jueves, 29 de noviembre de 2007

7th on Sale 2007


No se si compartir este secreto: Hasta el 6 de diciembre, la fundación Mac Aid ha organizado una subasta benéfica a través de ebay. Uff, hay de todo, hasta prendas de colecciones de verano que todavía no están en las tiendas de Vera Wang, Marc Jacobs o Michael Kors y otros diseñadores norteamericanos que no puedes encontrar aquí y son fantásticos, como Sari Gueron o Yigal Azrouel . Los costes de envío a España, un poco caros, por eso es mejor pujar por un par de cosas para que te salga más barato.
La dirección de la tienda: http://stores.ebay.com/7th-on-Sale-2007
¡Ya me contaréis!

lunes, 26 de noviembre de 2007

Cambio minifalda por sortija


Últimamente se me van los ojos detrás de unos pendientes o un anillo. Será que me estoy haciendo mayor, porque me parece que todo lo que necesitas para ir bien vestida es una buena joya (¿tomarán nota los Reyes Magos?). Vamos, que te pones tus vaqueros de toda la vida con una camisa blanca de lo más normalita y entonces ¡tachán! rematas la faena con una pieza de joyería de esas importantes, y ale, ya tienes el toque de glamour que faltaba. Da igual que sea un anillo con mucho color, unos pendientes que den luz a tu cara, un colgante estiloso o una pulsera de eslabones (todo a la vez, no, ¡por favor!). Llegas a una edad en la que de repente sientes que necesitas desesperadamente una buena joya para completar tu look.

Hace poco, en la presentación del nuevo stand de cosmética de Giorgio Armani, me llamó la atención una foto de uno de los maquilladores de la firma. El chico (guapísimo) llevaba un polo Lacoste, vaqueros y en la muñeca una pulsera rivière divina (la clásica de diamantes) junto a otra de los hippies (esas que le gustan tanto a Marichalar, que por cierto el miércoles estuvo en Valencia). Jamás pensé que una pulsera rivière, que yo asociaba al lujo brillantoso y de nuevo rico de los ochenta, pudiera quedar tan fresca, moderna y chic en el brazo de un hombre. ¡Quiero una igualita ya mismo!

Total, que con el gusanillo de las joyas rondando durante hace meses, lo peor que me podía pasar es que se acercasen las Navidades y con ellas las ya tradicionales presentaciones de joyas. Esta semana, sin ir más lejos, MontBlanc, Sofía Joyeros, ¡Bulgari! y hasta el joyero Antonio W. Rodríguez, que andaba unos años perdido con otros proyectos, han coincidido al presentar sus últimas colecciones. Cada uno con su estilo: MontBlanc eligió el hotel Westin en una presentación en petit comité, todo muy cuidadito y selecto; Sofía Joyeros prefirió recibir en su casa y allí presentó la alta joyería de Picchiotti, con el anillo Marily como estrella de la colección, un pedazo de anillo con diamante ámbar de 15 quilates ¡uff, cuánto poderío!

La casa Bulgari, a punto de inaugurar su nueva megatienda en la calle Poeta Querol, eligió el Palau de les Arts para un cóctel por todo lo alto. Un lujazo de noche con un único pero: demasiado champagne francés para tan poca comida, y claro, luego pasa lo que pasa, que te pilla un control de alcoholemia y ¡desastre total! Además, no sé porqué se empeñan en sacar la mayoría de bandejas de comida cuando la gente ya lleva un par de horas bebiendo; ¿será una estrategia para que cojas el puntito y lo veas todo bonito? Por lo demás, un cóctel muy elegante, mucha joya de morirte de envidia, mucho visón, mucho apellido conocido y música en directo para dar ambiente. La colección Elisia de Bulgari, una joyería muy sofisticada con muchas piedras preciosas de colores, como marca la tendencia de ahora. Como detalle curioso, en unas pantallas de video se podían ver imágenes de una película de Visconti donde las protagonistas lucían joyas de la casa italiana. ¡Todo detalle!

