Tradicionalmente, a lo largo de una vida había cuatro fechas señaladas: tu bautizo, tu comunión, tu boda y tu funeral. Pero las cosas han cambiado. No todo el mundo se bautiza ni celebra la primera comunión. Y las bodas ya no son tan ceremoniosas como antes. Así es que al final solo te queda el funeral y precisamente ahí no estás para muchas juergas.
Nos hemos laicizado mucho y ahora hay que poner otros hitos en la vida para reemplazar a los anteriores. Por ejemplo, va tomando cuerpo la moda de celebrar los dieciocho, algo así como las puestas de largo de antaño, solo que con las niñas mucho menos pavas.
Tiene sentido porque las bodas ahora son mucho más tardías y hay que encontrar una excusa para lucir la belleza de la juventud más temprana. Eso antes se hacía en las bodas, pero ahora la que se casa lo hace ya con alguna que otra arruga y ellos con más entradas que una taquilla de una plaza de toros.
El director del Astoria, Joan Soldevila, está emocionado con esta nueva moda de celebrar la mayoría de edad, que a los padres les sale por un riñón. Si sumas la cena tipo cóctel (entre 30 y 40 eurines), la decoración de la sala, la discoteca con DJ (600 euros) y las copas a tutiplén (entre 7 y 10 euros la copa) te cuesta casi tanto como aquel R5 turbo a los que aspirábamos los de nuestra generación.
Los cumpleaños van camino de imponerse como hitos señalados a lo largo de una vida, sobre todo los múltiplos de diez. Uno cumple años cada doce meses, sólo se celebran a lo grande los cambios de década, como si tu vida cambiase significativamente a los cuarenta, cincuenta o sesenta.
Esta semana, en Alzira, capital de la Ribera Alta, cuna de imperios económicos a la altura del mismísimo Dallas, celebró su cuarenta cumpleaños Teresa García Martínez, heredera de los Martínez Cano.
Fue una fiesta de película, viendo las fotos os podéis hacer una idea. La Sala Rex de Fausto Clemente, testigo de las ceremonias de la burguesía ribereña, se decoró como una escena de las Mil y una noches: con una jaima llena de sedas y almohadones brocados, zona chill out con cachimbas y te moruno, y por si fuera poco hasta un camello de verdad, una bailarina interpretando la danza del vientre y un faquir echando fuego por la boda. Hasta la comida fue ad-hoc: cuscús, falafel (croquetas moras), tajine de pollo, te moruno y tarta con decoración arabesca.
Entre los invitados, Marcelino Alamar, Teresa Mocholí y Fidel Blasco, Luís Salmón, Irina Manglano y Quico Catalá, Carmen María Campos Suñer, de los Suñer de toda la vida, la familia Martínez Cano al completo, las hermanas Eugenia e Inmaculada Villar, Luís Salom, Pedro Vidal, Belén Lillo, Josele Corts, Natalia Tripipatkul, Make Angulo, Mónica Morales y Marisa Parejo, y hasta cien invitados.
El dress code de la fiesta era moro, así que más de uno lució su traje de la comparsa mora. Otros optaron esos caftanes que vendan en las tiendas de Ruzafa que por veinte euros quedan de lo más aparentes.
Y Teresa, como no podía ser de otra forma, encargó un vestido a medida con una tela de chantillí bordada en oro y rosa y un tocado turbante de Marisa Martínez que parecía la mismísima jequesa de Qatar. Habiendo puesto el listón tan alto, estaremos expectantes a ver qué hace a los cincuenta.
La anfitriona tuvo un detalle solidario. No aceptó regalos para ella y pidió que quien quisiera aportar algo lo hiciera un donativo para Aspadis. Y hablando de eventos benéficos, el próximo 3 de marzo se celebra en el Ateneo la tercera comida fallera a beneficio de FUVANE. El plan es solo para chicas: primero a ver la mascletá, luego comida valenciana, rifa y hasta gin-tonics. ¡Y además por una buena causa!
lunes, 23 de febrero de 2015
lunes, 16 de febrero de 2015
Antropología de los primates
Uma Thurman ha salió esta semana en una foto con un maquillaje que le hacía parecer mucho más joven. Le armaron un lío casi tan gordo como el de Tomás Gómez y Juan Carlos Monedero juntos; que si vaya desastre de retoque, que si los ojos ya no parecen los suyos, que si de un perfil había pasado a uno redondo… Tanto le dijeron que al día siguiente tuvo que salir en televisión, con su aspecto de siempre, a desmentir que hubiera pasado por quirófano y demostrar que la ilusión era solo fruto del maquillaje.
