Bueno chicas, ya queda poco, sólo dos días y acabamos con las comilonas. Estas no han sido unas navidades cualquiera. El poder político emergente las ha utilizado para marcar distancias con el anterior. Empezaron retirando el Belén de la Plaza del Ayuntamiento y cualquier símbolo religioso de las felicitaciones de Navidad. En Nochevieja convirtieron la plaza del ayuntamiento en una discoteca y el antaño distinguido balcón, reservado sólo a las más altas autoridades peperas y adláteres, en la cabina de un DJ.
A Rita Barberá se le debieron atragantar las uvas. Sólo faltó que algún gracioso cogiera el micro y dijese eso de: “Rita, a cabina”, como en las discotecas de los ochenta. Por lo demás, la fiesta fue un éxito. La plaza llena, sin nada que envidiar a la de la Puerta de Sol, y Ribó mezclado con las masas y levantando su copa brindando por el año. ¡Jopé cómo ha cambiado el cuento en menos de un año!
Y lo mejor está por venir. Pasado mañana es la cabalgata de los Reyes Magos. Han prohibido los animales, así es que no sabemos cómo va a ir la Virgen María. Seguro que a Ribó le gustaría que fuese en bicicleta, claro como él nunca ha estado encinta. Pero la pobre mujer, embarazadísima de nueve meses y haciendo equilibrio para arrancar la bicicleta, con esas largas faldas enredándose en la cadena, a punto de romper aguas y haciendo de Induráin por los montes de Palestina. Menos mal que a última hora, nuestros alcalde ha tenido a bien dejar que le acompañe San José; las malas lenguas decían que Ribó había decidido separar al matrimonio antes incluso de que naciese el hijo y estaba dispuesto a dejar sola a María en su hégira de Nazaret a Jerusalén.
Todo esto es peccata minuta después de la aparición de la reina maga en la primera Misa del año oficiada por el Papa. Si en el mismísimo Vaticano una niña encarna a un Rey Mago, ¿qué no podría pasar en esta Valencia riboniana? Vayámonos preparándonos para el año que viene. La verdad es que la Consellera de Igualdad Carmen Montón sería una buena Reina Maga. Otra buena candidata sería nuestra vicepresidenta Mónica Oltra. Tiene cara de buena gente, encarnaría bien a Melchor. Y si a la Virgen la hemos sacado en bicicleta, a las reinas habrá que buscarles otro vehículo ecológico, no sé, por ejemplo un skate. Y ya puestos, cambiemos eso del oro, el incienso y la mirra. Porque el oro está por las nubes y no es un regalo adecuado en estos tiempos de crisis; el incienso huele a mercadillo hippy y la mirra nadie sabe qué es. Podrían llevarle al niño arrop i tallaetes, arnadí y unas espardenyes de esparto monas como las que tiene Dolores Boronat junto a la Plaza del Collado. Una tienda ideal que puede ser una solución para la que ande falta de ideas para los regalos de Reyes Magos.
Claro que quitarle los camellos a los Reyes Magos sería como quitarle los renos y el trineo a Papa Noel, ponerlo a dieta para que se parezca a Mario Casas y sustituir a los Elfos por niñas para que no se sientan agraviados ni los bajitos ni los gorditos. Luego todo esto habrá que explicárselo a los niños. A ver cómo les explicas que la Virgen María iba en bicicleta aunque hace dos mil años todavía no se había inventado. ¡Ay, chicas, esto de modernizar la Navidad está costando muchos sofocos!
En fin, a la espera de ver dónde acaba esto, nosotras a lo nuestro. Ya sólo quedan un par de comilonas y el roscón de Reyes y luego a volver a la realidad con varios kilos de más.
Pero luego vendrás las fallas. A ver qué se inventa la gente de Compromís para mitigar el impacto de la Virgen en la ofrenda. Estamos preparados para cualquier cosa.
Foto: Biel Aliño
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