domingo, 21 de noviembre de 2010

H&M y Lanvin.. Nadie da duros a cuatro pesetas

Faltan dos días para que la colección de Lanvin llegue al H&M de Colón y más de una ya está preparando la silla plegable, el termo de café y hasta la manta Morellana para hacer frente a las frías horas de espera antes de que la tienda abra sus puertas. Para quien todavía no lo sepa, la cadena de ropa más barata del mundo mundial lanza cada temporada una colección especial en colaboración con un diseñador hiperfamoso con un lema que podría ser algo así como “compra un Prada a precio de Zara”. Este año le ha tocado a Lanvin, y si el invento les funciona igual de bien que otras veces, la colección se agotará a las pocas horas de ponerse a la venta.

Así es que, chicas, si queréis conseguir uno de los Lanvin que se pondrán a la venta el 23 de noviembre tendréis que madrugar para lograr ser una de las 320 primeras de la cola y así tener derecho a una de las pulseritas de colores que os podrán según vuestra posición en la fila. Cada 20 personas, cambiará el color de la pulsera. A las 8 de la mañana se abrirán las puertas –dos horas antes del horario habitual- y entonces, según el color de vuestra pulsera, podréis aceder a una zona acordonada en la que dispondréis de 15 minutos, ¡como mucho!, para poder escoger talla, modelo y color ¡hija, qué estrés!

Con un poco de suerte, saldréis de la tienda con uno de los deseados vestidos de Lanvin que cuestan entre 100 y 200 euros. Vamos, un chollo si en la etiqueta pone Lanvin –no encuentras uno por menos de 1.000- y bastante menos chollo si en la etiqueta pone “Lanvin for H&M”.

En fin, chicas, yo lo que tengo claro es que no voy a madrugar este martes para comprar un Lanvin en H&M. Más que nada porque los Lanvin de H&M dan el pego en la foto pero no son Lanvin. No hay más que pasarse por Chapeau para ver que no tienen nada que ver con los originales, ni por la riqueza de los tejidos, ni por el cuidado en la confección y acabados, ni tan siquiera por la originalidad de los diseños.

Como dice mi admirado bloguero Lucio Chiné,Lanvin no merece ver sus prendas colgadas en las perchas de un lugar donde al final del día todo está tirado en el suelo. Además la clave o el sello del Lanvin de Elbaz son, no sólo las siluetas sinuosas para mujeres curvilíneas, sino los tejidos maravillosos. Esto mismo fabricado en materiales low cost y que la firma se convierta en accesible para el gran público, hace que pierda todo mi interés”.

Hay cosas que es mejor no democratizar porque su razón de ser es precisamente estar sólo al alcance de las élites. Si no te puedes comprar un Lanvin, pues no te lo compras, pero si lo haces, que sea como una señora: con probadores amplios, sin colas para entrar y pagar y sin el estrés de tener que acabar en 15 minutos, ¡qué horror! Sólo espero que mi admirada Miuccia Prada no caiga nunca, nunca, ¡nunca jamás! en la tentación de asociarse con Carrefour, ¡caray, eso sí sería una pesadilla!

Y hablando de mujeres con personalidad, mañana viene a Valencia Carla Royo-Villanova, una princesa curranta donde las haya, para hablar sobre los retos y posibilidades de las mujeres en la empresa. Carla tiene una empresa de cosméticos, Carla Bulgaria Roses Beauty, y en lugar de vivir del cuento, se pasa la vida viajando por toda España para vender sus productos. No hay otra forma de hacerlo.

Que se lo digan a Dolores Font Cortés, la hija de Dolores Cortés, que está convirtiendo un pequeño taller de ropa de baño en una empresa de moda sólida y con futuro y que además da trabajo a muchas mujeres en su pueblo natal Vila-Real. No es de extrañar que el Ayuntamiento le haya dedicado una exposición “Dolores Cortés: Moda de Baño, Arte y Diseño” que se puede visitar hasta el 30 en el Museo de la Ciudad, la Casa Polo de Villareal. Allí se puede ver el primer bañador elástico que diseñó Dolores Cortés en los años 50 y que revolucionó el mercado en los años de la posguerra, cuando todavía no se había inventado la lycra.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Rita, Camps, Carmen Lomana y los Ferrari