Nuestra batalla contra la arruga tiene una explicación antropológica según la cual el atractivo físico sólo responde al instinto de conservación de la especie. Así es que, en cuanto perdemos nuestra capacidad reproductiva, se desploma nuestro atractivo. Eso explicaría que los hombres mantengan más tiempo su sex-appeal; aquí es cuando toca recordar al padre de Julio Iglesias y aquella hazaña suya de ser padre a los setenta, ¿quién le iba a decir a ese señor que pasaría a los anales de la historia por semejante heroicidad? Sé que esta teoría nos retrotrae a las cavernas, pero lo cierto es que los cánones de belleza premian la juventud, como la delgadez y la altura.
Afortunadamente hay síntomas de que algo empieza a cambiar en esta visión de la mujer.
La protagonista de la última campaña publicitaria de Celine, la nueva Prada, es Joan Didion, una novelista ¡de ochenta años! Y la francesa y glamurosa YSL tiene como musa a la cantante de folk Joni Mitchell, con setenta añitos muy bien llevados. Las canas y las caras con arrugas conquistadas a fuerza de vivir pueden ponerse de moda. Lo mismo pasa con la delgadez. Más de una firma de moda ha utilizado modelos con más de una talla 40 (manda narices que una talla 40 sea talla grande). Y hay modistos, como Valentín Herráiz o Enrique Lodares que presumen de tener como clientas a señoras tan elegantes como María Teresa Monsonís o Carmen Topete. A Francis Montesinos también le gusta vestir a señoras echas y derechas. De hecho, en su desfile del domingo pasado en la pasarela madrileña tenía en primera fila a Carmen Lomana y la incondicional Carmen Alborch. Claro que este cambio cultural va a requerir mucha sofisticación y, qué queréis que os diga, yo no acabo de ver a nuestros hombres babeando al paso de una sexagenaria que no haya pasado por el quirófano; pero sí creo que nosotras podemos ver atractivo a un hombre de esa edad. No sé si será porque la teoría antropológica es correcta o porque cuando hablamos de sofisticación, en el sexo contrario tenemos lo que tenemos. Perdonad que me haya liado yo también con todo esto y no os hable de la vida social valencia que, la verdad sea dicha, esta semana ha dado para poco. La feria del mueble, que fue rebautizada como Hábitat y ahora forma parte de una macro feria llamada “Nos vemos en Valencia” ya no es lo que era. Si antes ocupaba tropecientos pabellones, ahora se concentra en uno y las fiestas glamurosas brillan por su ausencia.
La inauguración de la nueva tienda de Mariner, con la actuación de Copa Ilustrada incluida, dio un poco de lustre y la asociación de diseñadores hizo lo propio con su Valencia Disseny Week. La vida social valenciana también acudió rauda a la llamada de Mayrén Beneyto para el concierto a favor de Manos Unidas en el Palau de la Música.
Allí estuvo Liana Navarro, el doctor Laínez y señora, la cónsul de Perú Lourdes Gilbert, Mayrén Girona, Iona Jiménez Iranzo, Salvador Alborch (mantenedor de la Fallera Mayor Infantil), Feli Alcántara, Nico Van den Brink y señora, Elena García del Moral, Marta Conesa, la encantadora María José Navarro, Rafael Aznar y su mujer Magui Alonso, Ana Stoffel, Pilar Devesa, Mimi Puigmoltó, Pilar Alonso y Amparo Sánchez.
