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lunes, 30 de diciembre de 2019

París, Valencia


Se nos va una década, ¡qué horror! La que está en los treinta va lanzada a los cuarenta, las de cuarenta a los cincuenta y la de los cincuenta… ¡Dios mío, no… a los sesenta!, que es la edad que tenía tu abuela cuando tú eras pequeña y quedó grabada en tu subconsciente como la frontera de la ancianidad.
Técnicamente, la década empieza en 2021, pero eso son rollos matemáticos que poco tienen que ver con ese agobio que empezó a perseguirnos cuando pasamos de los treinta y seguirá haciéndolo hasta los setenta. Luego, cosa curiosa, el paso de los años empieza a convertir en motivo de orgullo; te presentas en la cafetería, con tus tacones, y en cuento puedes dejas claro que ya tienes más de ochenta y ahí estás, luciendo piernas y desviando alguna que otra mirada de los sesentones que juegan al chamelo.
En fin, la vida pasa y como dijo alguien (creo que fue Woody Allen), “teniendo en cuenta la alternativa, me gusta cumplir años” La nochevieja está a la vuelta de la esquina
¿Puede haber estos días vida social más allá de las cenas y comidas navideñas? La respuesta es sí, chicas, la hay. Y además de nivelazo. El domingo, Miguel Burdeos Andreu, hijo de una conocida familia de empresarios, organizó en Covent Carmen una fiesta inspirada en la famosa  Moulin Rouge y el lugar estaba todo decorado para la ocasión, bailarinas con cancán incluidas. Los invitados respetaron el dresscode, rojo y negro, como el título del novelón de Stendhal.
Todo ese guiño francés tiene que ver con que Miguel Burdeos junior está viviendo en París. Allí ha abierto un centro de salud de lo más pijito en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad. A la fiesta no faltaron sus padres, Amparo y Miguel, su hermana Mariam, la diseñadora Marta de Diego, muy amiga de la familia, como Emilia Segura y Mayrén Beneyto, que fue con Eva Marcellán, con la que mantiene una estrecha relación a pesar de que su vínculo familiar ya no es el mismo. También estuvo la periodista Maite Sebastiá, la modelo valenciana Paula Dolcet, la juez Patricia Navas, el estilista Alex Jordán y muchos amigos de la familia.

¡Más fiestas! El club náutico de Valencia está decidido a recuperar la vida social de antaño. Para empezar, ha celebrado estos días la primera Gala del Deporte, una fiesta a la que fueron socios y amigos vestidos de gala. Entre los asistentes, no faltaron directivos del club como José Francisco Rubio, Marisa Arlandis, Rafa de Tomás, Manuel Montánchez, Abdón Ibáñez y Luis Serneguet.



martes, 19 de noviembre de 2019

Arropados por amigos


El peletero Amado Ortells es tan coqueto que no le gusta revelar su edad, pero son ya muchos años de trayectoria, más de cincuenta, y un montón de recuerdos, tantos que acaba de publicar un libro, “Amado mío, una vida de pieles, lujo y confidencias”. 
Lo presentó el jueves en el Ateneo acompañado por Carmen de Rosa, Mayrén Beneyto, Ángela Pla y Eduardo Alcalde, presidente la fundación FUVANE, a la que se destinará parte de la recaudación de la venta del libro. Entre el público, clientes fieles como el empresario Vicente Boluda (su madre Lola Fos siempre llevaba pieles suyas) con Esther Pastor; Federico Félix y María José Lavech, Laura Fitera y Agustín Córdoba, Merche Fillol, Amelia Delhom, Amparo Lacomba, el estilista Tono Sanmartín, Elvira Ferrer, María José Navarro, las diseñadoras Amparo Chordá y Presen Rodríguez y la joyera María Senent, entre otros. Amado se emocionó, firmó libros y posó para las fotos con amigos bajo la atenta mirada de un emocionado Esteban Rodríguez, su pareja desde hace años.

Buena parte de los asistentes coincidieron el día anterior en el cumpleaños del pintor Enrique Senís-Oliver, que también estuvo en la presentación del libro. Los cumpleaños del artista son siempre únicos, todo tan cuidado y lujoso: música de piano, comida y bebida exquisita (el catering fue de Raquel Cernichano, ganadora de Top Chef) e invitados que derrochan glamour. La invitación de este año sugería vestir con un toque “flamboyant” (extravagante).
Laura Fitera se puso un tocado imposible en forma de cisne de Betto García, que defendió como una modelo de raza. Enrique estuvo arropado por amigos como Mayrén Beneyto y Ramón Almazán, Paz Olmos, Inma Sobrino, Marisa Marín, Fernando y Carmen de Rosa, Elvira Ferrer, María José Navarro, Esperanza Vila, con otro tocado espectacular, fue acompañada por Franc Vila y sus padres, Esperanza y Salvador; Pura Barber, Amparo Chordá, Amparo Lacomba, Marisa Marín, Maribel Molins, Alicia de Ansurias, Amparo Llácer, la doctora Lucía Asensio y su marido José Luis Lanuza y David W. Phillips, el músico americano pareja del pintor tan pendiente como siempre de que no faltase detalle en la fiesta.


Mayrén se fue pronto a casa porque estaba recién llegada del viaje a Nepal y Bután al que fue con Hortensia Herrero, Amparo Andreu, Emilia Segura y Marta de Diego. ¡Qué vitalidad la de estas mujeres! Visitaron los templos de Kathmandu, compraron sedas en Bután, vieron arte tibetano, templos y palacios y hasta subieron al Nido del Tigre “tres horas de ida y tres de vuelta andando, pero valió la pena, nos reímos y disfrutamos las cinco”, cuenta Mayrén.