Por si no fuera bastante, el joyero Antonio W. Rodríguez reapareció en escena con unas piezas increíbles (to die for, que dicen las cursis de las norteamericanas). Una colección que el mismo define como audaz, pero muy equilibrada a la vez. “He buscado las hechuras clásicas pero con monturas y piezas diferentes”. Cualquiera de las joyas de su colección serviría para dar glamour a unos simples vaqueros con camiseta blanca: los pendientes de oro blanco con cristal y diamantes; las sortijas de dimantes con piedras de color como la aguamarina, la amatista o las de cuarzo limón y rosa. ¡Ay, que bonitas

lunes, 19 de noviembre de 2007

Cosa seria

¡Como disfruté la otra tarde en el taller de Marta de Diego! Quedamos para hablar sobre su último desfile en Dallas, donde varios de sus trajes se subastaron a beneficio de una organización benéfica, en una cena de gala con la alta sociedad norteamericana, y acabamos hablando de moda durante horas: de los grandes diseñadores del siglo pasado, de tendencias, de telas, de bordados, de anticuarios, ¡hasta de la Pasarela del Carmen!… Y todavía nos faltó tiempo. Es un gusto charlar con esta mujer porque se nota que disfruta con su trabajo, es perfeccionista hasta el extremo y entiende la costura como lo hacía Balenciaga, cuando decía aquello de: “el modisto debe ser arquitecto para saber cortar, escultor para dar forma, pintor para escoger los colores, músico para encontrar las armonías y filósofo para crear estilo”. ¡Ay, qué tiempos!

Cuando la moda se entiende así, deja de ser frívola. Para Marta de Diego, es una forma de entender la vida: “Me hiere lo desproporcionado, en todo los aspectos; soy muy esteta, siempre busco el equilibrio”. Ese modo de concebir la moda como en la época dorada de la alta costura, se nota hasta en su estudio de la plaza Porta de la Mar al que se acaba de trasladar, uno de esos pisos antiguos de techos altos con enormes ventanales, un coqueto mirador y un montón de luz natural. “Aquí me jubilo”, dice Marta. Y no me extraña, porque es perfecto, como si retrocedieras en el tiempo a uno de esos elegantes salones del París de los años cincuenta.

Las mujeres de ahora no tenemos tanto tiempo ni dinero como aquellas señoras burguesas y ociosas, pero según Marta, nadie debería privarnos del placer de tener un vestido a medida, con todas las exigencias de la alta costura. Una pieza así es casi una obra de arte. “Un escote tiene que quedar perfecto -dice Marta- y fíjate en las costuras de este abrigo, todo a mano, minuciosamente acabado”. Nada que ver con la confección industrial. “Mira este vestido que llevó la hija de Carlos Pascual, lo tengo aquí por que hay que hacerle un pequeño arreglo, fíjate en la estructura del cuerpo y la delicadeza de la falda. No pasa desapercibido”. Y es que para Marta ser invisible es lo peor. “No soporto las estridencias, pero me gusta que la mujer sea sexy, elegante y sensual”.

Pero bueno, habíamos venido a hablar de Dallas, ¿no? “Te cuento –dice Marta-, todo estaba previsto para desfilar junto a otros valencianos, como Alex Vidal y Dolores Cortés, en un proyecto respaldado por la administración; en el último momento, con el nuevo Consell, el proyecto se desechó, pero yo me puse en contacto con la Cónsul española en Dallas, Janet Kafka, le dije que si quería yo estaba dispuesta a seguir por mi cuenta y riesgo. Me dijo que adelante y así fue como aterricé en Dallas con cuatro vestidos de alta costura, uno de ellos confeccionado con una seda espléndida de Rafael Catalá bordada a mano en cristal guinda y oro, sobre un cuerpo de terciopelo chiffon tabaco oscuro. El vestido gustó tanto que decidieron cederlo al Museo Meadows, donde compartirá espacio con una exposición de 70 modelos de Balenciaga, además de 20 modelos de modistos que trabajaron inspirados por el maestro español: Oscar de la Renta, Ungaro, Givenchy y André Courrèges. ¿Qué más se puede pedir? -dice Marta.

Marta cree que la alta costura es un valor en alza -¡no se puede ir a la ópera como va vestida la gente!, dice- y que Valencia podría capitalizar un proyecto de pasarela de alta costura, con gente como Ladrón de Guevara, Basaldúa o Lorenzo Caprile. “Hay que recuperar la exquisitez, la esencia de la moda, los cimientos sobre los que creció la industria actual”

lunes, 12 de noviembre de 2007

De verdad... gente de lo más normal


¡Ayyyy, que ilusión!, siempre he querido ser como Mariñas y hacer crónica rosa de la gente vip, pero de los vip, vip, de verdad. Vamos, que siempre me ha chiflado la idea de hablar de Letizia y su santo esposo, Don Felipe, y contar a voz en grito chorradas intrascendentes del tipo “es una chica de lo más normal… fíjate, preguntó la hora por que se le había parado el reloj” o “…es majísima, de verdad, nunca imagine que fuese tan sencilla. “Me ha dado la mano como si me la hubiese dado, no sé, la farmacéutica de Picassent.”

