lunes, 25 de julio de 2016

Esquizofrenia femenina

En la esencia femenina habita, desde tiempo ancestral, una dicotomía esquizoide, la que al mismo tiempo nos exige ser madres y esposas, a cada una de ellas se le pide una cosa, pero a cada una de nosotras se nos pide las dos juntas. Ahora, por si no tuviéramos bastante con elegir entre identificarnos con Hera o con Afrodita, tenemos que decidir si aceptamos o no que los hombres nos den un trato diferencial. ¿Si un hombre nos cede el paso en una puerta, debemos considerarlo un gesto machista? ¡Buaa!, esto sí que da para un debate y no lo de la investidura. Es la paranoia que le faltaba a nuestra vida. Si no te cede el paso, piensas: ¡será grosero! Si te lo cede, algo en lo más profundo de tu alma de mujer moderna emite un grito silencioso de protesta: ¡será machista el tío este, mira que cederme el paso como si viviésemos en la Corte de Luis XV! Y eso no es nada, lo peor es cuando te enfrentas a subir unas escaleras: si te deja pasar, vas subiendo deprisita sin dejar de pensar que detrás llevas a un tío mirando lo que no debe. Si pasa el delante, eres tú la que no sabe si mirar al frente, al suelo, o subir de espaldas. También hay situaciones en las que prima la comodidad: estás sentada, se te acaba la copa, te da pereza ir a por otra y piensas: “no se levantará ninguno de estos maleducados a traerme otra”. Claro que si el que se ofrece es el típico plasta que lo que quieres es que se vaya a la otra punta de la fiesta, entonces piensas: “Es lo que te faltaba, encima de pesado y poco gracioso eres el típico machista que piensa que una mujer no puede ir a la barra a pedirse una copa”.
Lo bueno de este debate es que ellos siempre tienen las de perder: mal si van y peor si se quedan. Nosotras llevamos la batuta y a ellos no les queda otra que someterse a nuestra tiranía.
Así es que ale guapos, a hacer cursos de análisis del lenguaje no verbal, para que mirándonos a los ojos, sepáis lo que esperamos de vosotros. Las fiestas de verano son una oportunidad única para ponerlo en práctica. El jueves, el programa de televisión Revista de Sociedad celebró su fiesta de final de temporada. Era una de esas tardes de bochorno difíciles de soportar en Valencia. Menos mal que la fiesta fue en una terraza, Tosca Llar Club. Allí estuvo el director del programa, Iñaki Verchraege, con los presentadores Donís Salvador y Amparo Lacomba, todos de blanco impoluto, como mandaba el dresscode. Entre los invitados, Pepo Oltra, Alfredo Esteve, Alvaro Mocholí y Mónica Duart, la presentadora Laura Grande, Josep Lozano y el artista JARR, el peluquero José Besó, la fundadora de Cafés Valiente Celia Valiente, el empresario Javier Monedero y Rosa Sanchís, las indumentaristas Carmen Asins y Margarita Vercher, el sastre Antonio Puebla, Lluis Nadal, Elvira Ferrer y Rosa María Fenollar.
También estuvo un grupo de amigas que destilan clase y saber estar: María Dolores Enguix (Óptica Climent), que así como quién no quiere llevaba las sandalias más deseadas del verano, las rockstud de Valentino; Beatriz Poyatos, Amalia Delhom, Mª Ángeles Miguel (El vestidor Vintage), Guillermo Martorell y Mamen Puchades con unos pendientes ideales de su joyería Si7ete, Amparo Ortuño (Clínica Rahhal) y Encarna Roig, de Acosta, que la semana que viene presentará en petit comité la nueva colección cápsula diseñada por Ana Locking que reinterpreta modelos clásicos como el Carmen.
Muchos de estos invitados habían coincidido el día de antes en el nuevo showroom que ha montado Javier Monedero (Dicoval) en Duque de Calabria. Allí probaron todo tipo de vinos y champagnes en una de esas reuniones afterwork que organiza el Club Moddos con Josep Lozano a la cabeza.

