lunes, 31 de diciembre de 2012

Nochevieja con plumas


Jo pe, hoy es noche vieja y no acaba una de encontrar razón  para alegrarse: un año más, una paga extra menos, recortes, protestas, huelgas… ¡Uff!, y para acabarlo de rematar sale el bueno de Rajoy a decirnos que 2013 será peor: pero hombre de Dios, ¿no podías haberte esperado a la semana que viene?, ¿Qué has ganado amargándonos así el principio del año? Es como esos cenizos que se recrean en comentar las desgracias de lo que ya no tiene arreglo: que te cortas el pelo, te dicen que largo te quedaba mejor; que comes un pastel, te recuerdan las calorías que tienen justo cuanto te has comido el último trozo; que se te encoje tu suéter nuevo en la lavadora, te recuerda que hay que hacer las cosas sin prisas porque luego pasa lo que pasa…
El caso es que se pongan como se pongan Rajoy, De Guindos, Rubalcaba y compañía, nosotras mañana tenemos que estar súper espléndidas de la muerte y reírnos todo lo que podamos. Porque sólo habrá un plan peor que ir a una fiesta de Nochevieja y es quedarte sin fiesta, encerrada en casa, cenando tú sola con tu chico un sándwich de jamón y queso: ¡qué bajón!
La evolución de las fiestas de Nochevieja juega a nuestro favor: atrás quedaron los vestidos de gala, las lentejuelas, los escotes escotadísimos, los tacones taconísimos y los maquillajes maquilladísimos. Ahora te plantas un plumas, un vestidito, unas bailarinas, un poquito de rímel y un toque en los morritos y  ale, a la fiesta: ¿qué hubiesen dicho nuestras madres si ven a una de sus amigas plantarse en la fiesta del Monte Picayo con un plumífero, unos zapatos planos y la cara lavada?; les hubiese dado qué hablar para media noche, más de una lo habría tomado como una ofensa, un feo al resto de las chicas de la pandilla, que se habían hecho un moño color caoba y llevaban todo la tarde sin apoyar la cabeza en ningún respaldo.
El caso es que en los últimos años muchas prendas han salido del armario de la ropa de sport para colarse en el de fiesta. Primero fueron los vaqueros, que pasaron de ser una ropa de fin de semana a llevarse de noche con tacones; luego vinieron las Converse y las tenis de Lanvin, de seda y con cordones de grosgrain, y esta temporada las sneakers de lujo de Isabel Marant. Y finalmente el plumas, que se ha impuesto a los abrigos de toda la vida. Son menos fardones, quizás menos sexy, pero más cómodos y sobre todo mucho más baratos que aquel visón que papá le compró a mamá tras diez duros años de privaciones.
Cuenta Pilar Puchades, de Chapeau, que el boom de los plumas empezó con Moncler, que hasta hace unos años sólo utilizaban los esquiadores porque son prendas técnicas que abrigan mucho. “Moncler tardó más en desarrollar el diseño, eran prendas más básicas, pero cuando lo hizo tuvo un éxito inimaginable, en Milán la gente hacía colas de varias calles para comprarse uno”.
Ahora todo el mundo lleva un plumífero porque son muy cómodos, abrigados y combinan con todo. Verónica Montijano tiene en su tienda VM The Shop los de la firma Herno (también  están en Wolf)  y dice que son plumíferos urbanos, muy cómodos, no engordan porque la pluma no está embolsada y por eso no cogen tanto volumen y además como la pluma está en contacto con el cuerpo, abrigan como un edredón. ¡A las milanesas les encantan!, dice Verónica.
Rosa Morera, de Max Mara, también habla maravillas de los nuevos plumas “son híper ligeros, confortables, muy fáciles de llevar, prácticas y versátiles y perfectos para viajar porque no pesan, no se arrugan, no ocupan espacio y puedes llevarlas por el día y por la noche.”
Pues nada, chicas, se pongan como se pongan los políticos, y los hombres en general que para esto de augurar desgracias económicas siempre están más dispuestos que nosotras, no consintáis que nadie os agüe la fiesta, poneos vuestros plumas y salid de casa más esplendidas que nunca, que tiempo habrá de poner malas caras.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Tradiciones navideñas

Tenemos que cuidar la estética navideña. Por ejemplo, hay tres cosas que nunca debe ponerse un hombre cuando va a un cóctel o a un cenorrio navideño: los vaqueros, los calcetines blancos y las botas tipo cowboy o motero, Luis Bodes, gerente de Hannover dixit. Así es que, si en Nochebuena tu chico, en un alarde de originalidad o rebeldía, se calza una botas para ir a cenar a casa de su madre, tienes que plantarte en la puerta y decirle; “Mira guapo, con esas pintas no sales de casa conmigo y menos para cenar en casa de  Mamá, con tus hermanas danzando por allí. Que no me he pasado yo la tarde pensando cómo vestir a los niños para que ahora vengas tú y lo eches todo por tierra con esas botas camperas que llevabas cuando frecuentabas Cánovas en los años de gloria de Alaska y los Pegamoides”.
La Navidad hay que cuidarla ahora más que nunca, porque ya nos han quitado las cestas, los jamones incluso los Christmas en papel, ahora son todos digitales y no es lo mismo, porque los de papel te hacían sentir una de las elegidas, además iban llegando poco a poco y te servían para decorar la mesa del despacho. Ahora, llegan todas juntas, sabes que tú eres solo una más en la lista de “contactos” y al final ni las abres, directamente le das a suprimir.
Afortunadamente, todavía hay quien mantiene las tradiciones, como Loewe, que  ha enviado un tarjetón precioso que parece un lienzo, con su marco y todo, y una dedicatoria escrita de puño y letra por Amparo de la Concepción, la directora de la tienda en Valencia.
El joyero Vicente Gracia también es un gran amante de las tradiciones y celebró su cóctel de Navidad el jueves pasado. Las fiestas de Vicente Gracia siempre son las más divertidas porque reúne a gente de lo más interesante, “gente que no es la de tota la vida, gente que está en circuitos diferentes, que no se conocen entre sí y a la que me encanta mezclar”. Allí estuvo el arquitecto Ramón Esteve, Carmen Magraner, Adela, una señora que a sus ochenta años todavía baila flamenco y que vivió toda la época de Tánger en los años 50 porque su padre tenía allí la distribución de Bodegas Hispano Suizas, la actriz María Luisa Merlo, Agustín Morera, Pepa Martí y la diseñadora Marta de Diego, Luís Font de Mora y su mujer Charo, que fue secretaria de Chencho Arias en su época de embajador de EEUU…
Entrar en la joyería de Gracia es hacerlo como en la cueva de Alí Babá, con tesoros escondidos, antigüedades, lienzos y piedras preciosas. Durante estos días, se puede ver la exposición de ópalos de de Attila Pereghy, un aventurero que recorre África y Australia a la caza de estas piezas. Además de la última colección de Gracia, una serie muy divertida de piezas tutifruti inspiradas en el fruto de la granada, con piedras granate y hojas de color verde. Las joyas de Gracia tienen un aspecto simbólico y casi mágico junto con un toque fallero muy valenciano.
La semana que viene, más citas postnavideñas. El jueves 27 se inaugura Cosmetics Boix, un espacio de dermocosmética de la Farmacia Boix en Pascual y Genís. Y el 25 se celebra la gala de los Premios de la Academia Valenciana de Gastronomía en el restaurante La Embajada.
Y hablando de restaurantes, acaba de abrir La Terraza delPatriarca en uno de los sitios más chic de Valencia, la plaza del Patriarca. Allí, cerca de Hermès y Vuitton, puedes sentirte como en un café parisino, sólo que en vez de tomar omelette, te pides unas bravas, un bullit valenciano o unas croquetas de morcilla. También dan desayunos y cócteles. Los dueños han cuidado todos los detalles: uniformes diseñados por Fran Tochena y la carta ilustrada por el dibujante Paco Roca. Vamos, el sitio ideal para quedar con un par de amigas y relajar el estrés de las comilonas familiares.
(foto: CUELLAR)

martes, 18 de diciembre de 2012

Frivolidades navideñas


Esta semana iba a hablaros de la Navidad y juro por mi acta de montañera de Cristo Rey que había pensado en ponerme en plan profundo, abandonando el tradicional toque frívolo de esta página, porque me he pasado la semana en vela después de haber oído en una cafetería, sin que nadie me identificase, que sólo una lerda insustancial podía escribir semana tras semana una columna como ésta. ¡Jo, pe!, pensé mientras me ponía las gafas de sol y me subía la bufanda hasta la cejas, temerosa de que alguien me identificase: con lo graciosa que me queda a veces la página. 
Así es que estuve días y noches buscando un argumento sesudo y con carga de profundidad humana y divina sobre el espíritu perdido de una sociedad que anda a la deriva, desnortada, víctima del consumismo más voraz, que ahora se siente huérfana porque no tiene valores a los que asirse. Y entonces va y veo que al presidente del Congreso de los Diputados le montan un cirio de muy señor mío porque ha felicitado la Navidad con un toque religioso. ¡Diantres, qué país!, aquí te ponen a parir digas lo digas y hagas lo que hagas. Así es que vuelvo a lo mío, que mañana es lunes y para leer cosas serias ya tendréis entonces a Javier Paniagua.
Y como tengo la suerte de que lo mío es el cava, las compras, los cocteles, las tiendas y los saraos, pues allá voy, porque esta semana ha sido de infarto. El miércoles, José Vivo de la boutique de niños Cristina, presentó su colección de ropa de ceremonia y comunión en un desfile en la Embajada, ¡qué niños tan monos! Jose es un artista y consigue algo muy difícil, niños que no son ni cursis, ni excesivamente modernos.  Son vestidos de líneas muy depuradas hechos con tejidos naturales y de altísima calidad: lino, organza, sedas… De lo más estiloso. El mismo día, Loewe inauguraba su nuevo corner en El Corte Inglés de Pintor Sorolla, un espacio mucho más acorde con el lujo de la firma.
El jueves también hubo de todo. Mont Blanc invitó a un cóctel navideño y sorteó un par de regalos en su árbol de los deseos de Navidad. Cerca, en la calle Barcelonina, María Dolores Enguix celebraba los veinticinco años de la Optica Climent con cava Tamtum Ergo y bombones traídos de Suiza. Para la ocasión, se trajo al distribuidor de una de las firmas de gafas más cool, Oliver Peoples.  Hasta la óptica se acercaron Mamen Puchades, de la Joyería 7, Encarna Roig, de Acosta, Amparo Ortuño y María Angeles Miguel, de Salvatore Ferragamo. Por cierto, Ferragamo ha vestido a Isabel Aliño en el último catálogo de la joyería RafaelTorres. La joyería celebró también el jueves un cóctel en Bamboo de Colón para presentar su catálogo, (¡me lo pido todo!) y la colección de relojes deBreitling.
El cóctel fue de lo más glamuroso, hasta allí se acercó la Alcaldesa Rita Barberá, la directora General de Comercio, Silvia Ordiñaga, la diseñadora Presen Rodriguez, la directora de Loewe en Valencia, Amparo de la Concepción, las hermanas Laura y Blanca Fitera, además de clientes de la firma como Sol Royo, Pilar Barbería, Pilar Barber, Maiti Moroder, Chimo y María Carbó, Jesús Soriano, Vicente Esteve, Eduardo Valero, Manuel Mompó, Maite Igartuburu y Pilar Tamarit.
Si las firmas de lujo no han parado, las fundaciones solidarias tampoco.  La Fundación Pequeño Deseo organizó una subasta solidaria en el IVAM y la fundación Dasyc un rastrillo que está abierto hasta mañana lunes (hoy también abre). Allí puedes comprar ropa, calzado, bolsos, complementos, decoración navideña, libros, juguetes, telas, tocados, bisutería y todos los que superen los 50 euros de compra participarán en el sorteo de una cesta de Navidad. Además, hay cuentacuentos, talleres navideños y manualidades para niños. En el rastrillo han colaborado Marisa García del Picaporte, Cristina Blanc, las dos hermanas Alonso (Rafi y Maui), Ana Abad, Marta Barandiaran, Carmen Barrachina, Lourdes Bover y las hermanas Ventura.
Bueno chicas, os dejo que me voy a reflexionar sobre la idoneidad de asistir a todos estos actos en aras al enriquecimiento personal propio y ajeno…¡Ja, ja, profunda que es una!

