa de las marcas más hiper-mega-güays del mundo mundial. La tienda de ropa de hombre más grande de Valencia y una de las mayores de Europa. ¡toma brote, Elena!

El interior de la nueva Hannover es obra de Carlos Serra –El Mercader de Indias-. Serra ha diseñado un espacio limpio pero cálido y acogedor, nada que ver con el minimalismo de hace unos años. Gracias a Dios, el minimalismo ha pasado a mejor vida, uff, no quiero ni acordarme de aquellos espacios pesadísimos, sin más color que el blanco o negro, ¡qué depresión!

La ropa de Hannover es pijita a más no poder: parkas estilosas, suéteres de cashmere; trajes de corte impecable y paño italiano; zapatos ingleses, mocasines italianos... Vamos, el típico look de niño bien de toda la vida con algún toque de rebeldía, pero controlado y arriesgando lo justo.

La tienda, como no podía ser de otra forma, sigue ese mismo criterio: materiales nobles como el nogal, la piedra natural y el azul corporativo de Hannover. Muy gentleman.

En la planta baja están las colecciones de sport de las diferentes firmas. Parkas de Moncler, jeans de Jacob Cohën (caros no, carísimos), total looks de Etro, Hackett, Fay, Brooksfield, Ralph Lauren, Façonnable… y los espacios para el calzado de Tod’s y Hogan.

El primer piso, al que se accede por una escalera traslúcida, está dedicado a la sastrería a medida y trajes de gala como esmoquin y chaqués, además de una selección de trajes confeccionados de firmas de prestigio italianas e inglesas: Canali, Brioni, Hackett…

La misma planta dedica una zona a dos de las firmas más exclusivas: Brunello Cucinelli y Loro Piana (el cashmere es tan suave que dan ganas de robarlo del armario masculino); además de calzado formal de Crockett & Jones, Alden (el mejor fabricante de zapatos de anca de potro) y Allen Edmond’s.

Bodes tiene una lista de clientes tan enorme que ha preferido evitar el cóctel de inauguración y, en su lugar, les ha invitado a una visita personalizada el día y a la hora que quieran. A Jose Tamarit le pasó algo parecido antes de abrir Chapeau hombre, tendría que haber invitado a media Valencia y aún así, más de uno se habría enfadado por no ser invitado. Prescindir del cóctel tiene otra ventaja: te ahorras el riesgo de que una copa de vino se derrame sobre uno de los trajes de Tom Ford o Tom Browne que tiene Chapeau, ¡uff, qué desastre, yo mato al invitado!

Los brotes verdes no sólo han llegado a Hernán Cortés. Los chicos de CuldeSac han instalado algo parecido a un jardín en la fachada de la Galería Jorge Juan. La verdad es que son ingeniosos. Han llenado la galería de flores que brotan de forma simbólica entre las juntas de las baldosas y en las bolsas de la compra, anunciando el inicio de la estación. ¡Si no fuera porque estamos casi en verano, la idea sería perfecta! Para reforzar la sensación de jardín, cada entrada a las Galerías se ha impregnado con tres fragancias florales.

Más brotes. La semana que viene, Oscar de la Renta ha organizado una venta privada en la galería Paz y Comedias. Durante tres días, podremos comprar –o cotillear- las colecciones de verano, resort y un anticipo del invierno, del diseñador preferido de las damas de la alta sociedad norteamericana. En el showroom habrá, además, zapatos, bolsos, complementos… ¡uff, cuánto tiene que mejorar la economía!

En el Gremio de Sastres y Modistas también andan plantando semillas por doquier. Dentro de unos años, la etapa de Valentín Herráiz será recordada como una de las más fructíferas, así como por el Premio Aguja Brillante. Valentín ha creado el Premio para elevar la moda a la categoría de arte y ha encargado al escultor Jaume Espí que lo materialice en una escultura. El resultado es la pieza que fue presentada a los medios esta semana y que se va a convertir en objeto de deseo para más de uno. Dice Espí que “piedra agujereada, patronizada, cosida, bordada, probada, a medida es, al fin y al cabo, lo mismo que esculpir un vestido”. Qué arte.

