“Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón” Para empezar, si naces en Barcelona, tu mamá te vestirá moderno tipo Mick Jagger; si naces en Valladolid, clasicón tipo Leonor de Todos los Santos de Borbón Ortiz.
Esta maldita crisis es triste a matar, se te quitan las ganas de salir a la calle, con todas esas tiendas medio vacías, vacías o definitivamente cerradas. Y esos bajos con el cartel de “se alquila” y las lunas del escaparate tapadas con periódicos, que evocan tiempos pasados que, está vez, sin duda fueron mejores.
Afortunadamente, todavía quedan valientes que se atreven a abrir con la que está cayendo. Sin ir más lejos, el viernes se inauguró en Conde Salvatierra 39 una nueva tienda de ropa infantil. Se llama Trasluz y los dueños de la firma tienen pensado abrir hasta 20 franquicias en España antes de final de año. ¡No me digan que no es heroico!
La ropa de Trasluz es clásica pero con un toque sport y más descargado de lo habitual, ya que no utiliza tantas puntillitas, lazos y adornos que pueden resultar excesivos; son patrones clásicos, pero ligeros, con tejidos de calidad –batistas bordadas, algodones-, estampados de siempre –flores, rayas, cuadros vichy- y una buena confección.
Aunque el mercado de ropa de niños está muy saturado, Javier Martínez, el gerente de Trasluz, cree que todavía hay hueco para su firma. “En la moda infantil hay dos tendencias opuestas: el estilo inglés y el estilo europeo”. En Europa, a los niños se les viste imitando a los mayores, con colores apagados, ropa de sport y un estilo minimalista y moderno. Por el contrario, el estilo inglés clásico es el de las niñas con vestidos nidos de abeja, estampados de flores y alguna puntillita que otra. Vamos, el tipo de ropa que le gusta a Doña Leti para vestir a sus niñas.
Para José Vicente Plaza, que trabaja hace años en moda infantil, en España estas dos tendencias están muy diferenciadas: “Exactamente media España –Andalucía, País Vasco, Castilla León- viste con un estilo inglés clásico: buenos tejidos, frunces, tableados, pajaritas, lorzas… Mientras que la otra mitad –sobre todo el Mediterráneo- viste a los niños con ropa cómoda, moderna y deportiva”. Un extremo estaría en Andalucía, donde visten a los niños como repollos, y el opuesto está en Barcelona, con niños roqueros y modernos.
Trasluz se mueve en el segmento medio alto de estilo inglés, compitiendo con Neck & Neck y Nanos. Se parece a Nicoli en que tiene ropa coordinada para todas las edades, hasta los 16 años.
Vamos, que si eres familia numerosa y tus niños son pequeños puedes vestirlos a todos iguales, consiguiendo un “total look” familiar, ¡genial!, pero la ropa Nicoli es más hippie y la de Trasluz, clásica.
De todos modos, el estilo clásico de Trasluz se está poniendo de moda y es una de las tendencias fuertes de la próxima temporada. “Lo british va a ser tendencia, todo el estilo pijo bien entendido va a pegar fuerte, sobre todo a partir del año el que viene”, dice Josevi.
Plaza acaba de llegar de Moscú, donde han desfilado firmas españolas de Asepri –asociación de moda infantil- y cuenta que les ha ido fenomenal. ¿Cómo puede ser que cuando todo el sector va mal la moda infantil abra tiendas? –Pues porque cuando hay crisis, al niño es al último que se le quita nada. “Dentro del consumo familiar, el niño sigue siendo el primero. Puedes suprimir viajes, restaurantes, pero el gasto de los niños, es lo último que eliminas. Además, más de la mitad de la confección de niño es un consumo de regalo. En los cuatro o cinco primeros años a los niños sólo se les regala ropa”, cuenta Plaza.
El interiorismo de la nueva tienda Trasluz es amplio y minimalista. Cuenta Javier Martínez que han pensando más en las madres que en los niños, lo que se traduce en un espacio limpio –como nos gusta a las mamás-, con pocos trastos y un probador grande con taburetes para que las fieras aguanten las interminables sesiones de probador.