lunes, 10 de diciembre de 2012

Brotes verdes

Desde que aquel iluminado dijo que estábamos “en el inicio del final de la desaceleración”, allá por 2008, hasta hoy, hay que ver la que ha caído. La verdad es que más de un político debería consultar a Aramis Fuster antes de hacer según qué declaraciones. Luego vino lo de los brotes verdes…, y aquí seguimos, pasando el puente de la Constitución viendo capítulos viejos de Sexo en Nueva York para recordar buenos tiempos, cuando media Valencia paseaba por la Quinta Avenida en cuanto se juntaban tres festivos.

Y lo único que da alas al optimismo es ver que de vez en cuando, muy de vez en cuando, algún valiente le pone a la vida lo que hay que ponerle y monta negocios originales, creativos, divertidos, cultos… Vamos, que hay gente por ahí que es la leche.

Marisa Giménez Soler, licenciada en Arte y comisaria de exposiciones, y Teté Amat, arquitecto técnico y decoradora acaban de abrir un nuevo espacio para exposiciones a mitad camino entre una galería de arte y un mercadillo de artesanía. Se llama “Doce islas, el Club de las mentes inquietas” y está en la calle Trinitarios 12, una casa antigua con un patio interior chulísimo. La casa la comparten con los arquitectos Eduardo Fernández-Moscoso y Mario Rando, que están especializados en proyectos sostenibles.

El club ha abierto con una exposición colectiva de más de sesenta artistas de ámbitos tan distintos como la moda, la fotografía, el diseño de joyas, la escultura… son pequeñas obras de arte que puedes comprar a partir de 3 euros.

La inauguración fue el viernes pasado y por allí pasó gente de lo más chic de Valencia: Pilu Díez de Ribera, de la tienda Lester, el joyero Joaquín Berao, el equipo del Café de las Horas con Manolo y Marc al frente, Marta Manglano, Chimo Llixiona y Lolo López-Ygual, Rodolfo Valiente de Bodegas Vegalfaro, las hermanas Soler Crespo, Lucía García de la Cuadra, Nicolás Bugeda de la Conselleria de Cultura, Yolanda Iturraspe y el productor musical Dani Cardona.

Pasear por doce islas es como hacerlo por un mercadillo arty con piezas muy seleccionadas, es difícil no picotear algo. Hay ropa de Beatriz Rodríguez-Lapuente con su firma Amore Ibiza, complementos y camisetas de Miralindo, una firma de ropa infantil comprometida y con unos diseños de lo más monos, pintura de Marisa Casalduero, con sus dibujos naif, colgantes de metacrilato de Candela Duarte, la hija de Santi, el hermano de Nacho Duato. Hay fotografías de Lola Barcia, Ignacio Evangelista o Chimo Serrano y pintura de Assad Kassab, Fernando García del Real y Manuel Olías.

El viernes, los puestos más concurridos fueron los de los sombreros de María José Martínez Medina y las joyas que Paco Gimeno, Raúl Poveda y Michi Lleó que traen de sus viajes a Estambul. Los sombreros de María José son una pasada. Tiene una colección de calle muy divertida que hace ella misma utilizando materiales muy inusuales en la sombrerería, en muchos colores y muy fáciles de llevar; hay casquetes pequeños y gorros urbanos de fieltro con forma de cascos de guardia urbano antiguo y una borla de lana, como gorros de nieve. Los hay tan prácticos que se pueden doblar y meter en el bolso y no se arrugan. La pena es que aquí en Valencia no nos atrevamos con los sombreros. En Madrid o en París o en Italia es lo más normal del mundo, pero aquí te pones uno y te ven como una snob. ¡A ver si con los sombreros de Martínez Medina empezamos a atrevernos!

Más brotes verdes. La semana pasada abrió la taberna Qba en la planta baja del Restaurante Messana: tapas y vinos para cenar de una manera informal. A la inauguración fue Javier García Lliberós, Mónica Morales, María José Solaz, Sedi Casanova… Y la semana que viene más inauguraciones: el 14 abre un restaurante de comida orgánica, Kimpira, en la calle convento San Francisco 5. Y Edbe, la empresa de Edgar Betoret, inaugurará el próximo miércoles su nuevo restaurante La Plaza del Patriarca.

martes, 4 de diciembre de 2012

Semana de compras y cava

¡Jo pe!, vaya semana de fiestas y jolgorio para la gente “que tal” de Valencia: esos que están en todas las listas de invitados a fiestas y eventos y que siempre saludan con una sonrisa y un ¿qué tal? (arrastrando un poco la “a” y envolviéndola en una gran sonrisa). Y tú te quedas mirándole y piensas, pues hija, teniendo en cuenta que te vi ayer, antes de ayer, la semana pasada y la anterior tampoco es que tenga mucho que contarte, así es que sigamos sonriéndonos las dos, hasta que venga alguien más a quien podamos preguntarle qué tal.

Pues como os decía, esta semana la vida ha sido un no parar para la gente qué tal la shopening night, la Ciudad Fallera Pop Up, la fiesta del cava en Requena, el desfile de Dimova por el Centro Histórico, la inauguración del Restaurante Huerta Santa Catalina, el nuevo estudio del Mercader de Indias en la Gran Vía y alguna que otra cosa más. Todo eso pasando más frio que una quinceañera en nochevieja yendo de fiesta en fiesta con su primer vestidito de cóctel, porque esta maldita crisis a las cuarentonas nos ha cogido en el momento justo en el que nos tocaba comprarnos un abrigo de piel, como el que tenían nuestras madres, y que hasta ahora habíamos despreciado porque nos parecía de señoras. Para cuando pase esto, si es que pasa, ya no sabremos si preferimos el abrigo de visón rasado al batín calentito.

La shopening night mejora con cada edición. Los comerciantes se han dado cuenta de que con los tiempos que corren, el concepto de salir de compras ha cambiado, ya no se puede salir sólo a comprar, porque el plan se acabaría en cinco minutos. Las tiendas hacen bien en ofrecer algún atractivo más allá de sus productos: una copita por aquí, otra de cava de Requena por allá, un detallito, una sorpresa… Hija, y al final te vas a casa con alguna comprita de nada pero con la sensación de que tu vida sigue teniendo algo más que niños, baños, maridos enfurruñados, y horas de trabajo y estrés.

La zona de Marqués de Dos Aguas fue todo glamour, además del lugar elegido para la inauguración. Allí estuvo el Conseller de Economía Máximo Buch con su eterna expresión de hombre feliz. También se dejaron ver la Directora General de Comercio Silvia Ordiñaga, la presidenta de Fecoval, Maribel Cosme, el presidente de la CEV, Salvador Navarro, y la modelo valenciana Mayte de la Iglesia, que fue la madrina del evento. Esta chica es genial: bloguera, estilista, cronista de moda, ha diseñado una pequeña colección para women secret y además no va de diva por la vida.

A las doce, cuando cerraron las tiendas, el mundo del glamour valenciano se fue a la fiesta de Yo Dona en el Upper Club. Entre los invitados, el Conseller y su mujer Mabel, la concejala de comercio María Jesús Puchalt, el doctor Ricart con su mujer Carolina Merino, la subdirectora de Yo Dona Cristina Aldaz, Héctor Alegre (E-fusion), y mucha de gente de los comercios valencianos con Marcos de la Fuente, de Unidad Editorial, de anfitrión.

Al día siguiente, más saraos, esta vez en Requena para celebrar la fiesta del cava. Como fue el President Fabra, los políticos valencianos que no tiene de qué esconderse, que alguno queda, cogieron el AVE y se fueron para allá. Les arroparon buena parte de la sociedad valenciana, sobre todo de aquellos que tienen algo que decir en el mundo de la gastronomía: Cuchita Lluch, Jaime Lamo de Espinosa, que alguien debería nombrar embajador de Requena; Raul Alexandre, ex cocinero de Ca Sento que ha abierto cerca de la Avenida Aragón el restaurante el 534 (el valor de la prima de riesgo española el día que buscaba nombre); Maxi Bao, nariz de oro de 2005; Bruno Murciano, que fue sumiller en el Ritz de Londres…

Lo que quedó claro allí es que el cava de Requena bueno entre los mejores. Así es que estas navidades lo que toca es hartarse de beber cava de Requena para hacer más llevadera la sobremesa con las cuñadas.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El jueves, Shopening night


Si vas al súper a por unos tomates, te pones lo primero que ves en el armario. Si tienes una reunión importante, preparas la ropa la noche antes. Si has quedado con el hombre de tu vida, te tiras una semana pensando qué te vas a poner. Así pues podríamos hacer un sesudo enunciado antropológico que dijese algo así: “En el universo femenino, el interés de una cita es directamente proporcional al número de horas que invierte la mujer en pensar qué se va a poner.”

El jueves que viene es la shopning night y puedo aseguraros que más de una lleva ya días dándole vueltas a qué ponerse. Y es que estamos tanto tiempo sin hacer otra compra que la del supermercado, con las tarjetas de crédito contenidas, que la shopening es el mejor plan de los posibles, sólo comparable a aquellas citas de antaño con aquel chico que vestía Levi’s, calzaba Adidas Stan Smith y conducía una Vespa rosa con pegatina de Distrito 10.

La de este invierno va a ser un bombazo, abren más tiendas que nunca, Nícoli y Zoe en la calle La Nave, Max Mara en Pascual y Genís o la joyería Sie7te en Lauria. Además, al coincidir con la Japan Week, puedes compaginar las compras con parar a tomar una cerveza japonesa o una tapita de sushi (¡en Muji darán clases para aprender a comer con palillos!).

