miércoles, 10 de julio de 2013

Baqueira, Xàbia y Formentera

Hasta ahora había dos sitios a los que tenías que ir cada año si querías ser alguien en determinados círculos sociales valencianos. En invierno tenías que ir a la nieve para poder contar las excelencias del esquí como deporte para toda la familia. En verano tocaba hablar de lo mucho que ha cambiado Xabia en los últimos treinta años, demostrando con tu conversación que tú ya ibas por allí cuando el Piraña y Pancho lloraban la muerte de Chanquete. Ahora se introduce un tercer destino: a principios de verano hay que ir a Formentera, el nuevo paraíso entre hippy y glamuroso, que es el destino ideal para desconectar del trasiego diario. Ojo que allí se va sin niños, porque por esas fechas ellos están en Irlanda aprendiendo inglés. También es importante leer un par de manuales de navegación a vela no vaya a ser que en la conversación de turno confundamos la génova con la mayor y nos pongamos en evidencia, porque a Formentera se va en barco y el que no lo tiene lo alquila.
Por supuesto todo eso hay que adobarlo con un exquisito conocimiento sobre el vodkatonic, que lo del gintonic, ya se ha popularizado demasiado y toca marcar diferencias: que si el vodka es más digestivo, que genera menos acidez, que si apaga menos el sabor de la tónica...¡Jo,pe! Ahora que ya nos habíamos aprendido una docena de nombres de ginebra.
Mientras tanto la vieja Valencia sigue haciendo lo que puede para que quienes nos quedamos aquí sintamos que nuestra vida aún tiene sentido aunque Formentera siga siendo para nosotros sólo el cuarto nombre que recitamos de carrerilla de las cinco Islas Baleares.
La semana pasada, sin ir más lejos, un grupo de tiendas organizaron una shopping party en L'Umbracle, un rastrillo de lo más coqueto donde tan pronto veías un bolso de Prada de otra temporada, como unas pastillas de nutricosmética que prometen quitarte cinco años en pocas semanas. En un puestecito, alpargatas de yute echas a mano; en otro, un paté casero que está de muerte y que se elabora en Segorbe con aceitunas de la zona y más allá los peluqueros Frank & Pier cambiando tu look en un plis plas con las famosas planchas GHD. Lo mejor fue el stand de Dermiláser, una clínica estética que está en el Hospital Quirón que montó una camilla y se trajo a su equipo para hacer masajes drenantes y tratamientos que te dejan la piel como la de tu hija.
Valencia sigue teniendo vidilla gracias a las tiendas. La Optica Climent organizó otra fiestecita para presentar las colecciones de Prada y Armani. Hasta allí se acercaron amigos como Pedro García Mocholí, Luz Aguiló, Amparo Ortuño, Patricia Puxol, Amparo de la Concepción de Loewe, María Angeles Miguel, de Ferragamo y Encarna Roig de Acosta.
También Knack Men, en Poeta Querol celebró hace unos días su segundo aniversario en Valencia. Knack Men recupera la sastrería clásica pero actualizando las líneas y abaratando al máximo los costes sin escatimar en tejidos. El resultado es una tienda con el fondo de armario perfecto para el gentleman y bastante alejado de la estética de Formentera: trajes de lana y cashmere, chaquetas de sport y pantalones Hamilton en hilo y en algodón en colores veraniegos. Al cóctel fueron Alfonso Manglano y Eva Marcellan, Jorge y Begoña Martí, el sastre Antonio Puebla, Alfonso Pascual, Javier Botella, Lila Albanozzo y su hijo Miquele Vilarrasa, Esther Barrera, Veronica Montijano y Jose Luis Vilanova, entre otros…
La semana que viene más. El lunes empezaron las rebajas oficialmente aunque ya llevamos varias semanas con descuentos que, a partir de julio, llegan al cincuenta por ciento, como las francesas Claudie Pierlot y Sandro y The Livin (Marta de Diego) ya ya están avisando a las clientas por sms.


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