sábado, 30 de octubre de 2010

Gira, mira, pega y ¡pam! qué bueno es el tenis

La vida va pasando y ya han vuelto a abrir el Ágora para celebrar el segundo Open de Tenis de Valencia. No estoy tan segura como para apostarme mi fondo de armario, pero creo que en las últimas cincuenta y una semanas, ese fastuoso edificio ha servido para más o menos nada. En fin, cosas de la vida que va pasando sin que nos demos cuenta.
El año pasado el Open tuvo cierto morbo, porque la mitad de nuestros dirigentes políticos estaban puestos en tela de juicio –acordaos del bueno de Ricardo Costa abriendo todos los informativos y postulándose como el icono del pijoterio mundial-, y tenía su aquel ir a ver quién se dejaba caer por allí. Y allá que fueron ellos, a ver los partidos y a departir entre sonrisas y copas de cava los unos con los otros. Muchos creíamos que algo tendría que cambiar en los próximos meses, pero nada cambió y todo sigue igual, o mejor dicho, nadie cambió y todos siguen ahí. Bueno, sí que ha cambiado algo, y es que este año ya no tenemos en tela de juicio a la mitad de nuestros políticos, tenemos a las tres cuartas partes…, pero todo sigue igual.
Durante toda esta semana habrá partidos y el domingo que viene la gran final, y me apuesto, ahora sí, mi fondo de armario a que lo más granado de nuestra clase política se dejará caer por allí, con sus coches oficiales, sus trajes caros y sus copas de cava, a brindar y a platicar como si nada hubiese pasado.
¡Uff!, qué seria me estoy poniendo, cualquiera diría que estoy enfadada, cuando lo mío es hablar de lo monos que van los tenistas y lo hiper-mega-pija que es la ropa que se suelen poner.
Yo de deportes y de política sé más o menos lo mismo que Belén Esteban del comportamiento de la materia en los agujeros negros. Lo que sé es que si tuviese quince años, antes iría a hacer cola para pedirle un autógrafo a un tenista que a un concursante de Gran Hermano. Así es que voy a sacar lo mejor de mi armario y quizás esta semana me deje caer por El Ágora, a ver si consigo que mi mirada se cruce un par de veces seguidas con la de Feliciano López o la de David Ferrer.
Si vas, que sea con invitación vip, ossea, la Gold ticket, que te permite no sólo ver el partido en primera fila de la pista del Agora -¡ay, que emoción!- sino que además te da acceso al Open Club en el Museo Príncipe Felipe –uff, la de usos que puede llegar a tener un museo…-. Allí puedes comer en el restaurante oficial, al que sólo entras con tu pase vip, y puedes probar los arrocitos que prepara Paco Morales, el chef del hotel de Juan Carlos Ferrero en Bocairent. Desde luego, superar al restaurante del año pasado lo tiene bastante fácil, porque vaya patata de menús. ¡Sé de más de uno que se fue sin probar bocado!
Si no tienes amigos políticos o patrocinadores que te consigan una invitación vip –hija pobre- siempre puedes comprar tu entrada monda y lironda y conformarte con cotillear en el “Fun park”, la zona de ocio y comercial a la que todo el mundo puede acceder gratuitamente (que poco atractivo suena eso…) o en el “Village”, ubicado entre la pista 1 y la pista central del Agora. Allí puedes pasar por los stands y llevarte una revista –imprescindible el último número de Showroom, la revista de Hello, con un editorial de moda inspirado en el tenis- o una bolsa con publicidad que tirarás en cuanto llegues a casa, pero bueno, el caso es llevarse algo.
La jornada de ayer no tuvo demasiadas emociones, salvo ver al torero Óscar Higares y los tenistas David Ferrer y Daniel Gimeno jugando al tenis por una buena causa: apoyar a una fundación que promueve el deporte frente al sedentarismo.
Hablando de sedentarismo, entre partido y partido, lo ideal es tomarse algo en Amstel Lounge, una cervecería ubicada junto al lago diseñada por Nacho Moscardó y con música de la buena. El Amstel Lounge es parte de una campaña de publicidad buenísima que compara distintas competiciones internacionales con la valenciana, para concluir que la nuestra “mola más”. Dí que sí, que aquí somos lo más de lo más en todo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Vuelve el hombre

La tienda valenciana de El Caballo ha cambiado de dueño. Se ha despedido del ya legendario Luis Bodes, para echarse en brazos de otro clásico de nuestro comercio: Edgar Betoret. En la presentación estuvo Muñoz Escassi… ¡¡¡vuelve el hombre de pelo en pecho!!!

