martes, 9 de febrero de 2010

Siempre nos quedará la dársena

A estas alturas cuesta entender que los valencianos sigamos sin integrar al Puerto en nuestra vida. Será porque está lejos del centro, cosa que no ocurre en el resto ciudades costeras; será porque los accesos al Puerto de la Copa América siguen estando más liados que la vida de los Ortega-Mohedano; será por esa especie de maleficio de que “vivimos de espaldas al mar”…., el caso es que, ahora mismo, como zona de ocio, es lo mejor que tiene ciudad; y sin embargo, la mayoría sólo nos dejamos ver por allí cuando tenemos que fanfarronear de ciudad delante de algunos amigos que vienen de fuera.
La anterior edición de la Copa América –qué tiempos aquellos con la pasta saliendo a raudales de los bolsillos- nos dejó el Veles e Vents, sus alrededores y algunas otras cosas. Sirvió también para dar un impulso a la alta cocina valenciana; gente como los del grupo El Alto aumentaron considerablemente el caché de la gastronomía valenciana; y desde entonces los caterings de esta ciudad ya no son lo mismo.
Anoche, la gente del Alto sirvió la cena oficial de gala de la 33 edición del Copa América. El menú se le encargó a Quique Dacosta, nuestro Ferrán Adriá particular. Por la mañana, la alcaldesa y su séquito se dejó ver por el Veles e Vents, quizás para comprobar que todo estaba en su sitio. Debió irse satisfecha, porque la dársena no podía estar más ambientada. El edificio Veles e Vents lucía un blanco recién pintado que le ha devuelto el esplendor de tiempos pasados y un ambiente de ensueño para todo alcalde: niños jugando, mayores paseando, jóvenes haciendo deporte, sol, parejas haciendo manitas a la orilla del mar, matrimonios felices… Vamos, lo dicho, el sueño de todo alcalde.
Si el tiempo acompaña, hoy se prevé más de lo mismo. El plan es lo más de lo más; si vas de enamorado tontorrón, te coges a tu parejita de la mano y allá que te vas, a darle besito a tu chico en la terraza del Veles e Vents. Si vas con tus niños, encantadores pero pesados a decir basta, los sueltas por allí y alé a que corran y cansen. Para los más machuchitos, también hay plan: paseíto arriba y abajo con cervecita en uno de los bares de diseño para sentir que la juventud todavía no te ha abandonado. Además, siempre queda la opción de darle esquinazo a tu pareja y entrar en la tienda de El Corte Inglés a comprarte algo que le dé un toque marinero a tu fondo de armario.
Junto a la tienda hay un tres chiringuitos: el de los valencianos que sirve paella, el de los suizos que ponen fondeé de queso y el de los americanos con perritos calientes y hamburguesas: menús de entre cinco y seis euros para echar una mano a los damnificados de Haití.
Y el colofón de todo eso: comer en Mar de Bamboo, uno de los tres restaurantes del Grupo el Alto, que, sin ánimo de pelotear a nadie, es el más bonito de la ciudad y para muchos, incluidos un grupo de periodistas gastronómicos que estuvieron por allí la semana pasada, uno de los más agradables de Europa.
Hay un menú de tapas, con croquetas de jamón ibérico, buñuelos de bacalao, coca de pimientos con sardina, fosta de boquerón y aguacate, secreto ibérico a la brasa y sorbete de mojito, por veinticinco euros, que te tomas en una terraza con sofás blancos tipo chill out que te hacen creer que eres una rica marquesa veraneando en Saint Tropez.
Lo de apoyar a un equipo u otro, suizos o americanos, es lo de menos. Si gana Bertarelli, tiene un compromiso con Emiratos Arabes y lo más probable es que se lleve la Copa a otros mares; y si gana Ellison, la regata volverá a Estados Unidos…
Así las cosas, disfrutemos de la semana porque va estar de lo más animada. ¡Tenemos hasta desfiles de moda! El alinghi celebra hoy, a las seis de la tarde, un desfile con su colección de ropa oficial. Y los días de regata, lunes, miércoles y viernes, se suceden las invitaciones para saborear una copa de Möet Chandon mientras ves la salida y llegada de los catamaranes. ¡Ay, por fin un poco de glamour!

3 comentarios:

Unknown dijo...

Es una pena que no se saque más partido a nuestro puerto... y que se haya invertido tanto dinero y este en desuso todas las instalaciones, bares y restaurantes de la America´s Cup...snif, snif...
Me gusta mcho tu blog , )
Ann

Anónimo dijo...

A dia de hoy es incomprensible que se viva de espaldas al mar. En mi ciudad pasa lo mismo. Menos mal que vivo en una venteada peninsula que conserva partes inhospitas sobre las que no se puede construir... porque esas zonas son las que nos tienen conectados al oceano.

Mayte de la Iglesia dijo...

Y YO PERDIÉNDOME TODO ESTO....AINS!!
BESOS