Pierre Perignon fue el inventor del champagne, un monje benedictino que murió a los 75 años en 1715, una época en la que la gente no solía pasar de los cuarenta. Según Xavier Monclús, enólogo de la glamurosa LVMH (Louis Vuitton Moet Hennessy), el responsable de esa longevidad no es otro que el champagne, por eso lo recomienda a todas horas del día. “Probar champagne a las 9 de la mañana es un masaje para el alma”.
Visto lo visto estos días, si Blesa y sus consejeros hubiesen sabido esto, los camiones de reparto de champán hubiesen colapsado las calles de Madrid cada mañana y las tarjetas black habrían tomado un tenue color dorado con burbujitas de fondo. Y algunos altos cargos de la Generalitat, en aquellos años de la alegría campista, podrían haber rellenado con champán las fuentes de agua de sus despachos, luego habrían pasado la factura correspondiente y aquí paz y allá gloria.
Monclús estuvo esta semana en Valencia participando en varias catas de champagne organizadas por LVMH y Javier Monedero, de la distribuidora Dicoval.
La primera se celebró el martes en el Hotel Neptuno y estaba reservada a mujeres. Sólo se cataron los champanes rosados, que aseguran que son más del gusto femenino: Moet Rosé, Veue Clicquot Rosé y Ruinart Rosé, y para acompañar al postre, un Moet Néctar dulzón que se acaba de presentar en España.
Chicas, beber champagne mola, pero si además lo haces escuchando las explicaciones del enólogo Xavier Monclús, la experiencia puede resuCltar de lo más entretenida. ¡Qué hombre! Comenzó contándonos la anécdota del monje benedictino para continuar con el Rey Sol, “creador de las orgías más importantes que hay visto la historia de la humanidad” y que también murió a los 75 años a pesar de haber vivido sin ninguna mesura (gracias el champagne claro). Y nos ganó definitivamente cuando explicó que la viuda Cliquot, como ser superior, cambió definitivamente la manera de hacer rosado.
A la comida fueron mujeres tan estilosas como Esperanza Vila, Nanda Botella, Loreto Cerdá, Carolina Lorente, Mayrén Beneyto, Isabel Cosme, Virtudes Langa, Silvia Escolá, Chelo Cotanda, Maribel Villaplana, Lourdes Molto, Sofia Carpi, Belén Aliaga, Beatriz Pechuán, Amparo Ros Casares, Ross Izquierdo, Maite Burgos, Consuelo Abadia, Reyes Amat, Angela Valero de Palma, Carmen Romero, Irene Sanz, Mercedes Rodrigo, Verónica Montijano, Lorena Oliver, Regina Miguel Camps, M Angeles Miguel, de Salvatore Ferragamo, Ana Serratosa y Rosa Sanchís.
La semana dio para más citas gastronómicas. En el Mercado de Colón abrió el lunes Ma Khin Café, un restaurante-cafetería-tienda del chef Stephen Anderson (Seu Xerea). Y el jueves, en el edificio del reloj, la cerveza Alhambra montó un afterwork clandestino (de esos que te envían invitación con código de entrada) con música en directo del grupo Sweet Wasabi, de la actriz Laura Pamplona.
A la misma hora, pero en el centro de la ciudad, Lourdes López y Javier Verdeguer celebraban con sus amigos la inauguración de su elegante tienda Patos en la Plaza del Patriarca, entre ellos Alicia de Miguel con sus hermanas, Alicia y Amparo Margarit, Dulce Jiménez, Esther Barrera, Pepa Navarrete, Marivi Setuain, Nuria Villarrasa, Carmen Topete, Rosario Martín, Inmaculada Maica, y el arquitecto Vicente Vázquez con su mujer Carmen Bondía, autor de la tienda.
martes, 28 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
En el cielo de Valencia
Las cuarentonas valencianas somos hijas de nuestros padres, nuestro tiempo y de El Corte Inglés; crecimos en sus escaleras porque nuestras madres no salían de allí, cuando no tenían otra cosa mejor que hacer, simplemente se iban al Corte Inglés y nos llevaban a nosotras detrás. Así es que nos fuimos haciendo mayores; las regañinas de mamá porque nos estuviésemos quietas, se transformaron en broncas dentro del probador por el largo de la falda o el color de las medias. Y seguimos creciendo, hasta que un buen día nos vimos en la sección de caballeros; ¿qué hacíamos allí?, lo mismo que hizo mamá: comprar los pijamas de papá, ahora para nuestro chico.
