jueves, 29 de julio de 2010

Bikinis valencianos en Miami Beach

Dolores Cortés hace tiempo que quería vender sus bikinis a las norteamericanas, pero el problema es que allí no conocían la firma. Le recomendaron desfilar en Miami Fashion Week Swim, una de las mejores pasarelas de moda de baño. Envío su extenso curriculum, la aceptaron y allá que se fue, con sus pareos y sus triquinis hechos en Villarreal, a la conquista de América.

Lo primero que descubrió Dolores es que las pasarelas americanas no están subvencionadas como las de aquí. Si quieres desfilar, tienes que pagarlo todo: modelos, un mini canon de pasarela, peluquería y maquillaje, equipo de relaciones públicas… A cambio, rentabilizas la inversión. Los invitados a los desfiles no son estudiantes, políticos o familiares del diseñador, sino compradores, distribuidores, grandes almacenes y prensa especializada. El desfile es comercial; el objetivo es vender, no que te aclamen como artista revelación.

Miami Beach es como la Costa Azul de años veinte, tiene un distrito Art Decó con hoteles y restaurantes donde salen de copas Paulina Rubio, Alejandro Sanz, los Iglesias… en fin, todos los que prefieren pagar impuestos del 6 por ciento, en lugar del 48 que tributarían en España, ¡qué cara más dura!. De hecho, a la isla donde viven la llaman “la isla de los ricos y famosos”.

Allí, en la zona más pija de Miami, cerca de la casa donde vivía Versace, está el hotel Raleigh, un hotel mítico de los años 20, uno de los más representativos del art decó. En ese hotel, en la misma piscina donde Karl Lagardfeld presentó hace años su colección de Chanel, presentó su colección de baño Dolores Cortés, ¡no me digan que no es glamour del bueno!

Hasta un día antes del desfile, Dolores no supo si podría enseñar sus biquinis, porque toda la ropa estaba retenida en aduanas. Gracias a que encontró un alma caritativa a la que sobornó con una invitación para el desfile, y justo unas horas antes llegaban las cajas al The Raleigh. El segundo obstáculo fue la lluvia. Hasta tres días antes estuvo lloviendo sin parar, pero de repente, el día del desfile amaneció con sol. “Eso es por que era la Virgen del Carmen”, dice Dolores.

El primer paso ya está dado. Ahora hay que ver cómo funciona, si a las norteamericanas les gustan los diseños y están dispuestas a pagar por ellos un 40% más de lo que pagamos las valencianas, porque entre las tasas y el transporte, un biquini te cuesta casi el doble de lo que cuesta aquí.

Por cierto, me cuenta Dolores que la diferencia entre las norteamericanas y las españolas es que ellas se llevan su bikini coordinado con un pareo o un vestidito, mientras que nosotras compramos un vestido en un chino por tres euros y todavía nos parece caro. Uff, qué susto ¿es posible que las norteamericanas sean más glamourosas y cuiden más su aspecto?

Yo no sé si nos cuidaremos más que las americanas, pero desde luego cada vez tenemos menos excusas para no hacerlo. Los gimnasios han dejado de ser aquellas salas para musculitos donde sólo se habla de proteinas. Hace unas semanas abrió en Valencia lo más de lo más en gimnasios pijos. Se llama Now You, está en Conde Salvatierra y no tiene nada que ver con el gimnasio de siempre: no huele sudor, la sala de máquinas está decorada con un puff tapizado en fresa y en lugar de halógenos, del techo cuelga una lámpara de araña negra de lo más coqueta. Ningún póster de campeones de culturismo; en su lugar, imágenes clásicas de deportistas. Además, en una misma hora, sólo pueden entrenar cuatro personas con sesiones preparadas por Ivan Chulvi, el entrenador personal. Hasta las toallas son una monada, rosa para ellas, gris para ellos.

A estas alturas del verano, la que más la que menos ya se ha olvidado del gimnasio y la operación bikiqui. Vamos, que ya es tarde para poner el culete en su sitio, aunque todavía estamos a tiempo de salvarnos de las arrugas. Mi doctora Ursula Sopena me advirtió el otro día muy seria “o te pones protección 50 en la cara o te saldrán arrugas” Y añadió: el sol provoca elastosis, rompe las fibras de colágeno y el es principal causante del envejecimiento”. ¡Uff, qué horror, antes blanca que con elastosis!

viernes, 23 de julio de 2010

¡Ni para las rebajas!