Lo mejor es entrar en www.shopeningnight.com y planificar una ruta. Allí te informan de todo, incluso de lo que sortea la Clínica Dermilaser, Lladró o Patos. ¡Ay qué nervios!

La primera parada puede ser el restaurante De Calle (Conde Altea) para tomar un vino espumoso de Bodegas Murviedro, así ya vas animándote. Murviedro también pondrá el cava en Alejandra Montaner. En esa misma tienda, el diseñador Luís Zangara vendrá desde Ibiza para presentar sus colgantes.

Luego puedes probar unas conservas con albariño en VM The Shop. Ya en Sorní, las más pecadoras caerán rendidas ante la sorpresa de Presen Rodríguez, que regalará el 100% de cada compra en un cheque regalo; No es la única con descuentos, Caraffa, Sandro y Comptoir des Cottonniers tendrán entre el 20 y el 50%, ¡nada menos!

Para fiestas, la de la Galería Jorge Juan, que este año está dedicada a París. Cirilo Amorós y Jorge Juan y el entorno del Mercado de Colón serán lo más concurrido. ¡Aún recuerdo la última shopening, parecía fallas! En Francis Montesinos habrá tortas porque los descuentos llegarán al 70% y en la joyería Aurum ni te cuento, lo tendrán todo a mitad de precio.

TCN regalará una pulsera por cada compra, tendrá descuentos y cava a tutiplén. Cuidado con el cava porque si tomamos en todas las tiendas, no llegaremos ni a la media noche y hay que reservar fuerzas para la fiesta de Yo Dona en el Upper Club de la Gran Vía. Precisamente en la Gran Vía hay que pasar por Pepe Boscá para ver la colección de gafas Celine, Jimy Choo y Bottega Venetta y tomar champagne francés y delicatesen. Al otro lado, Gran Vía 20 reunirá a las chicas más fashion de Valencia y con motivo, ¡toda la colección de invierno al 30 por ciento, incluidas las chaquetas de Woolrich!

Para cócteles exquisitos, lo mejor acercarse a la zona más glamurosa de Valencia, la plaza del Patriarca y Poeta Querol. Allí hay que pasar por Salvatore Ferragamo, Durán, Loewe, Bulgari, Vuitton y por la tienda de niños Cristina, que tendrá una venta especial de camisones Costa de Algodón. En la calle Barcelonia, la Óptica Climent, hará un 20% en todas las gafas y presentará una colección mega lujosa de Cartier.

Bueno chicas, a preparar el modelito que sólo quedan unos días. Las más coquetas pueden pasar antes por el Nail Bar que acaba de abrir OPI en el Corte Inglés de Pintor Sorolla, lo más en manicuras. Esther Barrera, Sonsoles Gomez-Torres, Salomé Corell, Beatriz Pechuán, Sophie Von Schonburg, Marta e Isabel Aliño, Cuchita Lluch, María Cosin y Patricia Bonilla ya lo han probado.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cuarentona busca estilista para foto de WhatsApp

Todo este rollito de las redes sociales tiene su gracia, pero también es un tanto estresante para las que nacimos en la época de Heidi y Pipi Calzas Largas. Vivimos en un continuo proceso de formación para adaptarnos a ese nuevo mundo, cuando ya tienes dominado el Facebook, te sacan Twitter y para cuando ya has aprendido a hablar con cuarenta caracteres, te sacan el whatsApp; y entonces, un buen día, descubres que tu marido y sus amigotes han montado cierto revuelo en la cena viendo la foto del perfil de uno de tus contactos: una chica que ni fu ni fa, pero que se ha puesto una foto impresionante. Y entonces tú dices, Dios mío, y yo con esa foto con cara de pava que parece sacada de aquellos viejos fotomatones que había en los años ochenta. Y vuelves a estresarte, tengo que cambiar la foto de mi whatsApp, pero ¿cómo me pongo?, con pose interesante, creativa, de pava, de devora hombres… Y ale, te tiras una tarde entera sacándote fotos a ti misma con tu Iphone, como si fueras un quinceañera que ensaya una cara para gustar al chico de la clase de al lado. Te das cuenta de aquí te la juegas de verdad, porque de nada te sirve tu fondo de armario ni tu gusto por la moda y las tendencias. Aquí sólo hay una cara y una expresión: vamos, la cruda y puñetera realidad.

Para colmo de males hay alguna que otra tramposa que se la retoca con el Photoshop, eso no vale guapa, eso es trampa, debería estar prohibido, alguien debería chivárselo a la todo poderosa Soraya Saenz de Santamaría para que urja un proyecto de ley prohibiendo ese tipo de trampas.

Esta semana puede será buena para renovar nuestro book de fotos de careto. No hay gran cosa en nuestras agendas, pero la que siguiente va a ser movidita: tendremos la Shopening Night y Pop Up Store en Ciudad Fallera. La noche del veintinueve habrá mucho WhatsApp yendo de un móvil a otro y será una buena ocasión para estrenar look whatsappero.

La Shopening Night ya nos la conocemos, pero los comerciantes, que con la crisis agudizan su creatividad, han preparado más de una sorpresa. Por ejemplo, la Galería Jorge Juan está preparando la fiesta Midnight in Paris y premiará con trescientos euros al bloguer que prepare el estilismo más original.

Ese mismo día, en la otra punta de Valencia se inaugurará Ciudad Fallera Pop Up: tiendas que se montan para tres días y en las que las grandes firmas venderán sus stocks a precio de outlet: ¡toma innovación! Es la esencia misma de nuestros tiempos, la creatividad efímera: montas algo y a los tres días te lo cargas, quizás por eso el entorno de la Ciudad Fallera le va como anillo al dedo.

Las Pop Ups es una de las tendencias que está causando furor en medio mundo. Son tiendas en las que las marcas sacan lo más creativo y rompedor que han hecho. En realidad es una excusa para vender con descuento, pero como eso así sin más queda un poco feo, un poco de quiero sacarte la pasta y no sé como, lo que hacen es montar un sarao creativo: tematizan los espacios y así no es una venta por precio, sino que te aportan un plan divertido y con un toque artístico. Así te sientes menos pobre que si vas a comprar los restos de las marcas a una nave industrial, como se viene haciendo desde hace años.

La Pop Up de Valencia estará abierta el 29, 30 y 1 de diez de la mañana a nueve de la noche; allí habrá ropa de Francis Montesinos, Lacoste, Toni Miró, Pepe Jeans, TCN, Kickers, Punto Blanco, Sita Murt, Textura…

Así es que el veintinueve por la tarde noche tenemos plan: primero a la Ciudad Fallera, luego al centro de Valencia a la Shopening Night, para acabar en la fiesta de Yo Dona que ya os diré dónde será. De camino entre un sitio y otro habrá que whatsapear mucho, sugiero colección de fotos para ir cambiándola conforme avance la noche. Que no se diga que las hijas de Pippi Langstrump no hemos sabido adaptarnos a nuestro tiempo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Navidad, Navidad… ¡Ya empezamos!

¡Por el amor de Dios, dime que no es verdad lo que he visto!, dime que ese señor que he visto subido a una escalera, colgando una guirnalda y unas bolas de Navidad, es un producto de mi imaginación, un pequeño delirium tremens con el que me castiga ahora el exceso de gintonics que tomé este verano. No puede ser que a principios de noviembre, la Navidad ya vaya queriéndose hacer notar; una cosa es que los supermercados pongan en octubre los restos de turrones del año pasado, y otra muy distinta es que ya se empiecen a ver adornos navideños en las tiendas. No es por nada, sólo porque con eso lo único que consiguen es que para cuando deberías alegrarte de verlos, ya estés hasta el moño de ellos. Es como cuando un chico que te hacía tilín, se pasaba con el tonteo, no se decidía a hacer lo que tenía que hacer; y al final, cuando por fin se lanzaba, tú ya no le veías puñetera gracia.

La única ventaja es que la vida social se empieza a animar en noviembre. Si hace unos años se acumulaban las presentaciones pre-navideñas a mediados de diciembre, ahora empiezan un mes antes.

De toda la vida, cuando se acerca la Navidad, las firmas de joyería y ropa de fiesta organizan saraos para que la gente con posibles vaya preparando sus carteras. Ahora, posibles, lo que se dice posibles, no es que haya muchos, pero esta semana, por lo que pueda pasar, Valentín Herráiz ya ha presentado su colección de fiesta con joyas de Rabat y los joyeros Victoria Cercós y Arguimiro Aguilar han hecho otro tanto de lo mismo.

El desfile de Valentín Herráiz se celebró el jueves en la Sala Myrtus, un edificio blanco y futurista, de líneas sinuosas, del arquitecto Ramón Esteve. Valentín inspiró su colección en la arquitectura de Myrtus y vistió a las chicas con vestidos largos y unas joyas espectaculares de Rabat. Esa noche había una fortuna en joyas, a juzgar por el tamaño y la cantidad de brillantes que se vieron. Una novia con velo antiguo de encaje de Bruselas cerró el desfile y luego hubo catering y Möet a tutiplén. ¡Que no falte de nada! Entre los invitados, Vicen la mujer de Albelda, Cuchita Lluch, Nanda Botella, Amparo López, Esperanza Vila, Irene Jiménez de la Iglesia, Carmen Lladró, Trinuca y Mirella Larraz Roig, Vicente Betoret con su mujer Cristina Aparici, las siempre elegantes Carmen Topete y María Teresa Monsonís, Ramón Esteve y Maite de la Iglesia, los sastres Antonio Puebla y Vicente Moret, y Susana Remohí que presentó el desfile.

No fue el único de la semana. El martes, la directora de Salvatore Ferragamo en Valencia, Mª Angeles Miguel, montó un desfile de lo más mono en el Hotel Astoria. Nada que ver con el anterior, primero porque era de hombre y segundo porque los modelos desfilaban entre los invitados de un modo muy informal. Allí, entre cócteles de Ginger ale y gintonics, los chicos de Carmina Durán, guapos hasta decir basta, iban paseando entre las invitadas: las hermanas Blanca y Laura Fitera, la presidenta de Cecoval Maribel Cosme, la directora de Loewe Amparo de la Concepción, la diseñadora Hortensia Maeso, Esther Barrera, Encarna Roig, que dentro de nada abrirá Acosta en la plaza del Patriarca, justo donde estaba Cavalli. Y menos mal que entre tanta chica, también había algún chico que otro, como el diseñador Ramón Gurillo con un grupo de amigos, Ragel Beltrán y Hector Alegre.