En todo ese largo proceso, ha habido siempre un punto de descanso: la cafetería de El Corte Inglés: punto de encuentro con tus amigas de BUP y de avituallamiento en más de una tarde cansina de compras. Era ruidosa y la decoración muy de la época de María Jesús y su acordeón, aunque nunca habías reparado en ello, pero lo harás cuando vuelvas y veas lo que han hecho con ella. Ahora es un espacio más amable con maderas claras, diseños nórdicos, iluminación suave y ambientes distintos para romper el ruido de las conversaciones. Una monada.
Pero lo mejor es la terraza. En cuanto la ves, piensas, pero Dios mío, ¿dónde ha estado hasta ahora esta terraza?, ¿qué hacíamos nosotras ahí dentro, teniendo aquí estas vistas? Lo cierto es que era una zona de paso para acceder al comedor del persona. Ahora es una de las terrazas más agradables de la ciudad, con jardín y sillones blancos puedes desayunar del sol mediterráneo mientras tomas un café, comes con las amigas te tomas un gintonic, sin más ocupación que contemplar el cielo de la ciudad. Por no hablar de los días de fallas viendo la mascletá. La terraza estará abierta todo el año, en invierno tendrán placas de calor radiante, y todos los viernes habrá afterwork con actuaciones en directo.
Se inauguró el viernes con jamoncito, vino y música en directo de Nacho Mañó y Gisela Renes, del grupo Canto Rodado. No ha sido el único sarao del Corte Inglés esta semana. El miércoles abrió un espacio efímero dedicado a la decoración en la calle Caballeros 38 (como un Casadecor) y se trajo a un montón de periodistas de Madrid con el reclamo de Blanca Cuesta como madrina del evento.
Estuvo en la inauguración Hortensia Roig, el torero Vicente Barrera, la presidenta del Palau de la Música Mayren Beneyto, el Alcalde de Villamarxant, Vicente Betoret, y su mujer Cristina Aparici, Nacho Gómez-Trénor, la directora general de Comercio Silvia Ordiñaga, la presidenta de Unicef Valencia, Nidita Guerrero, la diseñadora Presen Rodríguez, y su hija, Isabel Cosme, el gerente de Bodegas Hispano-Suizas Pablo Ossorio, el director regional de El Corte Inglés Juan Sabater, la interiorista Verónica Montijano y el chef Ricard Camarena, que preparó el cóctel, con su mujer Mª Carmen Bañuls.
La semana dio para más saraos. El jueves se inauguró la exposición “Herederas de las majas de Goya” en la Fundación Bancaja, con su presidente Rafael Alcón como anfitrión. Asistió el president Fabra, Blanca Pons Sorolla, el presidente de las Cortes, Alejandro Font de Mora, Mayrén Beneyto, Felipe Garín, Paz Olmos, Vicente Colom, Paco Caparrós, David Lladró, Lucrecia Benlliure, Nathalie de Weerdt, Mar Casanova, Sedi Casanova, Carmen Girona, Maity Moroder, María Muñoz Peirats y Paula Alcón.
Y ese mismo día, con el termómetro marcando 30 grados a las diez de la noche, el Westin organizó un desfile de boda en su jardín con vestidos de Luis Rocamora y Valentín Herráiz, joyas de Argimiro Aguilar y ropa de ceremonia de Alfredo Esteve. Alfredo estaba empeñado en demostrar que el hombre también puede innovar, por eso sacó chaqués grises, pantalones con vuelta y chaquetas cortas y entalladas, camisas con pechera, capa española y hasta un chaqué blanco, que según el maestro Antonio Puebla no se puede llevar en una boda, salvo que sea una boda gay y lo lleve la novia.
Se inauguró el viernes con jamoncito, vino y música en directo de Nacho Mañó y Gisela Renes, del grupo Canto Rodado. No ha sido el único sarao del Corte Inglés esta semana. El miércoles abrió un espacio efímero dedicado a la decoración en la calle Caballeros 38 (como un Casadecor) y se trajo a un montón de periodistas de Madrid con el reclamo de Blanca Cuesta como madrina del evento.