Bueno, pues les cuento. Quiso la vida que el miércoles, durante su visita a Valencia, yo estuviese en el nuevo edificio de la Cámara de Comercio y allí les vi. Y ¿saben?, tengo una amiga que se llama Aita y que se había quedado un poco al margen de todo el mogollón de gente que fue a saludarles. Pues, fíjense que cuando ya se iban, el Príncipe se acercó y le dijo “… a ti no te he saludado ¿verdad?”. ¿Qué les parece, el memorión de Don Felipe? Vamos, Aita es una chica muy mona, pero no creo que Don Felipe estuviese esa mañana para coqueteos, así que más bien me parece que él sabe perfectamente a quién ha saludado y a quien no. Por cierto que mi amiga sólo acertó a contestar… “pues no”.

Pero, calla, calla, que aún sé más cosas. Resulta que Doña Leitizia se acercó a otra trabajadora de la Cámara de la Comercio y le preguntó dónde estaba antes la sede, a lo que la chica le dijo “En Poeta Querol”, y la Princesa, pásmense, le contesta… “más céntrico, ¿verdad?”. Fíjate, tú, ¿cómo sabría ella que Poeta Querol está más céntrico que la calle Jesús?

De verdad, gente de lo más normal. Estuvieron encantadores y vieron el nuevo edificio de la Cámara de arriba abajo, que por cierto es una pasada. En el vino de honor, los dos estuvieron de lo más integrados y a partir un piñón con Arturo Virosque y otros empresarios. Pero, no crean, no, que también se acercaban a los trabajadores y se dejaban hacer fotos con el móvil. Y la gente como loca por acercarse, no así la vicepresidenta Fernández de la Vega, ¡¡¡ayyy!!!!, será muy buena como vicepresidenta, pero sequita, mira que es seca esa mujer.

En cuanto a los modelitos, la Princesa se cambió de ropa un par de veces (el Príncipe también, pero sus cambios de corbata no interesan para nada). Por la mañana, en la inauguración de la sede de la Cámara, Letizia llevó un abrigo rojo granate de tejido rígido. Un poco serio, a pesar del color. Menos mal que la coleta le quedaba muy juvenil. ¡Como si se la hubiera peinado ella! -comentaban las mujeres. El maquillaje, suave, y muy pocos complementos, un bolsito de mano con cadena, de esos que suele llevar ella, y unos buenos taconazos.

Después de descansar en un hotelito del centro, los príncipes se cambiaron para la inauguración de la exposición de Sorolla y la Cena de Premios Cámara; ella eligió un vestido de cóctel negro con falda a flecos, medias negras y sandalias peep toe (o sea, con los deditos al aire). Como la noche era fría, llevó encima un chal de piel negro. Para compensar el escote cuadrado, se puso un pedazo de colgante que tenía toda la pinta de ser joya de la Familia Real. ¡Que suerte tener un fondo de joyas para elegir! La Princesa no tuvo tiempo de cambiarse para la cena de Premios. Lo mismo le pasó a la Alcaldesa, Rita Barberá, que repitió con un sastre de seda color champagne que le quedaba estupendo.

Bueno, y me queda por contar que los guardaespaldas de los Príncipes causaron sensación entre las mujeres. Hasta alguna se sacó foto de recuerdo con un armario de hombre. Vamos, que se lo pasaron pipa. ¡Esto de las visitas reales se tendrá que repetir más a menudo!

sábado, 10 de noviembre de 2007

¡Uma me ha nominado!

Mi querida Uma, de http://elblogdeuma.blogspot.com/, me ha nominado como uno de sus 5 blogs preferidos.
Viniendo de Uma, la bloguera más divertida y ocurrente, tiene doble mérito.
Bueno, pues aquí van mis preferidos, los que me encantan de verdad, los que nunca dejo de leer a diario (aparte del de Uma y todos los que tengo en favoritos):
http://nothingtowear.wordpress.com/, porque Eva escribe como los ángeles, es culta, sensible, habla sobre moda de forma personal y creativa, desde todos los ángulos, pero sin perder nunca la elegancia ni la amabilidad, y, sobre todo, porque comparto su fascinación por la moda.
http://blogs.vogue.es/convdevogue/. "... decidí que el mejor sucedáneo del cariño es la atención exquisita de una tienda de lujo. Ya. Suena terrible. Pero es verdad. Así es que acabé comprándome en tiempo récord un pañuelo de seda de Dries van Noten y un bufandón de lana de Dior en Jean Pierre Bua, una tienda que me encanta. Y como todavía andaba mimoso, crucé la Diagonal, entré a Loewe, me tomé una copa de cava y me compré este Amazona naranja king-size" (Roberto Enriquez, en una de sus últimas entradas, ¿no es adorable?
http://www.decompraspormadrid.blogspot.com/, ya se que ha estado nominada por otras amigas, pero me da igual. Me encanta su blog, aprendo, me divierto y además, Noelia ya es como una vieja amiga a la que le pregunto qué me pongo para una fiesta o dónde puedo comer buen sushi.
http://talla38.blogspot.com/, es casi una recién llegada, pero a mí me enganchó desde el principio. Se que también ha sido nominada por otros blogs. ¿Se puede repetir? Si no, me salto las normas.
Y, por último, http://www.lacoctelera.com/showroom, seguro que muchos la conocéis, no se prodiga escribiendo, pero cuando lo hace, madre mía, no tiene desperdicio nada de lo que escribe, ni en la forma ni en el fondo. Muy especial.