Tras unos años de dominio absoluto del hombre añiñado y megamoderno, con vaquero caído, palestina y tupé (¡cuánto daño ha hecho Kortajarena, me decía el fotógrafo Gerardo Ortiz¡) parece que se pone de moda el hombre de hechuras clásicas, seductor, machote y muy español. Mira, yo me alegro, la verdad. Te alegra mucho la vida ver a Cayetano Ribera Ordóñez en las marquesinas de las paradas de autobús como imagen de Loewe, ¡¡¡qué guapo es este chico!!!

La fama de Alvaro Escassi le viene más como conquistador de bellezones- Vicki Martín Berrocal, Lara Dibildos, Mireia Caralda, la ex de Eto…- que como estrella de la equitación. Vamos, que debe haber ganado más dinero en Supervivientes o en “I love Escassi” que en competiciones de salto internacional.

Dicen en Edbe, la empresa de Edgar Betoret que se ha quedado con la franquicia de El Caballo en Valencia, y que piensa abrir más en Madrid, que Muñoz Escassi representa el perfil de público más joven, cosmopolita e internacional al que se dirige la marca. “El estilo de El Caballo encaja muy bien con mi forma de vestir que yo definiría como sport urbano con reminiscencias de mi tierra, Sevilla. Y como amante de la equitación me encanta ver a las mujeres elegantes, vestidas con ese toque de folclore inspirado en la

artesanía andaluza”, dijo en la presentación.

Escasi llegó a la tienda puntual por la mañana, posó para los fotógrafos con las modelos valencianas Sara de Antonio y Paula Dolcet y después atendió a los periodistas por turnos, como si estuviera promocionando una peli de estreno. En esto, Muñoz Escassi es la antítesis de Cayetano Martínez de Irujo, al que se le tuerce el morro cada vez que ve a un fotógrafo, pobre.

Luego, en el cóctel de la tarde, y haciendo gala a su fama de conquistador, repartió besos por doquier y coqueteó con toda mujer de entre 15 y 70 años que se le puso a tiro. El cóctel, como no podía ser de otra forma, fue con jamoncito del bueno y vino tinto. ¡Ole que sí! Allí estuvieron como anfitriones Edgar Betoret y Cristina de Salazar, Blanca Crespi que es imagen de la firma en Valencia, con su madre Laura Fitera y su tía Blanca Fitera; la presidenta del Palau Mayrén Beneyto; el notario Rafael Gómez-Ferrer con Mª José Navarro; Cuchita Lluch, Amparo López, Carolina Gil, Esther Barrera, Ángela Valero de Palma, Andrea Villafañé y Carmen Romero; la bloguera Macarena Gea; Ángela Plá y Maite Sebastiá, de la revista Tendencias, Marta López, Carmina Durán, de la agencia de modelos... Vamos, todo Valencia.

La semana pasada también estuvo en Valencia el Alcalde de Dallas, Tom Leppert. Firmó un acuerdo con Rita Barberá para que ambas ciudades se relacionasen más (¡chicas, viajecito a Dallas ya mismo!) y la Alcaldesa dijo en el Salón de Cristal que el espíritu emprendedor y creativo de los valencianos ya está presente ya en Dallas “a través de la moda de la empresaria valenciana Marta de Diego, presidenta del Comité de Amigos Valencia-Dallas”. Marta tiene una vinculación muy especial con la ciudad de Dallas y con la Consul de España en Dallas Janet Kafka, tanto que hasta dos de sus vestidos están expuestos en el Museo Fashion Main de la ciudad, junto a piezas del mismísimo Balenciaga. Después de la recepción hubo cena el Palacio de Cervelló. Allí estuvieron Belen Juste, Carmen Alborch, Mairen Beneyto, Alberto Catala, Santiago Grisolia, Casilda Moret, los pintores Vicente Colom y Antonio de Felipe, el joyero Vicente Gracia.

