martes, 8 de julio de 2014

El glamour se va a los fogones

El glamour de la moda está en declive. Un diseñador no es lo que era hace cuarenta años: cuando Yves Saint Lauren, Balenciaga o Dior eran mitos internacionales. Ahora no hay gente así, en todo caso hay marcas en las que hoy diseñan fulano y mañana mengano. Quizás la culpa sea de la globalización o de la facilidad de las grandes marcas para copiar tendencias y popularizar los diseños exclusivos antaño sólo al alcance de unas pocas carteras. Sea por la razón que sea, los diseñadores son cada vez más anónimos. En su lugar, una figura emerge como nueva estrella del glamour: los cocineros. Tienen legiones de fans dispuestos a gastar lo que cuesta un Vuitton en una cena y esperan la carta de la próxima temporada como quien espera un desfile de Prada. La prueba del declive de la moda y el auge de la gastronomía es que la fiesta más glamurosa del verano no ha sido de Vuitton ni Hermès, sino de la Academia Valenciana de Gastronomía. ¡Qué fiestón! 500 invitados y eso que era un lunes por la noche, el peor día de la semana para un sarao. Parte del mérito, todo hay que decirlo, es de la presidenta de la Academia Cuchita Lluch, que ha convertido un pequeño club privado de aficionados a la gastronomía, sin más pretensiones que disfrutar de la cocina, en un lobby que está empeñado en dar a conocer la cocina valenciana, sus productos, bodegas y cocineros. “Tan grandes y tan buenos como los mejores”, dice Cuchita, que además ha conseguido poner de acuerdo a los mejores cocineros, bodegueros y empresarios “para llevar a la Comunidad Valenciana al lugar más alto de la gastronomía”. Y todo ello sin pedir subvenciones ni quejarse de la falta de apoyos. ¡Ya quisieran los diseñadores valencianos!
El día de la fiesta, Cuchi estuvo arropada por lo mejor de la cocina valenciana: Quique Dacosta (cada día más estiloso), Paco Torreblanca, Ricard Camarena (con ese punto canalla roquero), Kiko Moya, Javier de Andrés (La Sucursal) y Alberto Redrado (La Escaleta). Además, vinieron los diseñadores (perdón cocineros) estrella del mundo mundial: Joan Roca, tímido pero encantador como Armani en sus mejores años, y Andoni Luis Aduriz, que es un Galliano de la cocina. Como la Academia no tiene presupuesto, Cuchita buscó el apoyo de empresas valencianas para el catering: aquí un puestecito de quesos de Manglano, otro de jamón ibérico, ostras y clóchinas de Valencia, gamba roja y cocas de Dénia, longaniza de pascua, tomate valenciano, paellas… la terraza del restaurante Contrapunto del Palau de les Arts fue un festín de comida y bebida valencianas. Y de postre, horchata de Daniel, helados artesanos y un pedazo de tarta aniversario del maestro Paco Torreblanca. Luego hubo hasta copas, pero en lugar de gintonics, triunfó el Vodka-tonic (el vodka tonic es el nuevo gintoni, chicas) con el Belvedere de Javier Monedero, que también trajo el vino Imperial que es el que tomó el Rey Juan Carlos en su despedida, ¡qué paladar tan fino! La música la puso Manolo Mínguez y también actuó Javier Botella con su grupo Copa Ilustrada, que nos puso románticas con temas de Nat King Cole como Blue Moon.
Entre los invitados, el actor Juan EchanoveJesús Terrés (del blog Nada Importa), Carlos Mataix (Heineken), Mónica Morales, el notario Carlos Pascual, la joyera Salomé Corell, Rosa Sanchís (Dicoval), el sastre Antonio Puebla, que acaba de recibir el premio Dedal de Oro; José Luis Vilanova y Verónica Montijano (VM The shop), la estilosa Alicia de Miguel, con un abrigo ideal de Patos; Carmen Girona, Vicente Gracia y Mónica Piñones, el periodista Carlos García Calvo, Mª Angeles Miguel (Ferragamo) y Encarna Roig (Acosta), Juan Valero de Palma, Olga Adelantado, Alfredo Burguera (La Embajada), Pedro García Mocholí, la diseñadora Presen Rodríguez y sus hijos Maribel y Jose Cosme, el director del Astoria Joan Solvevilla, el periodista Joseca Arnau, Silvia Escolá y Amparo López (Ampasi), Neni Reyna, la bloguera Greta Borras con el diseñador Lucas Zaragosí, Joaquin maldonado (Mediolanum), Esperanza Vila, Bárbara de Prats, David Lladró con su mujer Marta Aliño, sus hermanos Isabel y Fernando Aliño y su madre Isabel Mª Alfaro.