La protagonista de la última campaña publicitaria de Celine, la nueva Prada, es Joan Didion, una novelista ¡de ochenta años! Y la francesa y glamurosa YSL tiene como musa a la cantante de folk Joni Mitchell, con setenta añitos muy bien llevados. Las canas y las caras con arrugas conquistadas a fuerza de vivir pueden ponerse de moda. Lo mismo pasa con la delgadez. Más de una firma de moda ha utilizado modelos con más de una talla 40 (manda narices que una talla 40 sea talla grande). Y hay modistos, como Valentín Herráiz o Enrique Lodares que presumen de tener como clientas a señoras tan elegantes como María Teresa Monsonís o Carmen Topete. A Francis Montesinos también le gusta vestir a señoras echas y derechas. De hecho, en su desfile del domingo pasado en la pasarela madrileña tenía en primera fila a Carmen Lomana y la incondicional Carmen Alborch. Claro que este cambio cultural va a requerir mucha sofisticación y, qué queréis que os diga, yo no acabo de ver a nuestros hombres babeando al paso de una sexagenaria que no haya pasado por el quirófano; pero sí creo que nosotras podemos ver atractivo a un hombre de esa edad. No sé si será porque la teoría antropológica es correcta o porque cuando hablamos de sofisticación, en el sexo contrario tenemos lo que tenemos. Perdonad que me haya liado yo también con todo esto y no os hable de la vida social valencia que, la verdad sea dicha, esta semana ha dado para poco. La feria del mueble, que fue rebautizada como Hábitat y ahora forma parte de una macro feria llamada “Nos vemos en Valencia” ya no es lo que era. Si antes ocupaba tropecientos pabellones, ahora se concentra en uno y las fiestas glamurosas brillan por su ausencia.
La inauguración de la nueva tienda de Mariner, con la actuación de Copa Ilustrada incluida, dio un poco de lustre y la asociación de diseñadores hizo lo propio con su Valencia Disseny Week. La vida social valenciana también acudió rauda a la llamada de Mayrén Beneyto para el concierto a favor de Manos Unidas en el Palau de la Música.
Allí estuvo Liana Navarro, el doctor Laínez y señora, la cónsul de Perú Lourdes Gilbert, Mayrén Girona, Iona Jiménez Iranzo, Salvador Alborch (mantenedor de la Fallera Mayor Infantil), Feli Alcántara, Nico Van den Brink y señora, Elena García del Moral, Marta Conesa, la encantadora María José Navarro, Rafael Aznar y su mujer Magui Alonso, Ana Stoffel, Pilar Devesa, Mimi Puigmoltó, Pilar Alonso y Amparo Sánchez.
miércoles, 11 de febrero de 2015
Amores platónicos
Semana de San Valentín; o sea, semana cursilona de corazoncitos, lacitos y demás. El día da para hacer balance de la vida, para recordar viejos amores, celebrar los presentes y llorar los perdidos. Pero lo mejor de todo es revivir los amores platónicos, que son los que nunca se han vivido. En Ciudadano Kane, el protagonista principal, Charles Foster Kane (Orson Welles) ya anciano le cuenta a un chaval que un día siendo joven se cruzó en el metro con una chica rubia, cruzaron las miradas durante un breve instante: “(…) Desde entonces no ha habido una sola semana en vida que no me haya acordado de ella.”
Ese el verdadero amor platónico, el que nunca se ha consumado, el que no tiene mácula porque no ha habido convivencia. Es sólo una idea, un sueño que se personifica en una cara que puede o no tener nombre. Es aquel chico que te cautivó en la adolescencia. Si llegaste a salir con él, te quedaste sin amor platónico para el resto de tu vida. Pero si no lo hiciste, si nunca hablaste con él más de diez minutos seguidos, lo utilizaste para verter sobre él todo tu amor adolescente, para crear una fábula de amor perfecto, sin reproches y sin desengaños.
Ya no te acuerdas de su cara, ni falta que te hace. Es más, no te gustaría cruzarte con él por la calle porque desvirtuaría tu recuerdo a cambio de nada. No tienes ningún interés por saber cómo le ha ido en la vida, porque en realidad a él nunca le quisiste, todo fue una ilusión que perdura en tu memoria y a veces en tus sueños. Y ahora te das cuenta de que fue una suerte no salir nunca con él, si lo hubieses, no tendrías amor platónico y eso es una faena.
Hay muchos tipos de amor. El platónico es el que media España siente hacia Pablo Iglesias, le ven guapo y creen que satisfará todos sus deseos. Como nunca ha mandado, no hay nada que reprocharle; el despechado, que es el de Rajoy hacia Bárcenas: le deja tirado y le dice “se fuerte Luis”; el no correspondido, que es el de Tsipras hacia Merkel: le pide cariño y ella le grita “¡nein, nein!”. Pero el peor de todos es el incierto, el que no sabes a qué atenerte, vamos el de Fabra hacia Rajoy, “Dime de una puñetera vez si me quieres o no me quieres”. Y el auténtico, que es el de tu Pepe, que ya está otra vez protestando porque ha reservado mesa a la diez, para celebrar San Valentín, son menos cuarto y tú todavía no te has vestido. Así que llegado ese momento, lo mejor será volver a vida real y darle un beso a tu chico. Habrá varias cenas especiales en Valencia. El hotel Westin ha preparado para la ocasión una cena de gala con música en vivo. En el menú, muchos ingredientes del color del corazón: frambuesa, frutos rojos, fresas.