En fin, confiemos que cunda el ejemplo de Trasluz, porque una ciudad sin tiendas es como una semana de la moda sin Prada. Aburrida, desangelada y nada excitante. No quiero ni imaginar Poeta Querol sin los escaparates de Loewe, Bulgari y Montblanc. ¿Qué sería de Colón sin Zara, HM o Massimo Dutti? ¿Y de Jorge Juan sin su galería comercial pija? ¡Uff, qué horror, qué aburrimiento más total!
miércoles, 31 de marzo de 2010
jueves, 25 de marzo de 2010
La revolución de las peluquerías
Vivimos tiempos de cambios profundos que afectan a las megaestructuras sociales, políticas y económicas; y una de esas revoluciones de calado, una de las que más nos afecta a todas, es la revolución de las peluquerías. Algunas, las que empezamos a peinar canas -esas hijas del demonio- aún recordamos aquellas peluquerías atiborradas de mujeres con la cabeza llena de rulos, papel de plata o gorro de silicona ¡ay, qué horror! La decoración dejaba bastante que desear y el ruido ensordecedor de los secadores obligaba a hablar a voz en grito sobre el último modelito de la Preysler, ¡aquello parecía una jaula de grillos! Por no hablar del desagradable olor que dejaba el amoniaco de los tintes, las lacas o los líquidos de permanente, ¡uff, uff, uff! Vamos, que ir a la pelos era el plan menos glamouroso del mundo.
Aquello empezó a cambiar conforme íbamos liberándonos de nuestras madres y dejándoles bien claro que nosotras nunca llevaríamos aquellos moños enlacados, ni nos daríamos aquellos tintes de colores imposibles. Fue entonces cuando la decoración de las peluquerías evolucionó hacia el minimalismo y cuando las peluqueras empezaron a vestir con ropa chic. Desapareció la división por sexos y los peluqueros salieron del armario y decidieron mostrar con orgullo su profesión, que había dejado de ser exclusiva de mujeres o de hombres ligera o profundamente amanerados. Eran aquellos tiempos en los que Victoria Abril descolgaba el teléfono de una cabina y pedía auxilio a su peluquero “…Ruper te necesito.”
El final de todo aquello fue que el lavado de pelo se convirtió en un “ritual de belleza” que incluye masajito y mascarilla perfumada. Las peluquerías se empezaron a parecer a bares chillout y los peluqueros mutaron en asesores de imagen.
En Valencia han aterrizado muchas peluquerías de este estilo, como Tony & Guy; Cebado, que acaba de abrir en Cirilo Amorós; o Jacques Dessange, pegadita a Llongueras y Fala Cuartero ¡menudo trío, todas en Conde Salvatierra! Bueno, sin olvidar clásicos como las peluquerías Pascual o Tono Sanmartín.
Sin embargo, la evolución no ha terminado ahí. Ahora, en los albores del siglo XXI, asistimos a una nueva etapa en la revolución peluquera: la peluquería ecológica, representada por los productos Aveda, los preferidos de las actrices de Hollywood.
Las peluquerías que utilizan productos de Aveda se distinguen por su defensa del medio ambiente. Las pinturas de las paredes son ecológicas, los champús están elaborados a base de plantas y los tintes tienen componentes naturales en un 97%, eso que está tan de moda ahora con la coloración Inoa, que acaba de lanzar L’Oreal.
Pues bien, desde hace unos meses, ya tenemos peluquería Aveda en Valencia. Se llama Heisei, está en la calle Pintor Benedito y la ha montado Héctor Alonso, hijo menor de la familia propietaria de las peluquerías Gemis.
Todo empezó hace un año. Héctor descubrió fue a Los Angeles a participar en un concurso de peluquería y se dio cuenta que la mayoría de premiados trabajaban con productos Aveda, así que se puso manos a la obra y no paró hasta conseguirlos. No es fácil, porque la firma no quiere saturar el mercado, sino que prefiere ser selectiva.
Según Hector, la peluquería tiene que evolucionar como la cocina: no es lo mismo ir a tomar unas tapas al bar de la esquina cenar en un tres estrellas Michelín, y el precio tampoco puede ser el mismo, claro.
En Heisei te sirven un té relajante antes de empezar a tocarte el pelo; después de lavarlo, te masajean la cabeza con aceites esenciales y si te has teñido el pelo, un tratamiento incompatible con el masaje de aceite, te regalan un masaje de manos con crema hidratante y toalla caliente, como la que sacan en los restaurantes japoneses.
Más detalles: mientras te lavan el pelo, te aplican otra toalla caliente perfumada en los ojos para relajar la mirada. Para colmo, los tintes llevan muy poco amoniaco y huelen fenomenal, y como la peluquería está llena de velas aromáticas, sales de allí más relajada que un maestro zen.
El masaje desestresante viene fenomenal para recuperarse de la semana fallera y prepararse para Semana Santa. Después del paréntesis fallero, la actividad social vuelve a Valencia. Ayer se presentó en Valencia el Calendario Larios, en la Calle Trinidad Nº10 junto al Convento de la Calle Alboraia. Hubo cocktails, música a cargo de Dj Martinho (del Hotel W Barcelona) y mucho ambientazo.
