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martes, 20 de octubre de 2020

Reencuentros

Las redes sociales se han cargado buena parte de la magia de los recuerdos, sobre todo los de la adolescencia. Antes de que existieran, retenías en tu memoria imágenes difusas del chico que te gustaba. Lo recordabas tan rubito, llegando al cole con su vespa rosa con una pegatina de Snoopy. ¡Ay, qué mono era! Su recuerdo era una imagen idealizada y edulcorada. Pero hete aquí que irrumpen las redes sociales y un buen día te acuerdas del rubito y tecleas su nombre en el ordenador, encuentras su perfil, corres emocionada a abrir su carpeta de fotos y…!ay, no puede ser! el rubito de cara angelical es ahora un señor gordo y con poco pelo que te recuerda más a tu padre que a tu príncipe azul. Y lo peor es que si entablas conversación con él descubres que no tenéis nada de lo que hablar, más allá de las cuatro anécdotas del colegio. Al final te preguntas que quién te mandaría a ti buscar su perfil, con lo bien que se hubiera quedado en el cajón de los recuerdos.

A pesar de todo, las redes sociales han ayudado a mucha gente a reencontrarse. Es lo que le sucedió a Marc Albert Fourfooz y Leo López Camps, que llevaban años sin verse y se volvieron a ver hace unas semanas gracias a internet. “Marc y yo éramos muy amigos de jovencitos, él era novio de mi hermana Lola y le queríamos como a uno más de la familia. Esa relación se rompió y nos distanciamos, hacía 26 años que no nos veíamos, entre otras cosas porque vivía en Amberes. Volvió a Valencia hace unos meses y le pidió a una pareja de amigos, Mariló Dionisio y Dani Soler, que le ayudasen a localizarnos. Como no tiene Facebook, fue Mariló la que me escribió contándomelo; nos citamos en el restaurante que tiene la pareja en Pinedo, la Creu de la  Conca. Mi hermana no pudo venir porque estaba enferma, pero fue un reencuentro súper bonito y quedamos en volvernos a ver con nuestros maridos”.


Con la vida social tan bajo mínimos, los reencuentros se producen incluso con amigos que antes veías a menudo y ahora ves con cuentagotas. Es lo que pasó el jueves en la terraza del Westin. La actuación de Javier Botella reunió a un grupo de amigos del cantante, entre ellos Carlos Oliden, Laura Vernetta, Monica Patricia Jareño, Arturo Hernante, Montse Climent Mir Ruben Lozano Rodriguez. También fue el joyero Vicente Gracia, que está participando estos días en ShineOn, una venta solidaria de joyas a beneficio de Unicef junto con las joyeras Hannah Carnegie, Gogo Ferguson y Hannah Martín. Por cierto, que el 21 de octubre se celebra el día contra el cáncer de mama y El corte inglés está iluminando de color rosa las fachadas de sus centros comerciales. En Madrid fue Eugenia Osborne la encargada de encender la fachada.

Por lo demás, la semana ha sido bastante tranquila. Vicen Fernández celebró el cumpleaños de su pareja Manel Soler en el restaurante de Ricard Camarena y Mayrén Beneyto el de su marido Ramón Almazán en familia. “Lo celebramos en casa, con todos los niños y la pequeña Irene, que le adora”, cuenta Mayrén.

Mientras, la vida cultural sigue dando algo de vidilla. El Casino de Agricultura reanudó sus clases de cultura con una conferencia del profesor Ballester Olmos y el Ateneo presentó el nuevo libro de José Antonio Olmedo, además de firmar un convenio con el Club de Golf Foresos. El jueves la artista Charo Marín inauguró exposición en el Palacio de Colomina. Estuvo acompañada por Vicente Navarro de Luján, Coté Soler, María Rosa Fenollar, Carmen Fons, Inma Aznar, Esmeralda Marugan y Omar Ortiz.

lunes, 15 de junio de 2020

¡Chicas a comprar!


El joyero Vicente Gracia nunca ha renegado de su carácter de vendedor. Más bien al contrario, le fascinan las monedas y en cuanto puede, te cuenta alguna historia de comerciantes de la ruta de la seda. Estos días ha enviado un relato a sus amigos escrito de su puño y letra: “Había una vez en un lugar remoto de La Ruta de la Seda una ciudad que había sufrido una terrible plaga. La ciudad se recuperaba poco a poco de su maltrecha economía. Hacía tiempo que no pasaba por allí ninguna caravana de Mercaderes. Por fin, llegó a la ciudad una rica caravana de comerciantes de alfombras. El Caravansaray de la ciudad, que es el lugar dónde se alojan las caravanas, estaba muy descuidado dado el abandono de la actividad. El Jefe de la caravana fue a inspeccionar las instalaciones para alojar a la caravana allí. Para ello dejó a cuenta dos monedas de oro. El Encargado del Caravansaray debía al Panadero una gran deuda por el pan durante la plaga y fue rápidamente a pagarla con las dos monedas de oro. A su vez, el Panadero debía la harina que había utilizado. Con esas monedas, saldó su deuda. El comerciante de harina, debía la harina la Molinera. La Molinera había tenido que ejercer de cortesana para sobrevivir durante la plaga y había usado para ello las habitaciones del Caravansaray. Fue corriendo a pagar con las dos monedas de oro al Encargado. El Jefe de la caravana, después de inspeccionar el lugar, no lo encontró en condiciones para alojar a la caravana y recogió al encargado las dos monedas de oro que había dejado de señal. La Caravana partió de la ciudad, pero los lugareños pudieron saldar sus deudas y empezar así la recuperación de su ciudad después de la plaga.
“Este es un cuento sobre la importancia del flujo de la energía económica para salir adelante”, dice Gracia. Moraleja: hay que seguir comprando, chicas, así contribuiremos a la recuperación de la economía.

La vida social se va recuperando poco a poco y las bodas que había programadas se están trasladando a septiembre, así que los diseñadores han vuelto a trabajar y muchos han incorporado el complemento de moda: las mascarillas. Las hay estampadas y coloridas, como las que ha diseñado Francis Montesinos; otras son famosas porque las ha llevado la Reina Letizia, como las que ha traído a su showroom Olga Rodríguez Mayordomo, y algunas llevan hasta funda incorporada como las que ha diseñado en sombrerero Betto García.
Las de Alejandro Resta con bordados son el colmo de la sofisticación, perfectas para las que tienen que vestir de ceremonia, como las de Isabel Sanchís, que ha diseñado unas súper elegantes con cristales de Swarovski y destinará los beneficios de la venta a Médicos sin fronteras.
Después de unos meses de hibernación, poco a poco reabren los museos y las ferias. Los interioristas Sigfrido Serra y Mateo Climent han vuelto esta semana a Casadecor en Madrid. Por su espacio han pasado las interioristas Susana Lozano, Verónica Montijano, la cantante Raquel Adalid (Chlöe’s Clue) o Nuel Puig.
Las fundaciones benéficas también están retomando su actividad. Pequeño Deseo ha organizado una rifa solidaria con regalos de primeras marcas con la que colabora la periodista Angela Valero de Palma. Angela aprovechó que había abierto de nuevo el Mercado de Colón para quedar con sus amigas Bego Lluch y Mª Carmen Martín.
Las cenas con amigos eran de lo que más se echaba d
e menos. El diseñador Amado Ortells y su pareja Esteban Rodríguez cenaron esta semana con José Soto, Carmen de Rosa, Oscar Rodriguez, Carmen Ferrer, Marisa Domingo y Teresa Ballester. No faltaron los mojitos que prepara el Esteban, “cubanos, claro”.



