domingo, 24 de enero de 2016

Más arte y menos modelitos

La moda no está de moda, al menos no en Valencia. Hace unos años era la reina indiscutible de nuestra vida social; ¡qué tiempos aquellos!, Hermés invitó un día a un cóctel sólo para enseñar su nuevo escaparate. Aquello nos sorprendió menos entonces que ahora, porque aún siendo innovador, formaba parte de un estilo de vida en la ciudad. Las tiendas invertían en saraos y la sociedad respondía, para algo éramos los reyes de la Fórmula 1. La crisis fue poco a poco acabando con los cócteles, al principio las tiendas se resistieron, quizás porque creían que las golondrinas volverían pronto a sus escaparates, pero pasaban los años y ni golondrinas, ni gaviotas, ni estorninos, allí no volvía nada. Y el AVE, que quizás haya hecho más mal que bien a las tiendas caras, porque ahora las valencianas con posibles van allí a comprar, y las madrileñas vienen aquí a la paella y a la playa, pero no a comprarse bolsos.
Para colmo de males la Valencia Fashion Week acabó como era de prever, como el Rosario de la Aurora. El caso es que la moda fue cediendo un espacio que durante algún tiempo cubrió la gastronomía, los saraos ya no se hacían para ver modelos, sino para comer bien. Cuchita Lluch, con su Academia Valenciana de Gastronomía, tuvo mucho que ver en esto. Pero ella se enamoró de Juan Echanove y se fue a vivir a Madrid, así es que la vida social volvió a quedarse más sola que Mariano Rajoy en la puerta de la Zarzuela. Por no haber, estos meses no hemos tenido ni un bodorrio de apellidos ilustres.
Puede que haya una solución: las exposiciones de arte, que van mucho más con los nuevos tiempos políticos. La cultura puede que tome el relevo a la moda y la gastronomía y acabe siendo la nueva excusa para hacer vida social y de paso estrenar modelito, que no al revés, no vayan a decirnos que somos un producto de la vieja vida de castas y privilegios. El miércoles, el traumatólogo Rafael Llombart expuso toda su colección de pintura en DeWall, un espacio muy chulo en el Portal de Valldigna. La colección de Llombart es importante, hay obra de Julio Le Parc, Jorge Galindo, Miquel Navarro, Soledad Sevilla, Antoni Tàpies, Carmen Calvo, Javier Chapa, Jordi Teixidor, José Mª Yturralde, Sanleón, Abraham Lacalle o Jose Mª Sicilia entre otros. A la que no le suenen estos nombres y sí el de Prada o Marni tiene un problema. No puede plantarse en uno de esos saraos y quedarse mirando el cuadro sin tener otra cosa que decir que un comentario sobre el bolso que lleva la de al lado. Tendremos que ponernos al día en arte, sobre todo valenciano contemporáneo. Imagínate que un día te invitan a una de estas cosas y te presentan a Mónica Oltra, ¡demonios, no vas a hablarle a ella de las rebajas de Loewe!
El cóctel de inauguración fue de lo más exquisito. Jamoncito del bueno, vino, quesos, música agradable y el número de invitados justo para no sentirte agobiado ni desangelado, entre ellos Carmen Amoraga, directora general de Cultura, junto a Salva Broseta, Felipe Garín, el arquitecto Nacho Campos propietario de deWALL, Pedro Spuche, Carlos González, Paloma Domínguez, Javier Campos, Francisco Bañuls, Salvador Cebriá, José Mª Boluda y Carlos Verdú, el sastre Antonio Puebla y muchos socios del Club Moddos, como Mª Dolores Enguix y Marcelo Soto, el joyero Guillermo Martorell, el Doctor Juan Antonio Murgui, Silvia Peña, Encarna Roig, Lila Albanozzo, los joyeros Antonio y Pablo Jordán, Cristina y Julia Martínez y Amelia Delhom, de lo más estilizada.
La exposición se podrá ver hasta final de mes, al igual que la del pintor Basilio Fernández, que expone estos días en el Palau de Pineda, en la Plaça del Carme, “La búsqueda de lo vivido”.