La semana tuvo más citas glamurosas, como la cena benéfica que organizó Mediolanum en el Ateneo y el cóctel que preparó Rosa Morera para presentar una colección de ropa italiana inspirada en los osos de peluche y a la que fueron amigas como Irene Balaguer, Victoria Soler, Marisa Martínez Rubio, Pilar Pons, Begoña Císcar, Marieli y María José Albert y Amparo Moreno.


martes, 3 de septiembre de 2019

Bendita normalidad


El verano te da dos alegrías, una cuando empiezan las vacaciones y otra cuando se acaban. Cuando ya estás hasta el pirri de la terraza del apartamento, de la piscina, de la playa y de las tardes en el chiringuito con las mismas amigas día tras día. Cuando la vecina madrileña ya lleva treinta mañanas acompañándote a tomar el sol a la playa y contándote la suerte que tienes de vivir en Valencia porque en Madrid es todo carísimo. Y, lo peor de todo, el supermercado.  A estas alturas ya no sabes qué comprar; en casa estáis hartos de la ensalada de pasta, el gazpacho se os sale por las orejas, habéis comido en un mes toda la carne roja que deberíais comer en el año. Y tu Pepe por allí, dando vueltas y echando tonterías al carro de la compra que sólo sirven para engordar y para que luego la cuenta se dispare y encima tengas que aguantar sus refunfuños.
A estas alturas lo que quieres es normalidad. Que cada uno vuelva a lo suyo. Los niños al cole, tu Pepe a currar y a volver a casa tan cansado que no diga ni pio hasta el día siguiente. Lo único malo es que tú también tienes que volver a trabajar, pero eso, a estas alturas, es un mal menor.
En fin, el caso es que ya se nos ha ido el verano y el álbum nos deja fotos un montón de fotos de playa pero también de viajes en familia, tardes en barcos, escapadas con amigas y fiestas que hacen guiños a la nostalgia.
El grupo de amigas de Hortensia Herrero, la mujer del empresario Juan Roig y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, pasó unos días de crucero por las islas griegas con Mayrén Beneyto, Amparo Andreu, Emilia Hervás, Hortensia Herrero, Marta de Diego y Pepa Martí. No es la primera vez que viajan juntas. Este invierno hicieron otro viaje por Perú.
Mayrén es de las que no para en todo el verano.  Organizó varias comidas en su casa de Beniarbeig, participó en las fiestas del pueblo y no se perdió el recital de ópera y zarzuela con cena en el Monasterio de San Jerónimo con sus amigas Carmen de Rosa, Loli Alvarez, Pura Barber, Amelia Guich, Matilde Conesa y Laura Fitera, que está viviendo su particular verano del amor con un señor súper apuesto. “Es médico de emergencias y rescate internacional, cultísimo, ha viajado literalmente por todo el mundo y dice que lleva esperándome toda la vida”. ¡Ayyyy, Laura, todas queremos un hombre así!

Ibiza y las islas fue uno de los destinos preferidos. Allí pasó unos días Vicen Fernández y Rosa García, que tiene casa y pasó todo agosto. “En julio fui a Nueva York con mi hija que estuvo bailando en el American Ballet Theatre”. También el artista Lu Gorritz estuvo en Andraxt con su velero. “En Es Xarcu, en Ibiza, comimos un día con un grupo de amigos y coincidimos con Froilán y con Roberto Cavalli”. Nada como ir a sitios pijos para encontrarte con famosos y realeza.
Nuestras playas también tuvieron fiestas con glamour, como la que organiza Rosa Castellví todos los veranos en su Casa Sardinera. Esta vez la temática fue salvaje. Los invitados vistieron con estampados de leopardo, leones y panteras, como mandaba el dress code. Entre ellos Silvia Escolá, Esperanza Vila, Pilar Pradas, German Ros y Amparo López, Tana Borso, Tete Boluda, el doctor Viña y Teresa Bas, el doctor Remohi y Ana Cobo, el doctor Lainez y su mujer Elena, José María Ricart y Carolina Merinio, Marieta Martínez Casañ y Javier Gimeno, Sergio Adelantado y Sara López, Ramón Esteve y Cuchita Lluch, que no sé cómo consigue mantener la línea de restaurante en restaurante con su marido Juan Echanove, ¡eso si da envidia de la buena!

¡Más fiestas! La que reúne a un montón de cuarentones recordando su adolescencia en la fiesta de Distrito 10. Se celebra todos los años en El Moli de Xabia, y acuden casi siempre los mismos, aunque no por ello deja de ser divertido. Pablo Jordán y su hermano Toni fueron con sus mujeres, Ana Garcia-Conde y Beatriz Maset, además de Javier Ortiz y Lourdes Bañó, Fernando Valle, Joan Marc Ibañez, Salvador Andres e Inma Herrero, Frank Miquel, Sergio Montesinos e Inma Rel, Quique Torregrosa y Ana Perez, Inma Roldan y Luis Lillo, Amparo Marí, Esther Ibañez, Miguel Perez y Sonsoles Moreno, José Alcalá y Laura, Ana Ibañez y Pepe García, Ivanna Pinedo y Javier Franco, María Camuñas y Alberto Salinas, Manolo Peris y Patricia Montoro, Tony Testón, David Escolá y Raquel Forte, Pablo Escolá, Carlos de Selva, Carmen Martinez y Alfredo Arlandis, Pepe Samper y Beatriz Carbonell, Begoña Trenor y Josele Ferrando, Pablo Macias, Rafael Climent y Veronica Villarroya, Quico Peiro y Estefania Navarro, Jose Manuel Rodrigo y Elia Giner.

Tampoco faltaron los mercaditos de verano. El que organiza Paula Alcón en Benicassim y el zoco de Montgo Di Bongo en Xabia, donde tuvo un puesto de ropa súper mona Sol Ruiz de Lihory.

lunes, 31 de diciembre de 2018

¡Que empiece la fiesta!


Las fiestas de fin de año van cambiando a lo largo de una vida. De niña son una juerga casera cuyo principal aliciente es acostarse tarde. En la adolescencia, son un reclamo independentista de la joven mujer que exige ser dueña de su vida. A los veinte, una lotería; si aciertas con la fiesta y encuentras a un tío interesante, la noche será un éxito. Si no lo encuentras, en el mejor de los casos, será divertida. Y lo peor, si quien lo encuentra es tu amiga y tú no, será mejor olvidarla. En la treintena, ya con hijos, vestirte de fiesta parece una maldición y estás deseando que tu pequeño tenga sueño para irte a la cama en cuanto acabas de tomar las uvas. Y así llega el año en que tus retoños se van solos a la hípica y te reencuentras con tus vestidos de lentejuelas y con la cintura desdibujada de tu Pepe que ha perdido definitivamente la noción del ritmo a la hora de bailar.
El estilista Alex Jordán cree que la fiesta de fin de año es de las pocas en las que se puede cometer algún exceso, tanto en la ropa como en los complementos. Para peinar a María Cosín se inspiró en Grace Kelly, “una belleza elegante y clásica que he actualizado con una onda más despeinada y rota para dar un aire más fresco y un maquillaje suave que se funda con la piel.”
El vestido de María es de su diseñadora favorita, Marta de Diego. “He jugado con dos texturas distintas en la falda y el cuerpo para conseguir un estilismo joven, fácil de llevar en un equipaje, ¡nos movemos mucho estas fiestas!. El cuerpo es de moaré de seda y la falda de cashmere y seda teñida a tono, sujeta en un nudo y con gran abertura”, explica Marta.