Aquello empezó a cambiar conforme íbamos liberándonos de nuestras madres y dejándoles bien claro que nosotras nunca llevaríamos aquellos moños enlacados, ni nos daríamos aquellos tintes de colores imposibles. Fue entonces cuando la decoración de las peluquerías evolucionó hacia el minimalismo y cuando las peluqueras empezaron a vestir con ropa chic. Desapareció la división por sexos y los peluqueros salieron del armario y decidieron mostrar con orgullo su profesión, que había dejado de ser exclusiva de mujeres o de hombres ligera o profundamente amanerados. Eran aquellos tiempos en los que Victoria Abril descolgaba el teléfono de una cabina y pedía auxilio a su peluquero “…Ruper te necesito.”
El final de todo aquello fue que el lavado de pelo se convirtió en un “ritual de belleza” que incluye masajito y mascarilla perfumada. Las peluquerías se empezaron a parecer a bares chillout y los peluqueros mutaron en asesores de imagen.
En Valencia han aterrizado muchas peluquerías de este estilo, como Tony & Guy; Cebado, que acaba de abrir en Cirilo Amorós; o Jacques Dessange, pegadita a Llongueras y Fala Cuartero ¡menudo trío, todas en Conde Salvatierra! Bueno, sin olvidar clásicos como las peluquerías Pascual o Tono Sanmartín.
Sin embargo, la evolución no ha terminado ahí. Ahora, en los albores del siglo XXI, asistimos a una nueva etapa en la revolución peluquera: la peluquería ecológica, representada por los productos Aveda, los preferidos de las actrices de Hollywood.
Las peluquerías que utilizan productos de Aveda se distinguen por su defensa del medio ambiente. Las pinturas de las paredes son ecológicas, los champús están elaborados a base de plantas y los tintes tienen componentes naturales en un 97%, eso que está tan de moda ahora con la coloración Inoa, que acaba de lanzar L’Oreal.
Pues bien, desde hace unos meses, ya tenemos peluquería Aveda en Valencia. Se llama Heisei, está en la calle Pintor Benedito y la ha montado Héctor Alonso, hijo menor de la familia propietaria de las peluquerías Gemis.
Todo empezó hace un año. Héctor descubrió fue a Los Angeles a participar en un concurso de peluquería y se dio cuenta que la mayoría de premiados trabajaban con productos Aveda, así que se puso manos a la obra y no paró hasta conseguirlos. No es fácil, porque la firma no quiere saturar el mercado, sino que prefiere ser selectiva.
Según Hector, la peluquería tiene que evolucionar como la cocina: no es lo mismo ir a tomar unas tapas al bar de la esquina cenar en un tres estrellas Michelín, y el precio tampoco puede ser el mismo, claro.
En Heisei te sirven un té relajante antes de empezar a tocarte el pelo; después de lavarlo, te masajean la cabeza con aceites esenciales y si te has teñido el pelo, un tratamiento incompatible con el masaje de aceite, te regalan un masaje de manos con crema hidratante y toalla caliente, como la que sacan en los restaurantes japoneses.
Más detalles: mientras te lavan el pelo, te aplican otra toalla caliente perfumada en los ojos para relajar la mirada. Para colmo, los tintes llevan muy poco amoniaco y huelen fenomenal, y como la peluquería está llena de velas aromáticas, sales de allí más relajada que un maestro zen.
El masaje desestresante viene fenomenal para recuperarse de la semana fallera y prepararse para Semana Santa. Después del paréntesis fallero, la actividad social vuelve a Valencia. Ayer se presentó en Valencia el Calendario Larios, en la Calle Trinidad Nº10 junto al Convento de la Calle Alboraia. Hubo cocktails, música a cargo de Dj Martinho (del Hotel W Barcelona) y mucho ambientazo.
lunes, 22 de marzo de 2010
Unos que vienen, otros que se van...
Dice el director de El Corte Inglés de Nuevo Centro, Juan Solbes, que el perfil del comprador de este centro es mujer, de mediana edad y ama de casa. Una vez al mes va a comprar ropa, normalmente por la mañana y entre semana y va andando con sus piernecitas, nada de coche ni taxi. ¡Toma castaña!, eso es marketing y lo demás discursos de yupi trasnochado.
Ese perfil de compradora encaja como un guante en una mano con la ropa de Luis Rocamora, el tercer diseñador valenciano que abre un corner en el Corte Inglés, y eso no es moco de pavo –los otro son Francis Montesinos y Dolores Cortés-. La ropa de Rocamora estará en Nuevo Centro porque Juan Solbes estuvo en uno de los desfiles del diseñador, invitado por un amigo común, y se dio cuenta de que esa ropa iba a enloquecer a buena parte de sus clientas. Por ahora, Rocamora estará sólo en Nuevo centro: “Eso para empezar –dice Solbes- porque si funciona lo hacemos en el resto de España”.