lunes, 18 de julio de 2016

Menos Ibex y más Chanel

La gente que tiene dinero ahorrado, que haberlos haylos, está preocupada porque no sabe dónde invertirlo. La bolsa les da sustos, el banco no les da nada, los inmuebles les dan problemas, las tierras sólo les dan ruina. Así es que ahí están, dándole vueltas a la cabeza sin encontrar una solución. Baghunter, que es un portal de compraventa de ropa de segunda mano, ha hecho un estudio y asegura que los bolsos son una buena inversión. ¡Toma ya!, esta sí que es buena. Menos Ibex y más Chanel. Lo que hay que hacer con el dinero es comprar bolsos, dice el estudio que un Chanel 2.55 se ha revalorizado un 70 por ciento en los últimos cinco años. Eso es una buena rentabilidad y no lo de las gasolineras low-cost. Así es que ale, guapas, las que tengáis pasta, a comprar bolsos. Y encima los puedes lucir, no como un bono del tesoro, que a te da cuatro perras y encima es feo.
Mª Angeles Miguel sabe mucho del mercado de lujo de segunda mano. Ha trabajado en Max Mara, ha sido directora de tienda en Hermès Valencia y Salvatore Ferragamo, y ahora está metida de lleno en el Vestidor Vintage, una tienda de compra venta de ropa y complementos de lujo donde puedes encontrar piezas emblemáticas de Loewe, Prada, LV, Dior o Gucci. Este miércoles, Mª Angeles y su socia Yolanda Serrano organizaron un cóctel con Banco Mediolanum de esos que se hacen llamar networking, que es algo así como hacer negocios mientras te tomas una copa de champagne, más divertido que hacerlo en una oficina gris.
El Vestidor se convirtió por unas horas en un club con música de jazz, copas y muy buen ambiente. “La idea era compartir ideas de inversión y un buen accesorio también puede ser una inversión”, dice Mª Angeles. Además de ropa y complementos de lujo, la tienda contó con una exposición de cuadros y piezas de bisutería de María Jose Torrente, con sus mujeres únicas y redondas. Entre los asistentes, Marisa Martínez y Vicente Genovés, Encarna Roig (Acosta), Amelia Delhom, José Luis Avilés (Bulgari), Mónica Carbonell, Paula Rincón de Arellano de Le click, Pablo Castelblanque, María Jesus Marín de la tienda de niños 8+, Mamen Puchades de la joyería Si7te, Cristina García, Ramón Urrutia, Alberto peinado, Francisco y Álvaro Gracia, Julio Muñoz, Beatriz Poyatos, Olga Mayordomo y Jan y Helen Poe.
Otro cóctel en petit comité fue el que organizó la Galería Shiras para celebrar el fin de temporada antes del verano. Sara Joudí estuvo acompañada por el escultor Miquel Navarro, Javier Chapa, Horacio Silva, Paco Sebastián, el notario Carlos Pascual, Enrique Lucas, el artista Rafa Calduch, el fotógrafo Antonio Girbes y otros artistas, coleccionistas y críticos de arte. Discreción y elegancia al máximo. Julio es el mes de las fiestas de cierre de temporada.
El jueves la revista Hello Valencia celebró su fiesta de verano Flower Power en L’Umbracle. Hubo Street food, mercadillo con tiendas de moda como la de Nieves Bustamante, complementos de María Gómez Polo (Mala Malísima), música en directo, DJ, vinos de Murviedro, ostras de Andrés Soler (Ostrarium) y decoración ibicenca de Belinda Duart Herrero.
Entre los asistentes, Patricia Puchol, la doctora Lucía Asensio, el diseñador Alejandro Resta, Vicente Betoret y Cristina Aparici. También estuvo Pepo Oltra, que en poco tiempo se ha convertido en un clásico de las fiestas glamurosas, Espe Vila, Mamen Puchades y Guillermo Martorell, el director del Astoria Joan Soldevila, el fotógrafo José Luis Abad, el doctor Juan Antonio Mira, el diseñador Valentín Herráiz, el doctor Murgui, Esther Barrera, el sastre Antonio Puebla, Fernando Aliño (El Alto), Marc Insanally (Café de las Horas), Coté Soler, Javier Martínez-Rubio e Isabel Cosme.