lunes, 23 de diciembre de 2019

Glamour navideño


El nombre de Hannah Sayre-Thomas puede que no os suene familiar, pero si os digo que pertenece a la saga de los Carnegie, una de las fortunas más antiguas de EEUU emparentada con los Rockefeller, que su infancia transcurrió en una isla privada llamada Cumberland, que su familia sufragó la campaña política de los Kennedy y que su madre es la Gogo Ferguson, cuyas joyas han lucido Hilary Clinton y Laura Bush, la cosa se empieza a poner interesante. Bueno pues Hannah ha heredado de su madre la pasión por las joyas y de todos los lugares del mundo mundial donde podría vivir ha elegido Valencia.

El martes estuvo en la joyería de Vicente Gracia en el cóctel de Navidad. Sus joyas, con figuras de insectos y pequeños animales, compartían vitrina con las de Vicente y con antigüedades de la coleccionista Deborah Elvira. En casa de Vicente Gracia todo es así de internacional, exótico y glamuroso. Entre los invitados, estaba el buscador de ópalos Attila Pereghy, el director de ópera Alexander Herold, deslumbrado por el lujo y la elegancia que se respiraba en la joyería: “Acabo de llegar de París y allí ahora todo es grunge y hípster”, dijo.
Vicente estuvo acompañado por sus hijos y su mujer Mónica Jareño y muchos amigos y clientes:, Javier Martínez Rubio, Coté Soler, Sergio Carrión y Guillermina Cattaneo, Elena Girona, que llevaba un collar de Gracia tipo babero súper chulo, su hija Rocío Bordills, la artista Marusela Granell, el estilista Alex Jordán, la doctora Lucía Asensio, el artista Paco Seoane, Amparo Lacomba, la empresaria María José Solaz, Carmina García,  Amparo Tarazona, Jesús Cutanda y su mujer Esperanza Serra, Carmen de Miguel, Begoña Ortiz, el artista Lu Gorritz, el músico David Phillips, Pilar Millán y María Rosa Fenollar, que el jueves organizó un desfile benéfico en el Ateneo.
Vicente es tan buen anfitrión que consigue que gente de edades y entornos muy diferentes se entiendan de maravilla y lo mejor, que haya buen ambiente y risas contagiosas, que falta hacen con tanto cenizo suelto. El cóctel fue vegetariano, la música en directo la puso Javier Botella y la bebida, como no podía ser de otra forma, fue champán.

Estos días se suceden las copas de Navidad. El Casino de Agricultura aprovechó el torneo de canasta para organizar una comida a beneficio de una asociación benéfica; los diseñadores brindaron en el Mercado de Colón por la capitalidad del diseño; y Paula Alcón, Menchu Moreno, Inma Segarra y Mónica Fierro organizaron una jornada familiar en Palau Alameda a beneficio de varias ONG’s con talleres, animación y desfiles de ropa infantil, entre ellos la colección de ceremonia de Jose Vivó. Hasta allí se acercó el presidente de la Fundación Bancaja Rafa Alcón, María Noguera, Irene Guasque, Nacho y Tote Serratosa, Emilio Bayarri, Pablo Furió, Rocío Sirera y Cristina Vañó.
La hija de Laura Fitera también organizó un almuerzo navideño con amigas.
Y los hermanos Jordán, Pablo y Toni, hicieron lo propio pero en la tienda de su amigo Fernando Valle en Poeta Querol, decorada por Sigfrido Serra y Mateo Climent, la pareja de moda en diseño. Compartieron mesa con la nutricionista Elisa Escorihuela, Pablo Jordán, Ana García-Conde, Antonio Jordán, Beatriz Maset, Patty Serrano, Vicente Andreu, Elisa Escorihuela, Juan Lagardera, Ángela Plá, Jose Luis Lanuza, la doctora Lucía Asensio y Nuel Puig.


lunes, 24 de diciembre de 2018

Maestras champañeras


Mañana cena familiar. Allí estará el cuñado enterado, siempre hay uno que lo sabe todo. Como siempre soltará un rollo sobre el maridaje del vino y cómo cambia el sabor del jamón si se ha cortado con pezuña hacia arriba o hacia abajo. Y tú le aguantarás sonriente, un año más, mientras tu cuñada, su mujer, le mirará con ojos admiración o hastío según lleve dos o veintidós años casada con él. 
Llegará el momento de servir el champán y ahí, este año, te va a encontrar. Él no se lo espera pero tú le vas a decir un par de cosas: primera, no hay que servirlo demasiado frío; por debajo de cinco grados la boca se paraliza. Segundo, lo de envolverlo en una servilleta es una catetada. Tercero, deja de hacer el tonto inclinando la copa, que se te va a caer y me vas a manchar el vestido. Si tu cuñada lleva casada con el listo menos de cinco años, estás muerta, acabas de ganarte una enemiga de por vida. Si lleva más de veinte, tienes una nueva amiga.

Las lecciones sobre el champán las dio el enólogo Xavier Monclús en una cena que montó esta semana Javier Monedero y a la que fueron Vicente Aguilar y Toña Játiva, Luís Felipe, Marc Grin, Oscar Nácher, David González, José Luís Palencia, Susana Pardo, Carmen Pérez y Abraham Romero.
Hubo más tras citas en las que corrió el champán. La cena de Navidad de Moddos, un fiestón en el que actuó Nacha Pop, pinchó música David W. Phillips y al que fueron los habituales del club, y la copa de Navidad del joyero Vicente Gracia, en la que cantó Javier Botella y acudieron mujeres tan estilosas como Belén Bordills con su madre Elena Girona, Begoña Ortiz, Carmen de Miguel, Patricia Casañ, Amparo Lacomba, Devorah Elvira, los italianos Andrea Marcotulli y Claudia Naldi y el catalán Duran i Lleida.