En la presentación del corner estuvo Dolores Cortés, que vende su ropa en 83 centros del Corte Inglés. Allí dijo una frase que debería hacer pensar a más de uno: “La moda no puede ser sólo un acto de autocomplacencia, no se puede quedar sólo en un taller”. Vamos, que el diseñador no puede vivir sólo de los desfiles, sino que su ropa tiene que venderse y ser un proyecto rentable; o dicho de otra forma, que la ropa debe diseñarse pensando en el público que la va a lucir y no en el ego del diseñador con ínfulas de artista.
Dolores Cortés, dirige una empresa rentable y en plena expansión. Lo suyo es la ropa de baño y cuenta que las brasileñas usan más tanga que las españolas porque no les molesta enseñar culo, mientras que el pecho lo llevan siempre más bien tapadito, al contrario que las valencianas, que no nos importa enseñar canalillo pero preferimos ocultar nuestros contorneados pompis, ¿por qué será?
La ropa de Luís Rocamora es básicamente de fiesta: vestidos de cóctel, abrigos, trajes chaqueta, vestidos largos, la mayoría en sedas naturales y en colores clásicos. Ideal para madrinas de novia y para actos sociales varios.
Rocamora lleva casi treinta años en el mundo de la moda, aunque por su aspecto nadie lo diría, ¡parece un treintañero! Empezó diseñando calzado, pero luego se encaminó hacia el diseño y patronaje en prendas de vestir. Hace nueve años abrió un atelier de alta costura en la calle Linterna.
La colección de pret-a-porter “Luis Rocamora Collection” permite acercar la alta costura a mujeres que tienen el tiempo necesario para un trabajo a medida, pero “sin renunciar a un buen diseño, a una calidad de gama alta y a unos precios razonables que se ajustan a todo tipo de economías”, dice Rocamora.
Otro diseñador valenciano, Javier Villajos (Javier y Javier), está desfilando precisamente hoy en Londres. Participa, por segundo año consecutivo, en la elección de Miss Top Model Reino Unido 2010. El año pasado ya volvió locas a más de una inglesa excéntrica y divina y este año promete volver sin ropa porque se le van a quedar toda.
Aquí, en Valencia, Enrique Lodares hizo un despliegue de maestría y elegancia en su desfile del jueves en su taller de la Calle la Paz. Con música flamenca, habaneras, boleros y todo un repertorio de los cincuenta, cautivo al público. Mayrén Beneyto aplaudía y asentía con la mirada cada diseño. Pero no era la única. Vamos, que cayeron a los pies de Lodares, sobre todo después de ver el impresionante vestido largo que cerró el desfile ¡uff, uff, uff!
Unos abren, otros cierran. Como diría Julio Iglesias: “…unos que vienen, otros que se van…” El caso es que esta semana ha cerrado Tonuca ha cerrado esta semana su taller y su tienda, cosas de esta endemoniada crisis que castiga a unos más que a otros. En fin, una lástima porque Tonuca es uno de los baluartes de la moda valenciana.
Y quien abre es Salvatorre Ferragamo, la casa italiana de los zapatos exclusivos. Abrirá en Poeta Querol, en el bajo que ocupaba Loewe mujer. Lo mejor de la casa es el modelo “Vara”, un zapato cerrado, de punta redondeada, con tacón bajo, lazo de gros-grain y placa dorada con el logo de Ferragamo.
Ese perfil de compradora encaja como un guante en una mano con la ropa de Luis Rocamora, el tercer diseñador valenciano que abre un corner en el Corte Inglés, y eso no es moco de pavo –los otro son Francis Montesinos y Dolores Cortés-. La ropa de Rocamora estará en Nuevo Centro porque Juan Solbes estuvo en uno de los desfiles del diseñador, invitado por un amigo común, y se dio cuenta de que esa ropa iba a enloquecer a buena parte de sus clientas. Por ahora, Rocamora estará sólo en Nuevo centro: “Eso para empezar –dice Solbes- porque si funciona lo hacemos en el resto de España”.
En la presentación del corner estuvo Dolores Cortés, que vende su ropa en 83 centros del Corte Inglés. Allí dijo una frase que debería hacer pensar a más de uno: “La moda no puede ser sólo un acto de autocomplacencia, no se puede quedar sólo en un taller”. Vamos, que el diseñador no puede vivir sólo de los desfiles, sino que su ropa tiene que venderse y ser un proyecto rentable; o dicho de otra forma, que la ropa debe diseñarse pensando en el público que la va a lucir y no en el ego del diseñador con ínfulas de artista.