La semana que viene tenemos otra Y hablando de maestros de la aguja. El Gremio de Sastres y Modistas con Valentín Herráiz al frente, entregará la semana que viene el Premio Aguja Brillante al gran Elio Berhanyer. Es de agradecer en los tiempos que corren que un premio se entregue a alguien con méritos para recibirlo. Benhayer es caballero de la costura que ha vestido a las grandes damas de la alta sociedad española y hasta actrices de la talla de Ava Gardner y Cyd Charisse. Un clásico.

viernes, 15 de octubre de 2010

Por tu cara bonita

Los años van pasando inmisericordes y ya estamos otra vez mirándonos al espejo y viendo como el verano ha vuelto a pasar factura a la fina piel de nuestro cutis. De pronto ves en televisión a una mujer madura, tirando a mayor, y cuando descubres que tiene uno o dos años menos que tú, te sientes morir. Recuerdas entonces aquel nefasto día en el que aquella niña te llamó señora en la cola del supermercado; y piensas en tu madre cuanto tenía tu edad y en lo mayor que la veías. Y en fin, que te pongas como te pongas ya tienes más años que periodistas hay en la puerta de Belén Esteban.

Es entonces cuando se te pasa por la cabeza que quizás tu cara bonita, que ya no es tan bonita, necesita unos arreglos. Porque claro, en primavera y verano, con adelgazar cinco o seis kilos ya te quedas contenta, pero ahora las cartucheras se notan menos y por tanto su escasez también pasa más desapercibida. Así es que antes de que la depresión vital se apodere de todo tu ser y te deje postrada en el sofá, comiendo chocolate, y rogándole al cielo que tu marido no se ponga cariñoso, decides que quizás la solución esté en darte un tratamiento facial: un botox por aquí, un acido hialurónico por allá y un láser para quitar las manchas que el exceso de sol te ha dejado como regalito.

Lo malo es que algunas cosas no tienen arreglo, porque el remedio puede ser peor que la enfermedad. Esos morros exagerados que tanto proliferan últimamente acabarán siendo, si no lo son ya, la antítesis del glamour y del buen gusto, con el agravante de que no hay marcha atrás, como tampoco la hay en los estiramientos exagerados o el botox metido a toneladas.

Y es que en esto, como en todo, hay una diferencia clara entre el trabajo bien hecho y la patata pilonga. Como dice Úrsula Sopena, que de esto sabe más que Sálvame de Luxe de sacarle partido a la Esteban, el objetivo es que la gente te diga “qué mona te veo” y no que te pregunte qué te ha hecho en la cara. Úrsula recomienda, para esta época del año, dos tratamientos infalibles: el láser y las infiltraciones. El láser es perfecto para quitar las manchitas que salen con el sol y las infiltraciones de ácido hialurónico y vitaminas rehidratan la piel y le dan una luz espectacular.

En fin, que lo que toca es levantarse del sofá, tirar las chocolatinas, y ponerse manos a la obra, para empezar a desfilar por las inauguraciones de tiendas y cafeterías, desatando la envidia de más de una con tu nueva “cara bonita”. Esta semana, sin ir más lejos hay varias citas que se prestan a ello.

El miércoles, Laura Gallego inaugura su nueva de una cafetería-panadería Belgravia, un local monísimo en Sorní 15 con un concepto parecido a Le pain Quotidien o Harina: pan recién hecho, bollería casera, mermeladas ecológicas… ideal para el desayuno de los domingos, meriendas, el te con las amigas o la comida informal.

Y el próximo jueves, fiesta de reapertura de la nueva tienda de El Caballo. Es decir, nueva, nueva, no es, porque ya lleva años abierta en Cirilo Amorós, con Alvaro Muñoz Escassi como maestro de ceremonias (muy propio para una tienda con logo de herraje) y las modelos valencianas Sara de Antonio y Paula Dolcet paseando los diseños de la colección de otoño-invierno 2010-2011 diseñada por Nicolás Vaudelet.

Para las que sigan depres y necesitan algo dulce, una sugerencia, la cafetería Cupcake Valencia, que acaba de abrir Olga Leston Grau. Es un local pequeño y coquetón en la calle la Paz 36, pero una vez dentro te vuelves loca con los dulces: cookies, brownies, muffins, galletas decoradas, tartas forradas, ¡todas ideales!