¡Más cenas navideñas! La que organizó Jose Mª Colonques (hijo) en su tienda de Porcelanosa de Colón con un grupo de empresarios, entre ellos Josep Viosques, Fernando Valle, Eugenia Serrano, Ana García-Conde, Gonzalo Bayona, Antonio y Pablo Jordán, Vicente Andreu y Elisa Escorihuela.


lunes, 21 de mayo de 2018

Entre el mercado de Colón y el de Tapinería

El ambiente del Mercado de Colón y de Ruzafa se parecen lo que tus delicadas manoletinas a las rudas botas de fútbol de tu hijo. El Mercado es el heredero de Cánovas y de Distrito. Ruzafa es el del Carmen. Allí estamos los mismos, pero con treinta años más y mucho más intercambiados. Vamos de un sitio a otro, deshaciéndonos de las etiquetas de antaño. Nos hemos hecho mayores y cada vez más transversales.
Un paradigma de esa transversalidad es el Mercado de la Tapinería. Allí se juntan desde lo más fisno de la ciudad, hasta el turista de chancleta, pasando por algún que otro trasnochado con chupa de cuero y melenas tipo AC/DC, o la pareja de novios acaramelada que busca un rincón romántico para hacer manitas. Lo mismo puedes encontrarte a tu hija, que a tu madre. Es un sitio difícil de definir, quizás esa sea la razón de su éxito, para sonrojo de todos los manuales de marketing que pregonan justo lo contrario.
Nació como una idea para revitalizar un barrio abandonado como era el Barri del Mercat. El arquitecto Rafa Vidal, el economista Fernando Monforte y el abogado Pascual Balaguer iban a levantar una zona residencial y comercial en pleno centro de la ciudad, pero cuando acabaron de construirlo en 2012 se encontraron en plena crisis económica y decidieron crear el Mercado de Tapinería, con tiendas efímeras (pop ups) y espacios dedicados al arte, música, artesanía, moda, antigüedades…
Esta semana celebraron su quinto cumpleaños con una fiesta de lo más desenfadada: cerveza, papas, paellita y música en directo del grupo Los Vicentes - Fede Ferocce, Nacho Arnal, Txoni Mantaras y Roberto El Gato- que interpretaron, entre otros temas, una balada roquera para recaudar fondos contra el cáncer de mama.
Como no hubo control de acceso, la plaza se llenó de gente, invitados y espontáneos que pasaban por allí y se sumaron a la fiesta. Entre los invitados, estuvo el presidente de la Federación de Cooperativas Emili Villaescusa, el director de Rimontgó José Rives, los hermanos Fernando, Luis y Elisa Millet, Luisa Sánchez, Julián y Miguel Crespo, con Luisa y Delfina, Juan González, con su mujer Pura, Natalia Gómez, Estefanía Pinilla, Juan Roldán y Paula Máñez, Paco Vázquez y Maribel, los restauradores José y Raquel Pérez, Diana Resurrección, Sole Alcañiz y Alejandro Monforte.
También estaban las hermanas Guillén: Elena, Maruchi y Aita, con sus respectivos (Alberto Aubán, Julio Fraguas y Carlos Escolano), Luis Clavel y Pilar Nieto, Olga Rodríguez Mayordomo con su hija Olga, Charly Asins, Beatriz Poyatos, las hermanas Bebes y Cristina Pelegero y Concha Perez.
Del mundillo más creativo, estuvo el dibujante Paco Roca, el joyero Vicente Gracia con Mónica Jareño, Angel Adán, la periodista Eva Montesinos, la estilosa María Cosín, Ruth Aznar, Eladio Ballester, Mauro Guillém y el arquitecto Ramón Esteve, que cuenta que el negocio inmobiliario está volviendo a animarse, a ver si es verdad; Pilar Tamarit y los periodistas Ramón Palomar y Mariola Cubells también acudieron a la fiesta.
Si el Mercado de Tapinería fue punto de encuentro el miércoles, este fin de semana lo es el Mercado de Colón. Allí se celebra desde el viernes hasta hoy domingo la VII Feria Solidaria organizada por la Fundación Pequeño Deseo,  que ayuda a hacer realidad los deseos de niños con enfermedades crónicas o de mal pronóstico. En el mercadillo hay puestos de moda, complementos, bisutería, ropa de niños y un montón de actividades para niños, como talleres y animación infantil. Así es que, chicas, ya sabéis, cogéis a vuestros niños y os dais un paseo mientras compráis algo sin remordimientos, ¡es por una buena causa!
La Fundación Pequeño Deseo firmó hace poco un convenio con el Club Moddos, que les ayudará a difundir sus actividades. Moddos también está preparando su décimo aniversario para el año que viene y se reunió esta semana para ir pensando en los preparativos. Allí estuvieron los socios Guillermo Martorell y Mamen Puchades, Enrique Duart, Reme Hidalgo y Santiago Castell, Agustín Buraglia, Amparo Ortuño y María Bautista,Begoña Albert, Luz Aguiló, Jose Vicente Tello, María Dolores Pérez-Lis y Julia Pérez Broseta, María Dolores Enguix y Marcelo Soto, la interiorista Amelia Delhom, David Escolá, Alina Giorgeta, Nacho Martínez y Laura Millán, Carmina García y Fernando Durán, el abogado Javier Ortiz, Gonzalo Bayona, Carmen Iturriaga, Antonio Reig, Lluís Nadal, el artista JARR y Laurence Lemoine.
Otra buena causa es la que ayer por la tarde convocó en La Rambleta a la gente que vio el espectáculo de danza Constanza Macras. Parte de los beneficios de la sesión van destinados a la ONG que tiene el padre Vicente Berenguer en Mozambique para ayudar a niños y ancianos.
Y ya por último, otra buena noticia: el neurólogo  José Miguel Laínez ha recibido uno de los Premios Nacionales de Medicina Siglo XXI. La entrega fue en el Westin de Madrid en una gala que reunió a los profesionales de la salud más reputados.