Dolores Cortés, dirige una empresa rentable y en plena expansión. Lo suyo es la ropa de baño y cuenta que las brasileñas usan más tanga que las españolas porque no les molesta enseñar culo, mientras que el pecho lo llevan siempre más bien tapadito, al contrario que las valencianas, que no nos importa enseñar canalillo pero preferimos ocultar nuestros contorneados pompis, ¿por qué será?
La ropa de Luís Rocamora es básicamente de fiesta: vestidos de cóctel, abrigos, trajes chaqueta, vestidos largos, la mayoría en sedas naturales y en colores clásicos. Ideal para madrinas de novia y para actos sociales varios.
Rocamora lleva casi treinta años en el mundo de la moda, aunque por su aspecto nadie lo diría, ¡parece un treintañero! Empezó diseñando calzado, pero luego se encaminó hacia el diseño y patronaje en prendas de vestir. Hace nueve años abrió un atelier de alta costura en la calle Linterna.
La colección de pret-a-porter “Luis Rocamora Collection” permite acercar la alta costura a mujeres que tienen el tiempo necesario para un trabajo a medida, pero “sin renunciar a un buen diseño, a una calidad de gama alta y a unos precios razonables que se ajustan a todo tipo de economías”, dice Rocamora.
Otro diseñador valenciano, Javier Villajos (Javier y Javier), está desfilando precisamente hoy en Londres. Participa, por segundo año consecutivo, en la elección de Miss Top Model Reino Unido 2010. El año pasado ya volvió locas a más de una inglesa excéntrica y divina y este año promete volver sin ropa porque se le van a quedar toda.
Aquí, en Valencia, Enrique Lodares hizo un despliegue de maestría y elegancia en su desfile del jueves en su taller de la Calle la Paz. Con música flamenca, habaneras, boleros y todo un repertorio de los cincuenta, cautivo al público. Mayrén Beneyto aplaudía y asentía con la mirada cada diseño. Pero no era la única. Vamos, que cayeron a los pies de Lodares, sobre todo después de ver el impresionante vestido largo que cerró el desfile ¡uff, uff, uff!
Unos abren, otros cierran. Como diría Julio Iglesias: “…unos que vienen, otros que se van…” El caso es que esta semana ha cerrado Tonuca ha cerrado esta semana su taller y su tienda, cosas de esta endemoniada crisis que castiga a unos más que a otros. En fin, una lástima porque Tonuca es uno de los baluartes de la moda valenciana.
Y quien abre es Salvatorre Ferragamo, la casa italiana de los zapatos exclusivos. Abrirá en Poeta Querol, en el bajo que ocupaba Loewe mujer. Lo mejor de la casa es el modelo “Vara”, un zapato cerrado, de punta redondeada, con tacón bajo, lazo de gros-grain y placa dorada con el logo de Ferragamo.
miércoles, 10 de marzo de 2010
La arruga el bella… ¡y una porra!
Odio, odio, odio a Sandra Bullock, a Penelope Cruz y a Angelina Jolie; las odio a las tres porque van por la vida luciendo las mismas piernas, el mismo pecho, el mismo pompis y la misma cara desde hace veinte años. Y mientras, el resto de las mortales nos encaramos cada dos por tres al espejo y aceptamos con resignación nuestra condena a convivir de por vida con la flacidez, las canas y las arrugas. Y digo yo, si eres famosa, rica y guapa; si con tu mera presencia eres capaz de rendir a un ejército de hombres; si los modistos y diseñadores de medio mundo te persiguen para que luzcas sus modelos, ¿qué endemoniada necesidad tienes de operarte mil veces para parecer eternamente joven?; ¿a qué ese ensañamiento con el resto de las mortales?
Claro que puestas a odiar, a la que más odio es a Meryl Streep; ¡sesenta años que tiene la tía y, mírala, parece una treintañera capaz de enloquecer al mismísimo Jon Kortajarena, que podría ser su hijo!
Alguien debería sacar una ley que prohibiese a las famosas operarse para que todo el mundo viese como se llenan de canas y de arrugas, mientras las demás nos atiborramos a botox y parecemos más jóvenes que ellas; esa sería una buena forma de compensar las injusticias de este mundo.
A la espera de esa ley que nunca llegará, lo que nos queda a las cuarentonas mundanas es rebanarnos los sesos para decidir entre no hacer nada y confiar en aquel viejo dicho que nadie se cree de que “la arruga es bella”, o someterse un tratamiento de rejuvenecimiento. Y la que opte por el tratamiento aún tendrá que elegir entre el botox, la mesoterapia, los ultrasonidos, el quirófano, el peeling o el suicidio colectivo.