Rafa Moreno también cree que la noche de fin de año hay que derrochar glamour. “A Elisa Escorihuela la he caracterizado como una actriz de cine clásico, acorde con el vestido. El maquillaje es de los años cuarenta: mucha pestaña, piel blanca, ojo puntiagudo y un labio rojo realzando toda la belleza de su piel pecosa.” El vestido es de Isabel Sanchís, de crepe con corte delante y con un tirante de plumas degradadas y bordado con piedras en cristal, plata y negro.

El diseñador Alejandro Resta eligió para Lucía Asensio uno de sus vestidos de su colección de alta costura. “Diseñado para brindar elegancia, quería volver aquellos años donde la grandes divas del cine llegaban a un evento y dejaban perplejos a los asistentes. Es un vestido infinito, de tela fluida como la organza de seda plisada en color rosa empolvado que resalta su pelo oscuro. Lleva un gran escote que termina en un  fajín con una lazada en cintura que ayuda a resaltar su figura”, cuenta Resta. El peinado es de Tono Sanmartín, un recogido “con formas entrelazadas de nudos, dejando mechones en forma de algas cuidadosamente despeinados y sueltos”.
¿Y los chicos? La fórmula de Alfredo Esteve es intemporal: esmoquin negro con algunas mínimas variaciones, camisa blanca y pajarita para los más clásicos y camiseta, camisa o suéter negro para los más modernos.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Todas bajo la lluvia


Este tiempo nos va a volver locas a todas. Se supone que las lluvias llegan en octubre, descargan todo lo que tienen que descargar y se van. Luego vuelve el sol y guardas las katiuskas hasta la primavera. Pero este año no hay quien se aclare. Lluvia, sol, calor, vuelta a la lluvia, racha de frío polar… Esto no hay fondo de armario que lo soporte.
Pero cuando la gente tiene ganas de copeteo, no hay aguacero que la retenga en casa. El jueves, por ejemplo, la tarde-noche invitaba a la mantita y al sofá, pero la agenda social valenciana chillaba a voz en grito; ¡Déjate de mantas, coge en paraguas y tira para la calle que hay muchos eventos que atender!


Y así fue. Para empezar, el artista Lu Gorritz inauguró exposición en la Galería Cuatro. Estuvo acompañado por sus hijos Elisa  Luis y Mar Sáez, su pareja Pilar García, y amigos como Rocío Baca, Cruz Vico, Carolina Gil, Bea Reig, el doctor Murgui, Nacho Murillo, la periodista Silvia Soriano, Francisco Ponce, Sela Falco y Pepe Boix, Marta y Rebeca Vicent, la doctora Teresa Durendez con su marido Luis Camps, los doctores Luis Ibáñez, Manolo Yarza y Carlos Camps, Felipe Sala, Pablo Paya, Belinda Duart, Helena calvillo, Cruz Vico, Yolanda Sarrión, Vicente Zahonero, Vi Panblanco, Carlos Hernández, la pintora Matilde Alonso, el artista Vicente Aunión y la galerista de Gandía Lorena Moncho.


El mismo día, abría un nuevo espacio de moda con ropa de temporadas puesto en marcha por la empresaria Susana Tomás y el equipo de Chatting Pics, liderado por Olga Rodríguez Mayordomo. Se llama Guss and friends y la inauguración estuvo de lo más concurrida: Coqué Ruz, Carmen Romero, Gema Mayordomo, Laura Boix, María Rieta, Zdenka Lara, Sigfrido Serra, Mateo Climent, Marta Handrich, Nuel Puig, Enol Blasco, Berta Pozas, Amparo Sebastiá, Patri Folgado, Raquel Ferer, Claudia Dupuy de Lome, Maria José Muñoz, Adeli Alonso, Isabel  Bermejo, Vanesa Gil, Mamen Jofre, Eva García Materredona, Cristina Aguirre, Maca Alegre, Eduardo Benito, María García de la Riva, Rosa Arizón, María Fedriani o Beatriz Carbonell. También Cruz Vicó y Carolina Gil, que venían de la exposición de Gorritz.



La misma noche, el Casino de Agricultura se vistió de gala para entregar sus Premios Ilustres, que fueron para Aspadis, Bodegas Cherubino, la comunidad de pescadores del Palmar y AVA Asaja. Entre los asistentes, el presidente de la RSVAD, Manuel Sánchez Luengo, el empresario Mario Mariner, El padre Vicente Aparicio, fundador de Aspadis con sus colaboradoras Mª José Tordera, Mª Teresa Orozco y Mª Angustias Pérez Castillo, el joyero Antonio Romero, Vicente Aguilar con su mujer Toña Játiva, Salvador Vila, Martín Rodríguez, el Profesor Ballester-Olmos, Juan Valero de Palma y Manglano, los abogados Lourdes Millet e Isidro Niñerola, Mª Teresa Monsonís y Salvador Zaragoza, Carlos de Vargas y Gómez Pantoja y las hemanas Valsangiacomo.