Por lo demás, la vida social valenciana sigue girando en torno a las cenas benéficas. El viernes fue la de AVAPACE, que cumple cuarenta añitos. Su presidenta, María Dolores Ibarra, recibió a más de 300 invitados a la cena, entre ellos la Alcaldesa Rita Barberá, el alcalde de Bétera, Germán Cotanda, la directora General de Bienestar Social, Pilar Collado, Sebastián Carpi, Salvador Navarro, presidente de la CEV, Luis Javier Herrero, Francisco Segura, Pilar Nieto, Luis Clavel, Aita Guillén y Carlos Escolano… Ah, y la semana que viene tenemos otra cena benéfica, será el 15 a beneficio de Aspanion y con desfile de zapatos de Laura Bracho.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Chicas epicúreas

Juro por todos mis leotardos de lana merino que jamás de los jamases se me pasó por la cabeza integrarme en una sociedad gastronómica. Siempre las consideré cosa de hombres, que siempre van buscando excusas para reunirse con sus amigachos a hartarse de comer, beber y fumar para acabar hablando de mujeres justo antes de iniciar una sesión de chistes más o menos verdes.

Nosotras somos más de café, té y en todo caso alguna que otra pastita. Si sale a la conversación algún tema verde, lo tratamos siempre con el cuidado propio de quien cree que en cuanto se descuide mete la pata y queda tan mal que quiere que en ese mismo momento se abra una grieta en el suelo y la engulla. Hay que reconocer que en ese terreno ellos siempre están más tranquilos, son capaces de hablar de Emanuelle con la misma comodidad con la que nosotras hablamos del precio de los libros del colegio; y por las mismas pueden hacer auténticos ensayos, con réplicas y contrarréplicas, sobre los atributos de Nacho Vidal, mientras que a nosotras nos da un no sé qué siquiera mentarlo.

Además lo de comer bien, eso que ellos llaman darse un homenaje, es algo que a nosotras rara vez se nos pasa por la cabeza. Si nos lo dan, lo aceptamos, pero no somos muy de ir al Mercado Central rebuscar las mejores gambas para comértelas tu sola en casa. Y la comida de los domingos, ¿qué me decís de la comida de los domingos?, si estás sola te preparas un sándwich y va que chuta. Ellos entienden que la vida carece de sentido si no se zampan un paella, un chuletón o un caldereta acompañada de buen vino y algún dulce traído de un convento de las Chimbambas.

Pero hete aquí que el otro día alguien me habló de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana, presidida por Cuchita Lluch, e integrada, entre otras, por Alicia de Miguel, Ana Portacelli, Lourdes Reyna, Rosa Lladró y Mar Casanova. ¡Ahí va, qué cosas!, me pido un hueco. Resulta que estas chicas, aunque son minoría en la Academia, se juntan una vez al mes para comer, visitar bodegas y hacer lobby para que la guía Repsol incluya restaurantes valencianos y los ponga en valor.

La Academia nació hace ocho años. Previamente Rafael Ansón, hermano de Luis María, la había montado en Madrid con lo más granado de la sociedad madrileña: Carlos Falcó, Alfonso y Alberto Cortina, Íñigo Méndez de Vigo, Marcelino Oreja, Sesé Sanmartín, María Jesús Gil de Antuñano e Imelda Moreno cuyo padre, que era marqués, fue el creador de la Cofradía de la Buena Mesa.

Indagando en estas cosas, me enteré de que en Valencia hay una sociedad gastronómica con más abolengo y en la que apenas hay mujeres. Se trata de La Asociación Magistral de Gastronomía, fundada en 1976, para “recuperar los grandes valores gastronómicos, la cocina regional y la calidad de los vinos y alimentos propios de cada territorio”, dice José Luis Palencia, el actual presidente.

Se comprometen a luchar contra la degradación de las cocinas, alimentos y vinos y denunciar sin reparos las prácticas insanas y viciadas. Para ello, se reúnen una vez al mes en un restaurante y después de comer uno de ellos hace una valoración de la comida y le pone nota al restaurante.

La última cita de la asociación fue en el restaurante de la Embajada (en la plaza Alfonso el Magnánimo, ese edificio cantonero que el Corte Inglés nunca pudo comprar). Antes de la cena, se celebró el capítulo de entronización de un nuevo socio, un acto casi medieval con el gran magister y un chambelán. Entre los socios, está el notario Joaquín Serrano, el empresario Mariano García, Vicente Castillo, Javier Monedero, el pintor Enrique Senís, el abogado Alberto Aliaga, Alfredo Esteve, Juan Cañizares, Vicente Aguilar y así hasta 50 prohombres valencianos. En la cena también estuvo el empresario Juan Carlos Gómez Pantoja.

No sé qué pensaréis vosotras, chicas, pero a mí esto de reunirme a comer y beber bien me está gustando. Propongo que tomemos con la fuerza de nuestros tacones La Magistral o que montemos otra más femenina que podríamos llamar algo así: Asociación gastronómica de chicas epicúreas.

lunes, 29 de octubre de 2012

Open de tenis: los ricos siguen ahí

Esta crisis se está haciendo más larga y pesada que aquella dieta de la alcachofa: tres días que parecían tres lustros, desayunando, comiendo y cenando alcachofas. Pues aquí estamos en lo mismo, todo va tan mal que parece que esto va a ser eterno. Menos mal que todavía queda el Open de Tenis para olvidarnos por unas horas de extractos del banco.
El sábado pasado, a las 3 de madrugada, un tipo con un maletín y alguna que otra herramienta entraba en la zona más exclusiva del Open de tenis. Podría pensarse que iba a coger lo que no es suyo o que iba a tapar alguna de las goteras del Ágora, no sea que hoy le dé por granizar. Pero no, nada de eso; era un relojero venido ex proceso de Suiza que venía a retrasar una hora los relojes de pared que hay el Open Club, un espacio al que sólo puedes entrar con pulserita vip y donde se alojan los stands de los patrocinadores del torneo, entre ellos Rolex. ¡Jo pé!, ¿y no podrían haberlos atrasado a las diez de la mañana cuando llega la gente normal y corriente? Pues no, Rolex es mucho Rolex y no está dispuesto a que sus relojes marquen mal la hora aunque sólo se enteren los fantasmas y los guardas de seguridad.


Son muy sofisticados –dice Carlos Giménez, de Giménez Joyeros-, tienen un mecanismo muy complicado y esta noche se produce un cambio de horario, a las dos de la madrugada, no podemos dar una mala imagen”. Para las curiosas que el domingo no tuviéseis nada que hacer y decidiérais daros un paseo por allí a poner en hora vuestros relojes, los tres relojes de Rolex estaban uno junto al restaurante, otro en recepción y el tercero dentro del stand de Giménez. Luego se podía ir a tomar el aperitivo a la Alameda y fardar de la hora que marca vuestro reloj: -“Hija, te digo que son menos cuarto en punto y ni un segundo más”.

Por el stand de Rolex han pasado el tenista francés Jo Wilfried Tsonga, Alex Corretja, Nicolás Almagro e invitados como la presidenta del Palau de la Música Mayrén Beneyto, la presidenta de Unicef Valencia Nidita Guerrero con su marido José Antonio Prat, el modisto Valentín Herráiz, Carmen Martínez-Colomer, el doctor Carlos Vázquez, el jefe del Servicio de Oncología del IVO Vicente Guillen, premio Nou d’Octubre, Paco Segura con su mujer Sofía, los doctores Pepe Dalmau y Bruno Camps y un montón de invitados más como los diseñadores Alex Vidal y Francis Montesinos.

El plan de los invitados era de lo más chic: entras en el Open Club, las azafatas te ponían la pulserita y pasabas al stand de turno a tomar un aperitivo y luego al Agora a ver uno de los partidos. Entre canapé y partido, podías comer o cenar en el comedor oficial con la cocina de Paco Morales del restaurante Masset Ferrero.

Con la que está cayendo y la retahíla de malas noticias que nos van llegando, que cada día nos atragantan las tostadas del desayuno, hablar del lujo puede parecer un poco frívolo. Pero reconozcamos que es más agradable pasar la mañana del domingo mirando los relojes de Rolex, que sentada delante del ordenador mirando los extractos del banco, ¡ya habrá mañana tiempo para eso!

Además, qué demonios, el lujo tradicional, el que sigue haciendo las cosas bien hechas, en muchos casos artesanalmente, tiene su mérito y en una sociedad que anda reivindicando la excelencia, no le viene nada mal que siga habiendo una alternativa a la cultura del usar y tirar. Algunas firmas de lujo fabrican las cosas exactamente igual ahora que hace cincuenta años; son marcas a las que no les gustan los grandes alardes ni las excesivas innovaciones. Vamos, que son como sus clientes, gente bien, conservadora de toda la vida.

En eso Rolex se parece bastante a Loewe, que cada vez vuelve más a sus orígenes. Su bolso estrella es el Amazona, un modelo que tiene más de 25 años. La semana pasada, Amparo de la Concepción invitó a sus clientas de Loewe en Valencia a conocer uno de sus Amazona más sofisticado: el Atelier, un invento que te permite encargar tu bolso a medida personalizando las cantoneras, las asas, el cuerpo y las piezas metálicas, eligiendo colores y tipos de piel.

Bueno chicas, ¡ale!, ya está bien de soñar con bolsos y relojes, volved a la cruda realidad: enfundaros vuestros vaqueros, colgaos vuestro bolso de 2007 y salid a dar un paseo que eso, por ahora, nos lo podemos permitir.

lunes, 22 de octubre de 2012

Algunas cosas nunca cambiarán

A veces una tiene la sensación de que el género humano no evoluciona así le maten, sobre todo la parte que le toca a los chicos. Una ve esas películas ambientadas en la Inglaterra victoriana, en las que después de la cena los hombres se retiran en grupo a fumar, mientras las mujeres se quedan cotilleando, y piensa: fíjate, pobrecitos aquellos hombres que necesitaban aislarse de las mujeres para divertirse. Y mira tú por donde, ahora, con la prohibición de fumar en locales públicos, va y se reproduce la escena. Ellos tienen una tendencia a agruparse entre sí, y nosotras lo propio entre nosotras. Así es que se forman grupos de chicos y chicas, ellos más con el puro, nosotras más con el cigarro. Y a la vuelta a las mesas, en cuanto te descuidas ya se ha trastocado toda la disposición original y ellos están con ellos y nosotras con nosotras.

El viernes por la noche, en la Hípicia, la Fundación Fuvane celebró una gala benéfica. No me quiero ni imaginar el curro que se metieron las organizadoras para montar las mesas y en cuanto acabamos de tomar la última cucharada del postre, todo saltó por los aires. Buena parte de los hombres salieron a fumarse un puro a la terraza, para cuando volvieron, todas las mesas estaban trastocadas, ya nada fue como antes, adiós a la integración y a la igualdad entre sexos.

En fin, somos así, y se ponga como se ponga lo políticamente correcto, hay cosas que no cambian. Lo de fumar un puro tiene su aquel, porque hay que ver lo que dura, y lo que huele, un chisme de esos; da para hablar de todo, de fútbol, de política, de la crisis, de la muerte de Emmanuelle y hasta de los avatares de Nacho Vidal.