El último invento que han sacado es la electroestimulación facial, un aparatito que ejercita los músculos de la cara y promete recuperar el contorno caído y levantar los pómulos en ocho semanas. En fin, que para el verano puedes lucir más lozana, fresca y juvenil que Doña Leti…
Fíjate lo que son las cosas, que la gimnasia facial es exactamente lo contrario al botox, que paraliza los músculos. De hecho las instrucciones del aparatito dicen que no funcionará en los músculos relajados por el botox. Vamos, que tienes que elegir, o una o otra.
Yo a estas alturas ya no sé que pensar. Llamo a mi asesora de estética, Ursula Sopena, a ver si me saca de dudas y me dice que tenga cuidado con esos aparatos caseros, que una clienta suya casi se quema la piel con uno de luz pulsada, ¡uff, uff, uff! Ella me recomienda unas inyecciones de colágeno, vitaminas y ácido hialurónico.
Para terminar de complicarlo, esta semana me envían una muestra de una cápsula de rejuvenecimiento. A punto estuve de tomármela sin leer las instrucciones, que decían claramente que el contenido de la cápsula era ¡veneno de serpiente! y que no había que ingerirlo, sino mezclarlo con la crema hidratante. ¡Glups! El veneno de vívora tiene un efecto similar al botox, relaja los músculos y paraliza las contracciones musculares.
Definitivamente, elegir la ropa de la temporada es mucho más sencillo que escoger un tratamiento, así que opto por ir de compras. Afortunadamente, la semana que viene hay un montón de excusas para salir de tiendas y olvidarse de las arrugas. El lunes abre nueva tienda Begoña Buqué, en Grabador Esteve, con ropa muy juvenil y desenfadada, muy de su estilo.
El jueves, ración doble: por la tarde, desfile de Enrique Lodares en su estudio de la calle la Paz y por la noche ¡tachán, tachán! Noche abierta de la tienda de Sfera de Colón 1. No sólo estará abierta de 10 a 12 de la noche, una hora estupenda para ir de compras, sino que además toda la colección de verano ¡toda! Tendrá un veinte por ciento de descuento. Además, habrá fiesta con DJ, jamoncito del bueno y hasta actores de l'Alqueria Blanca Iris Lezcano (Anitin) y Alex Gadea (Diego, el hijo de Blay).
Ah, bueno! Y Marta de Diego ha sacado una nueva línea Demi-Couture que te permite lucir un modelito a medida por la mitad de presupuesto y, por si fuera poco, el viernes Luís Rocamora inaugura un nuevo espacio en El Corte Inglés de Nuevo Centro. El tratamiento contra las arrugas, lo dejaremos para otra semana.
Claro que puestas a odiar, a la que más odio es a Meryl Streep; ¡sesenta años que tiene la tía y, mírala, parece una treintañera capaz de enloquecer al mismísimo Jon Kortajarena, que podría ser su hijo!
Alguien debería sacar una ley que prohibiese a las famosas operarse para que todo el mundo viese como se llenan de canas y de arrugas, mientras las demás nos atiborramos a botox y parecemos más jóvenes que ellas; esa sería una buena forma de compensar las injusticias de este mundo.
A la espera de esa ley que nunca llegará, lo que nos queda a las cuarentonas mundanas es rebanarnos los sesos para decidir entre no hacer nada y confiar en aquel viejo dicho que nadie se cree de que “la arruga es bella”, o someterse un tratamiento de rejuvenecimiento. Y la que opte por el tratamiento aún tendrá que elegir entre el botox, la mesoterapia, los ultrasonidos, el quirófano, el peeling o el suicidio colectivo.
El último invento que han sacado es la electroestimulación facial, un aparatito que ejercita los músculos de la cara y promete recuperar el contorno caído y levantar los pómulos en ocho semanas. En fin, que para el verano puedes lucir más lozana, fresca y juvenil que Doña Leti…
Fíjate lo que son las cosas, que la gimnasia facial es exactamente lo contrario al botox, que paraliza los músculos. De hecho las instrucciones del aparatito dicen que no funcionará en los músculos relajados por el botox. Vamos, que tienes que elegir, o una o otra.
Yo a estas alturas ya no sé que pensar. Llamo a mi asesora de estética, Ursula Sopena, a ver si me saca de dudas y me dice que tenga cuidado con esos aparatos caseros, que una clienta suya casi se quema la piel con uno de luz pulsada, ¡uff, uff, uff! Ella me recomienda unas inyecciones de colágeno, vitaminas y ácido hialurónico.
Para terminar de complicarlo, esta semana me envían una muestra de una cápsula de rejuvenecimiento. A punto estuve de tomármela sin leer las instrucciones, que decían claramente que el contenido de la cápsula era ¡veneno de serpiente! y que no había que ingerirlo, sino mezclarlo con la crema hidratante. ¡Glups! El veneno de vívora tiene un efecto similar al botox, relaja los músculos y paraliza las contracciones musculares.