lunes, 8 de enero de 2018

Grandes regalos, pequeños recuerdos

Hoy es ese día del año en el que te levantas, miras tus regalos, y decides cuáles te quedas, cuáles devuelves y cuáles escondes en el armario porque te sabe mal devolver. Pero más importante que lo que tienes delante, son los recuerdos de este día.
Foto: Vicente Gracia de Rey Mago
Esta mañana te has levantado. Has ido al comedor y te has reencontrado con tus regalos. Ahí está ese colgante cursilón que te ha regalado tu cuñada, se nota que lo compró anteayer a última hora en la única tienda que quedaba abierta a las doce de la noche. Ese es el primero que pones en el montón de “guardar para regalárselo a alguien, y quedar bien en el típico compromiso que ni fu ni fa”.
 Luego está el pañuelo que te ha regalado lo Pepe y que recuerda a los que suele llevar su madre. No lo puedes devolver porque si se entera, tendrá la excusa perfecta para no volverte a regalar nada nunca jamás. Así es que el pañuelo se va al montón de “guardar en el fondo del cajón más escondido del armario.”
El detallito chorra que trajeron tus hijos; al montón de “no sé para qué quiero esto, pero me lo quedo”. Y así vas pasando, uno tras otro, mientras apuras el café con leche. De vez en cuando, sólo muy de vez en cuando, quizás una vez o dos veces en tu vida, ha aparecido uno que te ha emocionado, que te ha dejado toda la noche sin dormir de lo feliz que te había hecho.
A la interiorista Amelia Delhom le pasó con unas botas cuando era casi una adolescente. “Pedí unas botas altas y ese año me trajeron las botas, vestido y el conjunto completo”. Para Amelia, además, es una ocasión especial porque es el santo de su madre y el suyo. “Esa noche nunca faltaba en mi casa el roscón de reyes y una celebración con amigos, era una noche mágica cuya tradición he seguido y que trasladaré a mis hijos”. Este año ha sido una excepción porque la noche de Reyes la he pasado en Tailandia, aunque igualmente los Reyes han venido cargados”.
A la diseñadora Dolores Cortés lo que se le ha quedado grabado en la memoria y en el corazón fue su primera bici. Eran aquellos años en los que los niños nos tirábamos meses, a veces incluso años, esperando el día en que nos regalasen una bicicleta, no como ahora, que la tienen incluso antes de quererla. “Las muñecas también me hacían ilusión porque les hacía vestidos con los retales del taller de mi madre, aunque la bici fue la bomba. En la foto salgo enfadada porque me obligaron a llevar sombrerito, ¡lo odiaba!”
Alfonso Manglano, uno de los hijos de Mayrén Beneyto, recuerda que con siete años aseguraba haber visto las pisadas de los camellos. “Me gustaban mucho los coches y motos a los que les sonaban los motores, pero lo que me volvió loco fue el Scalextric, aquello era el no va más”.
Pocas cosas hay en la vida tan gratificantes como ver la cara de un niño al descubrir sus regalos la mañana de Reyes. Es un momento fugaz, la quintaesencia de la felicidad, el encuentro del niño con la magia, con su mundo imaginario en el que no hay sitio para el desengaño ni la tristeza. Si hubiese que elegir un instante en el que detener el tiempo, muchas elegiríamos ese en el que fuimos Reyes Magos.
Algunos han tenido la suerte de ser Reyes de verdad.
Alfredo Esteve recuerda con emoción el momento en que se vistió de paje para visita a los niños enfermos en el Hospital Pesset: “Yo soy muy llorón y lloré cuando recibí la foto con una niña en brazos y un escrito de la directora del hospital que decía: la alegría debe presidir todos nuestros actos; esta fotografía debería ser el espejo en el que nos mirásemos cuando por cualquier razón la tristeza visitara nuestros hogares”. Alfredo tiene previsto viajar hoy a Italia, invitado por la cámara de comercio de Florencia para dar unas conferencias en el salon pitti uomo, la semana de la moda masculina con más proyección.

El joyero Vicente Gracia también tiene un bonito recuerdo del día en que se vistió de Rey Mago para un cuento de navidad en el Palau de la Música. “Íbamos vestidos de Francis Montesinos, con turbantes hechos por el dueño de la tetería Al Russafí, un auténtico moro valenciano de Llaurí, y con joyas nuestras y atendimos todas las cartas de los chiquillos”. En la foto está con su hermano Paco Gracia, su cuñado Javier Botella. “Mi hermano lleva un collar que le cogió a mi madre y parece la tía Paquíta. Fue un toque surrealista.” Vicente sigue celebrando los Reyes y todos los años prepara una merienda en su joyería de la calle la Paz para que vean la cabalgata clientes y amigos. “Además nuestro roscón de reyes tiene joyas escondidas. Es el roscón más mágico de la ciudad y también el tesoro mejor guardado de ella”.
Si ser paje es emocionante, ser Rey Mago de Valencia debe ser la repera. El doctor Juan Antonio Murgui lo fue en 1990, siendo alcaldesa Clementina Ródenas. “Visitamos a niños en hospitales, a los que vivían en la cárcel de mujeres y la mirada ilusionada de los niños fue una de las experiencias más entrañables de mi vida”. Los Reyes quizás sean el último resquicio de magia que queda en nuestras vidas, todo lo demás ya no lo han explicado, siempre aparece un listillo, un científico espabilado que te echa por tierra la magia. Ese vuelco que te daba el corazón cuando veías al chico de tus sueños, no era magia era no sé qué sustancia química llamada dopamina, que se acumula en no sé qué zona de tu cerebro para enviarte estímulos gratificantes. Ale, te lo suelta así el listo de turno y se queda tan ancho. Adiós a la magia del enamoramiento.
Pero con los Reyes Magos no ha podido nadie, no hay ciencia que pueda contra esa sonrisa del niño al verse delante de Melchor, Gaspar o Baltasar.  
Carmen Alborch lo recuerda bien. “El mejor recuerdo de estos días no fue ningún regalo sino el momento en el que con mis amigas, íbamos a entregar la carta a los Reyes Magos. “Melchor era nuestro preferido y siempre íbamos a verle en grupo, con otros padres y vecinos”.
Nuestras vidas están llenas de regalos de Reyes poco acertados, pero eso qué más da. Lo importante es la magia, el colofón a eso que llaman espíritu de la Navidad. Es uno de los pocos, quizás el único, momento mágico que queda en nuestras vidas. Al final lo importante de los Reyes Magos no son tanto los regalos como los recuerdos que guardas de ese día.