Bueno, el caso es que la cena de Fuvane reunió a buena parte de la sociedad valenciana. Allí estuvieron el Conseller de Industria Máximo Buch, el torero Vicente Barrera, el vicepresidente del Consejo del Poder Judicial Fernando de Rosa, el presidente del Consejo Jurídico Consultivo, Vicente Garrido, la concejala de Sanidad del Ayuntamiento Lourdes Bernal, las hermanas Laura y Blanca Fitera, el doctor Murgui, María José Navarro, el presidente del Club de Encuentro Manuel Broseta, Paco Puchol, los empresarios Salvador Navarro, presidente de la CEV; Vicente Lafuente, de FEMEVAL, Vicente Folgado, de la Federación de la Madera, Juan Eloy Durá, de la construcción; Bernardo Noblejas, presidente de IVEFA, el director de Feria Valencia Enrique Soto, Joaquín Maldonado

El alma y presidente de FUVANE es el periodista Eduardo Alcalde, que agradeció el apoyo de toda la gente que colabora para ayudar a niños con parálisis cerebral, sobre todo a la junta de apoyo: María José Albert, Begoña Ciscar, Pilar Pons, Beli Botella, Mayayo Gómez-Lechón, Santi Aguilar, Susana Pérez-Manglano y Amparo Moreno. Eduardo Alcaide nos dejó a todos al borde de las lágrimas contándonos la historia de su hijo Alejandro, un niño prematuro que tuvo problemas que derivaron en una parálisis cerebral. “A mí familia y a mí nos cambió la vida, nos hizo ser mejores personas, más comprensivos con los demás y a cambiar nuestra escala de valores”. Después, puso un video con los logros conseguidos por niños que han conseguido superar lo que parecía imposible para ellos: caminar, sentarse y ponerse de pie o participar en actividades cotidianas de la vida, como comer, asearse o vestirse.

Alcalde compartió mesa con el presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, José Vicente Morata, con su mujer Pilar Pons, con María José Albert (ideal con un vestido de Pailletes de Presen Rodríguez), Vicente Cotino (que ha cedido las instalaciones del parque tecnológico donde FUVANE atiende a los niños) y su mujer Iría, una gallega de lo más estilosa.

Después de la cena vino el típico sorteo. Rosa Morera cedió un bolso de Max Mara, mientras que Lourdes Verdeguer, de Patos, regaló diez collares de lo más monos, Salomé Corell dos de sus pulseras y los artistas Ripollés y Willy Ramos una escultura y una pintura, que fue a tocarle a Vicente Barrera.

lunes, 15 de octubre de 2012

… y Telva premió a los mejores

Más allá del sinfín de sesudos análisis que se han hecho sobre las causas de esta crisis, quizás al final todo pueda resumirse en que hubo tiempo en que muchos creímos que las cosas verdaderamente valiosas podían conseguirse sin esfuerzo. Un tiempo en el que se subió a los altares de la fama a gente que hizo poco o nada por los demás, que no buscó la excelencia en lo que hacía y aún menos se empeñó en mejorar el mundo. Cuando todo esto acabe muchas aguas habrán vuelto a su cauce y una de ellas será volver a valorar el trabajo bien hecho que mejora la vida de la gente.

De alguna forma, todo esto se respiraba en la Gala de los Premios Telva del lunes en el Palau de la Música. La directora de la revista Olga Ruiz dio las gracias a los premiados, Vicente del Bosque, Sara Baras y el Doctor Baselga, diciéndoles: “(…) Sin vuestra lucha y vuestra perseverancia nuestra vida sería menos buena, menos hermosa y menos emocionante.”

La presentadora de la gala fue Alejandra Prat, monísima con un vestido de Alberta Ferretti. La directora del Palau Mayren Beneyto, de negro con vestido de Amparo Chordá y un collar de coral espectacular, dio la bienvenida y puso el toque valenciano regalando una mocaorá a Olga Ruiz.

José María Manzanares entregó el premio a Vicente del Bosque, quien con su habitual sonrisa dijo que era la primera vez que recibía un premio de una revista de moda. Mayren Beneyto se lo entregó a Sara Baras quien dijo que lo llevaría “cerquita del corazón, sobre todo cuando baile”. Y Olga Ruiz al Doctor Baselga que como buen científico parecía poco acostumbrado a estos saraos y precisamente por eso supo reconocer el mérito de Telva: “(…) Que una revista como la vuestra, con el peso que tiene en nuestra sociedad dedique un premio a la divulgación científica tiene muchísimo mérito y me rindo ante vosotros”.

Por lo demás, entre los invitados, como era de esperar, hubo mucha cara conocida de Valencia y del resto de España. Patricia Rato, Jaime de Marichalar, el presidente del Banco Sabadell Josep Oliu; Esteban Rabat y su hijo Jordi Rabat con su mujer Eva Palao; la piloto de GP3 Carmen Jordá, Patricia Olmedilla, vestida de Teresa Helbig, con su marido Gonzalo de la Cierva; Carmen Lomana, Fiona Ferrer...

De Telva vinieron Alejandro de Vicente, vicepresidente de Unidad Editorial, Marta Aramendía, Samary Fernández, Sandra Santero, Marcos de la Fuente, la subdirectora de Telva Lucía Francesch, Paloma Artola, Ainhoa Berges y la redactora jefe de moda de Telva, la valenciana Maite Sebastiá y el director de El Mundo Valencia, Rafael Navarro,

Entre la “gente de la terra”: la delegada de Gobierno, Paula Sánchez de Leon, los conselleres, Maximo Buch y Lola Jonhson, el diseñador Francis Montesinos, que acaba de sacar un vino blanco que lleva su nombre y se sirvió en la cena. También los empresarios, Hector Colonques, Presidente de Porcelanosa, David Lladró, Pablo Serratosa y Juan Carlos Gómez Pantoja, con su mujer Cristina Blanc; el arquitecto Ramón Esteve, el doctor José María Ricart con su mujer Carolina Merino, vestida de Gucci; Joaquín Maldonado y su mujer Sofía Carpi; el torero Vicente Barrera, Marisa Marín, del Colegio Yale; Fernando Aliño, autor del catering de la cena, y su mujer, Marta Pons; los interioristas Carlos Serra y Susana Lozano, los diseñadores Valentín Herráiz, Marta de Diego y Amparo Chordá; Alejandro Bataller, de Sha Wellness; la artista Nanda Botella, Cuchita Lluch, Rocío Bacharach… Además, jóvenes como Andrea Pascual, Sonsoles Gómez-Torres, María Cosín y Patricia Bonilla, las dos ideales con vestidos de Marta de Diego.

En fin, chicas de Telva, que nos alegrasteis la víspera del 9 de octubre. ¡Os esperamos el año que viene!

domingo, 7 de octubre de 2012

Telva nos vuelve a poner de largo

Valencia, como toda ciudad, necesita eventos que de vez en cuando la sacudan, que le hagan sentirse viva, que motive a su gente a romper con la rutina, a abrir los armarios, desempolvar las joyas y a acicalarse. La cena de gala de los premios Telva a las Artes y las Ciencias va camino de convertirse en uno de esos acontecimientos: será mañana, a las siete de la tarde, en el Palau de la Música de Valencia. Las chicas de largo, los chicos de esmoquin.

Más de una estará dando en este momento los últimos retoques a su modelito de mañana. La última prueba siempre es la más importante. Es como el último ensayo antes del estreno de una obra. Te plantas frente al espejo y repasas cada uno de los ángulos de tu vestido, a ver si todo está perfecto, si se te notan los kilos que ganaste en verano y si has conseguido disimular las ojeras que acumulas de la semana; caminas un poco con los tacones, pruebas varios peinados y ensayas cartera en mano para valorar el conjunto.

Lo de los chicos es mucho más fácil, pero también más aburrido. Ellos se plantan su esmoquin y por toda innovación aportan el color de chaleco o el de la pajarita. Claro, luego pasa lo que pasa, ellos nunca meten la pata, pero tampoco se cubren de gloria. Así es la vida: ellos siempre se ven perfectos y nosotras nunca estamos satisfechas del todo, es algo consustancial.

Este es el segundo año que la revista elige Valencia y el Palau de la Música para entregar los premios, aunque esta edición hay una novedad, además del Premio a las Artes y las Ciencias, habrá una nueva categoría, el Deporte.

La bailaora flamenca Sara Baras (mira que tiene arte y que es guapa esta mujer) recibirá el Premio a las Artes por sus veinte años de trayectoria. Sara hará un parón en la gira de su espectáculo “La Pepa” y seguro que nos regala algún momento emocionante sobre el escenario, tal y como hizo el año pasado Ainhoa Arteta, que interpretó tres canciones que nos dejaron a todos con el corazón encogido. ¡Qué voz tiene esta mujer!

Este año el Premio de las Ciencias será para el doctor José Baselga, director del Valle de Hebrón Instituto de Oncología de Barcelona y de la división de oncología del Hospital General de Massachussets.

El Premio a los Deportes será para la selección española de fútbol, lo recogerá Vicente Del Bosque, la verdad es que ese señor se ha convertido en uno de los iconos del glamur español: inspira confianza, nunca se mete con nadie y siempre que lo ves te alegras. Vamos, lo mismito que Rajoy, Rubalcaba y compañía.

El equipo de Telva, con su directora Olga Ruiz, la subdirectora Lucía Francesch, y la directora de Moda, Mayte Sebastiá, recibirá a los invitados, entre ellos Jaime de Marichalar, cada vez más difícil de ver en este tipo de eventos sociales; Fiona Ferrer, que vendrá sola tras separarse de Jaime Polanco; la presentadora Alejandra Prat, Patricia Rato, colaboradora de Telva y cada día más elegante y estilosa; la piloto Carmen Jordá; el torero José Mari Manzanares, Patricia Olmedilla con su marido Gonzalo de la Cierva, y la incombustible Carmen Lomana. Ah, y el presidente del Banco Sabadell Josep Oliu.

Los invitados de Valencia no se quedarán a la zaga, la crème de la crème de la economía, la cultura o la política: el presidente de Porcelanosa, Héctor Colonques y su hija Cristina Colonques, David Lladró, los concelleres Máximo Buch y Lola Johnson, la delegada de Gobierno Paula Sánchez de Leon; los empresarios Ros Casares y Pablo Serratora; la directora del Palau de la Música, Mayrén Beneyto; las diseñadoras Marta de Diego y Dolores Cortés; la presidenta de la Academia Valenciana de Gastronomía, Cuchita Lluch; Susana Lozano y Carlos Serra de El Mercader de Indias, Alejandro Bataller, de Sha Wells, el arquitecto Ramón Esteve

De la decoración de la cena, servida por El Alto, se ocuparán las chicas de Araventum, Lorena y Rosana Oliver. Serán 174 invitados repartidos en tres mesas imperiales, rodeadas de un jardín minimalista con árboles, cañas de bambú y velas flotantes.