Definitivamente, elegir la ropa de la temporada es mucho más sencillo que escoger un tratamiento, así que opto por ir de compras. Afortunadamente, la semana que viene hay un montón de excusas para salir de tiendas y olvidarse de las arrugas. El lunes abre nueva tienda Begoña Buqué, en Grabador Esteve, con ropa muy juvenil y desenfadada, muy de su estilo.
El jueves, ración doble: por la tarde, desfile de Enrique Lodares en su estudio de la calle la Paz y por la noche ¡tachán, tachán! Noche abierta de la tienda de Sfera de Colón 1. No sólo estará abierta de 10 a 12 de la noche, una hora estupenda para ir de compras, sino que además toda la colección de verano ¡toda! Tendrá un veinte por ciento de descuento. Además, habrá fiesta con DJ, jamoncito del bueno y hasta actores de l'Alqueria Blanca Iris Lezcano (Anitin) y Alex Gadea (Diego, el hijo de Blay).
Ah, bueno! Y Marta de Diego ha sacado una nueva línea Demi-Couture que te permite lucir un modelito a medida por la mitad de presupuesto y, por si fuera poco, el viernes Luís Rocamora inaugura un nuevo espacio en El Corte Inglés de Nuevo Centro. El tratamiento contra las arrugas, lo dejaremos para otra semana.
miércoles, 3 de marzo de 2010
Moddos contra Cobra
Si no quieres que tu hijo llegue a ser un tipo soez y desagradable como John Cobra, tienes que enseñarle algo más que el uso del genitivo sajón y la función de la fotosíntesis. La buena educación consiste en hacer la vida agradable a los demás, cosa que al bueno de Cobra debe sonarle a física quántica.
Los modales se están perdiendo, si es que no se han perdido ya del todo; y como muestra, basta subir un día en el metro para darse cuenta de que ya nadie, con menos de treinta años, cede el asiento a quien lo necesita. El uso del usted se va perdiendo víctima de ese absurdo progresismo que trata de erradicar cualquier síntoma de autoridad.
Y el caso es que de esto en los colegios se habla poco, y en las televisiones aún menos, así que si queremos frenar este proceso infame de entronización de la vulgaridad tendremos que hacer algo entre todos.
Ser educado no es sólo leer historia y ver documentales, pasa también por saber comportarse, vestirse adecuadamente para cada ocasión, saber maquillarse, atender bien a tus invitados, tener buena conversación y, sobre todo, hacer la vida agradable a los demás. El buen gusto y los modales también son educación.
Recuerdo que el año pasado un grupo de chicas del Colegio Cumbres participaron en el programa “Pure fashion” en el que aprendían a maquillarse, a vestirse, a caminar, a comer, a comunicarse adecuadamente y valorar su físico aunque no tuvieran las medidas de una top.
Una cosa buena tienen los chicos de Moddos, ese club pijo tan criticado: cada semana organizan cursos para que sus socios aprendan. Por ejemplo, se trajeron a Valencia al prestigioso chef Koldo Royo, que dio un curso sobre tapas. Luego organizaron otro curso para que los niños aprendieran a preparar galletas decoradas y la semana que viene han preparado otro sobre piedras preciosas.
La semana que vienen han organizado otro para sobre piedras preciosas. El curso será en el Hotel Westin –mono a más no poder- y allí los hermanos Jordán, fabricantes de joyas, enseñarán a distinguir un zafiro de un rubí, a conocer las características de un diamante o a aprender qué es exactamente un brillante.
El siguiente curso será una cata de champagne Möet & Chandon, que se celebrará en el Studio Montañana. Un enólogo de la casa francesa, Xavier Monclús, explicará todos los matices y características de los champagne de la firma: brut imperial, brut Rose, Gran Vintage y Gran Vintage Rose.
A los intelectuales progresistas, anclados en el antifranquismo de los sesenta, seguro que les parece burgués, carca y casposo hablar de la diferencia entre un zafiro y un rubí. A ellos lo que les va es hablar de las profundas diferencias que hay entre Serrat de Aute, pero ellos lo hacen porque en los setenta lo suyo era ir desaliñado y un poco guarro; eso era una muestra de protesta ante la burguesía franquista. Pero ahora todo eso ya pasó y va siendo hora de que volvamos a aprender a hacer galletas.
Afortunadamente, los cursos de Moddos no son los únicos. Giorgio Armani ha organizado un curso de maquillaje en el Corte Inglés de Pintor Sorolla. Hasta el 6 de marzo, se puede pedir hora comprando un par de productos de maquillaje. El curso dura dos horas y lo dan maquilladores de la firma, que enseñan a iluminar la tez apagada, corregir imperfecciones, conseguir una mirada intensa y sensual, hacer los famosos “smoky eyes"...