lunes, 11 de julio de 2016

La vida son sueños

La vida es una colección de sueños. Son ellos quienes nos mantienen despiertos, quienes nos levantan cada mañana para afrontar el día. Morimos un poco con cada sueño que perdemos, y nuestra vida acaba cuando los perdemos todos. Puede que entonces sigamos respirando, pero ya no estaremos vivos. La mayoría de los sueños son efímeros, los tienes una temporada, quizás sólo unas horas. Luego los pierdes, bien porque los haces realidad, bien porque los abandonas. Son sueños mundanos y habitualmente egoístas que tienen un recorrido muy corto. Sueñas con un viaje durante meses, lo vives en tu imaginación y un día lo haces. Cuando estás allí sientes que tu vida se ha empobrecido porque has perdido un sueño, tendrás que reponerlo. Lo difícil es mantener uno toda la vida. Ese es patrimonio de líderes: gente que contagia su ilusión a los demás implicándoles en su proyecto y consigue que le sigan. Ahí se encuentran las grandes personas, los que sueñan con un mundo mejor, entre ellos los auténticos empresarios que son quienes anteponen el bien de su gente y de la sociedad a la que sirven a los cantos de sirena del dinero rápido y fácil. De esos aún quedan unos cuantos, entre ellos Enrique Duart. Hace cincuenta años, la gente dormía sobre esos colchones de lana en los que los que el durmiente más delgado acababa encima del otro, no porque buscase su cariño, sino porque el peso generaba una especie agujero negro que atraía todo lo que había a su alrededor. Había que acabar con aquello y Enrique, que entonces era un chaval de veinte años se encerró en una habitación de su casa de Benifaió para hacer un colchón con picadura de espuma.
El viernes, aquel chaval que ahora tiene setenta años y la misma vitalidad de entonces alimentada por un sueño que sigue vivo, celebró el cincuenta aniversario de su empresa: colchones Dupen. Un empresón que factura cincuenta millones de euros al año y da trabajo directo a más de doscientas cincuenta personas. La fiesta se hizo en la Cartuja del Puig; Enrique Duart recibió el homenaje que se merecen los grandes soñadores, es decir una sobredosis de emociones, que es de lo que están hechos los sueños. Su gente, su familia, sus amigos, sus trabajadores, proveedores y clientes le acompañaron entre lágrimas, aplausos y abrazos. Allí, sentada entre el público una sentía ganas de volver a nacer para armarse con un sueño como el de Enrique y que un día, ya mayor, los tuyos te hiciesen un homenaje como ese. ¡Jo pe, por qué a los dieciocho años en vez de soñar con una Vespa, no soñaría yo con fabricar colchones!
Los anfitriones, Enrique Duart y Mª José García con sus hijos Mónica, Mª José y Enrique, estuvieron muy pendientes de los invitados, entre ellos Alfredo Esteve, Vicente Calatayud, Teresa Arcos, Javier Monedero con Rosa Sanchis, Vicente Guerrero, Francisco Quiles, Pepe Máñez, Miguel Angel Lozano, Daniel Moragues, Jarr, Josep Lozano, Ximo Rovira, Josep Magraner, el columnista de El Mundo Fernando Ferrando, Angela Valero y Juan Llorens, Angela Plá y Joan Lagardera, Miguel Angel Tobías, Lluís Nadal y Ana Ramírez, Amparo Mortes con Vicente Lacomba, el director del Astoria Joan Soldevila, Marisa Marín, la diseñadora Amparo Chordá, que vistió a las mujeres de la familia Duart, Mari Carmen Rovira, Salvador Galdón, Marta Ortiz, Mayrén Beneyto o el arquitecto Hugo Navarro.
Hubo música de cuarteto de cuerda, una exposición con la trayectoria de la firma, un cóctel servido por Gourmet, tarta de cumpleaños (Enrique Duart cumplía ese día 70 años) y discursos en los que ya a nadie importaba la forma y menos que a nadie a Enrique, porque lo importante era el fondo, el sueño que nunca se desvanecerá.