La semana pasada también inauguró temporada el Lounge del restaurante Bamboo del Mercado de Colón, una idea de Nuna –Nuria Pérez y Natalia Segrelles- que ha convertido la antesala del restaurante en un afterwork megapijo, con mesas color fucsia, luces de led y decoración con ramitas retorcidas en fucsia, ¡todo muy pop! Perfecto para el cóctel de las 8 de la tarde tras una agotadora tarde de compras…

miércoles, 13 de octubre de 2010

El pijoterío llega al mundo de los cumpleaños

¡¡Atención, mamás de Valencia, un peligro se cierne sobre nuestras tarjetas de crédito!!: la hija de Carolina Herrera ha abierto una de sus tiendas Baby Deli en Conde Salvatierra. Es un sitio donde se celebran cumpleaños de niños y como la pongamos de moda, cada año nos vamos a gastar un ojo de la cara en la fiestecita de marras, que hasta ahora solventábamos con un sándwiches de jamón, queso y chorizo en una de esas parques llenos de bolas y toboganes hinchables.

Por cada amiguito del niño pagaremos quince euros y otros diez por la mamá o papá que le acompañe. A eso añádele la tarta, noventa euros, porque hay una más barata, pero si vas, vas, y no es cuestión de poner en evidencia a tu niña comprándole un bizcocho con chocolate mondo y lirondo, que allí vale veintiocho eurines.

Supongamos que el sitio se pone de moda, y alé, allá que te vas cada vez que uno de tus hijos cumple años, y a poco que lleve quince amigos con sus respectivos padres, la fiesta te cuesta medio vestido de Prada, el otro medio te lo gastas en la ropa que le pones a tu niño, la de su hermano, la tuya. Total, que porque a la hija de Carolina Herrera y cuatro amigas hipermegapijas les dio un día por montar una empresa, tú te has quedado sin vestido de Prada este año… ¡con lo bien que estaban ellas tomando cafés en Madrid y sin hacerle daño a nadie!

Ahora bien, en honor a la verdad hay que decir que estas cinco mujeres – Carolina Herrera, Tatiana Orelle, Stacy Knoell, Eliza Arcaya y Claudia Olivares- saben hacer las cosas bien. Las tiendas tienen mogollón de éxito en Madrid y Bilbao, y es que son una monada. Hay que ver el huertecito del patio interior, las estanterías con juguetes educativos, la ropa con tejidos ecológicos y hasta las bolsas reciclables ideales de la muerte, por no hablar del mostrador lleno de muffins, galletas de avena, chuches eco y zumos de todo tipo.

Además, Baby Deli organiza clases para pequeños artistas, teatro, creación y reciclaje, Pilates para papás y mamás, cocina para niños, grupos de inglés y estimulación temprana. Y en los cumples, tu hijo se volverá loco eligiendo entre uno de los temas de la fiesta: agente secreto, hawaiana, príncipes y princesas, escuela de magos, aventura de exploradores o fiesta spa. Y mientras tu niño se disfraza, tú podrás tomar un café con sándwiches de jamón serrano con paté eco de aceituna negra y alcachofa con un té frío o café. Vamos, que a partir de ahora, las fiestas de cumpleaños de tus niños serán un acontecimiento social más en tu agenda y no esas tardes interminables en un parque de bolas.

Eso sí, olvídate de tu vestido de Prada. Y eso que este año igual hasta llegaba a las rebajas. Una dependienta me decía hace poco que Valencia está dormida, que la gente compra lo justo y aprovecha la ropa y zapatos de otras temporadas. ¡Uff, qué tristeza! Y fíjate que no paran de abrir tiendas: El Caballo ha renovado el interior por completo y dentro de dos semanas celebra fiesta de reapertura por todo lo alto. La franquicia la montó Luís Bodes y era la que más vendía en toda España, pero ahora vuelve a ser de la firma sevillana. La semana pasada también inauguró tienda el fabricante equipos de sonido e imagen Loewe (se llama como la tienda de ropa de lujo, pero no tiene nada que ver) en la Gran Vía Marqués del Turia.

