A lo largo de la vida hay pocas ocasiones en las que una es la
protagonista de una fiesta ceremoniosa. En realidad hay tres o cuatro: tu
comunión, tu boda, la comunión de tus hijos y la boda de tus hijos. Queda una
quinta, como decían en “Cuatro bodas y un funeral”, pero de esa mejor no hablar porque es la de tu último
adiós y no estarás para juergas. Así es que de las cuatro ceremonias que nos
reserva la vida, la mayoría ya nos hemos chupado dos y al paso que van cosas es
muy probable que nuestros hijos no nos den la oportunidad de disfrutar la
cuarta, porque muchos de ellos nunca se casarán y si lo hacen será con menos
boato del que le pusimos nosotras. Vamos, que el que no decida vivir
permanentemente en el pecado, se casará cuando ya lleve años conviviendo con su
pareja y su boda consista en poco más que una comida familiar.
Sé que esto es una comida de tarro, pero qué queréis que os diga, me la
dijo una amiga hace un par de semanas y desde entonces no me la quito de la
cabeza cada vez que alguien me habla de la comunión de alguno de sus hijos.
Moraleja: si tienes algún hijo que vaya a tomar la comunión, echa la casa por
la ventana y vive el día intensamente, que probablemente sea la última
ceremonia de tu vida en la que tengas cierto protagonismo.
La parte más frívola de todo este lío es que se nos acaban las excusas
para ponerle especial interés a comprar un vestido, unos zapatos o para
atrevernos a salir de casa con un tocado. No sé, quizás por eso esté tan de
moda celebrar las bodas de plata.
Estos días muchas tiendas de Valencia organizan saraos para enseñar sus
colecciones de ceremonia. El jueves lo hizo VM The Shop, la tienda de Verónica
Montijano y José Luis Vilanova. La fiesta fue en la terraza del Hospes Palau de
la Mar, un hotel prácticamente desconocido hasta
hace poco, al que su directora Patricia García está empezando a abrir a la
sociedad valenciana.
En el cóctel, dos modelos jovencísimas, Cristina Duato y
Araya Frasquet, desfilaron con vestidos de fiesta Beatriz de la Cámara, tocados
del genial Philip Treacy, joyas de la sevillana Rocío Porres y los famosos
zapatos manolos. Vamos, el estilismo perfecto para triunfar en una ceremonia.
Entre las invitadas, Esther Barrera y Alejandro Cerdá, Esther
Simó con Mimi Puigmoltó, Liana Rios, Pilar Devesa y Mara Teresa Monzonis,
Carmen Topete, Ana García Bernia y Nuria Vilagrasa, Pilar Lucas, Rosa Córdoba,
Angeles Pascual y Jorge García, Ramón Puchades, María Cosín y Gonzalo García
Miranda, Belén Gonzalez Barranca y Fernando Pascual, Amparo Lacomba, el grupito
de Ana Brugger, Rocío Andrés, Carla Peiro y María González, Silvia Alonso y
Rafa Aleixandre, Amparo Ortuño, Amparo y Ana Barrachina. Y las estilosas Silvia
Escolá, Cuchita Lluch, Esperanza Vila, Juana Camps y Beatriz Pechuán.
Al cóctel fueron señoras estupendísimas como Elvira Catalá y Magui
Alonso, Mai Noguera, Rocío Bacharach y señores tan elegantes como el sastre
Antonio Puebla, Pedro García Mocholí, el periodista Carlos García Calvo, el
diseñador Valentín Herráiz, Alberto Martínez, de Cul de Sac... También estuvo
Yolanda Fitera y la bloguera Macarena Gea, José Moreno de Armando Martínez,
Maite Sebastiá, de Telva, y Reyes Hellín, que distribuye los tocados de Philip Treacy en España
Se nota que Verónica y José Luis vienen del diseño porque
no podía estar todo más cuidado: la música, el incienso perfumado, vinito
Novavila y champagne, las mesas con bodegones de fruta, flores de Rovi, zapatos
de Manolo Blahnik y detalles decorativos, el catering de Bárbara Amorós y hasta
los corners con delicatessen de Deli Delit y jamoncito de Manglano.
La sorpresa de la fiesta fue la máquina smile you, un
invento que distribuye Lola Narvaéz y que es como un fotomatón de diseño retro
donde posas como una famosa y tienes tu foto al instante.