Sísifo es uno de los personajes más desgraciados de la
historia; ¡pobre hombre!, condenado para toda la eternidad a subir un pedrusco
a una montaña y justo cuando va a llegar a la cima, cuando está a punto de
saborear las mieles del éxito; pataplán
porrazo, a tierra y ¡ale! otra vez la roca al hombro y vuelta para arriba.
Salvando las distancias, así es nuestra vida con la
operación bikini, que mejor sería llamarla “tragedia bikini”. Ahí estas tú, año
tras año, empeñada en llegar delgada y en forma al primer posado en bikini.
Hablas con tus amigas para ver qué dieta han empezado ellas. Unas te cuentan
que la mejor es la de la sandía, que no es otra que tomar sandía a todas horas
del día salvo unos intervalos con lechuga y pavo. Otras, como la monísima Maribel
Vilaplana, te dicen que lo mejor es un plan de choque con batidos híper
proteicos. Y tú empiezas un lunes con los batidos y a las 11 de la mañana ya
estás pensando en tu bocadillito de tortilla con aperitivo de bravas. Resistes
un día, consigues hacer la dieta otro día más, a la semana has bajado un kilo y
medio, cosa que apenas se nota en tu ropa, y te dices: venga, guapa, un poco
más, otra semana y serán tres kilos. Pero la vida es dura y, nos pasa como a
Sísifo, cuando llevas dos kilos y medio te montan un sarao y pataplan, vuelta a empezar.
Este fin de semana hay una fiesta de tapas en los tinglados
de la Marina: ¡qué demonios, dejemos rodar la piedra montaña abajo!, ¡a qué
luchar contra lo inevitable!, el lunes volveremos a empezar. Por lo peor de esta
tragedia es que los kilos se pierden gramo a gramo, pero se ganan kilo a kilo.
Claro que para Sísifos los de Ana García Obregón; mil veces
ha llegado a la cima y otras tantas se ha despeñado al suelo. Pero ahí está la
tía, peleona, con sesenta y dos años portada de Playboy. Ana ha sido una de
esas mujeres que nos han acompañado toda a vida. Para unos una niña mal criada,
para otros una descarada y para muchas de nosotras, siempre envidada en
secreto. La tía, sin ser de una belleza espectacular, se ha ligado a los tipos
más guapos del país. Empezando por el Conde Lecquio, cuando era lo que era,
hasta el Príncipe Alberto o Miguel Bosé… ¡Y tú toda la vida con tu Pepe!
Anita parece tonta, pero sigue en la brecha y no es de las
que se quedan en casa esperando el próximo capítulo de la telenovela. La muy
lista produce ella misma la serie y se queda tan pancha.
Su último golpe para matarnos de envidia, aunque siempre lo
negaremos, ha sido salir en la primera portada de Playboy: una foto en bikini y
la otra con un vestido de encaje del valenciano Alejandro Resta.
Ana contactó con Alejandro por las redes sociales. Le
gustaba lo que había visto de su trabajo y dijo: este será el mío para Playboy.
“El vestido es de la colección Queens (reinas). Es de tul bordado al que hemos
desmontado el encaje para adaptarlo al cuerpo construyendo la silueta sobre un
maniquí, un trabajo delicado y muy laborioso”.
Lo de Alejandro y Ana ha sido un flechazo. Él dice de ella
que es encantadora y muy inteligente y ella se ha sentido tan identificada con
sus diseños que ya le ha encargado otros dos para la gala Starlite de Marbella.
“También me han llamado de la revista Hola para vestir a una híper famosa, pero
es un secreto y no lo sabré hasta dentro de dos semanas”.
El diseñador lleva camino de convertirse en el modisto de
las estrellas gracias a sus vestidos híper mega sexis de siluetas esculpidas.
Ha vestido a Paris Hilton, a Mónica Naranjo, a Eva Longoria y puede que la
mismísima Sofía Vergara luzca uno de sus modelos, “le estamos preparando un par
de vestidos a través de Franz Serrano, un buen amigo de la actriz”. Como
seleccione uno de ellos, Resta va a dar la campanada.
El viernes, el diseñador apenas tenía tiempo para hablar con
nadie. “La novias me tienen secuestrado: ayer salieron de mi atelier 27
vestidos entre novias, damas y familia de la novia. Hoy caso a Olga García
Mengual en la Iglesia de San Agustín. Mañana otras dos.”