Estuvo en la inauguración Hortensia Roig, el torero Vicente Barrera, la presidenta del Palau de la Música Mayren Beneyto, el Alcalde de Villamarxant, Vicente Betoret, y su mujer Cristina Aparici, Nacho Gómez-Trénor, la directora general de Comercio Silvia Ordiñaga, la presidenta de Unicef Valencia, Nidita Guerrero, la diseñadora Presen Rodríguez, y su hija, Isabel Cosme, el gerente de Bodegas Hispano-Suizas Pablo Ossorio, el director regional de El Corte Inglés Juan Sabater, la interiorista Verónica Montijano y el chef Ricard Camarena, que preparó el cóctel, con su mujer Mª Carmen Bañuls.
La semana dio para más saraos. El jueves se inauguró la exposición “Herederas de las majas de Goya” en la Fundación Bancaja, con su presidente Rafael Alcón como anfitrión. Asistió el president Fabra, Blanca Pons Sorolla, el presidente de las Cortes, Alejandro Font de Mora, Mayrén Beneyto, Felipe Garín, Paz Olmos, Vicente Colom, Paco Caparrós, David Lladró, Lucrecia Benlliure, Nathalie de Weerdt, Mar Casanova, Sedi Casanova, Carmen Girona, Maity Moroder, María Muñoz Peirats y Paula Alcón.
Y ese mismo día, con el termómetro marcando 30 grados a las diez de la noche, el Westin organizó un desfile de boda en su jardín con vestidos de Luis Rocamora y Valentín Herráiz, joyas de Argimiro Aguilar y ropa de ceremonia de Alfredo Esteve. Alfredo estaba empeñado en demostrar que el hombre también puede innovar, por eso sacó chaqués grises, pantalones con vuelta y chaquetas cortas y entalladas, camisas con pechera, capa española y hasta un chaqué blanco, que según el maestro Antonio Puebla no se puede llevar en una boda, salvo que sea una boda gay y lo lleve la novia.
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lunes, 13 de octubre de 2014
Melancolía otoñal
El otoño se presta a la melancolía, que es un antídoto de la alegría, sobre todo cuando te acercas peligrosamente a una edad en la que tienes que aceptar que muchos de tus sueños ya nunca se cumplirán y lo peor es que vas a tener que vivir con eso y volver a encontrar excusas para ser feliz. Cuando llegas a este punto, puedes hacer varias cosas: descartada la posibilidad de que aparezca de pronto tu marido con una sorpresa que te haga sonreír, puedes poner “La 2” a ver si tienes suerte de que echen uno de esos reportajes de animalitos que te ayudan a conciliar el sueño; o meterte en internet, consultar el saldo de tu cuenta y a ver si con suerte todavía te quedan cuatro euros para ir de compras.
Si todo eso falla, no hay que desesperar. Lo importante es hacer algo, no quedarte en casa retozando en el sofá. Por ejemplo, te levantas, te pones monísima de la muerte y te vas al Hotel Westin a ver la exposición de pintura de la argentina Mercedes Lasarte.
Más allá del interés artístico, la exposición tiene un plus de glamour porque la autora es íntima de la Baronesa Thyssen. De hecho, la mismísima Tita estuvo aquí en la inauguración, habló maravillas de la pintora y derrochó cordialidad y don de gentes. Lejos de la actitud estirada de muchos famosos que, en ocasiones como esta, se limitan a hacer acto de presencia y en cuanto pueden hacen mutis por el foro como queriendo evitar el contacto con la plebe, la baronesa se integró con la concurrencia y no puso reparo alguno en departir con unos y con otros y hartarse de sacarse fotos con todo el que se lo pidió. Tita llegó al hotel con unos pantalones blancos pitillo y una chaqueta negra y reapareció a los cinco minutos con un top lencero de lo más coqueto y un anillo de un brillante entre ocho y diez quilates (el equivalente a un buen garbanzo). Luego se quedó al cóctel –muy francés con champagne Perrier y macarons de colores – y acabó cenando en Komori con Rafael Alcón, con quien prepara una exposición en la Fundación Bancaja. La acompañaba la directora de Art Wanson Gallery, Mercedes Duerinck, y su marido Maureen Benezra, con una corbata pintada por Lasarte que recordaba a las de Luis Aguilé. A la presentación fue Rita Barberá, el profesor Santiago Grisolía con su mujer Francés Thompson, la presidenta de Unicef Valencia Nidita Guerrero con su marido José Antonio Prat, Eduardo Alcalde, Javier Muñoz de Prat, Mónica Morales, Joaquín Ros, de Banco Mediolanum, Encarna Roig, de Acosta, Lola Narváez, el joyero Argimiro Aguilar con su mujer Sesé, Alfredo Esteve, Carmen Pérez, el presidente del Puerto Rafael Aznar, Rafa Torres, María José Suarez, conservadora Museo Nacional De Cerámica, Belen García-Guzman, Eugenia Ripoll e Iñigo Rodríguez-Hessler.