La cena del Vinatea, en el Hotel Astoria, también lleva sorbete de fresa “con liofilizado de fruta de la pasión Romeo y Julieta”. Claro que el que se lleva la palma es el menú especial del restaurante Cicerone, que consiste básicamente en concentrar la máxima cantidad de alimentos afrodisiacos en una cena: ostras, moluscos, curry rojo picante y para rematar presa ibérica con ¡canela, nabo y fresas calientes! Ah, y de regalo, una entrada para ver la película Cincuenta sobras de Grey ¡Si con eso no se levanta la libido…! Fernando Aliño ha huido de los tópicos románticos y en su cena de San Valentín en el Palacio del Negrito no hay ningún plato rojo. Para compensar, ha metido guiños exóticos, como la flor de loto o la mahonesa oriental. Pero chicas, el súper plan del día de los enamorados es el concierto de Sergio Dalma en el Palau de les Arts. ¡Las que no tengan entradas, ya pueden ir a la reventa porque están agotadísimas! Ya me estoy imaginando con mi chico, cogidos de la manita, mientras escuchamos “Bailar pegados” o “Esa chica es mía”, ¡ay el amor!
Hay muchos tipos de amor. El platónico es el que media España siente hacia Pablo Iglesias, le ven guapo y creen que satisfará todos sus deseos. Como nunca ha mandado, no hay nada que reprocharle; el despechado, que es el de Rajoy hacia Bárcenas: le deja tirado y le dice “se fuerte Luis”; el no correspondido, que es el de Tsipras hacia Merkel: le pide cariño y ella le grita “¡nein, nein!”. Pero el peor de todos es el incierto, el que no sabes a qué atenerte, vamos el de Fabra hacia Rajoy, “Dime de una puñetera vez si me quieres o no me quieres”. Y el auténtico, que es el de tu Pepe, que ya está otra vez protestando porque ha reservado mesa a la diez, para celebrar San Valentín, son menos cuarto y tú todavía no te has vestido. Así que llegado ese momento, lo mejor será volver a vida real y darle un beso a tu chico. Habrá varias cenas especiales en Valencia. El hotel Westin ha preparado para la ocasión una cena de gala con música en vivo. En el menú, muchos ingredientes del color del corazón: frambuesa, frutos rojos, fresas.
La cena del Vinatea, en el Hotel Astoria, también lleva sorbete de fresa “con liofilizado de fruta de la pasión Romeo y Julieta”. Claro que el que se lleva la palma es el menú especial del restaurante Cicerone, que consiste básicamente en concentrar la máxima cantidad de alimentos afrodisiacos en una cena: ostras, moluscos, curry rojo picante y para rematar presa ibérica con ¡canela, nabo y fresas calientes! Ah, y de regalo, una entrada para ver la película Cincuenta sobras de Grey ¡Si con eso no se levanta la libido…! Fernando Aliño ha huido de los tópicos románticos y en su cena de San Valentín en el Palacio del Negrito no hay ningún plato rojo. Para compensar, ha metido guiños exóticos, como la flor de loto o la mahonesa oriental. Pero chicas, el súper plan del día de los enamorados es el concierto de Sergio Dalma en el Palau de les Arts. ¡Las que no tengan entradas, ya pueden ir a la reventa porque están agotadísimas! Ya me estoy imaginando con mi chico, cogidos de la manita, mientras escuchamos “Bailar pegados” o “Esa chica es mía”, ¡ay el amor!
lunes, 2 de febrero de 2015
Nosotras sí que podemos
Estamos en el ecuador de este invierno soso hasta con el frío y que para postre nos castiga con este odioso viento que es el peor contra el glamour: a ver qué te pones para salir a la calle con esta ponentá y no parecer una loca conteniendo su ataque de histeria. Los únicos que rompen la soporífera monotonía invernal son los políticos, esos sí que están histéricos. Mayo lo tienen a la vuelta de la esquina y los chicos de Podemos amenazan con ponerles a todos de patitas en la calle.
