Esto de las copias es peor que una maldición gitana. Vayas a la tienda que vayas, te encuentras con los mismos modelitos: que si una versión más o menos apañada de los vestidos de Chloé; que si otra camisola de seda con estampado sospechosamente parecido a los de Pucci (no confundir con Gucci, por favor); que si un maxibolso que parece, -esta vez sin disimulo- calcado del original; el inevitable abrigo con manguita abullonada estilo Burberry; los minishorts, los zapatos de cuña, los vestidos de colores ácidos… ¡ah! Y los leggins, por supuesto, que no hay tienda que no tenga un par de ellos en todos los colores….
Total, que vestir con ropa original y distinta a la de los demás, es cada día más difícil. Que las copias (perdón, influencias) campen a sus anchas tiene la ventaja de que puedes vestir a la moda sin dejarte un sueldo en cada compra. Lo peor es que acabas hasta las narices del vestidito sesentero, de la blusa con pechera y hasta del maxibolso de piel…
¿Se puede vestir con ropa original distinta a la que llevan todos? Pues sí, se puede. Sólo hay que salirse de las tiendas “¿dónde va la gente? -donde va Vicente” y descubrir otras nuevas con diseños originales y eso que ahora los modernos llaman “rollo” (tener rollo es ser chic, vamos, el equivalente al guay de toda la vida). En Valencia cada vez tenemos más tiendas alternativas para gente inconformista que no quiere vestir como todos, tiendas muy del estilo a las del barrio Chueca en Madrid.
Por ejemplo, el nuevo espacio-taller de Noelia Navarro (calle Pizarro 1, 12ª). La diseñadora, que ya vende su ropa en Valencia en Pin Up (Bolsería), inauguró la semana pasada su nuevo espacio NONA, donde puedes probarte –y comprar- su colección de verano, encargar un vestido de novia juvenil o pedir ese modelito exclusivo que nadie más que tú llevará. Las colecciones de Noelia tienen mucho colorido y siempre tienen un toque sorprendente: un pespunte por aquí, un frunce por allá, un dibujo con curvas. Los tejidos son frescos y cómodos: piqués, algodones, tules. Merece la pena pasarse por la tienda (aunque el portal esté cerrado, en el estudio siempre hay alguien) y probarse las camisetas con adornos de flores, los vestidos de tirantes, los shorts bombachos o las faldas de piqué en rojo y verde. El espacio NONA promete ser un sitio multiactividades: la diseñadora ya está pensando en organizar un mercadillo los domingos para vender a saldo colecciones de otros años.
Segunda inauguración de la semana: la nueva tienda de Mi Talón de Aquiles. Ya tenían otra en la calle Cuenca y ahora han abierto en Cirilo Amorós 82. Para la ocasión, organizaron un desfile el viernes en el Mercado de Colón, donde seleccionaron ropa de sus firmas habituales: Sybilla para Jocomomola, 2 de Josep Font, Julie Sohn, TCN, Monoplaza, Saga, Turnover…. Lo mejor de la tienda es su apuesta por nuevas firmas, como la danesa Whiite o la holandesa Turnover, las dos con ropa juvenil pero apta para todas las edades, de diseño fresco y moderno, como casi todo lo que viene del norte. La selección de firmas españolas también sigue un criterio coherente: Julie Sohn y la segunda línea de Font. Joseph Font es uno de los pocos españoles que desfila en París y su segunda línea tiene tanta fantasía y romanticismo como la primera. Más fichajes de Mi Talón de Aquiles: la bisutería de Sonia Despujol (quien, además, suele estar en la tienda); la piel de Saga Ibáñez, lavada y teñida de colores poco habituales como el azulón, naranja o verde y los bolsos con un punto alternativo de la parisina Catherine Parra (ideales los de niña). ¡Ah! Y no venden ni una sola copia.