lunes, 27 de noviembre de 2017

25 años del universo de Vicente Gracia

Veinte años no es nada, decía Gardel. Quizás tuviera razón, pero veinticinco son una barbaridad. Hace veinticinco años tu Pepe tenía melena y si se esforzándote un poco podía vislumbrar la tableta de chocolate en su vientre. Era el año 92, la Expo, las Olimpiadas de Barcelona… Y Vicente Gracia abría su tienda en la calle La Paz. Han pasado veinticinco años, a tu Pepe no le queda pelo y su tableta de chocolate está oculta bajo los restos de cientos de litros de cañas de cerveza. Y Vicente Gracia sigue diseñando joyas su tienda, su universo como él le llama. Allí no hay nada feo. Todo lo que ves querrías llevártelo a tu casa: cuadros, muebles, sillones, alfombras, joyas… A cada paso que das te topas con algo por lo que estarías dispuesta a dar todo tu fondo de armario. Es un edificio de arquitectura neomozárabe y está inspirado en el Palacio de la Alhambra. Entras por la pequeña puerta recubierta de azulejos, subes por las antiguas escaleras de madera, llegas a su salón con vitrinas repletas de joyas y piensas: “Oh, mísera de mí. Oh infelice. Abatir cielos pretendo ya que no nací marquesa hace cien o doscientos años”.
Vicente es un enamorado de Valencia y ha buscado la esencia del gusto valenciano por medio mundo. Sólo él es capaz de combinar la tradición de la orfebrería valenciana con la herencia islámica, la ruta de la seda y la poesía sufí. Todo eso sin renegar de sus orígenes en Ruzafa, en donde se crio rodeado de su madre y sus tías. La búsqueda de la ruta de la seda le llevó a su segundo amor, el Valle de Cachemira (¡Quietas todas, que no se vaya ninguna a coger el móvil para ver dónde está eso!). Está en la India, por allí pasaba uno de los ramales de la Ruta de la Seda, lo cual le conecta con Valencia. El jueves por la tarde celebró su aniversario. Fue, como no, en su tienda, y allí estuvo acompañado por su inseparable Mónica Piñones y sus hijos Candela, Bernardo y Alejandro. Vicente agasajó a sus invitados con una preciosa mesa llena de viandas, una barra de champagne y música en directo de su amigo Javier Botella, que interpretó temas de esos que tan bien pegan con el champagne como fly me to the moon de Frank Sinatra. A la fiesta no faltó Juana Roig, que formó parte del equipo de Vicente durante un tiempo, Paco Roig y su mujer Magdalena Melchor. También estuvo la cónsul honorario de Dallas en Valencia, Janet Kafka, que fue una de las impulsoras del showroom que montaron Vicente Gracia y la diseñadora Marta de Diego en 2013 en los almacenes Neiman Marcus con motivo de una exposición del Sorolla en el Museo Meadows. También estuvo el diseñador Valentín Hérraiz, con quien compartió aquella época de la movida en la que empezaban a coger vuelo Francis Montesinos o Javier Mariscal.
Vicente Gracia no es de los que invita por invitar. Todos los que pasaron por su joyería son amigos, o clientes-amigos, o colegas-amigos o artistas-amigos. Así pasó, que la joyería se quedó pequeña para la cantidad de invitados que quisieron compartir el cumpleaños con él: Lola Narváez, Carlos Virosque, Nicola Seyda con su marido Vicente Lluch, Begoña Mortes, Blanca y Laura Fitera, que se iban después a una cena de acción de gracias preparada por el pintor Enrique Senís Oliver, Mangeles Ros y José Ortí, Luís Lluch, Alejandra Montaner, Mercedes Barberán, Arantxa Benlloch, las estilosas hermanas Alicia, Paloma y Carmen de Miguel, Álvaro Gómez Trénor y su mujer Beatriz, Pepe Navarrete, José Vivó, las hermanas Laura y Alicia Segarra, el ex presidente del Puerto Rafa Aznar, el diseñador Jayme Hayón y la interiorista Verónica Montijano, la diseñadora Marta de Diego con Pepa Martí, Enrique Lucas y Esther Barrera. También la fundadora de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Cerámica, Pilar Espona, y el subdirector de museos estatales Miguel Ángel González.

Galería de fotos en Las Provincias: Irene Mansilla

lunes, 26 de junio de 2017

Pese a todo, la gente sigue casándose

Francis Montesinos es como los juncos. Por muchos reveses que le da la vida, siempre vuelve a levantarse. Esta semana ha presentado su nueva colección de vestidos de novia.
Las bodas han hecho un viaje de ida y vuelta. Nuestras madres se casaban para tener una familia. Nosotras lo hicimos para vivir con nuestra pareja sin necesidad de ir escondiéndonos en viajes que decíamos hacer con nuestras amigas, cuando en realidad nos íbamos con el novio. Vivíamos en pecado a espaldas de nuestras madres que hacían la vista gorda. Ahora que ya nadie se esconde para vivir con su pareja sin haber pasado por el juzgado o la vicaría, la gente vuelve a casarse para fundar una familia. Cuando llega la hora de la verdad, cuando van a tener hijos, es cuando los jóvenes de ahora sienten la necesidad de oficializar su compromiso. Bien mirado es mucho más honesto. Antes se casaban para hacer “lo prohibido” sin cargo de conciencia. Nosotras nos casamos para hacerlo con libertad, de lunes a domingo y no sólo los fines de semana. Ahora ya no hay nada prohibido y los que se casan lo hacen sin otro apremio que el de pasar la vida juntos. Quizás todo esto haya llevado a una extremada sofisticación de las bodas; la celebración ya no es un trámite necesario, ya no hay prisa, no vale con cualquier cosa. Si no se hace este año, se hará el que viene. Si antes la decoración se limitaba a las flores, ahora son puestas en escena dignas de un director de arte. Aquí es donde entran en acción las wedding planners, que se ocupan de tematizar tu boda. Te encargan un logotipos con las iniciales de los novios, que se estampan en los tarjetones, las minutas y hasta las servilletas y manteles. Las mesas ya no se numeran del 1 al 20. Ahora suelen tener nombres alegóricos, ya sean de flores, óperas o tipos de viento. Aquellas cajitas de bombones que se daban de recuerdo son ahora regalos personalizados, zapatillas de esparto para que te quites los tacones y bailes. Por supuesto no falta la mesa con chuches (Candy bar), las guirnaldas, las flechas con corazones, los carteles de madera decapada y las frases románticas que tu Pepe no te susurra al oído desde hace unos veinte años más o menos. Todo ideal, pero que conste que las chicas de la EGB fuimos las primeras en revolucionar la estética del bodorrio. Nosotras fuimos las que empezamos a abandonar aquellos salones de bodas, banquetes y comuniones decorados al estilo Falcón Crest con arcos y columnas de escayola. Buscamos entornos más naturales: fincas y haciendas perdidas en el campo rodeadas de naranjos, en donde todo era mucho más bucólico y con ese aire hippy que habíamos mamado en la cuna.
Francis Montesinos ha visto pasar a muchas novias por los probadores de su taller. Desde aquellos años en los que trabajaba con Valentín Herráiz en el primer piso de la tienda del barrio del Carmen, ha tenido días gloriosos, como el desfile en la plaza de toros de las Ventas ante más de 15.000 personas y otros muy críticos, como cuando perdió su propia marca y casi tiene que empezar de cero. Pero ahí sigue, al pie del cañón, aunque cerró la tienda, abrió taller de costura a medida y presenta colección cada temporada en la Fashion Week de Madrid. Además, mantiene varias licencias, desde ropa de cama, hasta vino, muebles o fundas de móvil. Últimamente se ha embarcado en aventuras tan curiosas como diseñar una colección para Gene Simmons, el bajista del grupo Kiss, o prestar su imagen y dedicar su último desfile para una campaña del principado de Asturias. ¡Hay que verlo escanciando sidra y escuchando a los gaiteros! Y así, sin perder la eterna sonrisa, Francis presentó este jueves su colección de novias en la tienda Atelier. Allí estuvo su inseparable Kike León, que puso la decoración floral; el joyero Vicente Gracia, su amigo Josevi Plaza y la modelo que siempre cierra sus desfiles vestida de novia, Sara de Antonio. Los vestidos de novia de Francis son románticos. Los hay con cuello halter y palabra de honor, con tejidos clásicos como el mikado de seda o el tul y también de organza de seda, uno de los tejidos que el diseñador utiliza para crear delicadas mangas japonesas y faldas de capa con mucho vuelo y cola.