Palabra de montañera de Cristo Rey que no entiendo nada de lo que está pasando: por un lado nos dicen que la crisis va para largo, que el año que viene será peor que éste y que el siguiente ya veremos. Por el otro, te ves a Rita y a Camps -si no los conocieras dirías que son una tía soltera buscándole novia al sobrino que acaba de aprobar notarías- hablando con jefes de Ferrari para tratar de convencerles de que monten aquí un parque temático y atraer así a nuestras calles a los ricachones de medio mundo.
Pero vamos a ver: ¿cómo vamos a apretarnos aún más nuestros ya raídos cinturones de Hermès y al mismo tiempo ir monísimas de la muerte a codearnos con la creme de la creme de medio mundo?
Un día te acuestas oyendo decir que ya no pagamos el correo con el que nos llega el recibo de la contribución. Entonces te medio duermes imaginándote el acabose: el país en quiebra, las tarjetas de crédito anuladas; las tiendas de lujo cerradas y en su lugar abiertas otras de las que venden los zapatos a peso; los espaciosos escaparates navideños de Poeta Querol sustituidos por otros en los que comparten sitio docenas de camisas de a siete euros, con los edredones de quince, las faldas de nueve y las zapatillas de andar por casa. Te levantas entonces sobresaltada por la pesadilla, te metes en el armario y compruebas que aún siguen ahí las compras que hiciste hace cuatro años para ir a alguna fiesta de la Copa América. Te miras entonces en el espejo y dices, “uff, estoy salvada”.
Vuelves a la cama y por fin te duermes pensando que tú único reto es mantener la talla, que no crezca ni mengüe, para que te siga quedando bien aquella falda de Prada con aquella rebequita de Miu-miu. ¡En fin, siempre quedará algo para unas medias nuevas!
Al día siguiente te despiertas, y ahí están ellos dos en los informativos de Canal 9, como no, dejándose grabar junto a un Ferrari rojo chillón a juego con la chaqueta de la alcaldesa. Te hablan de los grandes eventos, del tenis, de las motos, de la Fórmula 1, de los caballos y ahora también de los Ferraris... ¡Otro evento!, habrá que ponerse mona, miras al armario… ¡Dios mío, socorro, no sé si tendré para tantos pares de medias!

Habrá que estudiar corte y confección para reciclar vestidos pasados de moda -ahora le acorto una manga, ahora le pongo un fleco- para que no parezca el mismo de la fiesta de Vuitton de hace cuatro años, O copiar los patrones de Burda como hacía tu madre, ¡uff, qué fuerte! Fíjate que precisamente ayer, en el Corte Inglés de Colón, se celebró un encuentro de tejedoras y ganchilleras, igual con un tocado de ganchillo le das un aire nuevo a tu look.

Menos mal que Carmen Lomana ha escrito un libro que te enseña a ser una chica diez con cuatro perras. Lo presentó ella misma este jueves en el Hotel Astoria y allí estaban todas las señoras sin pestañear, atentas a lo que contaba la Lomana, super divina ella, tanto que hasta le hizo abrir la botella de Coca-Cola a una de las periodistas encargadas de promocionar su libro… hija, no sé, eso no me parece de mujer diez, la verdad.

El libro da consejos de belleza (ir al baño todas las mañanas a la misma hora), de moda (mezclar ropa cara y barata) y hasta picarones: para volver locos a los hombres hay que poner polvos de talco en la cama; según Carmen Lomana, el secreto se lo contó una prostituta de alto 'standing' muy conocida en Londres, que había sido amante del rey de Jordania y muchos otros reyes. ¡Desde luego, esta mujer es una mina!

El mismo jueves se inauguró en Colon una nueva franquicia de Trucco. Allí estaban las chicas de Hello, con su directora María Chuliá; la bloguera Macarena Gea; Eva Montesinos, de Mon Comunicación; lo mejor de la inauguración: un 25 de descuento en toda la tienda y los cupcakes de Olga Leston.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El marketing es la leche