Buenos chicas, os dejo, la semana que viene ya cotillearemos sobre la fiesta.

lunes, 1 de octubre de 2012

Contra viento y marea

¡Hay que ver como llovía el viernes por la noche!, parecía el acabose. Hacía falta mucha motivación para ponerse mona y salir de casa. Sin embargo, en la Hípica no cabía un alfiler. Visto desde afuera cualquiera habría dicho que allí estaba Justin Bieber y que el tumulto eran centenares de quinceañeras enloquecidas, que se habían revelado en bloque contra la autoridad paterna. O que Raphael estaba dando un recital para nuestras madres, y que ellas habían enloquecido por una noche y se habían lanzado a la calle, despreocupadas del efecto que la lluvia pudiese provocar en sus enlacados peinados. También se podría haber pensado que una asociación de “perroflautas” había confundido a la Hípica con el Congreso. Pero no, no era nada de eso. Era una cena benéfica que organizada la Fundación Dasyc.

Allí estaba, desafiando al temporal, buena parte de la alta sociedad valenciana. Es sabido que las cenas benéficas son tradicionalmente lugar de encuentro para la vida social. Pero lo del viernes evidenció que la gente va a esas cenas para algo más que para dejarse ver; porque cuando caen chuzos de canto, sólo una causa de fuerza mayor te saca de casa. Y la Fundación Dasyc es, sin duda, una de esas causas. Es una de las ONGs más activas de Valencia que trabaja con niños, jóvenes, discapacitados y personas mayores. Tiene proyectos en Comunidad Valenciana, Castellón y Alicante, también proyectos cooperación en Sudáfrica y la India.

Hubo una mesa sólo para chicas: Marta de Diego y Pepa Martí, Begoña Grollo, Elvira Selva Catalán, María Cosín, Eva Marcellán, las hermanas Montoro: María, Patricia y Amparo, de los laboratorios Montoro de toda la vida.

En otra mesa de Cristina Blanc, la mujer de Juan Carlos Gómez-Pantoja, estaba Clara Payá, Luz Lleó, Merche Ventura… Además, estuvieron Lila Albanozzo, de la Seta Nera, Laura Gallego, de la cafetería Belgravia que, por cierto, está organizando unas meriendas ideales todos los jueves con tertulias de arte: ¡a que suena chic a más no poder! En la última estuvieron hablando sobre la colección del Thyssen con dos doctoras en Bellas Artes. La verdad es que ésta esta Laura es la leche, se ha tomado en serio lo de la innovación y está demostrando que se puede hacer en cualquier negocio. Ella, en su cafería, además de tertulias de arte monta exposiciones y hasta comidas para practicar el inglés: te sienta por niveles, así es que la que no pase del típico “I don´t know”, no tiene de qué preocuparse, la sentarán con otras del mismo nivel… Habrá que ver de qué hablan: “Hello”, dice una. “How are you”, dice otra; “I don’t know”, dice la tercer; “Hello”, dirá la cuarta… y vuelta a empezar.

En la cena estuvo también el presidente de Dasyc, Victor Martínez; Rafael Aznar con su mujer Magüy Alonso, Rosa Alfonso, Consuelo Badía de la Clínica Ziving, Marta Barandiarán y su hijo, los Miralles, Palencia, Barona... También se dejaron ver Luis Valls-Taberner y Rafael Catalá, dos jóvenes emprendedores que han trabajado con ONGs y hablaron de lo mucho que les ha enriquecido la experiencia.

No es la única cena benéfica. El próximo viernes 19, también en la Hípica, habrá una cena organizada por Fuvane –Fundación Valenciana para la Neurorehabilitación-. Llevan años ayudando a los niños con parálisis cerebral; hasta ahora no han organizado grandes cenas porque tenían buenos benefactores. Pero como las cosas están muy mal, su junta de apoyo, con María José Albert a la cabeza, ha decidido remover Roma con Santiago para seguir adelante con su noble causa: ¡ahí estáis chicas, con un par de tacones!, como diría Ansón.

El coste del ticket de la cena es de 45€ y todo el dinero recaudado será destinado para mantener las distintas actividades de la fundación. María José dice que será un acto entrañable, cargado de emoción y sorpresas, así que chicas, ya sabéis, el 19 todas la Hípica. Si llueve, que llueva; y si nieva, que nieve…

martes, 25 de septiembre de 2012

Slow shopping

Las prisas son un horror, matan al disfrute, a la elegancia, a la felicidad. No es elegante, ni divertido, ni agradable ir por la calle corriendo porque llegas tarde a algún sitio. Todo lo haces deprisa: andas deprisa, te duchas deprisa, comes deprisa, compras deprisa...

Hemos acabado con los rituales y ahora todo puede hacerse de cualquier manera; comes un sanwich por la calle mientras vas al gimnasio porque no tienes tiempo para pararte, y cuando sales pilates, te vas corriendo a por los niños mientras miras los emails; si quieres un café, en el mejor de los casos te lo tomas en la barra del bar, mientras miras el reloj y te desesperas porque el camarero se ha ido a atender a otro cliente y no coge tu maldito café que ya está hecho en la cafetera: ¡venga, tío, que ya está hecho, cógelo de una puñetera vez!

Pero lo peor es que te acostumbras a ese ritmo y llega un día en que corres aunque nadie te espere. Ya no se te ocurre tomarte un rato para preparar un café, sacar las tazas de porcelana, el azucarero mono que heredaste de la abuela, las servilletas de hilo que tanto cuestan planchar, las pastas que compras en un horno que hay a media hora de tu casa, etc. Con lo cual, ya ha dejado de ser para siempre un momento de disfrute y se ha convertido, ya para siempre, en una rutina más que haces mecánicamente y deprisita.

Aplíquese esa endemoniada dinámica a todo lo demás: al baño, a la peluquería, a la comida, a la manicura y, en cuanto te descuidas, también a cosas más serias de verdad, como los achuchones que le das a tu chico cuando llegas a casa: dos besitos, y alé déjame que tengo que preparar los uniformes de los niños.

En fin, chicas, que nos hemos cargado lo mejor de la vida, que son esos momentos insignificantes que vividos con tiempo y cariño nos ayudarían a ser más felices. Quizás haya llegado el momento de replantearse todo esto.

En la calle Colón, han abierto Rituals, una tienda de productos de cosmética y belleza. Su objetivo es “ayudar a la gente a ser feliz, disfrutando de los pequeños detalles de la vida, una taza de té, un baño relajante, una crema de manos…” Es justo lo contario de un hipermercado en el que todo está pensado para que cojas lo que quieres y te largues cuanto antes para no marees y pueda entrar otro a comprar en tu lugar. A Rituals se va a hacer slow shopping, os lo digo porque usando este término vais a quedar de lo más intelectual entre el grupo de las mamás del colegio de tus hijos.

Rituals es una cadena de tiendas que ya está en muchas ciudades de Europa. La fundó un holandés en el año 2000. Raymond Cloosterman, que así se llama el colega, quiso convertir las rutinas de belleza en rituales. Han contratado antropólogos para que estudien rituales ancestrales y a partir de ellos crean productos que están pensados para hacernos disfrutar con cosas tan mundanas como darte un baño o aplicarte crema en las manos.

La modelo Verónica Blume estuvo el jueves en la inauguración de la tienda. Entre los invitados, la presentadora Maribel Vilaplana con su marido Xavier Carrau, Alfredo Esteve, el peletero Gabriel Seguí, Alex Vidal y su mujer Raquel Chillida, el artista Jarr, Javier Calvo, la concejal Beatriz Simón, Julio Guixeres, Vicente Genovés, Maire Girona, Mª Angeles Fayos y la directora de Ferragamo Mª Angeles Miguel.

Así es que chicas, ya sabéis, a partir de ahora hay que ir un poco más despacio por la vida. Y el que tenga que esperar que espere. Para ir entrenándonos, podiamos ir el domingo, paseando tranquilamente y disfrutando de la mañana, al Mercado de Colón a la feria solidaria que se montó a beneficio de la Fundación Pequeño Deseo. Había puestecitos de galletas como el de Isabel Landete, que hace unas tartas espectaculares. Y puedes probar las delicias que prepara Mónica Piñones, comprar un perfume de Santa María Novella, ropa de María Angeles Ferrando, una cartera de pitón de o encargar unas fotos estupendas a Juan Carlos Vega.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Chapeau

Por muy frívolo y consumista que pueda parecer, lo cierto es que las tiendas son el alma de una ciudad; sin ellas la ciudad se entristece, que es lo que les pasa los domingos. Supongo que mañana tendré mi twitter inundado de mensajes llamándome pija, consumista, superficial, vacua y demás, pero que levante la mano la que vaya a París y no reserve una tarde para pasear por los Campos Elíseos aunque sólo sea para echar una ojeada a los escaparates.

Uno de los atractivos de Valencia es precisamente sus tiendas; tenemos más de una que no deslucirían en las grandes avenidas comerciales del mundo. La última incorporación a ese activo de la ciudad es la nueva tienda que ha abierto Chapeau en Hernán Cortes: justo enfrente de donde estaba hasta ahora, pero mucho más grande. Los dueños, Pilar Puchades y José Tamarit, saben lo que se llevan entre manos. Llevan 25 años trayendo a Valencia ropa de las mejores colecciones del mundo. Corría el año 1987, ¡uff!, cuando nosotras estábamos en la Universidad y ya habíamos colgado nuestros suéteres de Privata y nos volvíamos locas por un cinturón de Moschino. En Valencia florecían las tiendas de ropa multimarca: Don Carlos, Manía, 20 años, Celia Montaner…

Parecía que no había hueco para más, pero Chapeau se hizo un nombre con firmas que sólo veíamos en los anuncios de las revistas de moda: Jil Sander, Prada o Gucci. Luego vinieron Marni, Miu-Miu, Lanvin, Balenciaga, Celine, Stella McCartney...

Desde entonces, Chapeau es una de las mejores tiendas multimarca de Europa. En España, sólo Ekseption, en Madrid, puede medirse con ella. Pero las madrileñas tienen ese espíritu castellano que las hace muy clásicas y aquí somos más atrevidas y eso se nota en la ropa que traen las dos tiendas. Vamos, que Ekseption es más sosa.

Confieso que en mi próxima vida, no me importaría reencarnarme en Pilar Puchades: entras en su almacén y allí tienes ropa y más ropa, cardigans de cachemire, chalecos de piel, vestidos de Marni, complementos… Y lo mejor de todo es que la muy canalla se lo prueba todo como parte de su trabajo. ¡Jopé!, eso es un trabajo y no lo del ordenador. Imagínate que cada año te vas a Milán un par de veces a probarte lo mejor de la colección de Prada para ver si le encuentras una arruga o un corte poco favorecedor. Y luego, te vuelves a tu tienda y… ¡ale!, a vender.