A esa misma hora, pero a miles de kilómetros de Valencia, un grupo de mujeres de lo más principal de Valencia estaba visitando una de las siete maravillas del mundo: Machu Picchu. Al viaje fueron Hortensia Herrero, Mayrén Beneyto, Amparo Picó, la diseñadora Marta de Diego, Amparo Andreu, Emilia Hervás, María José Martí y Elvira Más.

martes, 2 de octubre de 2018

Chicas, a reirse


Cuando a las mujeres nos preguntan qué le pedimos al hombre de nuestra vida, la lista se repite más que el la, la, la en la canción de Massiel. Todas queremos lo mismo: que sea sincero, detallista, cariñoso, que nos quiera…, y que nos haga reír.
Dicen los antropólogos que es una ligera modificación del llanto. Un truco aprendido cuando vivíamos en las cavernas, para retener la atención de nuestras madres. El llanto ya no hacía efecto porque las mamás estaban hartas de tanto lloro, así es que introdujimos una pequeña modificación y conseguíamos el efecto deseado. Había nacido la risa. Allí se quedaba la madre y el padre, embobados, diciéndonos ajo y haciéndonos cosquillitas en la barbilla.
Desde entonces, hacer reír es chollazo, sirve igual para hacer amigos, que para enamorar a alguien, caer bien a la gente, recibir invitaciones a troche y moche para cualquier evento social. Sirve para todo.
Una buena carcajada libera endorfinas y te hace sentir bien, feliz, despreocupada, viva. Es lo que pasó el jueves en el estreno de la obra de teatro de La Cubana, Adiós Arturo. Es una comedia loquísima, como diría Agatha Ruiz de la Prada, con personajes de lo más surrealistas: una stripper de noventa años, transformistas, una inglesa aficionada a los toros, un escocés que baila claqué y hasta un loro que se hace llamar Ernesto.
Por si la puesta en escena no era suficiente, a los asistentes se les invitó a disfrazarse para entrar en el teatro bajo focos y con música de pasodoble. Y vaya que fueron desfilando. El doctor Murgui no dudó en plantarse una pamela rosa con flores, al igual que el periodista Joseca Arnau, con sombrero azul. A Alfonso Manglano Beneyto lo vistieron de mayordomo y a su mujer Eva Marcellán de marquesa con teja y mantilla.
Por la alfombra roja fueron desfilando los diseñadores Francis Montesinos, Marta de Diego, la escritora Marta Querol, Alberto Corell y Beli Botella, Diego Gómez Coronado, Luis Sevillano, Amparo Tejedo, Emilio Morera, Ana Perís, Pilar Millán, la gerente del Mercado Central Cristina Oliete, el publicista Eugenio Martín, Amelia Guich Lamo de Espinosa, Laura Fitera y Marisa Marín, el doctor Murgui con su hermana María José, Nieves Carrasco, José Vicente Plaza, que llegó acompañado de la famosa cupletista Rosita Amores y Clara Esmeralda, Amparo Morte y Vicente Lacomba, el doctor Ismael Zahrawi y su mujer Ana Joudí, la diseñadora Presen Rodríguez con su hijo José Cosme, María Gómez Polo, Jose Julio Ten y Juan Salafranca, Pepa Martí, Lluis Nadal y Josep Lozano, Elvira Graullera…

La fiesta no acabó ahí. Tras la función, hubo cena fría con cava en la puerta del teatro.
La semana dio para más eventos. El martes, la terraza del hotel Meraki en Puebla de Farnals sirvió de escenario a un desfile de novias de lo más romántico. Entre el público, Pachi Viñoles, Vanesa Gil, María Arjona, Paz Sansaloni, Carmen Romero, Luis Fernández, Sergio Navarro, Maca Alegre, Silvia Moreno, Majo Peirats, Olga Ferrandis, Maribel Vañó, Mercedes Giménez, Quique Camps, Paula Bueno, Loles Guido y Ana de la Iglesia.
Al día siguiente, la Fundación COSO nos ilustró con una nueva jornada de moda, esta vez para hablar de los fashion films, esas pelis tan chulas con las que las firmas tratan de seducirnos para que compremos. Entre el público, las diseñadoras Mariló Mascuñán, Verónica Laboulais y Andra Cora,  Jennifer Garrido, Gabriela Rosell, Adriana Smith, Cristina Jiménez, Teresa Sansano, Lola Giner, Concha Marco y Sagrario Sánchez.
Hablando de moda, esta semana se anunció que el próximo Premio Aguja Brillante, del Gremio de Sastres y Modistas, es para el diseñador Luis Rocamora. El presidente del Gremio, Juan Tochena, ya está trabajando para la gala que se celebrará en noviembre, en la que se entregará el premio.


lunes, 1 de enero de 2018

Tu gran noche

Chiquito de la Calzada era un genio haciendo comparaciones: “Tienes más peligro que una piraña en un bidé”, “Trabajas menos que un espía sordo”, “Tienes más mala cara que Marco en el día de la madre”. Nunca dijo, pero podría haberlo dicho, “Tienes menos trabajo que una tienda de ropa de hombre en noche vieja”. Y es que, para estas cosas, los hombres son sosos a rabiar. Se acerca noche vieja, nosotras llevamos toda la semana pensando qué ponernos, y ellos no le dedicarán a eso más de diez minutos, el tiempo de afeitarse antes vestirse. Sólo tendrán que decidir entre ponerse el smoking, el traje con corbata o vaqueros con la primera camisa y chaqueta que encuentren.
Chiquito también podría haber dicho: “Tienes más trabajo que una personal shopper la semana de noche vieja”. Nuestras opciones son interminables. Dentro de cada opción, gala, elegante o informal, hay a su vez tropocientas combinaciones: lentejuelas, escote, raso, largo, corto, tirantes, palabra de honor… Únase a todo eso la elección del color: rojo, negro, fucsia… Dentro de ellos, los tonos, rojo burdeos, rojo cereza, rojo carmesí… Pero ahí no queda la cosa, habrá que elegir peinado, zapatos, medias, joyas, maquillaje, y dentro de cada una diez o doce opciones. Y todo eso, sólo para la opción “gala”, que los hombres han liquidado con una única decisión: calcetines de lana o tipo ejecutivo. Al final, nosotras tenemos en la cabeza un cubo Rubik, mientras que ellos se conforman con echar una moneda al aire: cara o cruz.
Menos mal que nosotras tenemos la ayuda de los diseñadores valencianos. Si hay una ocasión en la que podemos ponernos brillos, dorados, pieles y taconazos sin temor a pecar por exceso, es esta noche.
El diseñador Alejandro Resta tiene claro que en Nochevieja debemos transmitir una imagen elegante y sexy. Él nos pondría de largo, con un vestido que defina la silueta en un color contundente, como el azul Klein, y con un escote a la espalda de los que dejan boquiabiertos.
Miquel Suay también elige largo y azul, esta vez en su versión eléctrica, para su musa Blanca Gadea Fitera, una mujer “femenina, inteligente y que pisa fuerte”. Al igual que Resta nos quiere ver seductoras y por eso su vestido es de estilo sirena, con escote clásico en forma de corazón y hasta cola.
Si los diseñadores se decantan por los azules, las diseñadoras prefieren los tonos cálidos como el rojo o el naranja. Amparo Chordá ha elegido para la periodista Laura Grande un vestido rojo con capas y capas de tul con el que se puede sentir como una princesa.
El vestido de Nochevieja de Marta de Diego no es vestido, sino un pantalón de encaje en color mandarina con un espectacular cuello de zorro en el mismo color. “Perfecto para María Cosín, que representa la nueva generación de mujer, joven y madura a la vez.”
El oro es un color reservado para celebraciones muy especiales y cargadas de simbolismo, “ideal para recibir el nuevo año”, dice Hannibal Laguna, que no duda por el dorado para el vestido de Juncal Rivero. “Ella tiene la belleza mediterránea que tanto me gusta y una naturalidad embriagadora”.
Javier Villajos también elige el dorado, esta vez mezclado con negro, para su musa Margarita Muñoz y Valentín Herráiz opta por el champagne para su amiga y musa Rocío Sirera.  “Le he puesto un vestido de corte muy sensual”
La propuesta más elegante y discreta es la de Rosa Blasco para la abogada Lourdes Bonmatí. “Es elegante, encantadora y sobre todo buena amiga.”