sábado, 22 de mayo de 2010

Quien canta, su mal espanta

Si yo fuera un líder sindical, en vez de manifestaciones con megáfonos y pancartas, convocaría fiestas con música y cócteles. Las invitadas, es decir las compañeras, irían hiper-mega-monas con trajes de noche, y los compañeros con americana y sin corbata, que tampoco hay que pasarse. Cierto es que en teoría la situación no está para juergas, pero la verdad es que las pocas fiestas que se organizan se llenan hasta la bandera. Allí la gente habla tanto o más de sus problemas laborales que una de esas aburridas manifestaciones; y no es lo mismo quejarte de la rebaja de tu sueldo vestida con chandal que hacerlo acto seguido de haber cotilleado el modelito que lleva tu compañera de oficina. Y como al final, lo único que cuenta en esas manifestaciones es el número de asistentes, pues ¿qué más da?..., con mi idea seguro que se superaban los pírricos datos del último uno de mayo.

El caso es que por mal que estén las cosas, fiesta que se monta, fiesta que se llena hasta la bandera. El viernes por la noche se inauguró Café Capuccino, en la Plaza de la Reina. Super fiestón de lo más divertido, y entre los asistentes más de un antiguo ejecutivo que ahora engrosa las listas del paro. Desesperados, sí; cabreados, también, pero con ganas de desinhibirse un rato y pasarlo bien.

El café es una monada, está en la Plaza de la Reina esquina calle la Paz y ha sido decorado por Michael Smith, el mismo que elegió Obama para redecorar la White House. Hubo sushi, champagne a tutiplén, música en directo y más de 300 invitados de la política, la sociedad, el deporte..

La noche anterior, el jueves, otra fiesta, la que organizó la revista Tendencias en la que se entregaron 20 premios a la moda y el diseño valencianos, otro exitazo con más de cuatrocientos invitados vestidos con sus mejores galas. Angel Villanueva, presidente de la Asociación de Impositores de Cajas de Ahorros de la Comunidad Valenciana, que era uno de los patrocinadores, dijo que una de las formas de hacer frente a esta endemoniada crisis es apoyar a la pequeña y mediana empresa, y que eso pasa por hacer reconocimientos públicos a quienes crean valor añadido con el diseño, la moda y el buen hacer artesanal e industrial. Visto desde ese punto de vista, la fiesta del jueves contribuyó más a remontar el vuelo, que las manifestaciones del uno de mayo.

Vicente Gracia, uno de los premiados, también dijo que lo fundamental para crear una empresa que funcione es tener fe en uno mismo y en su proyecto. Se lo dijo a los jóvenes diseñadores y creadores a quienes animó a desprenderse de absurdos complejos para lograr el éxito.

Además del joyero Gracia, recibieron premio empresas de éxito como Culdesac, Pedro García (¡qué pasada de zapatos!) y la línea Deliplus de Tono Sanmartín para Mercadona, además de talentos incuestionables como el de Juan Andrés Mompó y Juan Vidal (premio a la trayectoria de moda y mejor diseñador), Valentín Herráiz (premio al diseñador de novia) y Hortensia Maeso (al diseño infantil). El premio a la trayectoria periodística fue para Mara Calabuig. Otros premiados fueron Armando Martínez, el Herbolario J. Navarro y a Loewe, que recogió Alejandra de Borbón, igual de mona que su mamá, Marisa de Borbón. Los Premios al Diseño fueron, además, para Marisa Gallén, Ramón Esteve, Vicente Navarro y Progetti.

En el capítulo de los modelitos –más frívolo pero no por ello menos interesante- el nivel fue alto. Anfitriones e invitados sacaron su mejor fondo de armario. La directora de la revista, Ángela Pla, llevó un vestido rosa de corte sesentero de Amparo Chordá que le favorecía un montón, y eso que está preñadísima. Para contrastar, el de Maite Sebastiá, de Juan Vidal, era ochentero, negro y muy mini, un look nada inocente que Tono Sanmartín se ocupó de acentuar maquillándola con unos ojos fumè… por un momento me recordó a la directora de Vogue París. Más. La estilista María Cosín y Mairen Beneyto coincidieron al elegir diseños de Marta de Diego, a cual de los dos más elegantes.