El curso de maquillaje viene bien porque se acercan los meses de bodas, bautizos y comuniones. Mi asesora de estética dice que ahora es cuando se empiezan los tratamientos corporales y cuando se acerca mayo, los faciales.
Y hablando de tratamientos, la semana que viene se inaugura en Valencia un nuevo centro de estética en la Calle Sorní, se llama Sorní 29 y se trae una nueva línea de cosméticos llamado Cosmocéuticos, un tratamiento antiedad para rejuvenecer la piel mediante principios activos. Dicen que es la cápsula de la eterna juventud, un lifting natural sin inyecciones, con resultados inmediatos y sin fecha de caducidad. Yo hasta que no lo vea, no lo creo, pero por si acaso habrá que probar.
Los modales se están perdiendo, si es que no se han perdido ya del todo; y como muestra, basta subir un día en el metro para darse cuenta de que ya nadie, con menos de treinta años, cede el asiento a quien lo necesita. El uso del usted se va perdiendo víctima de ese absurdo progresismo que trata de erradicar cualquier síntoma de autoridad.
Y el caso es que de esto en los colegios se habla poco, y en las televisiones aún menos, así que si queremos frenar este proceso infame de entronización de la vulgaridad tendremos que hacer algo entre todos.
Ser educado no es sólo leer historia y ver documentales, pasa también por saber comportarse, vestirse adecuadamente para cada ocasión, saber maquillarse, atender bien a tus invitados, tener buena conversación y, sobre todo, hacer la vida agradable a los demás. El buen gusto y los modales también son educación.
Recuerdo que el año pasado un grupo de chicas del Colegio Cumbres participaron en el programa “Pure fashion” en el que aprendían a maquillarse, a vestirse, a caminar, a comer, a comunicarse adecuadamente y valorar su físico aunque no tuvieran las medidas de una top.
Una cosa buena tienen los chicos de Moddos, ese club pijo tan criticado: cada semana organizan cursos para que sus socios aprendan. Por ejemplo, se trajeron a Valencia al prestigioso chef Koldo Royo, que dio un curso sobre tapas. Luego organizaron otro curso para que los niños aprendieran a preparar galletas decoradas y la semana que viene han preparado otro sobre piedras preciosas.
La semana que vienen han organizado otro para sobre piedras preciosas. El curso será en el Hotel Westin –mono a más no poder- y allí los hermanos Jordán, fabricantes de joyas, enseñarán a distinguir un zafiro de un rubí, a conocer las características de un diamante o a aprender qué es exactamente un brillante.
El siguiente curso será una cata de champagne Möet & Chandon, que se celebrará en el Studio Montañana. Un enólogo de la casa francesa, Xavier Monclús, explicará todos los matices y características de los champagne de la firma: brut imperial, brut Rose, Gran Vintage y Gran Vintage Rose.
A los intelectuales progresistas, anclados en el antifranquismo de los sesenta, seguro que les parece burgués, carca y casposo hablar de la diferencia entre un zafiro y un rubí. A ellos lo que les va es hablar de las profundas diferencias que hay entre Serrat de Aute, pero ellos lo hacen porque en los setenta lo suyo era ir desaliñado y un poco guarro; eso era una muestra de protesta ante la burguesía franquista. Pero ahora todo eso ya pasó y va siendo hora de que volvamos a aprender a hacer galletas.
Afortunadamente, los cursos de Moddos no son los únicos. Giorgio Armani ha organizado un curso de maquillaje en el Corte Inglés de Pintor Sorolla. Hasta el 6 de marzo, se puede pedir hora comprando un par de productos de maquillaje. El curso dura dos horas y lo dan maquilladores de la firma, que enseñan a iluminar la tez apagada, corregir imperfecciones, conseguir una mirada intensa y sensual, hacer los famosos “smoky eyes"...
El curso de maquillaje viene bien porque se acercan los meses de bodas, bautizos y comuniones. Mi asesora de estética dice que ahora es cuando se empiezan los tratamientos corporales y cuando se acerca mayo, los faciales.
Y hablando de tratamientos, la semana que viene se inaugura en Valencia un nuevo centro de estética en la Calle Sorní, se llama Sorní 29 y se trae una nueva línea de cosméticos llamado Cosmocéuticos, un tratamiento antiedad para rejuvenecer la piel mediante principios activos. Dicen que es la cápsula de la eterna juventud, un lifting natural sin inyecciones, con resultados inmediatos y sin fecha de caducidad. Yo hasta que no lo vea, no lo creo, pero por si acaso habrá que probar.
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