lunes, 4 de diciembre de 2017

La boda de Casilda

Marta de Diego lleva décadas vistiendo novias, madrinas e invitadas a las bodas más ilustres de Valencia. Como lo suyo es la costura a medida, cada boda era una desafío porque no hay dos novias iguales y cada una requiere una creación exclusiva. Los años pasaban y las hijas de Marta temían que llegado el día de su boda, la creatividad de su madre se hubiese agotado. ¡Ja, ilusas de la vida! El día llegó, la hija pequeña de Marta, Casilda Moret, se casó y su madre se lució. La creatividad es como el fondo de armario, siempre hay sitio para más.
Para vestir a su hija, Marta rescató su propio traje de novia: “desmontamos el vestido de otomán de seda y lo convertí en una falda cruzada con chaquetita corta; debajo, llevó un vestido con tul de seda bordado en hilo de seda y cristal y falda con varias capas de gasa. El velo era un manto de tul con un medallón bordado en el centro con sus iniciales”. En el pelo llevaba una tiara familiar de brillantes rematada con una aguamarina.

El padre de Casilda y el novio fueron de frac y los testigos de chaqué. La madrina, Carmen Meseguer, madrina de pila de Luís, llevó un vestido abrigo en crepe azul, mientras que Marta escogió un vestido de punto de seda con un recogido de gasa y una pluma de ave del paraíso y su hija Cayetana con un vestido de gasa color petróleo.
La ceremonia se celebró en la  Iglesia de los Escolapios y la cena en La Cartuja de Ara Christi. Marta quiso recrear los mercados de Sicilia y La Toscana y el aperitivo se tomó en un mercadillo montado al aire libre con música de jazz en directo. “Había puestecitos de sushi, ostras, jamón, quesos, huevos, cócteles y hasta uno de mantas por si alguien tenía frio y se quería tapar”.
Los invitados pasaron después al claustro cubierto, decorado con claveles granates unidos en mazos como si fueran hortensias, cristales de distintas alturas en los arcos y una luz tenue amarillenta para dar una atmósfera cálida. 
Entre los invitados, el empresario Juan Roig con su mujer Hortensia Herrero, la Cónsul de Dallas Janet Kafka, Concha Gómez, Mayrén Beneyto y Ramón Almazán, el empresario Miguel Burdeos con su mujer Amparo Andreu, Blanca Pons Sorolla con su marido, Juana Roig con su marido Álvaro Otero, el joyero Vicente Gracia con Mónica Piñones, Alfonso Manglano y Eva Marcellán, Emilia Hervas, Enrique Royo, Carmina García Petit, Amparo Andreu, Victor Segura y Francisco Freire.