A estas alturas del mes, da igual que los descuentos lleguen al 70 por ciento, que hagan un dos por uno o que cada vez que compres te regalen un loro que dice guapa. Nuestros maltrechos bolsillos no están para ningún dispendio. Fíjate que esta semana el diseñador Miguel Palacio organizó una venta especial en el Hotel Palau de la Mar, el hotelito pijo de Alicia Koplowitz, y más de una señora miraba la etiqueta y la volvía a mirar y al final le decía a la dependienta eso tan socorrido de “voy a pensarlo y luego me paso”, para nunca más volver, claro.
La ropa de Miguel Palacio tenía descuentos del 50 al 70 por ciento, pero aún así los vestidos de cóctel no bajan de 300 eurines, vamos, un dineral. Eso sí, los vestidos eran ideales. Palacio viste al pijerío madrileño en bodas, banquetes y comuniones, y lo que mejor hace es la fiesta y el cóctel, ¡hasta Carolina de Mónaco ha llevado uno de sus modelitos! Además, la última colección fue super premiada en la Pasarela Cibeles. Lástima que la venta no fuese el 2 de julio, cuando todavía quedaba algo de la paga extra…
Las tiendas de lujo no venden ni en rebajas, pero las de todo a 1 euro van viento en popa. Últimamente, en casi todas las calles pijas hay una tienda de zapatos a 3, 6 y 9 euros. Y encima abren junto a joyerías y tiendas de lujo, para mayor recochineo. Hay una en Cerdán de Tallada, entre Roche Bobois y la joyería Armando Martínez, que siempre está llena. ¿Cómo diantres pagarán el alquiler vendiendo stocks de zapatos chinos? ¿Cuántos pares de zapatos de a 3 euros hay que vender? No sé como lo harán, pero les va tan bien que a este ritmo, veremos una tienda de todo a cien en Poeta Querol o, lo que es peor, un mercadillo en la Plaza del Patriarca, ¡ay, hija, quién nos ha visto y quien nos ve!
A más de una nos viene fenomenal que abran estas tiendas, todo hay que decirlo. El miércoles pasado, sin ir más lejos, la firma de ropa Venca, el H&M de la venta por catálogo, vino a Valencia para presentar -en exclusiva, ¡eh!- su colección otoño-invierno. Y fíjate que para enseñar su ropa escogió precisamente el mismo lugar que eligió Loewe para su venta especial del pasado invierno, la galería Paz y Comedias. ¡Uff, qué fuerte! Que una firma de camisetas a 3 euros vaya a montar su showroom en el mismo espacio donde Loewe vendía bolsos a 5.000 es más que sintomático de los tiempos que corren.
La oferta se adapta a la demanda, que dirían los economistas. Cuando los bolsillos están maltrechos, en lugar de Vuittones, abren tiendas de todo a cien, mercadillos y rastros de ropa de segunda mano. Arantxa Botella vio el negocio bastante claro, por eso montó un rastrillo de compra venta de ropa en Rocafort y ahora acaba de abrir otro en Valencia en la calle la Paz, junto a la joyería de Vicente Gracia, y en un primer piso. En el Rastrillo de Arantxa puedes encontrar un Vuitton en perfectas condiciones a la mitad de precio, o un Gucci vintage de los años 70, casi idéntico a los que ha diseñado Frida Gianni para este invierno, pero en su versión original. El rastrillo de Arantxa es el segundo que abre tras el de Rocafort. No sólo puedes comprar ropa de marca y bolsos de lujo, sino también dejar en depósito la ropa que ya no usas; cuando se venda, puedes recoger el dinero o quedarte con otras piezas de la tienda. Vacías el armario, te ganas un dinerito y ahorras al comprar. Eso sí, me cuenta Arantxa que tienes que visitar la tienda a menudo, porque los chollos duran pocas horas.
(Foto de lamarquesa.es)

jueves, 15 de julio de 2010

Ay, cómo hemos cambiado...