Nuestro fondo de armario está salvado: llegan a Valencia COS y Carmen Lomana...
La verdad es que el marketing es una de las ciencias más notables que madres han parido. Los que se dedican a eso son la leche: andan por ahí agazapados estudiándonos a todos detrás de sus portátiles y en cuanto detectan que algo está cambiando, ya están ellos dando soluciones a los nuevos problemas. Vamos, que ni el mismísimo Rubalcaba sabe más de nosotras y de nuestras inquietudes que los grandes genios del marketing, desde sus despachos de Manhattan o la City.
Pues bien, en algún despacho de algún edificio de oficinas de alguna ciudad del mundo, algún genio marketiniano debió darse cuenta hace ya tres años, cuando nuestros políticos ni siquiera hablaban aún de la crisis, que un grave problema se cernía sobre los fondos de armario del mundo occidental. “Eureka”, debió decir el encorbatado de turno, “lo encontré” y convenció a sus jefes para que abriesen una cadena de tiendas con ropa de calidad a un precio razonable. Aquel marketiniano supo ver que más de una de nosotras estaba a punto de renunciar a sus compras en las tiendas de gama alta y que nos íbamos a deprimir al ver como poco a poco se iba apagando el fuego de la pasión que nos unía con nuestro fondo de armario. Porque claro, no resulta nada fácil acostarte entusiasmada pensando que mañana vas a estrenar tu rebeca de lana monda y lironda, cuando dos años antes te habías acostumbrado a los colores y al tacto del cashmere de Prada. Era como cuando te dejaba un novio del que estabas pilladísima y al cabo de unos meses tenías que conformarte con el típico niño mono que ni fú ni fá.
Total, que las horas de trabajo del aquel currito marketiniano han llegado a buen puerto: esta semana se inauguró en Valencia
COS, una tienda de ropa del grupo H&M especialista en fondos de armario: camisas blancas de corte impecable, vestidos negros básicos pero con algún toque fashion, rebecas de cashmere, abriguitos estilosos, tejidos naturales … y todo ello con una calidad que se aproxima a lo que comprábamos hace tres o cuatro años pero por la décima parte de precio.

Valencia es la segunda ciudad que elige COS después de Barcelona, y no será la única, había que ver las colas en los probadores de la tienda de Jorge Juan. “Mis amigas madrileñas se van a morir de envidia cuando sepan que COS ha abierto en Valencia”, decía Macarena Gea, una de las blogueras que estuvo el jueves en el cóctel de inauguración. Un exitazo. Una mezcla entre modernos, pijos, blogueras, jóvenes y no tan jóvenes. Allí estuvieron los diseñadores Francis Montesinos, Juan Andrés Mompó –que mono va siempre este hombre-, Miquel Suay, Fidel David, la periodista Laura Grande, la modelo Lucía Aparicio, los actores María Maroto, Cristina Fernández, Raquel Escribano y Paco Trenzano, la directora general de la Ciudad de la Luz Elsa Martínez, las hermanas Blanca y Laura Fitera… El DJ Vicente Gallart amenizó la velada al ritmo de la mejor música y el catering fue de Seina Cocotte.
La semana pasada también abrió tienda en Valencia la firma Amore Ibiza, en la calle Vilaragut, junto a Poeta Querol, con ropa y accesorios muy ibicencos llenos de color y estampados de lo más hippie. No es fondo de armario, pero también hay que soltarse la melena de vez en cuando.
¡Ay, que no se me olvide! El día 11, las tiendas de las calles Sorní y Conde Salvatierra organizan un día de Shopping con descuentos del 10%, regalos y sorpresas. Participan Presen Rodríguez, Belgravia, Yo Solito, Paca Cervera, Rubio Kids, Kiehl’s, VM The Shop, Thomas Sabo, House Bikes, Stonefly, la Joyería Iborra y el Centro de Fitness Roma Health Club.

Junto a COS, nuestro fondo de armario tiene otra tabla de salvación, Carmen Lomana, que viene esta semana a Valencia a presentar su libro, donde da valiosos consejos de maquillaje, estilismo, o cómo disponer de un magnífico fondo de armario sin necesidad de ser millonaria. Carmen también es la leche porque ha evidenciado que la superficialidad no es propia de mujeres tontas y con poco cerebro sino todo lo contrario. Como dice Blanca Fitera en una entrevista de la revista Showroom: “el conocimiento es un aburrimiento si no le das un toque de frivolidad, ironía y superficialidad”.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Menos mal que tenemos Telva

La última vez que el diseñador Hannibal Laguna desfiló en la Pasarela del Carmen, la Pantoja todavía suspiraba por Julián Muñoz. Desde entonces ni está ni se le espera en la Semana de la Moda de Valencia, perdón, la Vidal Fashion Week, uff, perdón, la Valencia Fashion Week.