lunes, 27 de noviembre de 2017

25 años del universo de Vicente Gracia

Veinte años no es nada, decía Gardel. Quizás tuviera razón, pero veinticinco son una barbaridad. Hace veinticinco años tu Pepe tenía melena y si se esforzándote un poco podía vislumbrar la tableta de chocolate en su vientre. Era el año 92, la Expo, las Olimpiadas de Barcelona… Y Vicente Gracia abría su tienda en la calle La Paz. Han pasado veinticinco años, a tu Pepe no le queda pelo y su tableta de chocolate está oculta bajo los restos de cientos de litros de cañas de cerveza. Y Vicente Gracia sigue diseñando joyas su tienda, su universo como él le llama. Allí no hay nada feo. Todo lo que ves querrías llevártelo a tu casa: cuadros, muebles, sillones, alfombras, joyas… A cada paso que das te topas con algo por lo que estarías dispuesta a dar todo tu fondo de armario. Es un edificio de arquitectura neomozárabe y está inspirado en el Palacio de la Alhambra. Entras por la pequeña puerta recubierta de azulejos, subes por las antiguas escaleras de madera, llegas a su salón con vitrinas repletas de joyas y piensas: “Oh, mísera de mí. Oh infelice. Abatir cielos pretendo ya que no nací marquesa hace cien o doscientos años”.
Vicente es un enamorado de Valencia y ha buscado la esencia del gusto valenciano por medio mundo. Sólo él es capaz de combinar la tradición de la orfebrería valenciana con la herencia islámica, la ruta de la seda y la poesía sufí. Todo eso sin renegar de sus orígenes en Ruzafa, en donde se crio rodeado de su madre y sus tías. La búsqueda de la ruta de la seda le llevó a su segundo amor, el Valle de Cachemira (¡Quietas todas, que no se vaya ninguna a coger el móvil para ver dónde está eso!). Está en la India, por allí pasaba uno de los ramales de la Ruta de la Seda, lo cual le conecta con Valencia. El jueves por la tarde celebró su aniversario. Fue, como no, en su tienda, y allí estuvo acompañado por su inseparable Mónica Piñones y sus hijos Candela, Bernardo y Alejandro. Vicente agasajó a sus invitados con una preciosa mesa llena de viandas, una barra de champagne y música en directo de su amigo Javier Botella, que interpretó temas de esos que tan bien pegan con el champagne como fly me to the moon de Frank Sinatra. A la fiesta no faltó Juana Roig, que formó parte del equipo de Vicente durante un tiempo, Paco Roig y su mujer Magdalena Melchor. También estuvo la cónsul honorario de Dallas en Valencia, Janet Kafka, que fue una de las impulsoras del showroom que montaron Vicente Gracia y la diseñadora Marta de Diego en 2013 en los almacenes Neiman Marcus con motivo de una exposición del Sorolla en el Museo Meadows. También estuvo el diseñador Valentín Hérraiz, con quien compartió aquella época de la movida en la que empezaban a coger vuelo Francis Montesinos o Javier Mariscal.
Vicente Gracia no es de los que invita por invitar. Todos los que pasaron por su joyería son amigos, o clientes-amigos, o colegas-amigos o artistas-amigos. Así pasó, que la joyería se quedó pequeña para la cantidad de invitados que quisieron compartir el cumpleaños con él: Lola Narváez, Carlos Virosque, Nicola Seyda con su marido Vicente Lluch, Begoña Mortes, Blanca y Laura Fitera, que se iban después a una cena de acción de gracias preparada por el pintor Enrique Senís Oliver, Mangeles Ros y José Ortí, Luís Lluch, Alejandra Montaner, Mercedes Barberán, Arantxa Benlloch, las estilosas hermanas Alicia, Paloma y Carmen de Miguel, Álvaro Gómez Trénor y su mujer Beatriz, Pepe Navarrete, José Vivó, las hermanas Laura y Alicia Segarra, el ex presidente del Puerto Rafa Aznar, el diseñador Jayme Hayón y la interiorista Verónica Montijano, la diseñadora Marta de Diego con Pepa Martí, Enrique Lucas y Esther Barrera. También la fundadora de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Cerámica, Pilar Espona, y el subdirector de museos estatales Miguel Ángel González.

Galería de fotos en Las Provincias: Irene Mansilla

lunes, 15 de mayo de 2017

Minifaldas a los sesenta

La ya larga revolución feminista ha ido conquistando hitos más o menos sonoros. De entre todos ellos, hay uno que ha ganado la batalla sin hacer ruido. Se trata de las mujeres mayores, aquellas que a partir de los cincuenta iban poco ennegreciendo su vestuario y vaciando su tocador de barras de labios y coloretes. Cuando enviudaban se vestían de negro y se resistían a hacer vida social.
Todo eso cambio de la noche a la mañana. No hubo manifestaciones en las grandes ciudades coreando consignas del tipo: “nosotras vestimos, nosotras decidimos”, o “¡El luto, ni un solo minuto! Tampoco se crearon asociaciones de viudas alegres para reivindicar el derecho de estas mujeres a seguir vistiendo minifalda, o a tomar el sol en la playa de Xabia. Fue algo que simplemente pasó, las mujeres con más de medio siglo a cuestas, viudas, casadas, solteras y separadas, siguieron luciendo las gracias que la natura y su sufrida dieta les había dado.
Esta semana hemos sabido que la primera dama francesa tiene 24 años más que su marido. ¡Fantástico! Esto es a la lucha del feminismo cincuentón, lo que la llegada de Obama a la Casa Blanca a la lucha racial. A partir de ahora, nadie debería sorprenderse porque una mujer de sesenta años se eche un novio de cuarenta. Gracias a Briguitte Trogneux, por fin, nosotras podremos decir también aquello de “cambio uno de cincuenta por dos veinticinco”.
La diseñadora Marta de Diego es una de esas mujeres que ya ha cumplido los cincuenta y defiende a muerte de su edad tienen una belleza reposada y sexy que está por explotar. “Yo siempre digo a mis clientas que las mujeres tenemos que recuperar la confianza: ¡Tenéis que atreveros y sacar lo mejor de vosotras, despertad que es vuestro momento!
Marta presentó su nueva colección de ceremonia esta semana, en un desfile a beneficio de la Fundación Dasyc, y eligió la capilla de la Beneficencia como escenario. ¡Qué bonita, con las paredes y los techos pintadas con figuras doradas de ángeles y santos! Con semejante atrezzo no hacía falta mucho decorado, así que Marta puso una tarima enmoquetada y dejó que el entorno hiciera el resto.
El desfile fue un lujo, tanto por los tejidos como por la costura. Las modelos de Carmina Durán estaban guapísimas peinadas y maquilladas por Alex Jordá.
Marta abrió con dos abrigos de seda cortos ideales de la muerte, uno de damasco amarillo y otro color cereza bordado a mano en hilo de oro, de esos que te pones sobre un vestido sencillo de cóctel y eres la reina de la fiesta.
En primera fila, no perdía detalle Hortensia Herrero con su hija Amparo Roig y su hermana Carolina. Hortensia siempre se pone en manos de Marta cuando tiene una ocasión especial, ya sea la inauguración del Museo de la Seda o la restauración de la Iglesia de San Nicolás. Y tres de sus hijas, Hortensia, Amparo y Juana, eligieron a Marta para diseñar su vestido de novia, cada una con su estilo. De hecho la novia que cerró el desfile, con vestido de tul y encaje de valencie, recordaba un poco al que Marta diseñó para Juana Roig, con metros y metros de tul de seda.
En el desfile estuvo además Mayrén Beneyto, también clienta habitual, y su nuera Eva Marcellán, Carmina García Petit y la científica Pilar Mateo con su hija Jessica, que se casó hace una semana vestida de Marta de Diego, María Sales y su hija María Cosín, Blanca Deya García del Moral, Paloma Valero, Rosa Tort, Carmen Ordóñez y Carmen Domingo.
También el gestor de patrimonio cultural Álvaro Menéndez y clientas y amigas como Francesca Parolaro, Marta Lurbe, María Angeles Perales, Ana Aviñó, Clara Payá, Merche Ventura, Inma Villar, Luz Lleo, Mariel Vivar, Macu Peremach, Nuria Monte, Amparo Boscá y Javier Monedero, que puso los vinos.
“He basado la colección en tejidos nobles y cortes muy técnicos, no había encajes ni bordados, sino un trabajo muy depurado, con mucho nivel y sin grandes opulencias. No es el momento de encajes barrocos. Esa tendencia la está marcando Melania Trump, son trajes sexies pero con tejidos muy nobles y mucha sensualidad”. ¡El mundo es de las que ya hemos cumplido los cincuenta o estamos a punto de hacerlo, chicas!