lunes, 4 de julio de 2016

El Gran Gatsby en Las Arenas

El Hotel Las Arenas celebró el miércoles su décimo aniversario. Cerca de mil invitados se atiborraron de champan y ostras. No faltó de nada: paella y fideuá para los más insaciables, frivolidades para los más refinados y canapés inéditos para los más quisquillosos. Aquello recordaba a las fiestas del Gran Gatsby: lujo, elegancia, abundancia, exquisiteces… Mientras, en las redes sociales, Mónica Oltra, Pablo Iglesias y compañía trataban de encontrar una explicación al trostasso que se habían pegado el domingo. ¡Jo pe, Mónica, deberías haberte pasado por Las Arenas!, aquí se te hubiera pasado el disgusto, y quién sabe quizás hasta habrías encontrado una explicación a tus desgracias. Y es que Pablo Iglesias tiene mucho sex appel, para una noche de juerga y borrachera en el Carmen. Para un proyecto de futuro, quieres a alguien que encaje más en las fiestas como la de Las Arenas y ahí Pablo pierde fuelle. ¡Dios mío, cuánta frivolidad, así no hay quién cambie este país!
En Las Arenas sólo faltaba la figura del Gran Gatsby, todo lo demás era tal cual una de sus fiestas: Rolls-Royce y fotógrafos en el vestíbulo, solícitos camareros ofreciéndote champán, música de jazz…
Una vez dentro, el jardín ofrecía toda clase de animación. Aquí una mesa de casino con los croupiers debidamente uniformados, más allá una barra con comida y otra y otra más, camareros con bebida, cócteles, y viandas de todo tipo, arroces cocinados sobre leña, ¡hasta barra de sushi en el quiosco de piedra! En la fuente principal, una orquesta y varias parejas de bailarines simulaban un concurso de baile. Frente al mar, varios jóvenes con bañadores a rayas jugaban a la pelota en la piscina de niños y en la de adultos, un grupo de nadadoras coreografiaban una pieza de natación sincronizada de lo más delicada, mientras un saxofonista que era la viva imagen de Louis Armstrong interpretaba melodías jazz a ritmo de DJ. El edificio del hotel, con su columnario, sus enormes jardines y su atmósfera un tanto decadente, tan propia de aquellos años de lujo y exceso, resultó ser el decorado perfecto.
La ambientación fue de lo más convincente, apoyada por más de cien actores y artistas que interpretaban música, baile o escenas costumbristas de los años veinte a lo largo de todo el jardín del hotel. Si la intención del hotel era enamorarnos, como Gatsby con su adorada Daisy, lo ha conseguido.
Entre los mil invitados que pudieron disfrutar de la velada, citaré algunos, ya que mi colega Tonino me ha emplazado a hacerlo desde Valencia Plaza. Allá va. De la política, Antoni Bernabé y Joan Calabuig; mucha gente del gremio de hostelería y restauración a los que hotel quería agasajar, como el director de Sha Wellness Frank de Veer, Javier Monedero (Dicoval) con Rosa Sanchís, Javier Gutiérrez (Casino Cirsa), Santiago Cabello y Carla Roldán, de Gourmet Catering y eventos; Andrés Soler (Ostrarium), Adolfo de las Heras (Bodegas Nodus), Bernd H. Knöller, del Restaurante Riff; Javier Valles, director del grupo SH; Stephen Anderson (Ma Khin Café), Ignacio Osborne (Mumm), Emiliano García (Casa Montaña) y Mónica Morales, de la Cámara de Comercio, entre otros.
También estuvo la diseñadora Presen Rodríguez con su hija Maribel Cosme, las hermanas Espe y Cristina Vila, la interiorista Belinda Duart Herrero, Alfredo Esteve, el presidente de la CEV Salvador Navarro, el sastre Antonio Puebla, Joaquín Maldonado con su mujer Sofía Carpi, Laura Gallego y Angel Villanueva, el joyero Arguimiro Aguilar y Sesé de Nalda, María Gómez Polo, con uno de sus collares de Mala Malísima… Como anfitriones, José Luis Santos (presidente de Hoteles Santos), el director del hotel, Carlos Boga, y todo su equipo.