lunes, 19 de junio de 2017

Ciento cincuenta primaveras

Tenemos un problema serio que requiere nuestra atención. Los científicos andan buscando soluciones para retrasar el envejecimiento. Hay quien dice que para 2050 la esperanza de vida puede alargarse hasta los 150 años. Eso está muy bien para los niños, perdón, Consellera Montón, quería decir para las criaturas, que nacen ahora. Pero las chicas de la EGB que lleguen a 2050 lo harán con ochenta o noventa años. El problema es que los científicos hablan de detener el envejecimiento, no de retrotraerlo. Y claro, a ver qué demonios haces tú 60 años con tu cuerpo envejecido de noventa. No entramos en qué haces tú setenta años más aguantando las potras de tu Pepe, que si hoy ya empieza a ser un cascarrabias, cómo estará con ciento cuarenta años. Pero a lo que íbamos. Llegas tú mal que bien a 2050. Sobre tus espaldas décadas de lucha contra las arrugas, las canas, los implantes dentales, la dieta… Y ahí estás, con noventa años preguntándote cada día en el espejo quién te ha visto y quién te ve. Aparece entonces la noticia de que si te tomas cada día no sé qué pastilla, las cosas se quedan como están setenta años más. ¡Cómo que como están!, ¡con esta pinta! No, de eso ni hablar. ¡No podéis hacernos esta faena! La opción de pasar de la pastilla no es válida porque eso sería como renunciar a toda la colección de tu diseñador favorito porque no tiene tu talla, antes te embutes en la falda hasta descoserle la cremallera. Así es que nos quedan dos opciones, o confiamos en que la pastilla vaya acompañada de sesiones de rejuvenecimiento milagrosas, o multiplicamos la potencia de fuego contra nuestro envejecimiento.
En esa batalla hay muchos frentes abiertos, no entremos en detalles para no deprimir a nadie, pero ya os los podéis imaginar. Nada escapa al inmisericorde paso del tiempo. El cuidado de la boca es una de las batallas clave para ganar la guerra. De eso, de la estética dental, saben Lucía Asensio y Jose Luís Lanuza, que celebraron el jueves el veinte aniversario de su clínica Asensio Odontología en una fiesta en una terraza de la Marina. La actriz Carola Baleztena hizo de maestra de ceremonia y vino con su marido Emiliano Suárez, de los Suárez joyeros de toda la vida. Carolina llevaba un vestido con un escote en la espalda tan largo que casi deja de ser escote de la diseñadora Adriana Iglesias, que también estuvo en la fiesta, y Lucía Asensio una túnica de Alejandro Resta, su diseñador de cabecera. Lucía estuvo acompañada además por su padre Manuel Asensio y su mano derecha en la clínica Silvia González.
Fue una de esas fiestas de las que no te quieres ir. Estaba lo mejor de cada casa. En una mesa de la terraza, el grupo de las clásicas en estos eventos: Mayrén Beneyto, Merche Fillol, María José García, que pronto celebrará su fiesta de cumpleaños, Amparo Lacomba, Mayte Montagud, Marisa Torrijos, Eva Parra, Chelo García, Carmen Pocovi y entre tanta mujer, el imprescindible doctor Murgui, con look marinero de pantalón y camisa blancas y chaqueta azul marino. Si Murgui era de los más clásicos, el peluquero Alex Jordán fue centro de muchas miradas con un pantalón capri blanco y unas cangrejeras parecidas a las que uno se pone en la playa de roca de Xàbia, rematando la faena con una chaqueta torera.
Más chicos interesantes: Nacho Gómez Trénor, alto, gupo, rubio, ojos azules, con clase… qué más da lo que se ponga; el arquitecto Ramón Esteve (que ha diseñado la reforma de Bombas Gens, donde acaba de abrir restaurante Ricard Camarena), que estuvo con Isabel Rincón de Arellano y los hermanos Jordán, que da gusto lo simpáticos que son.
El joyero Vicente Gracia, que debe de haber tomado alguna pócima milagrosa en sus viajes exóticos a Cachemira, apareció con un tipazo de quitar el hipo y unos abdominales que podrían rivalizar con los de Ronaldo. Con él iba su hijo, que es un clon suyo, y parte de su cuchipandi, con Javier Martínez Rubio y Coté Soler, que no se pierden un sarao. La gente de Moddos estuvo prácticamente al complejo: Ana García-Rivera, María José Duart, Guillermo Martorell y Mamen Puchades, María Dolores Enguix con su marido Marcelo Soto, María José Duart, Amelia Delhom y Encarna Roig, con Mariángeles Miguel.

lunes, 16 de enero de 2017

Valencianos por el mundo

Cuando Ángela Channing y J.R. Ewing dirigían con mano de hierro sus imperios, lo hacían desde despachos decorados con muebles y lámparas valencianas. Cada vez que Chao-li, el mayordomo de Ángela Channing, abría la puerta a un invitado, los valencianos sentíamos orgullo de que en aquel majestuoso hall hubiese muebles valencianos. Mariner, Hurtado, Giménez, Mariano García… hacían unos muebles y lámparas dignos de figurar en el inventario del testamento de una abuela pastosa. En aquella estética encajaba como anillo al dedo la fallera o el Quijote de Lladró y los tres hermanos de Tavernes convirtieron su apellido en la marca española más conocida en Estados Unidos. Todo aquello se fue al garete con la cultura del usar y tirar que en el mundo de la decoración ha capitaneado Ikea. Y claro, una figura de Lladró queda regular tirando a mal sobre una cómoda Malm.
La creatividad valenciana vive malos tiempos. No porque esté enferma, sino porque no encuentra canales para expandirse. Se hacen cosas buenas, algunas muy buenas, pero falta una industria potente que las apoye y unos canales de comercialización que los sitúen en los escaparates de las grandes ciudades. Lladró lo ha intentado. Le ha dado a sus diseños más vueltas que a un pollo en un asador. Ha sacado menaje de cocina, lámparas, bisutería, velas, y ha contratado a diseñadores estrella como Jaime Hayón, que creó una colección súper chula que llegó a exponerse en 2007 en Colette, una de las tiendas parisinas que crean tendencia en todo el mundo.
Pero en ese cambio se quedaron a mitad camino y mantuvieron las colecciones anteriores, quizá porque no se atrevieron a perder su identidad. Fichaban a diseñadores estrella pero no les dejaban cambiar radicalmente el producto, y eso generó mucha confusión en la marca. Una semana pasabas por el escaparate de la tienda de Poeta Querol y veías la figurita The guest de Jaime Hayón personalizada por Rolito o Paul Smith, y la semana siguiente, un enorme dragón chino o inocentes pastorcillas de rostros dulces. Dicen que el peor camino posible es el de en medio. O te lanzas a la vanguardia o te quedas con la tradición. Ahí tienes a Loewe, que puestos a modernizar, no sólo ha renovado el producto, sino el logotipo, las bolsas de papel, las campañas de publicidad, la decoración de las tiendas y hasta el uniforme del equipo.
Hay que recuperar el terreno perdido. Y hay talento para hacerlo. Ahí está Juan Vidal, que vistió a la novia de Ronaldo en la gala de la FIFA y podría llegar a convertirse en una firma internacional a poco que algún inversor apostase por ella. O la firma Onesixone, del valenciano Adrián Salvador, finalista en los Premios Nacionales de Artesanía 2016, unos bolsos exclusivos, de los que sólo se hacen 161 unidades, y que cada año cuentan con la colaboración de un artista internacional. O Alejandro Resta, que acaba de abrir tienda en Qatar, donde las jequesas se mueren por uno de sus vestidos joya. O las joyas de Vicente Gracia, valoradas como obras de arte en los círculos más tas de Londres, NY o Milán.
Por lo demás, la sociedad valenciana está como el tiempo, frío y desapacible. Enero es un mes para encerrarse en casa, taparse con una manta y esconder los espejos para que no delaten los excesos navideños. Esta semana la única excusa para ponerse mona y dejarse ver ha sido la exposición de fotos de la Fundación Pequeño Deseo en las Cervezas del Mercado de Colón. En la fiesta se bebió cerveza y se probaron las tapas de Manuel y María Querol, ganador y finalista de MasterChef Junior. Allí estuvo la periodista Carmen Alcayde, la interiorista Susana Lozano, el torero Vicente Barrera, además del doctor Mira, María José Escrig y Teresa Badía.