La exposición es una inyección de vitamina antidepresiva. Mercedes Lasarte pinta con el colorido de Gauguin y Matisse y eso, según Guillermo Solana, enamoró a Tita, que la convirtió en su pintora de cabecera y le encargó varios retratos suyos y de sus hijas Carmen y Sabina. Solana, director del Museo Thyssen, dice que la pintura de Mercedes Lasarte ofrece una vía de escape, una escala de evasión por la cual huir de este mundo hacia otro que nos promete la realización de todos nuestros deseos. Vamos, que el plan de ir a ver la exposición (estará hasta el 31 de diciembre) viene como anillo al dedo para burlar la melancolía otoñal. Y la semana que viene, más planes: el jueves, en la terraza del Westin, desfile de Alfredo Esteve, Luis Rocamora, Valentín Herráiz y joyas de Argimiro Aguilar. A la misma hora, el peletero Amado organiza otro desfile en el Palau de la Música a beneficio de la Casa de la Caridad, y el viernes, la cena de Fuvane en la Hípica, una de las citas imprescindibles de la temporada.
Más allá del interés artístico, la exposición tiene un plus de glamour porque la autora es íntima de la Baronesa Thyssen. De hecho, la mismísima Tita estuvo aquí en la inauguración, habló maravillas de la pintora y derrochó cordialidad y don de gentes. Lejos de la actitud estirada de muchos famosos que, en ocasiones como esta, se limitan a hacer acto de presencia y en cuanto pueden hacen mutis por el foro como queriendo evitar el contacto con la plebe, la baronesa se integró con la concurrencia y no puso reparo alguno en departir con unos y con otros y hartarse de sacarse fotos con todo el que se lo pidió. Tita llegó al hotel con unos pantalones blancos pitillo y una chaqueta negra y reapareció a los cinco minutos con un top lencero de lo más coqueto y un anillo de un brillante entre ocho y diez quilates (el equivalente a un buen garbanzo). Luego se quedó al cóctel –muy francés con champagne Perrier y macarons de colores – y acabó cenando en Komori con Rafael Alcón, con quien prepara una exposición en la Fundación Bancaja. La acompañaba la directora de Art Wanson Gallery, Mercedes Duerinck, y su marido Maureen Benezra, con una corbata pintada por Lasarte que recordaba a las de Luis Aguilé. A la presentación fue Rita Barberá, el profesor Santiago Grisolía con su mujer Francés Thompson, la presidenta de Unicef Valencia Nidita Guerrero con su marido José Antonio Prat, Eduardo Alcalde, Javier Muñoz de Prat, Mónica Morales, Joaquín Ros, de Banco Mediolanum, Encarna Roig, de Acosta, Lola Narváez, el joyero Argimiro Aguilar con su mujer Sesé, Alfredo Esteve, Carmen Pérez, el presidente del Puerto Rafael Aznar, Rafa Torres, María José Suarez, conservadora Museo Nacional De Cerámica, Belen García-Guzman, Eugenia Ripoll e Iñigo Rodríguez-Hessler.
La exposición es una inyección de vitamina antidepresiva. Mercedes Lasarte pinta con el colorido de Gauguin y Matisse y eso, según Guillermo Solana, enamoró a Tita, que la convirtió en su pintora de cabecera y le encargó varios retratos suyos y de sus hijas Carmen y Sabina. Solana, director del Museo Thyssen, dice que la pintura de Mercedes Lasarte ofrece una vía de escape, una escala de evasión por la cual huir de este mundo hacia otro que nos promete la realización de todos nuestros deseos. Vamos, que el plan de ir a ver la exposición (estará hasta el 31 de diciembre) viene como anillo al dedo para burlar la melancolía otoñal. Y la semana que viene, más planes: el jueves, en la terraza del Westin, desfile de Alfredo Esteve, Luis Rocamora, Valentín Herráiz y joyas de Argimiro Aguilar. A la misma hora, el peletero Amado organiza otro desfile en el Palau de la Música a beneficio de la Casa de la Caridad, y el viernes, la cena de Fuvane en la Hípica, una de las citas imprescindibles de la temporada.
lunes, 6 de octubre de 2014
Noche de esmóquines
¿Os habéis fijado alguna vez en esas vaquitas a manchas blancas y negras que pastan alegres en los prados? A simple vista parecen todas iguales, pero cuando te fijas bien te das cuenta que cada una es de su padre y de su madre y que no hay dos manchas iguales.