Quizás sea porque somos menos provincianos de lo que nos creemos; quizás sea que nuestro pasado fenicio nos mantiene en una actividad comercial desbordante y tenemos más tiendas pijas de las que cabría esperar en una ciudad que se pone nerviosa cuando vienen cuatro ricos en yate o en uno de esos ostentosos Ferraris.
En cualquier caso, lo cierto es que aquí hay tiendas como Hannover, Chapeau, Gran Vía 20, Mercader de Indias y no sé cuantas más que no deslucirían en el mismísimo Manhattan. Y ese tupido tejido comercial es el que da vida a tres revistas gratuitas, que encima se permiten el lujo de montar fiestas que dan un toque de alegría a este tórrido verano, pobre y aburrido, que sólo alegran La Roja y las fiestas de Hello y de Tendencias en VLC.
Hay que decir que entre ellas se tienen la misma simpatía que Belén Esteban y la Campanario, pero eso son gajes del oficio. El caso es que esta semana Hello celebró su décimo aniversario con un fiesta a tuti plen en el Veles e Vents y Tendencias VLC hizo lo propio en La Hipica.
La fiesta de Hello se llenó de cuarentañeras; esa generación nuestra, que llamaron la generación equis porque nadie sabía definirla, y que despertó al mundo en pleno boom inmobiliario. Fue entonces cuando nos creímos los reyes del universo y creíamos que nuestros padres chocheaban cuando nos acusaban de vivir por encima de nuestras posibilidades. Envidia cochina era lo que nos tenían porque nosotros habíamos encontrado la fórmula del crecimiento eterno: comprabas una casa, la hipotecabas, te comprabas un Cayenne y un Vuitton y cuando te quedabas sin un duro, volvías a hipotecar la casa y te ibas de compras a NY. Pero aquello pasó, y ahora somos la generación que más sufre esta endemoniada crisis.
Y todo eso ha pasado en menos de diez años, los mismos que celebraba el jueves la revista Hello. Allí nos vimos muchos de los que en la última década hemos ido de fiesta en fiesta: de la Copa América a la Fórmula 1, pasando por las noches en la ópera y las tardes en los grandes premios del tenis o la hípica.
Entre los rostros anónimos pero conocidos de tanto ver en mil y un eventos, también buena parte de los empresarios y profesionales que han sabido aprovechar el sueño para hacerse un nombre. Gente como Carlos Serra y su mujer, Susana Lozano, de El Mercader de Indias; el peluquero Pascual Segura; Alejandro Bataller, del Sha Wellness Clinic; La directora de la Ciudad de la Luz, Elsa Martínez; Lluís Nadal, de NIL Comunicación; Vicente Betoret con su novia Cristina Aparici; Paqui, de Studio Motañana; las hermanas Laura y Marta Torrado; Begoña Buqué y Angeles Casanova, de TheLab, Cuchita Lluch, imprescindible en cualquier fiesta…
La fiesta fue una pasada: catering de El Alto de Colón; champagne Mumm, música del DJ Santi Martinez y más de 1.000 invitados que trataban de aliviar el calor con mojitos o entrando en Mar de Bamboo para refrescarse con el aire acondicionado.
Como anfitriones, el equipo de Hello al completo: la directora de la revista, María G. Chuliá, el editor, Manolo Navarro; Elena Martos, relaciones públicas de Hello, y su marido Rafael Ripoll, secretario autonómico de algo y un tipo al que siempre te alegra saludar.
El día anterior, Tendencias VLC celebró su verbera de verano en la Hípica de Valencia, coincidiendo con el partido de España contra Alemania, ¡ya es casualidad! Afortunadamente, el dresscode de la fiesta era “rojo clavel”, así que más de uno se plantó el polo rojo y se quedó sin voz apoyando a la selección.
Allí vieron el partido Alicia de Miguel y Angel Villanueva; María Angeles Miguel, la directora editorial de Ruzafa Show Ángela Plá; la directora de la revista Maite Sebastiá (con un Balenciaga de Chapeau ideal de la muerte), la ex directora de MontBlanc, Encarna Roig emocionada con su nueva aventura como diseñadora de moda, y un montón de amigos más, cuarentañeros en su mayoría.

miércoles, 7 de julio de 2010

Moddos ya está en Madrid, ¡total, total!