lunes, 19 de diciembre de 2016

De la festa, la vespra

Las copas prenavideñas son lo mejor de la Navidad. En ellas tienes cierto margen de maniobra, puedes elegir a la que vas para quedarte, a la que vas para quedar bien y largarte en cuanto el anfitrión haya visto tu sonrisa y la que simplemente no vas. Con las navidades no pasa lo mismo, a tu cuñada le aguantas la noche entera, si te gusta como si no. Tienen otra ventaja: nadie te dice cómo debes vestir, sólo se espera de ti que vayas mona, que contribuyas a darle color y glamour al evento. Y ahí es donde cada una de nosotras se suelta.
Las hay que sacan la artillería pesada, ¡valencianía al poder! pieles, joyas, guantes tipo Gilda, rojo pasión en los labios, sandalias con dorados, vestidos con brillos… Otras optan por la elegancia discreta tipo parisino con el clásico vestidito negro de cóctel que no falla. Las hay que van de “yo paso de todo y me pongo como si fuese a recoger a los niños al cole”. Incluso las que, como María Dolores Enguix de Óptica Climent, que tiene un vestido con tela de tapicería con motivos navideños, comprado en Londres, que sólo se pone estas fechas.
Entre ellos, lo que más abunda son los de “yo paso de todo”, pero no es porque realmente pasen, es porque no se atreven. No saben qué hacer para dar un toque de creatividad a su aspecto y son rehenes de la corbata y la americana. Para ellos, la creatividad empieza y acaba en el posicionamiento del delantero centro para recibir la pelota y chutar a gol. Claro que siempre hay excepciones, como el joyero Vicente Gracia, que apareció en su coctel con esmoquin: chaleco rojo chillón, pajarita negra y zapatos bicolor. ¡Nada que envidiar al mismísimo Charles de Inglaterra! Vicente Gracia es un maestro es eso de crear ambiente prenavideño. Eligió cuidadosamente la fecha para su coctel: una noche de luna llena a rebosar, y preparó su joyería de la calle La Paz con toda la parafernalia: enormes bandejas de plata con jamón, quesos y frutos secos, cava fresquito, y una pianista interpretando temas como en los viejos clubes de las películas en blanco y negro.
Los invitados pusieron el resto: señoras de edad con mucho más estilo que las quinceañeras, amigos de los que cierran los bares a las tres de la mañana e incondicionales del joyero, como Coté Soler y Javier Martínez Rubio, Mayrén Beneyto, la diseñadora Marta de Diego, Pepa Martí, Charo Font de Mora, Simone Martini, Sefa Aguilar, Lourdes Forcada, el diseñador Valentín Herráiz, Elena Esparza, Julio Gómez Perreta, María Cosín, Begoña Ortiz, Mónica Carbonell y Antonio Castellblanque. Estuvieron Carlos Serra y Victor Nebot, que inauguraban esta semana una nueva tienda de interiorismo en Cirilo Amorós 86 y aprovecharon para celebrar el veinte aniversario de El Mercader de Indias con un cóctel con Moët y exquisiteces preparadas por Mónica Piñones. La tienda tiene un montón de detalles estilosos para la casa, estanterías doradas, jarrones marroquíes, velas perfumadas, y una terraza interior de lo más coqueta.
Lila Albanozzo también se acercó a la joyería de Vicente, y eso que al día siguiente tenía que preparar su tradicional pavo trufado de estilo italiano que ofrece cada año por Navidad en su tienda Il Baco da Seta. El jueves también ofreció cóctel navideño la joyería Rafael Torres, que cumple 120 años y para celebrarlo incluyó en el tarjetón de invitación una llave que podía resultar premiada si abría una de las vitrinas de la joyería.
La misma noche inauguró Alex Jordán su flamante peluquería en la tercera planta de El Corte Inglés de Colón. Allí estuvo Marta de Diego, Mayrén Beneyto, la doctora Pilar Mateo y la oncóloga Ana Lluch, además del equipo de la anterior peluquería Pelegrín, con el que Jordán ha querido contar.
Foto Vicente Gracia: Jorge Marco