Pues bien, a los hombres les pasa lo mismo con el esmoquin. Los hay que se nota a la legua que lo han alquilado, otros que deben de tener una colección y los más dandis los han adaptado a las tendencias, entallando las chaquetas y afinando los pantalones. No es fácil llevar bien un esmoquin porque los fallos cantan mucho. Además, hay que lucirlo con cierto trapío, con un toque de despreocupación propio de quien se siente elegante desde su más tierna infancia y por tanto no tiene nada que aprender en esta materia.
Vicente Barrera luce el esmoquin como si hubiese nacido con él puesto. Javier Conde es más de vaqueros o de corbata. A Alberto Fabra se le nota incómodo en su esmoquin. Pablo Hohenlohe va tan de sobrado que se atreve a innovar poniéndole puños y cuello verde menta. Alejandro Bataller y David Lladró lo lucen con la misma gallardía que un general su uniforme de gala.
¿Qué os parece el juego que me inventé en la última cena de los premios Telva? Harta ya de radiografiar a las mujeres y de copiar o desterrar modelos, decidí hacer lo propio con los hombres.
En el próximo número de Telva, que saldrá a finales de mes, estarán casi todos los que acudieron a la Gala de los Premios en el Palau de les Arts. El juego consiste en elegir el esmoquin del año. Ya os adelanto que, en mi modesta opinión, el premio es para José Luís Vilanova, marido de Verónica Montijano.
Claro que, francamente, los esmóquines dan para poco en comparación con el repaso a los modelitos femeninos. Ahí sí que hay tela que cortar. Desde el atrevido escote de la piloto Carmen Jordá o el espectacular jumpsuit metalizado de Fiona Ferrer, a los clásicos vestidos negros largos de Estrella Morente o la presentadora de Telecinco Isabel Jiménez.
Del rojo Valentino de la nadadora premiada Alba Cabello, Patricia Bonilla o María José Lladró al amarillo de Cristina Blanc y Carolina Merino, muy estilosas las dos; del verde de Elena Barraquer al turquesa un tanto desvaído de la princesa Beatriz de Orleans.
Monísimas de la muerte iban Patricia Rato, con un vestido rosa palo de la diseñadora Tot-hom; Salomé Corell, de rosa empolvado; Andrea Pascual, con un vestido rojo con aire de cesarina romana o Juana Roig, con un vestido de Marta de Diego en crepe negro. También de Marta iba la presidenta del Palau de la Música Mayrén Beneyto, con un vestido de tul de plumeti blanco y negro.
El blanco y negro siempre es una apuesta segura. La Consellera de Cultura María José Catalá eligió esta combinación, mientras que la redactora jefe de moda de Telva, Maite Sebastiá y la subdirectora de la revista Lucia Francesch, optaron por el negro y la directora Olga Ruiz, por el blanco. El equipo de Telva estuvo arropado por el director general de Unidad Editorial, Javier Cabrerizo y el director de Recursos Humanos, Tomás Pereda.
En el Palau de les Arts estuvieron también algunos accionistas de El Mundo en la Comunidad Valenciana, como Ángel Raga, Juan Carlos Gómez Pantoja, Gonzalo Iranzo y Fernando Quintana.
También estuvo el joyero Argimiro Aguilar (las joyas que lució Estrella Morente fueron suyas), Cuchita Lluch, el joyero Vicente Gracia, Pablo Serratosa y Silvia Escolá, la diseñadora Dolores Cortés, David Lladró y Marta Aliño, María Roca, de Mercedes Benz; Rocío Bacharach, Nacho Gómez Trenor, los diseñadores Valentín Herráiz y Francis Montesinos, la artista Nanda Botella, el doctor José María Ricart y la bloguera Mayte de la Iglesia.
No faltó la familia Bataller, de Sha Wellness: el presidente Alfredo Bataller, con su mujer Graciela Parietti y su hijo Alejandro. Y otra gran familia, la de Sesderma, con el doctor Gabriel Serrano y su mujer Pilar Ballesteros y sus hijos Pilar y Gabi Serrano.
Lo dicho, estad atentas al próximo número de Telva que va a dar mucho juego al cotilleo.
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