lunes, 13 de febrero de 2017

Déjà vu

Jueves noche. Palau de les Arts. Estreno de La Traviata. Sobre la alfombra roja desfila la Reina Sofía, el diseñador Valentino (productor de la ópera), la actriz Mónica Bellucci, la eterna Naty Abascal, Cary Lapique, Carlos Fitz-James Stuart, Luís Alfonso de Borbón con su mujer Margarita Vargas, Pia Miller, hermanísima de Marie Chantal Miller, la mujer de Pablo de Grecia, Giancarlo Giammetti, socio de Valentino. Todas ellas de largo y algunos de ellos de esmoquin, como corresponde a un gran estreno operístico.
La escena recordaba aquellos años gloriosos de la Copa América o la Fórmula 1. Más de un pepero debía estar revolviéndose en la silla pensando que le habían usurpado el sitio. El estreno de una ópera es la cita por excelencia de la burguesía y las clases pudientes, esas a las que el campismo sacó de casa antes de meterlas en los juzgados. Y el jueves, justo el día antes de que se dictase sentencia sobre una de las piezas del caso Gurtel, va y se estrena la Traviata en valencia: ¡hace falta tener mala leche!, debió pensar más de un conspicuo campista.
Y allí estaba nuestro querido alcalde, sin corbata pero esta vez con abrigo, como si alguien le hubiese dicho: “Joan, hui has d'anar guapo” y él hubiese rebuscado entre las fotos de Telva para encontrar una alternativa a su odiada corbata. Además de Naty y Cary, de Madrid vino el interiorista Pascua Ortega, la modelo Marta Ortiz, los relaciones públicas Carlos Martorell, María Fitz James, Eugenia Ortiz (hija de Bertín Osborne), Ana Gamazo, la directora adjunta de la revista Hola Belén Junco y Carmen Echevarría, mujer de Roberto Torretta y futura suegra de Marta Ortega (su hijo Carlos Torretta sale con la hija del dueño de Zara desde hace más de un año).
Entre el público valenciano, el presidente de Mercadona Juan Roig con su mujer Hortensia Herrero (con un vestido negro de Etro), el notario Carlos Pascual, Mayrén Beneyto (vestida de azul Klein de Marta de Diego) y Ramón Almazán, Lila Albanozzo (Il baco da setta), la relaciones públicas Rocío Bacharach, Emilia Segura, Menchu Trénor, Mayré Girona, Marisa Martín, José Tamarit y Ana Valero de Chapeau, Fernando Roig y Elena Negueroles, Pilar Trénor, María José Navarro, el doctor Murgui
El despliegue político fue algo más austero que en los tiempos del PP. Además del Alcalde, el president Ximo Puig, que llegó al estreno acompañando a la Reina Sofía, algún que otro conseller y el delegado de Gobierno, Juan Carlos Moragues. Se echó en falta a Mónica Oltra. Ella representa ese nuevo glamour que no acaba de encontrar su sitio en estos saraos burgueses.
También estuvo la diseñadora Marta de Diego, contenta de que por fin un estreno de ópera tenga el rigor que corresponde a un estreno. “Por fin Valencia recupera un poco del glamour perdido durante estos años. Valentino con toda su comitiva le dio nivel al estreno y el hecho de que viniera la Reina todavía más”. Lo peor: que el Alcalde fuese sin corbata. “Me pareció una falta de respeto no solo a los invitados, sino a la orquesta, que está trabajando y van impecáblemente vestidos con traje y corbata”.
La dirección artística es de Sofía Coppola, una pena que no pudiera venir porque está terminando la producción de su última película, una versión de “El seductor” con un reparto femenino de lujo: Nicole Kidman, Kirsten Dunst y Elle Fanning.
La semana que viene el glamour valenciano cogerá el AVE a Madrid. Allí comienza el viernes la Mercedes Benz Fashion Week y el primero en desfilar será Juan Vidal. Ese día también lo hará Montesinos y el sábado Hannibal Laguna. Hasta aquí la representación valenciana en la pasarela madrileña. A ver si la próxima edición conseguimos alguno más.