lunes, 14 de noviembre de 2016

Primeras damas

¿Cuántas veces le habrá dicho Melania Trump a su marido que las corbatas se llevan cuatro dedos más cortas? y él ni caso. Ahí va, más sobrado que un promotor valenciano en 2005, con sus corbatas por la bragueta y esos andares del típico mil homens que no tiene porqué escuchar a nadie. A su lado ella, tan mona ella, tan joven, tan estilosa. Viendo las fotos da la sensación de que a la pobre le han hecho una faena: con lo feliz que debía de estar en su ático de Manhattan, rodeada de muebles dorados y chicas de servicio. Bajando todos los días a comprar lo que le diese la gana, en plan Julia Roberts en Pretty Woman. De de pronto a su marido le da por meterse en berenjenales: “Pero Donald, puchirrito mio, con lo bien que estábamos antes. Y mira ahora lo que has hecho”.
También cuesta creer que la decoración del ático de los Trump haya sido cosa de Melania. Ella entiende de diseño, se le nota en cuanto ves como viste. Y ese ático Trump que parece sacado de una película ambientada en la Francia de Luis XIV. ¡Eso no es cosa de Melania!, me apuesto el último bolso que me queda de Prada. Confiemos en que Donald ande estos días muy liado y no tenga tiempo para decorar la Casa Blanca, que si no, ya me veo a los albañiles recubriendo la balaustrada blanca con pan de oro.
Mientras el mundo se reponía del impacto de Trump, la sociedad la sociedad valenciana se reunía el miércoles en la calle Lauria para inaugurar la tienda de decoración de Amalia Delhom. Melania hubiese estado allí encantada, rodeada de muebles estilosos y acogedores, sin extravagancias ni excesos. La inauguración estuvo más concurrida que un mitin de Trump en Kansas city. La tienda lucía súper chupi guay con sus grandes escaparates, moqueta y plantas decorativas. Hubo catering de El Alto, música de Kaspar&Hauser, habituales del Astoria, y un montón de amigos de la interiorista como Mamen Puchades y Arantxa Estellés, de Sie7e Jewels,el periodista Fernando Ferrando con su amigo José Miguel Barranca, Fernando Giner con su hija, a la que más de uno confunde con su mujer, Victoria Cercós, Alfredo Esteve, Juan Antonio Murgui, Julia Pérez Broseta, Amparo Lacomba, Enrique Duart con su mujer María José García y su hija Mónica, Lila Albanozzo de Il baco da seta, Javier Monedero de Dicoval, María Angeles Miguel, Marisa Gallén, el arquitecto Luis Sendra, algunos Gómez-Lechón, Amparo Brell y María Teresa Martínez.
Claro que donde estaría encantada Melania es en el Balneario de la Alameda, que acaba de reabrir con una decoración elegante y depurada, mucho más del estilo de Melania que del de Donald. Carlos Serra se ha ocupado de redecorarlo.
Las bañeras de mármol tallado son una pasada y hay una terraza en el primer piso que es para quedarse mirando al edificio de la Tabacalera después de darte un masaje relajante. La fiesta de reapertura fue el jueves. Fueron más de 300 invitados, entre ellos la diseñadora Paola Dominguín con el pintor Manolo Cáceres, Rafa Alcón, Fernando Giner con su mujer, esta vez sí, Mayren Beneyto, Iván Martínez-Colomer con Ana García Rivera, los joyeros Vicente Gracia, Guillermo Martorell y Mamen Puchades y la mayoría de los que estuvieron el día antes en Amelia Delhom. Muchos venían de Aristocracy, donde se presentaba la nueva colección de joyas, con vino Dehesa de Luna de la familia Trenor y música de DJ. Emiliano Suárez fue recibió a los invitados, entre ellos Tani Ivars y Manolo Uña, María José Albert, Mayayo Gómez Lechón, Beli Botella, Santi Aguilar, la diseñadora Hortensia Maeso, el estilista Rafa Moreno, Xelo Moreno y Pepa Reyes. Solo faltaba Melania con sus amigas de Manhattan, mientras su marido se iba a cenar con los amigachos a la Taberna Alcázar.

lunes, 15 de febrero de 2016

Cosas del amor

Hoy es San Valentín, día del amor. Pero, ¿qué es el amor? “Es hielo abrasador, es fuego helado / es herida que duele y no se siente / es un soñado bien, un mal presente / es un breve descanso muy cansado” ¡Qué cosas más bonitas escribía Quevedo!, sobre todo si las leías a los a los quince años y no conseguías que el chico de tus desvelos se decidiese a darte un beso. Y ahí estabas tú, tumbada en la cama escuchando a los Pecos y dejando rodar una lágrima por tu mejilla.
Claro que hay quien cree que el amor “Es una construcción burguesa para una clase social que puede permitirse el lujo de tener hobbies y tiempo libre” (Fangoria, dixit esta semana). ¡Jo pe!, tiene que haber un término medio entre el espiritualismo quevequiano y el materialismo de Fangoria. A ver, ¿qué tal esta?: “Una locura transitoria que se cura con el matrimonio” (Ambrose Bierce). ¡Uff, no!, demasiado deprimente. Y esta otra: “El amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, si no con lo que esperas dar, que es todo” (Katherine Hepburn). ¡Uy, no, ni hablar!, qué se ha creído la Hepburn, que nos va a dejar sin regalos, ¡hasta ahí podíamos llegar!
El amor será lo que será (esto no lo ha dicho Rajoy, pero le pega todo), en cualquier caso es una buena excusa para darse alguna que otra alegría: ir de compras, hacer un viaje, salir a cenar, …, mejor no seguir. Si estás enamorada y correspondida, es una buena excusa para comprarte algo bonito. Si no también, porque ayuda a superar tu depre. Si no quieres a nadie y nadie te quiere, pues también te vas de compras, ¡qué demonios!, total, quién te va a querer mejor que tú a ti misma. No si al final va a tener razón Fangoria cuando ha apostillado que “El amor es una tontería para vender cosas”.
El problema es que cuando llevas casi veinte años con tu Pepe el romanticismo es más difícil de encontrar que Rita Barberá durante estos días. Y los regalos te los acabas comprando tú misma porque él no acierta por más que le recuerdes que te chiflan los brillantes talla corazón. Quizás por eso, esta semana ha habido un cierto movimiento antirromántico. El jueves, Lotelito, el local de moda de la calle Barcas, montó una fiesta con el nombre de “Sin Valentín”, para que los solteros pudieran encontrar pareja mientras escuchaban canciones de amor y desamor.
Entre los asistentes, Amparo Bas, Beatriz Poyatos, Emilio Vicó, Paula Pastor, Ariadna Mir o Victoria Escolano. Dicen los que organizan bodas que febrero es el mes de las proposiciones de matrimonio y es ahora cuando se disparan las ventas de alianzas, flores, reserva de salones o vestidos de novia. Aprovechando el momento, la asociación Marry Me ha organizado un showroom del 19 al 21 de febrero en el Teatro Rialto. Habrá vestidos, decoración, repostería, alquiler de muebles, flores, fotografía y joyas. Que se unan los floristas con los decoradores o fotógrafos parece de lo más lógico. Lo que no parece tanto es que un cirujano plástico y un joyero expongan sus creaciones conjuntamente, excepto si se trata se trata del doctor Mira y del joyero Vicente Gracia.
Ambos tienen en común que dominan el arte de la belleza en la mujer. Y durante los lunes de este mes, los dos pasarán la tarde con unas pocas afortunadas bebiendo champagne y hablando sobre cremas para rejuvenecer el rostro y de joyas para adornarlo, ¿puede haber algún plan mejor? Por la joyería Gracia ya han pasado las hermanas Ángela y María Manglano, Carmen y Adeli Alonso, Charo Font de Mora, Tere Peyró, Carmencita Aguirre, Tere Caro, Carmenchu Aguirre, Margarita Valcaneras, Merche Ventura, Isabel Bermejo, Maca Alegre, Maria José Ordeig y Silvia Lafuente. ¡Venga chicas, que se acaba el mes!