lunes, 18 de enero de 2016

Vuelven los futbolines

Las cosas están cambiando, vuelve lo grunge, lo descuidado, que no te preocupe tu imagen, o al menos que nadie note que te preocupa. Eso de la imagen es cosa de burgueses, la gente, los pueblos, tienen otras cosas en que ocupar su tiempo. Liberémonos de las ataduras de las grandes multinacionales que nos tienen oprimidas con sus cánones de belleza, para que los burgueses se forren a costa de nosotras, las mujeres y hombres, el pueblo, los trabajadores. Nos tienen oprimidas y acomplejadas, siempre nos veremos feas, porque ellos siempre nos pedirán más: más joven, más delgada, con más pómulos, con más labios… ¡Basta ya, compañeras!, los rastas han llegado al Congreso, a Rajoy por poco le da un síncope y a Celia Villalobos le picaba todo el cuerpo, eso les pasa por burgueses.
La gente, nosotras, tú y yo, no tenemos porqué quedar ojipláticas ante unas melenas apelmazadas por el polvo y la mugre. Es el momento de cambiar las cosas, volver a lucha de los pueblos, “nunca más un país sin sus gentes” y la gente va desaliñada porque lo contrario es ser, sin saberlo, víctima de una casta opresora que quiere vernos a todas maquilladas y a todos con corbatas.
Ha llegado la hora de quemar nuestro fondo de armario… ¡Ay, no, el bolso de Prada no!, ¿cómo que no?, eso lo primero, ¡burguesa, más que burguesa!; y esta falda de Miu Miu, ¿qué hace aquí todavía?, ¡al contenedor, ese su sitio!, ni que fueses una baronesa opresora de la gente. No, entiéndelo, tú eres gente y la gente va con vaqueros sin marca, zapatillas y camisolas. Se han acabado los cocteles elegantes en los que lucíamos nuestras últimas sesiones de botox en chill outs con canapés de diseño, ahora lo suyo es volver a los futbolines y los billares, a la birra y a los bocatas de calamares. Desterrad los tacones de aguja y desempolvad las botas rancheras y los vaqueros zaparrastrosos. Ya nos estoy viendo, taco de billar en mano, postura provocativa y culo respingón, mientras le damos un toque a la bola después de mirar con ojos desafiantes al contrincante.
Las que quieran ponerse al día con el billar y el futbolín tienen que pasar por el bar billar Bulebú, en el camino de Moncada. Es una mezcla entre club de billar americano y bar de toda la vida. Se inauguró este jueves con música en directo, cervezas, y tapas tradicionales como la ensaladilla. Lo mejor, la versión valenciana del hot dog. Se llama Gosset calentet y es un pepito de pan de agua con longaniza de Requena, mermelada de tomate en vez del yanqui kétchup, una mezcla de mostazas y cebollita pochada. Y otro bocata para gente del pueblo llano: el Tierra Magra, una reinterpretación del tradicional Blanc i Negre del chef valenciano Juan Casamayor, que por algo ganó el concurso de bocadillos de autor de Madrid Fusión en 2014. Las que quieran perfeccionar la técnica pueden incluso tomar clases de billar en un reservado con Diego Pedro Simón Parra, subcampeón de Billar en España.
Adiós al champagne, chicas. Ahora se bebe birra y en botellín. El martes, en la cervecería del Mercado de Colón (Las Cerevezas del Mercado) Bierwinkel presentó su nueva cerveza Zenda. Los 16 grifos de la cervecería se pusieron a toda marcha para servir los primeros barriles de esta cerveza de edición limitada hecha de centeno y maltas ahumadas. En la presentación estuvo la interiorista Susana Lozano, el empresario Silvino Navarro, la abogada Paz Sansaloni, el notario Alfonso Pascual, los cocineros Steve Anderson, Germán Carrizo y Diego Laso o ilustradores, como el creador de la etiqueta de Zendra, Jorge Lawerta, al que acompañaron los diseñadores Kike Correcher, Agustín Esteso y Víctor Mezquida.