Todos los que dijeron que Moddos no era más que un club de niños pijos desfaenaos, se van a tener que tragar sus malintencionadas palabras. Moddos va tan bien, o sea, tan super fenomenal, que acaba de abrir sede en Madrid y ya están a punto de hacerlo en Ginebra, El Líbano, Jordania y hasta los Estados Unidos. Uff, ¡qué fuerte!, ya me veo en la fiesta de inauguración de Moddos USA como enviada especial cotilleando los modelitos de Evelyn Lauder, Lauren Santodomingo o cualquiera de las pijas estilosas neoyorquinas.
Moddos tiene mala prensa porque no ha sabido explicar lo que hace. Muchos pensaron que era como un Facebook pijo, cuando en realidad hacer amigos no es más que una excusa para hacer negocio. Me lo explicaba el dueño de Studio Montañana, una de las empresas asociadas: “Moddos un espacio dónde las pequeñas empresas pueden contactar con otras y a su vez conseguir clientes, sólo que en lugar de hacerlo en un despacho, lo haces tomando Möet o viendo una exposición. En estos eventos, además de conocer a gente, puedes entablar relaciones personales y laborales que te beneficien”. Por cierto, Studio Montañana ha decorado un hotelito monísimo en Puebla de Farnals, el Hotel de la Playa, donde te tomas un gin tonic con música chill mirando al mar, y parece que estés en Formentera, ¡total, total!
Moddos eligió Pacha para celebrar su súper fiesta de presentación en Madrid. Y allí estaban los madrileños, 400 invitados, ellos de riguroso esmoquin y ellas con vestido cóctel. Entre los invitados ilustres, Caritina Goyanes con su marido Antonio Matos. Caritina era el patito feo de la familia, siempre a la sombra de su madre Miriam Lapique y su hermana Carla –alta, rubia, delgada y con novios famosos-, pero con los años ha demostrado que la personalidad, la inteligencia y la simpatía están por encima de las medidas ideales y que su hermana, a pesar de lucir tipazo, es más sosa que un modelito de Felipe Varela.
Y hablando de diseñadores, nuestro Francis Montesinos acaba de diseñar una de las 8 botellas de Coca Cola Light que se han vestido de gala con motivo de su 25 aniversario. Las otras botellas son de Amaya Arzuaga, David Delfin, Devota y Lomba, Lydia Delgado, Miriam Ocariz y Roberto Verino. No es por barrer para casa, pero la de Montesinos es una de las más bonitas, tiene un estampado sacado de la colección de verano, lleno de conchas y olas del mar, chulísimo. Las botellas se presentaron en Madrid en la terraza del hotel Room Mate Oscar, la cadena de hoteles de Quique Sarasola, y estuvo apoyado por la directora de Yo Dona Charo Izquierdo.
Otro diseñador valenciano, Carlos Haro, presentó la semana pasada su colección “botánica”, inspirada en el paisaje mediterráneo y con un fin solidario: los trajes fueron confeccionados por el taller de empleo de sastrería e indumentaria tradicional valenciana del Ayuntamiento de Valencia, que da trabajo a alumnos con discapacidad.
La colección de Haro parece sacada de un jardín, sus faldas recuerdan a helechos, rosas claveles o hiedras. Alguno de sus vestidos puede servir para la verbena que ha organizado la revista Tendencias la semana que viene: el dress code es “rojo clavel”. Me habían invitado a fiestas de “rojo Ferrari” y rojo Valentino, pero lo del clavel ya es para nota. Me cuenta Ángela Pla que la fiesta será en la Hípica de Valencia y como esa noche hay partido, habrá pantallas para poder seguirlo, además de música en directo, picoteo, tapas, cócteles castizos y mucha moda.
Bueno, bueno y la semana que viene también celebra fiestón la revista Hello. Será el jueves, en el restaurante Mar de Bamboo, y promete ser la fiesta del verano ¡Menos mal que el dress code es cóctel!