Y en Jorge Juan acaba de abrir espacio la marca de turrones 1880. Su intención es que tomemos turrón no sólo en diciembre, sino en cualquier época del año, acompañando un té o café. Veremos si lo consiguen…

lunes, 4 de octubre de 2010

BUSINESS IS BUSINESS

En todo acto social siempre hay un plasta que acaba hablando de negocios. Claro que no es lo mismo si el colega se dedica a diseñar moda o a organizar viajes glamorosos que si vende latas de berberechos.


Los chicos del Moddos, el club fundado por Iván Martínez-Colomer, han cumplido un año y en su aniversario nos aclararon que no son un club de niños pijos desfaenados, sino un “plataforma de marketing relacional”, es decir; un grupo de gente que se reúne para hacer vida social y al mismo tiempo utilizar esos contactos en su vida profesional. Vamos, que si estás más colgada que un fuet y tienes un negocio próspero o ganas de medrar profesionalmente, debes asociarte y así, entre partidas de golf, cócteles y catas de vino, haces negocios. Los americanos, que le ponen nombre a todo, le llaman a eso networking.


Suena bien, pero igual no vale para todos los negocios, porque claro no es lo mismo hacer networking si te dedicas a decorar casas o a importar champán, entonces puedes hacer mucho bussiness, pero si te dedicas a desatascar fosas sépticas o tienes una funeraria a ver qué puñetas de networking vas a hacer en una cena de gala un viernes por la noche. Imagínate allí, en el restaurante de turno tomando Möet y todos hablando de sus negocios, mientras tú quedas sola en un rincón, con una sonrisa artificial y mirándote las uñas a ver si se te ha quedado algún resto de la última tubería que has desatascado.


Pero bueno, el caso es que a los de Moddos les está yendo bien y ya tienen mil socios y más de 50 empresas. Han abierto en Madrid y están a punto de hacerlo en Barcelona, Sevilla, Mallorca y hasta el Milán.


Probablemente, el éxito del Club radica en que habla claro y no esconde que el objetivo es, además de pasarlo bien y compartir aficiones, crear relaciones provechosas entre los miembros. En una fiesta siempre acabas hablando de trabajo, decía uno de los socios. Business are business!


Aún así, mezclar la vida social y profesional da un poco de pereza. ¡Con lo divertido que es hablar de modelitos y del último cóctel milagroso para rejuvenecer unos años! Precisamente esta semana, tuvimos una de esas ocasiones para hablar de frivolidades sin más pretensión que pasar un buen rato. Fue el viernes por la noche, en el desfile de Javier y Javier en el Corte Inglés de la Avenida de Francia. Resulta que ese centro ha firmado un acuerdo con la Asociación Dimova y cada diseñador dispone durante unos meses de un corner en la sección de moda de en la primera planta. Ahora mismo, el corner lo ocupa Javier Villajos.


Hay que ir y probarse uno de sus modelitos. Los vestidos de cóctel años cincuenta son ideales, por no hablar de los trench estampados de algodón, los vestidos de gasa y los abrigos con retales de lo más gamberros, como Moschino en sus mejores tiempos. La ropa de Javier y Javier no es barata porque los tejidos son buenos y la confección es de primera; a cambio, aguanta bien temporada tras temporada porque el patronaje es clásico y los estampados no pasan de moda. Vamos, que entre el público había gente con modelitos de hace diez años ¡y si no te lo dicen no te lo crees!


Total, después del desfile vino el cóctel en la terraza de El Corte Inglés. Entre los invitados, la doctora Valentina Tarantunska, Luís Gascó, Mireia Albalat, viuda de Monforte, Carla Barrera, Dolores Cortés, y mucha clienta de Javier toda la vida.


El viernes por la noche también inauguró temporada el pub Mosquito, que acaba de asociarse con Llebeig, un bar de pijitos de la Alameda. Llebeig se ha quedado con la barra de dentro de Mosquito, y cuando cierra a la 1:30 de la madrugada, manda a sus clientes a Mosquito, donde pincha Manuel Minguez música de los ochenta y mucho funky. Por allí se dejó ver Cuchita Lluch, Alvaro Muñoz Escasi con su nueva novia valenciana, una niña jovencita que fue camarera de mosquito, Trinuca Larraz, Lourdes Reyna y Tano López Llobet, pieza fundamental de la fusión entre Mosquito y El Llebbet.