Si eres una de las premiadas, tienes que escribir un post con los 5 blogs que te hagan pensar, con sus respectivos links,y linkea esto también.

lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Qué me pongo para cenar con Doña Leti?


Ay, ¡qué nervios!; el miércoles vienen los príncipes a inaugurar la nueva sede de la Cámara de Comercio (una chulada en la calle Jesús) y por la noche presiden la tradicional Noche de la Economía Valenciana en la que compartirán mesa y mantel con lo más granado de la sociedad valenciana: ya saben Francisco Camps, Rita Barberá, y todos los que van cuando ellos van: conselleres, empresarios, y, como no, el anfitrión de la noche, Arturo Virosque. Entre los muchos de invitados, una servidora de ustedes que a estas alturas no sabe si ir con falda, pantalón, mini falda o bermudas. Uff ¡Cómo envidio a los hombres! Ellos se ponen un buen traje chaqueta y, ¡ale!, perfectos de la mañana a la noche. Seguro que el Príncipe Felipe llevará el mismo traje todo el día y estará impecable. Pero Letizia, ¿qué apostamos a que se cambia de modelito por lo menos una vez?

La princesa no tendrá problemas con su vestuario, que para eso debe tener un ejército de asesores y estilistas detrás. Pero nosotras, ¡ay, qué problemón! ¿Qué te pones para cenar con los Príncipes? Los que entienden dicen que lo primero que hay que hacer es mirar la invitación, donde dice que hay que vestir de cóctel. Vale. Ya tenemos algo. Hay otro problema para vestir esa noche, y es que según Pilar Puchades, de Chapeau, el estilo de la princesa te condiciona el protocolo del acto ¡vaya hombre! Como ella va siempre tan recatadita, que casi ha hecho que la Reina Sofía parezca moderna vestirá traje chaqueta o algún vestido sobrio. Y si la princesa viste así, tú no puedes ir con un modelazo espectacular, luciendo escote o con estampado tigre. Quedaría feo, la verdad.

Para Alex Vidal es un tema de educación, no de protocolo. El invitado tiene que respetar el modo en que vista la persona más relevante del acto, en este caso los Príncipes. Si la Princesa es una mujer muy discreta y comedida, no puedes presentarte a la cena como a una fiesta de Nochevieja, con escotes prominentes o transparencias. ¿Entonces, qué nos ponemos? Según Alex, lo ideal para una cena de empresarios es un vestido de cóctel (nada de pantalones) con chaqueta o abrigo, porque la noche puede ser fría. Un abrigo de tejido quedaría muy acorde con el evento y cuando te quitas el abrigo llevas el vestido. Y si hiciera mucho frío, hasta podrías sacar el abrigo de piel.

La diseñadora Marta de Diego opina lo mismo. Cuando la invitación indica cóctel, hay que evitar vestir en plan “ha llegado mi momento y me voy a lucir”. No es tu momento, es el momento de los Príncipes y de la cena de la Cámara. El vestido de cóctel evita los escotes, no puedes ser generosa con los escotes como si llevaras un vestido de noche; te limita mucho, hasta en el color, que ha de ser básico o discreto: grises, negros, tabacos, un blanco y negro; el protocolo te va encarrilando a no cometer errores. Marta recomienda un traje corto, muy riguroso, o un vestido y un abrigo, que evite las fantasías animadas a las que la gente está muy acostumbrada.

Por eso de quedarme tranquila antes de decidir el modelito, pido una última opinión, la de Maribel Cosme, hija de Presen Rodríguez. Maribel cree que en general las mujeres pecamos de discretas, por miedo a pasarnos. En esta ocasión, tratándose de una cena con los Príncipes, la hija de Presen coincide en que tienes que adaptarte al evento: no es lo mismo ir a una fiesta de Prada que a una de la Cámara de Comercio, en esta primará antes la elegancia que la modernidad. Si Letizia suele vestir trajes de Felipe Varela –Presen los tiene en su tienda, por cierto-, pues lo ideal es un vestido o un sastre con unos buenos complementos y un zapato más atrevido.