Hace un año Pilar y Jose decidieron que Chapeau tenía que renovarse. El reto era hacer una tienda a la altura de otras que hay en Tokio, Nueva York, Londres o Milán. ¡Tonterías, las justas! Así es que cogieron el local que durante años ocupó una tienda de muebles y lo han convertido en paraíso sobre la vieja tierra del Turia para mujeres y hombres de buen gusto y mejor cartera.

La nueva Chapeau unifica las dos tiendas de hombre y mujer, pero cada una mantiene su entrada independiente y su propio espacio, para unirse en un área final donde está el lucernario del patio de manzana; esa luz natural da mucha calidez a la tienda, a pesar de ser una superficie limpia y geométrica tan grande.

El proyecto es del arquitecto Ramón Esteve. “Jose y yo nos conocemos hace muchos años, soy cliente suyo y entiendo la filosofía de la firma; nuestro reto era generar un entorno que reforzase y potenciara la calidad del producto, que tuviera fuerza pero que no restase protagonismo a la ropa y, además, conseguir una tienda que estuviese a la altura de otras tiendas internacionales de referencia, competir al mismo nivel que las grandes marcas”.

Esteve ha partido de la identidad de Chapeau, “he buscado una alta calidad arquitectónica y de diseño que potenciase los valores de la marca”. La tienda está llena de espejos y acero que juegan con los reflejos, la luz, las proporciones, el brillo y el mate, sin embargo, la combinación de todos estos materiales da lugar a un espacio cálido y que te arropa”.

La fachada es negra, “el negro tiene un efecto escenográfico –dice Esteve- genera un marco que da protagonismo lo que enmarca, a los escaparates que hace Jose, que son fantásticos”. El interior es sobrio, limpio, luminoso, geométrico, con materiales neutros y blancos y negros, vamos, muy Chapeau.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Tenemos nueva estrella: Juan Vidal


Un chico de Elda, crecido entre telas y modelitos de Moschino y Versace, va camino de convertirse en uno de los grandes diseñadores de este país. Juan Vidal, además de creativo y bueno, es un emprendedor como hay pocos en los tiempos que corren.


¡Esta sí que es buena! por fin un diseñador valenciano va camino de alcanzar la fama más allá del gran Montesinos. Se llama Juan Vidal… no, no seáis mal pensadas, que no tiene nada que ver con Don Alex, padre, madre, tío y abuelo de la Valencia Fashion Week. No, nuestro Juan Vidal es un chico de Elda, que desfiló dos años consecutivos en la pasarela valenciana y consiguió, eso sí, el premio a la mejor colección, y esta noche desfilará en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid.
A Vidal el oficio le viene de familia. Su padre era sastre y su madre tenía una tienda de ropa de primeras marcas. Se crio entre modelitos de Moschino, Gaultier, Versace y Dolce Gabbana. Estudio bellas artes y luego diseño de moda y se lanzó a diseñar su propia colección. Funcionó tan bien, que en 2005 sus padres decidieron cerrar su anterior negocio y dedicar el taller y la tienda a las colecciones de su hijo: esos son unos padres y no lo que hay por ahí.
A finales del verano pasado, casi sin buscarlo, Vidal tuvo un golpe de suerte. Estaba exponiendo en París en la feria Zip-Zone. Quiso el destino que los diseñadores Dolce & Gabbana, que estaban allí en busca de nuevos talentos para su tienda de Milán, pasaran por delante de su stand. Les gustó su ropa y le dieron cita para dos semanas después. Y ahora viene lo bueno. Juan y su equipo cargaron una furgoneta llena de ropa y se fueron para Milán, cual vendedores de mercadillo, a venderles a los mismísimos Dolce & Gabbana, que se quedaron prendados de la colección. Ese es el espíritu emprendedor que reclama este país y no lo de llorar por no recibir subvenciones públicas de una Generalitat que no puede con su alma.
Poco después, otra boutique hiper mega lujosa de Milán, Luisa Via Roma, lo seleccionó como firma invitada. Vidal está vendiendo muy bien en Italia; en Madrid también tiene dos puntos de venta, en Valencia no termina de cuajar. Linda Vuela a Rio (Gran Vía Marqués del Turia) compró la colección de verano -ahora la tiene de saldo- pero no repetirá este invierno. Es verdad que son prendas caras, entre 800 los vestidos y 2000 los abrigos de seda con apliques de cristal, pero el precio no puede ser menor, es un producto de lujo, confeccionado en su taller, con bordados, remates y piezas puestas a mano. Por eso dice Juan no puede hacer ropa de sport, “me encantaría, pero un camisero de algodón me saldría igual que uno de fiesta”.
Juan Vidal presentó el domingo en Madrid la colección del próximo verano. En primera fila, Marta Chavarri, Nieves Alvarez, Mayte de la Iglesia, Tania Yasera, Sara Vega –la hermana de Paz Vega- Lola Marceli, la mujer de Juanjo Puigcorve. Valencianas, ni una. A Maite Sebastiá, la directora de moda de Telva y una de las primeras en darse cuenta del talento de este chico, el desfile le pilló de vacaciones. Las hermanas Fitera, clientas habituales, tampoco pudieron ir.
Laura Fitera lleva varias temporadas encargándole vestidos y la semana pasada pudo cotillear en su taller de Elda la colección de invierno. “Es de lo más bonito que ha hecho nunca, el tejido es un estampado de impresión fotográfica de las lámparas Tiffany con bordados de crisantemos de rafia y piedras de cristal y los cortes son de alta costura, con tejidos maravillosos; Muchos diseñadores tienen buenas ideas, pero la factura es muy mala;  no es el caso de Juan”.
La colección de invierno se llama Candela y Juan Vidal dice que es la más latina de todas. “Es la sublimación de la figura femenina, una mujer hedonista que necesita salir de una realidad aburrida y evadirse, como las actrices Ava Gardner, Rita Hayworth o Bardot. Los colores de la colección son temperamentales y violentos, muy fauvistas, rojos intensos, amarillos mostaza, naranjas, negros…
Pues eso chicas, que tenemos que ir haciendo un apartadito en el armario y otro en la cartera, para hacernos con algo de este chico, no vaya a ser que las italianas se lo queden todo.

lunes, 27 de agosto de 2012

A comer y a beber que ya queda poco


Se acaba el verano. Habrá que volver a casa, al trabajo, a los uniformes del colegio, a la dieta; ¡uf!, la dieta, ¡qué horror! El verano nos ha regalado un par de tallas de más y ahora hay que quitárselas a toda prisa para volverlas a recuperar en Navidad y luego vuelta a empezar. No es justo que el peso se gane kilo a kilo y se pierda gramo a gramo: te descuidas un mes, subes a la báscula y ¡zas!, tres kilos más; luego estás otro mes comiendo lechuga, subes a la báscula y quieres morirte, sólo has perdido ochocientos gramos.
En fin,  todavía queda una semana. Hay que aprovechar, comamos, durmamos y bebamos como si el mundo fuese a acabarse, que ya habrá tiempo de sufrir. Claro que hay una alternativa a la dieta y echarse el mundo por montera y abandonar este encorsetado canon de belleza que nos está amargando la vida. Hagámonos fans de Caritina Goyanes (www.telva.com/blogs). Eso sí que sería una revolución y no la pantomima de Juan Manuel Sánchez Gordillo. Caritina es hija de Cari Lapique y hermana de Carla, la ex novia de Fran Ribera Ordóñez. Utiliza la talla 46 por lo menos y es más feliz que un regaliz. Las chicas de Telva la han fichado para que haga un blog sobre cómo ser estilosa con una talla más allá de la treinta y ocho… Me encanta, me encanta, encanta.
El verano no es nada sin ciertas dosis de lujuria: cerveza, calamares a la romana y gintonics con cosas extravagantes, empezamos con las gotitas de fresa y al paso que vamos acabaremos poniéndole astillas de tronco de palmera para darle un aroma a oasis sahariano. A ver si Quique Dacosta, que es un genio en esto de hacernos comer sensaciones, inventa el gintonic definitivo y acaba con esta escalada de insensateces.
Quique estuvo el viernes en la II Muestra de Enoturismo y Gastronomía –Dolia- en el auditorio de Teulada, por cierto, qué auditorio, si alguien lo comprase a buen precio solucionábamos el problema de la deuda española y de la griega. Una maravilla, premio de arquitectura en Chicago por su diseño y por lo bien que se ha integrado en el entorno.
Allí, Quique nos enseñó, entre otras cosas, cómo podemos comernos la humedad de una mañana de invierno en Denia en un plato que ha llamado “bruma” o cómo se pueden convertir las rocas de la playa en un postre de panettone, chocolate y caramelo. Un crack, este chico, que pone en su sitio a esos pesados maridos que van por la vida de cocinitas y que lo único que saben hacer es gastarse una fortuna en el mercado, dejar la cocina hecha un desastre y preparar un arrocito más o menos pastoso.
Dice Quique Dacosta que para conocer un lugar tienes que comer los productos de su tierra. Pues ale, chicas, nos queda una semana para atiborrarnos de coques de esgarraet, arroz a la marinera, pastissets de boniato y bizcocho casero del mercado de Xàbia (recomiendo el de la Señora Pilar, entrando a mano izquierda, pero cuidado con su hijo que en cuanto te descuidas sale de la trastienda y te vende medio horno) y de postre vino moscatel de Teulada. El viernes presentaron una edición especial del Pitágora, un moscatel de aguja que es una maravilla para el paladar por cuatro euros de nada.
Total, chicas, qué más da tres kilos más que tres kilos menos, si decidimos sumarnos todas a la revolución Caritina y presentarnos este invierno en el Mercado de Colón con diez kilos más cada una para enseñarle a Sánchez Gordillo lo que es una revolución de verdad y acabar con la tiranía de los diseñadores.