Entre las invitadas, triunfó el vestido cóctel con abriguito de seda. Así iba Alicia de Miguel –de Paul Smith para Patos-, Cayetana Moret y Laura y Blanca Fitera, fieles a Prada y Miu Miu.

miércoles, 12 de mayo de 2010

El glamour valenciano también existe

Vaya semanita glamurosa nos han dado los caballos, mejor dicho sus jinetes y acompañantes, en el Global Champions Tour, con Carlota Casiraghi –¡¡qué mona es esa chica!!- Marta Ortega, la hija de Amancio –¡¡que rica es esa chica!!- Athina Onassis -¡¡qué riquísima es esa chia!!- Cayetano Martínez de Irujo -¡¡qué sangre tiene ese chico!!- José Bono junior -¡¡qué ático tiene ese chico en Madrid!!-
También estuvo por aquí el jeque Ahmed Bin Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, ¡¡toma nombrecito que se gasta el chico!!, el soberano de Dubai que reservó más de veinte habitaciones en el Westin y que este año recibe Oxer Award que el año pasado le dieron a la infanta Pilar de Borbón.
El premio se entregó anoche en un cenorrio de gala en L’Hemisferic y allí fueron todos famosos, ricos, aristócratas y también deportista más mundanos que simplemente montan a caballo como otros juegan al hockey.
Una cena en la que la sociedad valenciana pintó poco o nada porque allí hubo mucho rico y aristócrata europeo y árabe, pero poca gent de la terra…
En fin, ellos se lo pierden, con el modelito tan mono que me había comprado yo en Chapeau por si acaso se le ocurría invitarme. Pues nada, que se chinchen y enrabien que yo mi modelito lo estrenaré el jueves que viene en otra fiesta, la que ha organizado la revista Tendencias en el Ivam para entregar los primeros Premios Tendencias a la Moda y el Diseño.
Una gala que ha patrocinado la Asociación de Impositores de Cajas de Ahorro de la Comunidad Valenciana, presidida por Ángel Villanueva, que no monta a caballo ni falta que le hace.
Las chicas de la revista Tendencias VLC, que edita Ángela Pla y dirige Maite Sebastiá, han montado un sarao digno de los años de grandeza y glamour que vivíamos antes de que esta puñetera crisis nos empujase del guindo al precipicio: la cena estará servida por La Sucursal –tres platos y postre-, la decoración floral de Carolina Cort, el champagne MUM y el presentador de la gala, Maxim Huerta.
La gala es benéfica, los beneficios que se recauden irán a la fundación Aspadis, fundada por el Padre Vicente Aparicio, un sacerdote valenciano que ha dedicado su vida a los más necesitados.
Maite Sebastiá cuenta que en la gala estará representado el mundo de la moda, el diseño, el arte, la cultura y la sociedad valenciana: “Hay que venir de gala, pero no hay un dress code riguroso. No queríamos vestidos largos y esmoquins, más bien tipo cóctel aunque sea cena. Lo más importante es que es una gala benéfica, y que es la primera vez que se otorgan unos premios de moda y diseño en Valencia”.
Además, durante la gala, se sorteará un bolso de Loewe y una noche para dos personas en Sha Wellness Clinic, el spa de lujo de Alejandro Bataller. Por si fuera poco, Bulgari colabora con un detalle para todos los asistentes, ¡ojala fuera uno de sus relojes Diágono, por pedir que no quede!
La diputada Alicia de Miguel -¡¡qué estilazo tiene siempre esta chica!!- será la presidenta del jurado, ayudada por el periodista de moda, Vicente Gallart, la directora del IVAM, Consuelo Císcar, el diseñador Ángel Schlesser, el fotógrafo Rafael Gallart, el diseñador de El Caballo, Nicolás Vaudelet, la princesa Beatrice d’Orléans, los periodistas Josevi Plaza y Josep Lozano, el interiorista Pascua Ortega, el arquitecto Salvador Pérez Arroyo, el promotor Ignacio Jiménez de Laiglesia y la directora de Canal 9, Lola Johnson, entre otros.
Ya han confirmado asistencia todos los miembros del jurado, así como la relaciones públicas de Loewe Alejandra de Borbón y la de Pedro de Hierro, María Leon (qué monas y qué pijitas las dos…)
Después de la cena, copas y música del DJ Vicente Gallart. Será el momento de aparcar los tacones y sacar unas bailarinas de Lanvin del bolso. O eso, o probar uno de los cómodos zapatos de Stonefly, que acaba de inaugurar en Valencia su segunda tienda en España, en Conde Salvatierra 18. (Por cierto, rectifico: la tienda TheLab está en Grabador Esteve, no en Conde Salvatierra, ¡qué lapsus!).

