lunes, 18 de enero de 2016

Vuelven los futbolines

Las cosas están cambiando, vuelve lo grunge, lo descuidado, que no te preocupe tu imagen, o al menos que nadie note que te preocupa. Eso de la imagen es cosa de burgueses, la gente, los pueblos, tienen otras cosas en que ocupar su tiempo. Liberémonos de las ataduras de las grandes multinacionales que nos tienen oprimidas con sus cánones de belleza, para que los burgueses se forren a costa de nosotras, las mujeres y hombres, el pueblo, los trabajadores. Nos tienen oprimidas y acomplejadas, siempre nos veremos feas, porque ellos siempre nos pedirán más: más joven, más delgada, con más pómulos, con más labios… ¡Basta ya, compañeras!, los rastas han llegado al Congreso, a Rajoy por poco le da un síncope y a Celia Villalobos le picaba todo el cuerpo, eso les pasa por burgueses.
La gente, nosotras, tú y yo, no tenemos porqué quedar ojipláticas ante unas melenas apelmazadas por el polvo y la mugre. Es el momento de cambiar las cosas, volver a lucha de los pueblos, “nunca más un país sin sus gentes” y la gente va desaliñada porque lo contrario es ser, sin saberlo, víctima de una casta opresora que quiere vernos a todas maquilladas y a todos con corbatas.
Ha llegado la hora de quemar nuestro fondo de armario… ¡Ay, no, el bolso de Prada no!, ¿cómo que no?, eso lo primero, ¡burguesa, más que burguesa!; y esta falda de Miu Miu, ¿qué hace aquí todavía?, ¡al contenedor, ese su sitio!, ni que fueses una baronesa opresora de la gente. No, entiéndelo, tú eres gente y la gente va con vaqueros sin marca, zapatillas y camisolas. Se han acabado los cocteles elegantes en los que lucíamos nuestras últimas sesiones de botox en chill outs con canapés de diseño, ahora lo suyo es volver a los futbolines y los billares, a la birra y a los bocatas de calamares. Desterrad los tacones de aguja y desempolvad las botas rancheras y los vaqueros zaparrastrosos. Ya nos estoy viendo, taco de billar en mano, postura provocativa y culo respingón, mientras le damos un toque a la bola después de mirar con ojos desafiantes al contrincante.
Las que quieran ponerse al día con el billar y el futbolín tienen que pasar por el bar billar Bulebú, en el camino de Moncada. Es una mezcla entre club de billar americano y bar de toda la vida. Se inauguró este jueves con música en directo, cervezas, y tapas tradicionales como la ensaladilla. Lo mejor, la versión valenciana del hot dog. Se llama Gosset calentet y es un pepito de pan de agua con longaniza de Requena, mermelada de tomate en vez del yanqui kétchup, una mezcla de mostazas y cebollita pochada. Y otro bocata para gente del pueblo llano: el Tierra Magra, una reinterpretación del tradicional Blanc i Negre del chef valenciano Juan Casamayor, que por algo ganó el concurso de bocadillos de autor de Madrid Fusión en 2014. Las que quieran perfeccionar la técnica pueden incluso tomar clases de billar en un reservado con Diego Pedro Simón Parra, subcampeón de Billar en España.
Adiós al champagne, chicas. Ahora se bebe birra y en botellín. El martes, en la cervecería del Mercado de Colón (Las Cerevezas del Mercado) Bierwinkel presentó su nueva cerveza Zenda. Los 16 grifos de la cervecería se pusieron a toda marcha para servir los primeros barriles de esta cerveza de edición limitada hecha de centeno y maltas ahumadas. En la presentación estuvo la interiorista Susana Lozano, el empresario Silvino Navarro, la abogada Paz Sansaloni, el notario Alfonso Pascual, los cocineros Steve Anderson, Germán Carrizo y Diego Laso o ilustradores, como el creador de la etiqueta de Zendra, Jorge Lawerta, al que acompañaron los diseñadores Kike Correcher, Agustín Esteso y Víctor Mezquida.