El caso es que la semana pasada el alicantino Hannibal Laguna recibió en Madrid el Premio de Moda de Telva. Allí, a los pies de la Cibeles, en el enigmático edificio de Correos que el yerno de todas las suegras, Don Alberto Ruiz Gallardón ha convertido en sede del Ayuntamiento de Madrid, endeudando de paso a los nietos de los nietos de sus hijos. Eso, sí, el Palacete. Aparte de que parece un pastelón, es una monada, tanto, que las chicas de Telva, decidieron cambiar el Hotel Palace por el Gallardon’s Palace.

Veinte años ha costado, ¡veinte nada menos! que un valenciano consiga el Premio Telva al mejor diseñador español de moda. Y es que estos madrileños son como Castilla: marrones, sosos, austeros, secorros y ven el colorido Mediterráneo como un poco hortera. Les cuesta valorar la modernor catalana o la exhuberancia barroca valenciana.

Menos mal que Telva se acordó de nosotros en el veinte aniversario de los Premios. La fiesta de esta edición ha sido un bombazo, y no sólo porque se celebra en Gallardolandia. La invitación es un pequeño pergamino rojo metido en un joyero y envuelto en una caja roja ideal; el dresscode de la cena es de rigurosa etiqueta: ellos con esmoquin y ellas de largo. Y entre los invitados ilustres, no faltó la Infanta Elena, con un espectacular vestido rojo y mantón de manila turquesa.

Vestidas de Hannibal Laguna fueron Paz Vega –que llegó directamente de Los Angeles con Orson Salazar-, Dafne Fernández, Vanessa Romero, Juncal Rivero, Paloma Lago, Marta Robles, Cristina Piaget, Priscila de Gustin y Cuca Solana, la directora de la Pasarela Cibeles, ¡perdón, Madrid Fashion Week!

En la misma gala, Telva entregó el Premio al mejor diseñador extranjero nada menos que a Albert Elbaz para Lanvin. La elección no puede ser más acertada, no hay más que pasarse por Chapeau para ver los fabulosos vestidos de la firma. Prueba de que es el diseñador del momento es que al menos media docena de invitadas a la boda del año, la del hijo de super Nati Abascal, iban de Lanvin. Los mejores Lanvin, los de Rosario Domech –la mujer del Juli- y María García de la Rasilla.

Poco valenciano por allí, al menos lo que nos dejaron ver las cámaras de Hola, a excepción de nuestro glamouroso diestro Enrique Ponce con su mujer Palomita Cuevas, monísima de la muerte como siempre.

Que Hannibal Laguna comparta premio con Lanvin es lo más de lo más, es como si Hanna Montana le pidiese a cualquiera de nuestras hijas ser su amiga en twitter.

Si algo tienen en común Laguna y Lanvin es que sus vestidos son hipermegalujosos, ideales para una noche de fiesta y glamour. Eso sí, Laguna es más racial y voluptuoso, más Mediterráneo y seductor, mientras que Lanvin es más sobrio y sofisticado, más parisino.

Un valenciano, Hannibal Laguna, recibe en Madrid el Premio Telva al mejor diseñador y un madrileño recibe en Valencia la Aguja de Oro del Gremio de Sastres y Modistas. La semana pasada, el Gremio de Sastres y Modistas le ha regalado un buen homenaje a Elio Berhanyer, que nació en Córdoba pero es más madrileño que Fran Alvarez, el marido de Belén Esteban, que es chulo y castizo hasta decir basta.

Berhanyer recibió en Valencia un homenaje con mayúsculas: Valentín Herráiz le entregó el Premio Aguja Brillante, lo nombró socio de honor del Gremio de Sastres y Modistas, y hasta le organizó un desfile y cena benéfica en el hotel Las Arenas a beneficio de la Fundación Nuevo Futuro. Vamos, que se fue más emocionado que Moratinos del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Nota: esta semana también inauguró tienda de de ropa infantil Rubio Kids la firma de Hortensia Maeso, la mujer del heredero de las caligrafías que nos mandaban las monjas y que está haciendolo francamente bien. Es la segunda tienda que abre, ha desfilado en Cibeles, ha diseñado vestuario para una peli… vamos, un crack.