lunes, 11 de enero de 2016

Brokers de la moda

La industria de la moda se cree muy lista. Las modas son cada vez más efímeras y las tendencias se queman más rápido. En octubre te compras un abrigo y en enero ya está pasado de moda porque al diseñador de turno se le ha ocurrido cualquier chorrada: alargar las mangas o quitarlas, acortar el bajo o hacer que roce los tobillos… Pero nosotras, que somos más listas que el hambre, hemos entrado en masa en el mercado de la ropa de segunda mano. Es fantástico. ¿A Santo de qué íbamos a tirar nosotras así sin más la ropa que compramos hace un año y tenía tres puestas? ¡No chicas, no! Eso se empaqueta bien, previamente se ha tenido la precaución de guardar la caja y las etiquetas, le echas cuatro fotos bien iluminadas, lo cuelgas en Wallapop, ebay o chicfy, le sacas una pasta, te sientes empresaria, sientes que no has tirado el dinero, sobre todo justificas un nuevo gasto en una prenda más actual y vuelves a tu casa creyéndote una mujer más lista que Lepe, una fiera de los negocios, una bestia de Wall Street… Nuestras madres eran más sufridas. Las pobres compraban un abrigo y les podía durar veinte años. El summum era que su marido les regalase un abrigo de piel, símbolo máximo de haber alcanzado un cierto estatus social, y ese abrigo lo llevaban desde los treinta y largos hasta la viudedad y aún ahora pretenden colocárselo a la nieta.
Ahora, con esta nueva visión empresarial que tenemos sobre nuestro fondo de armario, está justificado salir a comprar para renovar las existencias para no agotar los stocks. Compramos hoy, nos lo ponemos tres o cuatro veces y lo vendemos mañana. Si encima compras bien en rebajas, hasta puedes vender por encima del precio de compra, ¡es la bomba! Hay tiendas de segunda mano para todos los presupuestos, desde los mercadillos que admiten ropa de HM hasta las webs especializadas en prendas de lujo, como la francesa Vestiairecollective, donde puedes encontrar un Birkin de Hermès de segunda mano, de esas ediciones limitadas megaexclusivas, por 90.000 euros ¡y se venden! Arantxa Botella fue de las primeras que abrió en Valencia un negocio de ropa de segunda mano. Allí encontrabas medio Chapeau de otras temporadas. Luego abrió Carmen Cobo, que también tiene Pradas, Guccis y hasta Chaneles. Y la última incorporación ha sido El Vestidor Vintage, la tienda que acaban de abrir María Angeles Miguel y Yolanda Serrano en Germanías 14. En el vestidor hay ropa de segunda mano y también vintage, prendas que ya tiene más de veinte o treinta años y que por su diseño, material o manufactura, tienen un valor superior a la prenda de segunda mano. Hay piezas de los noventa de Versace, Moschino, Cristian Lacroix, Max Mara, Loewe, Jil Sander, Hermès y bolsos, cinturones y bisutería de Chanel y Celine.
María Angeles lleva muchos años trabajando en moda. Empezó en 1987 en Don Carlos, luego pasó a Max Mara y fue directora de tienda de Hermès y Ferragamo. “Me di cuenta de cómo había pasado el tiempo el día que vi en París, en una exposición de Jean Paul Gaultier, un pantalón con las caras de Marilyn que yo vendí en Don Carlos”. El vestidor, al igual que otras tiendas de este tipo, trabaja con las prendas en depósito. Se pacta el precio con el cliente, dejas la prenda y luego si se vende te llevas el precio de venta menos la comisión de la tienda. En El Vestidor, de Miguel expone las prendas con el mismo cuidado que si fueran nuevas: bien presentadas, con etiquetas donde aparece la época de la que data la pieza y con espacio en los percheros para que la prenda respire. “Hay clientas que ven sus vestidos colgando y les gustan más que en su armario” dice Mª Angeles.

