Ay, pero qué harta estoy de oír a los políticos hablar de la crisis, qué aburrido es todo esto del dinero; yo lo único que sé es que nunca hay suficiente y encima Solbes, con esa cara que tiene de tendero antipático, no hace más que decirnos que ya no podremos gastar como antes, que por culpa de los bonos basura o de la falta de liquidez crediticia, se acabó el comprar en Prada.
Vamos, que no sólo ya no puedes comprar en Prada y Hermès, sino que hasta Zara va camino de convertirse en un lujo y que al paso que vamos, pagar 60 euros por un vestido será un despilfarro al alcance de pocos bolsillos. ¿Y si Zara es caro, dónde renovaremos el fondo armario? Ay, me temo que habrá que olvidarse por un tiempo de la Plaza del Patriarca y coger el coche rumbo a Alfafar: allí está Carrefour, Kiabi, y Oportunidades de El Corte Inglés… Y cerquita está el centro comercial MN4 con la salvación llegada directamente desde Suecia H&M. Comprar en estos sitios sólo tiene un inconveniente: tienes que acostumbrarse a los probadores pequeños, a las colas kilométricas para pagar -¡uff, qué horror!-, a tener que buscarte tú misma la talla del pantalón porque las dependientas parece que se esconden detrás de los percheros y a que nadie te haga la pelota diciéndote lo bien que te queda el vestido, ¡ay, qué triste es esto de la crisis!
Esta semana me he recorrido este nuevo circuito de shopping y he encontrado algunas cosas interesantes. Por ejemplo, en Kiabi tienes vestiditos de flores rollo hippie por 24 eurines, si lo combinas con tu rebeca de lana de cachemir que conservas de los tiempos en los que ibas a tiendas caras, igual da el pego. Pero, ¿por qué siguen utilizando el viejo truco de marcar precios con 99 céntimos? Está claro que 19.99 son 20, ¿no? Además, el céntimo que te devuelven no sirve ni para comprar un chicle. Hablar de dinero es vulgar, pero hablar de céntimos, es muy grave…. En mi primera aproximación a Kiabi vi vestiditos monos: uno estampado a cuadros que podría pasar por uno de esos franceses tan chic que tienen en las tiendas del centro de Valencia, ¡echándole un poco de imaginación!.
Segunda parada en mi nueva ruta de compras: la sección de moda de Carrefour. ¡Oh sorpresa! Si hasta tienen una colección de ropa diseñada por el francés afincado en NY Max Azria. No está nada mal. Hay un traje de satén con pantalón pitillo y chaqueta entallada que tiene pinta de sentar fenomenal y unos vaqueros stretch por 19,99 ¡otra vez!; incluso las camisetas de punto son monas. El catálogo de ropa de Carrefour no es el de Hermès, pero bueno, tampoco esta mal. Y de Carrefour a H&M. Uff, ¡esto es otra cosa!, aquí el catálogo de invierno tiene tan buena pinta, que hasta parece que es ropa de marca. Bueno, bueno, ¡si hasta tienen una falda de cuero marrón abotonada de la cintura hasta el bajo de lo más estilosa! El catálogo parece Vogue, te dan ganas de quedarte con todo H&M: los pantalones de pernera ancha, un abriguito corte años 60, una maxi rebeca de punto grueso de lo más estilosa. Sí, sí, en el catálogo se ve ideal, pero luego tienes que localizar el modelito entre toneladas de ropa, encontrar tu talla y aguantar colas en probadores y cajas. Acabas a codazo limpio, eso sí.
El Centro de Oportunidades de El Corte Inglés es mi última parada. Es un lugar extraño, medio mercadillo, medio rastrillo, pero si buscas bien, puedes encontrar restos de Burberry, Tommy Hilfiger, y hasta Ralph Lauren, ¡por fin algo familiar! Como experiencia, no está mal, pero Solbes, por favor, arregla esto del dinero porque la colección de Prada del verano que viene es to die for, que dicen las inglesas…
Vamos, que no sólo ya no puedes comprar en Prada y Hermès, sino que hasta Zara va camino de convertirse en un lujo y que al paso que vamos, pagar 60 euros por un vestido será un despilfarro al alcance de pocos bolsillos. ¿Y si Zara es caro, dónde renovaremos el fondo armario? Ay, me temo que habrá que olvidarse por un tiempo de la Plaza del Patriarca y coger el coche rumbo a Alfafar: allí está Carrefour, Kiabi, y Oportunidades de El Corte Inglés… Y cerquita está el centro comercial MN4 con la salvación llegada directamente desde Suecia H&M. Comprar en estos sitios sólo tiene un inconveniente: tienes que acostumbrarse a los probadores pequeños, a las colas kilométricas para pagar -¡uff, qué horror!-, a tener que buscarte tú misma la talla del pantalón porque las dependientas parece que se esconden detrás de los percheros y a que nadie te haga la pelota diciéndote lo bien que te queda el vestido, ¡ay, qué triste es esto de la crisis!
Esta semana me he recorrido este nuevo circuito de shopping y he encontrado algunas cosas interesantes. Por ejemplo, en Kiabi tienes vestiditos de flores rollo hippie por 24 eurines, si lo combinas con tu rebeca de lana de cachemir que conservas de los tiempos en los que ibas a tiendas caras, igual da el pego. Pero, ¿por qué siguen utilizando el viejo truco de marcar precios con 99 céntimos? Está claro que 19.99 son 20, ¿no? Además, el céntimo que te devuelven no sirve ni para comprar un chicle. Hablar de dinero es vulgar, pero hablar de céntimos, es muy grave…. En mi primera aproximación a Kiabi vi vestiditos monos: uno estampado a cuadros que podría pasar por uno de esos franceses tan chic que tienen en las tiendas del centro de Valencia, ¡echándole un poco de imaginación!.
Segunda parada en mi nueva ruta de compras: la sección de moda de Carrefour. ¡Oh sorpresa! Si hasta tienen una colección de ropa diseñada por el francés afincado en NY Max Azria. No está nada mal. Hay un traje de satén con pantalón pitillo y chaqueta entallada que tiene pinta de sentar fenomenal y unos vaqueros stretch por 19,99 ¡otra vez!; incluso las camisetas de punto son monas. El catálogo de ropa de Carrefour no es el de Hermès, pero bueno, tampoco esta mal. Y de Carrefour a H&M. Uff, ¡esto es otra cosa!, aquí el catálogo de invierno tiene tan buena pinta, que hasta parece que es ropa de marca. Bueno, bueno, ¡si hasta tienen una falda de cuero marrón abotonada de la cintura hasta el bajo de lo más estilosa! El catálogo parece Vogue, te dan ganas de quedarte con todo H&M: los pantalones de pernera ancha, un abriguito corte años 60, una maxi rebeca de punto grueso de lo más estilosa. Sí, sí, en el catálogo se ve ideal, pero luego tienes que localizar el modelito entre toneladas de ropa, encontrar tu talla y aguantar colas en probadores y cajas. Acabas a codazo limpio, eso sí.
El Centro de Oportunidades de El Corte Inglés es mi última parada. Es un lugar extraño, medio mercadillo, medio rastrillo, pero si buscas bien, puedes encontrar restos de Burberry, Tommy Hilfiger, y hasta Ralph Lauren, ¡por fin algo familiar! Como experiencia, no está mal, pero Solbes, por favor, arregla esto del dinero porque la colección de Prada del verano que viene es to die for, que dicen las inglesas…