jueves, 6 de mayo de 2010

El lujo vuelve a casa

Las firmas del lujo están empezando a pasar de las clases medias. Más que nada porque no les compramos ni un llavero. La famosa democratización del lujo fue un espejismo, y ahora, los que apenas llegamos a fin de mes, ya no les interesamos lo más mínimo. El mercado es así de cruel. Loewe, Hermès, Vuitton, Bulgari han dejado de masificarse y ahora se esfuerzan en mimar y cuidar a su grupito de clientes vip, a esos que nunca les fallan.
Por ejemplo, Loewe invitó esta semana a sus mejores clientas a un desfile en petit comité en su flamante tienda de Poeta Querol. Nada que ver con aquellos desfiles multitudinarios que organizaba en la Ciudad de las Artes y las Ciencias con más de mil invitados. Lo de ahora es mucho más selecto y recuerda a viejos tiempos, cuando sólo la alta sociedad tenía acceso a los salones de la alta costura.
En el desfile de Loewe estuvo la valenciana Mayte de la Iglesia, bloguera famosa y modelo de porte elegante, perfecta para la colección de invierno de Loewe, sofisticada, francesa, lujosa y muy cara. Por cierto, el mismo día del desfile, Porsche invitó a los clientes vip de Loewe a probar sus nuevos deportivos: dos Carrera y el nuevo modelo Cayenne. Me cuenta Mª José Martí, alter ego de la diseñadora Marta de Diego, que se lo pasó pipa conduciendo uno de los deportivos, “yo es que soy de Porche, a mí que no me den un Ferrari”.
Según Alejandro Bataller, que tiene un spa para megaricos en Alfaz del Pi, el Sha Wellness, las firmas de lujo se están alejando de la masificación y vuelven a la exclusividad: “El lujo ya no está tan bien visto y hay clientes que piden una bolsa sin marca para no hacer ostentación”.
Esa misma tendencia a cuidar a los clientes vip ha llevado a Luís Bodes a crear un acceso directo desde el parking a su nueva tienda Hannover -¡me encanta cómo ha quedado!-, así puedes entrar sin que nadie te vea y llevarte media tienda sin tener que salir con las bolsas. Discreción, comodidad, cuidado de los detalles, exclusividad y mimo, esas son las nuevas claves del lujo.
La crisis está afectando especialmente a las multinacionales del lujo. Eso explica que Mª Angeles Miguel haya abandonado Hermès Valencia, la tienda que ha dirigido desde que abrió. Una pena, pocas mujeres como ella conocen tan bien la firma y tienen tanta experiencia en comercios de lujo. Lo que pasa es que a las grandes empresas no les importan las personas, me dice la dueña de otra tienda de lujo, y además Hermès es una tienda complicada, porque ¿cuántos bolsos de 3.000 euros puede tener una clienta en Valencia? –Uno, dos como mucho. Vamos, que aquí no hay más ricos que los que hay y ya se sabe que los ricos compran también en París, Londres y NY.
A pesar de la crisis, o quizá gracias a ella, los comerciantes no paran de moverse: ahí está la Asociación Dos Aguas Luxury Shopping que preside Isabel Cosme, que ha organizado un curso sobre comercios de lujo en la Escuela de Negocios Lluís Vives. O el Gremio de Sastres y Modistas, con Valentín Herráiz al frente, que ha montado unas conferencias sobre moda en el Centro de Artesanía. El jueves fue la primera conferencia. La periodista Amparo Trinidad hizo un recorrido por la historia del Gremio y contó anécdotas curiosas, como que en Valencia, a finales del XVI, era difícil distinguir a los de clase alta o baja porque, la que más y la que menos, tenía un par de vestidos de seda. ¡Nos pierden las apariencias!
Por cierto, la semana que viene hay otro ciclo de conferencias muy interesante sobre la relación entre arquitectura y moda. Será el 14 y el 15 de mayo en el centro de Valencia de la Universidad Europea de Madrid. Me cuenta Charo Cervera, una de las organizadoras, que la idea es ver cómo se relacionan los arquitectos de marca y las marcas de lujo, por eso han invitado a arquitectos estrella como José María Tomás y a los diseñadores Tonuca y Valentín Herráiz. No hay más que ver la colaboración entre los arquitectos más famosos del mundo con las tiendas de Prada o Vuitton en París, Tokio o NY. O cómo las tiendas de lujo pueden darle atractivo a una calle como Poeta Querol.