Album de fotos de Biel Alino para El Mundo

lunes, 8 de febrero de 2016

San Nicolás

Dicen que si vas tres lunes seguidos andando, en absoluto silencio y rezando, desde tu casa a la Iglesia de San Nicolás, se cumple el deseo que hayas pedido. ¡Quieeetas!, que os conozco; no vale pedirse la colección entera de Chapeau. No, tiene que ser un deseo inmaterial, que los santos no están para frivolidades. San Nicolás siempre ha sido una de esas joyas que los valencianos no acabamos de poner en valor. Entrabas y te asombrabas viendo el techo y las paredes, pero todo estaba oscuro, como si le faltase una luz que no podían darle el sol ni las bombillas. Así ha estado durante años, hasta que Hortensia Herrero se preguntó un día si no se podría hacer algo para resaltar esas pinturas. Habló con quien tuvo que hablar y le dijeron que la solución era compleja, que había que restaurar casi todo el templo porque había grietas en el techo por las que se filtraban humedades, cristaleras rotas y la fachada hecha una pena. Hortensia debió de pensar que ya iba siendo hora de que alguien hiciese algo por el bueno de San Nicolás. De eso hace siete años, cuando casó allí a una de sus hijas.
Y se puso manos a la obra. Primero arreglaron la parte arquitectónica y luego las pinturas. Esta semana hemos visto el resultado: la han bautizado como la Capilla Sixtina Valenciana. Y la verdad es que es una pasada. Es como si un modisto coge un vestido de Balenciaga que está muerto de pena en el armario de tu madre, mal planchado y amarillento, te lo arregla, te lo pones y de pronto lo ves con todo el esplendor que tuvo en su día. El jueves, lo más granado de la sociedad valenciana estuvo la Iglesia de San Nicolás para la puesta de largo de la restauración. Allí estuvo nuestro Alcalde Joan Ribó, el delegado de gobierno Juan Carlos Moragues, la directora general de Cultura y Patrimonio Carmen Amoraga, y toda la familia de Hortensia: Juan Roig sus cuatro hijas y yernos; también el arquitecto Carlos Campos y Pilar Roig, responsables de la restauración, el Párroco de la Iglesia Antonio Corbí y el Cardenal y Arzobispo de Valencia Antonio Cañizares. Para la ocasión, Hortensia llevó un traje chaqueta negro de Marta de Diego de crepé de lana italiano combinado con gasa, un conjunto muy de ceremonia que según la diseñadora utiliza para este tipo de celebraciones. Como se suele decir, elegante pero discreto. Vamos, como San Nicolás, que ya lleva ahí siglos siendo lo más elegante de Europa sin hacer ningún tipo de ostentación ni alarde.
Después de la misa, Hortensia invitó a un cóctel cerca de la Iglesia a los más íntimos, como el presidente del Valencia Basket, Vicente Solá, el empresario Miguel Burdeos con su mujer Amparo Andreu, Carmina García Petit, muy amiga de los Roig, Emilia Segura, el joyero Vicente Gracia, la diseñadora Marta de Diego y su socia Pepa Martí, Mayrén Beneyto, María José Albert, María José Navarro, Maríangeles Fayos, del Teatro Olympia, María José Pechuán y Ana Peris, entre otros.
Bueno, pues eso chicas, que la que no haya ido nunca, ya tarda en hacerlo. Vale la pena. Y si eres de las que creen en los milagros de los santos, pues ya sabes. Mañana es lunes, sales de casa y te vas para allí. Ten en cuenta que no puedes hablar con nadie, así es que si te cruzas con el mismísimo Brad Pitt, tú a la tuya, vista al suelo y a caminar. Claro que si en vez de Brad es la típica amiga pesada del colegio, a ver qué haces. Tú callada, y ella dale que te pego, y tú que te vas y ella que te mira como diciendo será estirada la muy pava. Pero da igual, no cedas a la tentación, todo sea porque se cumpla tu deseo. Quien sabe, quizás esta semana el Santo esté más generoso de lo normal.

lunes, 19 de octubre de 2015

Gente excepcional

En el mundillo de la moda abunda eso que ahora llaman postureo y que se podría traducir por aparentar lo que uno no es para dárselas de importante. Por el ejemplo, directoras de revistas de moda famélicas que posan como modelos cada vez que llegan a un desfile o se enfadan como actrices de Hollywood si no las sientas en un lugar privilegiado frente a la pasarela; diseñadores que van de artistas incomprendidos, auto elevados a la categoría de lo divino, que hablan con voz engolada; blogueros de tres al cuarto que alcanzan la fama por calzar tacones mejor que la Reina Letizia; jovencitos espabilados que entienden que por estudiar en Saint Martins y ligarse a un famoso ya pueden ir dando lecciones de estilismo como si fueran la mismísima Coco Chanel … Mucho, mucho posturero.
Pero no todo es tan fatuo. Quien realmente se ha ganado su posición con el esfuerzo y el trabajo bien hecho no necesita aparentar lo que no es, sino más bien al contrario lo que quiere es rodearse de gente que ha andado su mismo camino. La directora de la revista Telva, Olga Ruiz, en la entrega de los Premios en el Palau de les Arts, dijo que ya llevan cinco años de vida reconociendo a “15 auténticos números uno en su profesión, personas con tantos reconocimientos que es imposible nombrarlos, pero que además tienen la humildad de las personas realmente excepcionales.” Vamos que Raphael, Enrique Ponce, Ainhona Arteta, el doctor Baselga, Valentín Fuster o Sara Baras son como los bolsos de Prada o Vuitton, no necesitan aparentar cosa distinta de lo que son. Telva no premia el postureo ni la impostura, sino el valor de Enrique Ponce, la generosidad del Doctor Matesanz y el esfuerzo del equipo femenino de baloncesto. “Gracias a vuestra valentía y determinación nuestra vida es más digna, más hermosa y emocionante”, dijo Olga.
La gala de los Premios Telva fue lo que cualquier “postureista” quisiera que fuese su fiesta: una gala bien hecha, en la que la suma de las partes (decoración, música, invitados, catering, puesta en escena…) dan un todo perfecto. Había clase, estilo, saber estar, la gente estaba a gusto porque todo estaba en su sitio. La decoración de las hermanas Rosana y Lorena Oliver de Araventum fue un regalo para los sentidos: el hall del Palau de les Arts apareció ante nuestros ojos como un invernadero del siglo XIX, romántico y exótico, lleno de plantas tropicales, arcos cubiertos de verde, sillas de forja y candelabros blancos como los de un jardín vintage... hasta los manteles eran de hojas y flores en tonos verdes y blancos. La cena servida por Cocotte fue una delicia, el buffet de postres una perdición, y los gintonics de NGin VLC el remate perfecto.
Nos fuimos a casa con un par de regalos y esa sensación de gratitud por lo bien que Telva y todo su equipo nos había tratado. Los invitados, como podéis imaginar, iban niquelados, pero si no queréis perderos detalle os recomiendo ver la galería de fotos de Telva en su web, ¡hay mucho que cotillear! De todos los vestidos, hay que fijarse en el impresionante Naeem Khan de Paloma Cuevas, cuajado de pedrería y bordados, los negros estilosos de Nuria March, Olga Ruiz o Bárbara Jiménez de la Iglesia, el rojo Valentino de Marta de Diego que llevó María Cosín, el Armani de Rocío Bacharach, el verde de Cristina Blanch, el blanco y negro de Mamen Puchades, el kaftan de Carolina Merino o el Alejandro Resta que llevó Encarna Roig. Alejandro Resta acaba de firmar un contrato para exportar una colección de alta costura a Qatar. Otros, con mucho menos, ya lo hubieran proclamado a los cuatro vientos. Alejandro Resta es otro ejemplo de esfuerzo y trabajo bien hecho, sin postureo.