lunes, 4 de enero de 2016

Las tres reinas magas

Bueno chicas, ya queda poco, sólo dos días y acabamos con las comilonas. Estas no han sido unas navidades cualquiera. El poder político emergente las ha utilizado para marcar distancias con el anterior. Empezaron retirando el Belén de la Plaza del Ayuntamiento y cualquier símbolo religioso de las felicitaciones de Navidad. En Nochevieja convirtieron la plaza del ayuntamiento en una discoteca y el antaño distinguido balcón, reservado sólo a las más altas autoridades peperas y adláteres, en la cabina de un DJ.
A Rita Barberá se le debieron atragantar las uvas. Sólo faltó que algún gracioso cogiera el micro y dijese eso de: “Rita, a cabina”, como en las discotecas de los ochenta. Por lo demás, la fiesta fue un éxito. La plaza llena, sin nada que envidiar a la de la Puerta de Sol, y Ribó mezclado con las masas y levantando su copa brindando por el año. ¡Jopé cómo ha cambiado el cuento en menos de un año! Y lo mejor está por venir. Pasado mañana es la cabalgata de los Reyes Magos. Han prohibido los animales, así es que no sabemos cómo va a ir la Virgen María. Seguro que a Ribó le gustaría que fuese en bicicleta, claro como él nunca ha estado encinta. Pero la pobre mujer, embarazadísima de nueve meses y haciendo equilibrio para arrancar la bicicleta, con esas largas faldas enredándose en la cadena, a punto de romper aguas y haciendo de Induráin por los montes de Palestina. Menos mal que a última hora, nuestros alcalde ha tenido a bien dejar que le acompañe San José; las malas lenguas decían que Ribó había decidido separar al matrimonio antes incluso de que naciese el hijo y estaba dispuesto a dejar sola a María en su hégira de Nazaret a Jerusalén. Todo esto es peccata minuta después de la aparición de la reina maga en la primera Misa del año oficiada por el Papa. Si en el mismísimo Vaticano una niña encarna a un Rey Mago, ¿qué no podría pasar en esta Valencia riboniana? Vayámonos preparándonos para el año que viene. La verdad es que la Consellera de Igualdad Carmen Montón sería una buena Reina Maga. Otra buena candidata sería nuestra vicepresidenta Mónica Oltra. Tiene cara de buena gente, encarnaría bien a Melchor. Y si a la Virgen la hemos sacado en bicicleta, a las reinas habrá que buscarles otro vehículo ecológico, no sé, por ejemplo un skate. Y ya puestos, cambiemos eso del oro, el incienso y la mirra. Porque el oro está por las nubes y no es un regalo adecuado en estos tiempos de crisis; el incienso huele a mercadillo hippy y la mirra nadie sabe qué es. Podrían llevarle al niño arrop i tallaetes, arnadí y unas espardenyes de esparto monas como las que tiene Dolores Boronat junto a la Plaza del Collado. Una tienda ideal que puede ser una solución para la que ande falta de ideas para los regalos de Reyes Magos. Claro que quitarle los camellos a los Reyes Magos sería como quitarle los renos y el trineo a Papa Noel, ponerlo a dieta para que se parezca a Mario Casas y sustituir a los Elfos por niñas para que no se sientan agraviados ni los bajitos ni los gorditos. Luego todo esto habrá que explicárselo a los niños. A ver cómo les explicas que la Virgen María iba en bicicleta aunque hace dos mil años todavía no se había inventado. ¡Ay, chicas, esto de modernizar la Navidad está costando muchos sofocos! En fin, a la espera de ver dónde acaba esto, nosotras a lo nuestro. Ya sólo quedan un par de comilonas y el roscón de Reyes y luego a volver a la realidad con varios kilos de más. Pero luego vendrás las fallas. A ver qué se inventa la gente de Compromís para mitigar el impacto de la Virgen en la ofrenda. Estamos preparados para cualquier cosa.
Foto: Biel Aliño