lunes, 20 de agosto de 2012

De capa caída


La discreción unida a la falta de dinero es un cóctel explosivo para el glamour. Por eso, este verano Xabia está más aburrida que la sala de espera de un dentista. No hay dinero y el poco que hay se esconde para no llamar la atención. La verdad es que debe de ser una faena eso de tener pasta a raudales y no poder gastártela porque la gente dirá que estás provocando. ¡Qué faena!, imagínate que te toca una loto, tienes dinero para arrasar con la última colección de Prada, vas a Chapeau, cargas con veinticinco bolsas, llegas a tu casa, te lo pruebas todo, te ves de lo más mona, y cuando el viernes quedas a cenar, tú misma te das cuenta de que no puedes plantarte de esa guisa en la fiesta de turno porque dirán que eres una pija derrochona y acabarán haciéndote el vacío. Así es que dejas todo eso en el armario y acabas saliendo con tus clásicas bermuditas de Massimo Dutti.
Pues en esas estamos; por un lado mucho rico venido a menos, que ha colgado el cartel de se vende y se pasa la tarde mirando al móvil a la espera de la deseada llamada; por el otro mucho político valenciano dejándose ver lo menos posible y entre unos y otros, las familias bien de toda la vida, conocidos en la zona como los osea, haciendo la vida que han hecho siempre: mucha casa, mucho barco y de vez en cuando alguna cena, pero sin abusar, que la gente bien de verdad siempre ha sido discreta. Gente como de aquí, de siempre, son empresarios como Salvador Vila, Vicente Lacomba, Juan Noguera, Juan Carlos Gómez-Pantoja, el notario Carlos Pascual, los Casanova, los Ballester, políticos como Máximo Buch, Mayrén Beneyto, Rita Barberá o el ministro Garcia-Margallo.
Todos ellos, casi tan discretos como el Duque de Huéscar, que ha pasados unos días en Javea y sólo se le ha visto cenando en Veleta, un chiringuito que está cerca del Parador.
Ha sido casi tan discreto como François Hollande, que eligió Javea para descansar después de ganar las elecciones francesas y sólo se enteraron de su presencia su pareja, la periodista Valerie Trierweiler, y el servicio secreto francés. La flamante primera dama y el Presidente de Francia cenaron dos noches en Piri-piri, un restaurante con vistas a la Bahía de Javea.
La valencianía está de capa caída. El poder valenciano, aquel que antaño decidía los destinos de esta Comunidad e influía en los del país, está desaparecido. Hubo años en los que durante el verano, su epicentro estaba en La Marina, en Benidorm, en Altea, en alguna cala recóndita de Calpe o en el mismo Javea.
Ahora ya no hay epicentro de nada: ni político, ni empresarial ni muchísimo menos financiero. Así es que, desde el punto de vista del poderío valenciano, La Marina está en uno de sus momentos bajos. Quizás haya que decirle a los valencianos lo que algún miembro del gobierno de España dice a los españoles: no fuimos tan buenos cuando nos creímos buenos, ni somos tan malos cuando nos creemos malos.
A muchos kilómetros de aquí, en tierras gallegas, la interiorista Verónica Montijano (la dueña de VM the shop) organizó esta semana una cena valenciana. En Novavila, un hotelito con encanto que su marido José LuísVilanova tiene en las Rías Baixas, el crítico gastronómico Pedro García Mocholí preparó una fideua para lo más granado de la sociedad pontevedresa. No es moco de pavo porque por esa casa pasa gente de lo más ilustre y Verónica está convirtiéndola en una pequeña embajada de Valencia en la tierra que vio crecer a Mariano Rajoy. Dentro de unos días irá por allí Vicente Boluda, invitado por José Luís, que es presidente de la Federación de Empresarios de la zona, a un encuentro con empresarios gallegos.

lunes, 13 de agosto de 2012

…¡GUIRILANDIA!


Entre Calpe y Finestrat se extiende la tierra más cosmopolita de la Península. Demasiado valenciana para los alicantinos y demasiado alicantina para los valencianos. Estamos en  tierra de noruegos, alemanes, británicos, rusos… y ricos, muchos ricos y algún que otro famoso que viene “destrangis” a descansar en los mejores hoteles de Europa.  Bienvenidos a…¡Guirilandia!



Hay que ver lo que ha cambiado este país. Los años del boom económico han servido para que los españoles nos familiaricemos con el lujo y la buena vida. Hace veinte años, cuando hacíamos escapaditas con nuestros novios, el sumun del lujo era encontrarnos un albornoz en la habitación y una chocolatina antes de dormir en la mesita de noche. Lo más de lo más era bajar a la piscina y encontrarte un suelo de teca y unas hamacas que no chirriasen cada vez que dejábamos caer sobre ellas nuestros estilizados pompis.
Ahora, en Benidorm y sus alrededores, hay hoteles que ya los quisieran para sí en el mismísimo Saint Tropez. El Villa Gadea, el Asia Gardens, el Altea Hills o el Sha Wellness son lo más de lo más. En sus piscinas han mojado sus bronceadas pieles gente como Bruce Willis, Bruce Springsteen, Naomi Campbell, Kylie Minogue, Carine Rotfield, la que fuera directora de Vogue Paris, Francois Pinault, el suegro o marido que todas querríamos tener (propietario de Gucci, Balenciaga, Yves Saint Laurent…), Alejandro Sanz, Elsa Pataky, la primera dama rusa y un montón de famosos y royals, expresión muy de Carlos García Calvo, que esta semana está en Valencia con su familia y la que viene, como buen sibarita, pasará un par de días en Sha.
Allí el lujo va más allá del albornoz y la chocolatina. Es un lujo discreto, todo está pensado para que tú no tengas la más mínima molestia, para que no eches nada de menos, para que te sientas en el mejor de los mundos terrenales posibles. El albornoz ya no es uno cualquiera, sino uno esponjoso y mullido que parecen sacados del anuncio de Mimosín.
Lo malo es que cuando has conocido las mieles de la gloria, cualquier otra cosa te parece poco para ti. Así es que ahora tienes tres opciones. Una: que encuentres una vacuna contra la celulitis y te forres vendiéndola. Dos: que de la noche a la mañana heredes una fortuna. Y tres, quedarte en tu casa y consolarte con el viejo dicho de que como en casa en ningún sitio.
La verdad es que la costa alicantina se está convirtiendo en la nueva Costa Azul. Estos días, ha estado por aquí la Jequesa de Qatar, alojada en Sha Wellness, que es mucho más que un hotel de lujo, una clínica de bienestar en la que te dejan como nueva por dentro y por fuera. Vamos, si pasar unos días en esta clínica te garantiza el cutis de la jequesa, valdrá la pena hipotecar las cuatro próximas pagas extras, si no nos las quitan antes.
Dice Alejandro Bataller, el estiloso hijo del dueño del hotel, que cada vez les visitan más chefs famosos, como Ferrán Adriá, o los chefs franceses Joël Robuchon y Guy Savoy, que tiene su restaurante en el Hotel Cesar Palace de Las Vegas y se marchó del Sha la semana pasada. En fin, que algo bueno deben de tener las semillas de mijo y soja, base de la dieta macrobiótica.
Otro referente de la buena vida es el Asia Gardens, en Benidorm, concretamente en la  Avenida del Alcalde Eduardo Zaplana -¡qué cosas!-. Aquí se han alojado mogollón de famosos en busca de unos días de paz y relax, como Bruce Springsteen y Bruce Willis, que se sepa, y otros muchos más que ni hemos sabido ni sabremos.
Paseando por sus jardines una se siente una réplica de Isabel Preysler: lagos, flores, masajes tailandeses, baños, perfumes exóticos, almohadas de plumas… llamadme Isabel.
Cada semana, en torno a la fuente del hall principal se celebra la ceremonia de los deseos, una tradición asiática que consiste en depositar simbólicamente nuestros deseos con una vela encendida sobre el agua. Yo me pido que en mi próxima vida un esbelto Maharaja quede prendido por mis huesos, que ya me encargaré yo de decirle lo que tiene que hacer con su dinero.
Bueno, chicas, os dejo que esta vida, aunque está hecha para mí, no es la mía.

lunes, 6 de agosto de 2012

Juntos pero no revueltos


La sociedad valenciana y la alicantina son como el agua y el aceite; se tocan, pero no se mezclan. No lo hacen ni siquiera en verano, cuando buena parte de los niños bien de Valencia pasan sus vacaciones en la provincia de Alicante, pero ellos no bajan más allá de Calpe o Moraira, y los alicantinos no suben más allá de Benidorm.
Somos así, qué le vamos a hacer: nos pasamos el invierno viendo siempre las mismas caras, y cuando llega el verano lo único que hacemos es cambiar de sitio, pero no de amistades. No es que haya ningún tipo de animadversión, es simplemente que pasamos los unos de los otros.
El viernes por la noche hubo dos fiestas: una en Altea y otra en Denia. El diseñador alicantino Pepe Botella presentaba su colección de fiesta y novia en Altea Hills. Entre el público, mucho ruso y mucho alicantino, pero los valencianos se contaban con los dedos de la mano. A la misma hora, sólo unos kilómetros más abajo, Fernando Aliño y Carlos Gadea daban una fiesta de lo más chic en una de esas casas que todas querríamos tener: Casa Santonja. Jardines, árboles centenarios, estanques, muebles y cuadros antiguos, una torre cubierta de hiedra y hasta una capilla propia donde tu bisabuelo confesaba sus penas a un cura amigo de la familia.
La casa es una de esas que los ricos alcoyanos construyeron a mediados del siglo XIX y allí, sentada en el porche, una piensa que se equivocó de lugar y de año de nacimiento, que lo suyo hubiese sido nacer rica a principios del siglo XX y pasar largos veranos sentada en aquel porche sin más ocupación que encontrarle un buen partido a tu hija y discutir con el arquitecto cómo iba a hacer la casa que te estaba construyendo en Cirilo Amorós para ti y tu descendencia. Un siglo después, buena parte de los biznietos de aquella señora estaban en la misma casa, tomando gintonics y mojitos, comiendo hamburguesas y bailando a ritmo de Madonna. Familias de las que veranean toda la vida en Javea y Denia como los Mataix, los Zaragozá, los Millet, los Cañamás, los Manglano (Alfonso y su hermana Irina), José Luis de Quesada, el notario Ricardo Montllor, el fiscalista Carlos Romero, Miguel Franco Corell, el doctor José Mª Ricart con su mujer Carolina Hinojosa, José de Miguel, Nuria Costa… ah, y Marta Pons, la estilosa mujer de Fernando Aliño. En fin, habrá que hacer un apartadito para cuando casemos a la niña organizar allí la fiesta.
Mientras tanto, en Altea Hills Pepe Botella enseñaba sus diseños ante un centenar de rusos que han ocupado buena parte de la urbanización Altea Hills, la urbanización que promovió Zaplana con los Ballester, los Lladró y Julio Iglesias cuando tenían el sueño de convertir la Comunidad Valenciana en el Miami Europeo y cuando todavía teníamos un sistema financiero que permitía hacer estas locuras.
Altea Hills la están tomando los rusos. Lógico, si eres ruso y te has hecho rico abrazando el capitalismo, no tiene mucho sentido que te pases los largos inviernos encerrado en tu casa de Moscú o San Petersburgo, con aquellas noches gélidas y eternas. Así es que lo mejor que puedes hacer es comprarte una casa en Altea Hills y pasarte aquí diez meses al año, que por algo tienes hasta una Iglesia ortodoxa en la puerta por si quieres redimir tus pecados por haber traicionado los principios marxistas. Y así, en lugar de pasarte la tarde encerrada en casa tomando vodka, te tomas un mojito en la piscina del hotel tumbado en una de las chaise longue que tiene el lounge, o te das un baño con jacuzzi en la terraza de tu habitación mientras ves al fondo el mar y la playa de Benidorm.
Los rusos son geniales, tienen un toque de nuevo rico, pero son divertidos. En realidad son la envidia de cualquiera de nuestros hombres: conducen unos coches que te pasas, llevan ropa de marca y tienen unas novias que provocan un incesante babeo entre los machos ibéricos. Lo siento chicos, ¡las veréis pero no las cataréis!