A cada uno lo suyo, y reconozcamos que Pablo Iglesias y sus amigos tienen cierto sex-appeal, que nadie sabe muy bien lo que es, pero que el diccionario define como “atractivo físico y sexual de una persona”. Se suben los tíos al atril, con esas miradas desafiantes y aire chulesco un propio de guaperas de Cánovas de los años ochenta. Él sabía que todas le mirábamos pero hacía como que pasaba de todas nosotras, aquello nos cabreaba y a veces nos obsesionaba. Luego descubrías que era un pavo que no tenía dos dedos de materia gris, no digo que sea el caso de los chicos de Podemos, pero la verdad es que me recuerdan mucho a aquellos pijitos de Lacoste blanco, Levi’s etiqueta roja y Adidas Stand Smith. Ya llegará mayo y sabremos si pueden o no pueden.
Ya me estoy imaginando la próxima celebración del Nueve de Octubre en el Palau con la gente de Podemos alzando sus copas de cerveza, que el champán suena mucho a casta. De canapés nada, que eso son vicios de la casta, y prometiendo una quita de la deuda de la Generalitat. Y nosotras allí gritando, “Sí, sí y de mi hipoteca también”, a ¡ala, viva la Pepa! Luego la recepción de Navidad, ahora llamada del “Nacimiento del pueblo”.
Mira que si al final pueden, ¿qué pasará entonces con las fiestas de sociedad en las que se sirve champán caro y canapés de diseño?, ¿serían consideradas un privilegio de la casta y por tanto prohibidas? ¿Cómo sería la vida glamurosa en un gobierno de Podemos? Las fiestas de sociedad no se organizarían en el Westin o en las Arenas sino en el Teatre Micalet y en lugar de trajes de cóctel, las chicas llevaríamos pañuelo palestino, camiseta con mensaje y bolso con chapas reivindicativas. Buff, antes de que nuestro fondo de armario se quede obsoleto, todavía nos quedan algunas citas peperas.
El lunes, el señorial Caro Hotel, antigua residencia del Marqués de Caro (no creo que los de Podemos celebrasen allí la victoria electoral) invitó un cóctel de lo más pijito para enseñar a los novios cómo podían organizar su boda. Macarena Gea, bloguera, arquitecta y wedding planner del hotelito, decoró un par de salones con dos estilos opuestos: una sala vintage, con detalles de madera, piezas con efecto envejecido, y otra para los que prefieren el estilo minimalista, mucho blanco y hasta globos con las iniciales de los novios. En el cóctel estuvo Mª Dolores Enguix, de Ópticas Climent, Totón Barberá y su hija Rita, Ximo Ros del Banco Medialanum, Jaime Mequita de Noguera Abogados, Ana Albiol, maquilladora de NARS, Mavi de Trapos, Ana Martinez Bigudies y Estefanía de “Soft & Grey”, entre otros.
Mayo es el mes de las elecciones y también de las comuniones. El próximo fin de semana, en el espacio de Ricard Camarena en el Mercado de Colón, abre un mercadillo especializado en comuniones. Podremos cotillear trajes de comunión, vestidos de fiesta para las mamás, flores y todo tipo de accesorios, entre otros los tocados de El Jardín de Papel, los pijamas de la firma Nonos, los elementos de alquiler de La Guinda de tu Fiesta, los arreglos florales de Conchita Cañamás para La Tartana, las joyas de Sally Corell y los vestidos de Hortensia Maeso. Las comuniones se están sofisticando tanto que ya parecen bodas. ¡Al paso que van, vamos a necesitar una “comunión planner”! Venga, chicas, que nosotras sí que podemos.
A cada uno lo suyo, y reconozcamos que Pablo Iglesias y sus amigos tienen cierto sex-appeal, que nadie sabe muy bien lo que es, pero que el diccionario define como “atractivo físico y sexual de una persona”. Se suben los tíos al atril, con esas miradas desafiantes y aire chulesco un propio de guaperas de Cánovas de los años ochenta. Él sabía que todas le mirábamos pero hacía como que pasaba de todas nosotras, aquello nos cabreaba y a veces nos obsesionaba. Luego descubrías que era un pavo que no tenía dos dedos de materia gris, no digo que sea el caso de los chicos de Podemos, pero la verdad es que me recuerdan mucho a aquellos pijitos de Lacoste blanco, Levi’s etiqueta roja y Adidas Stand Smith. Ya llegará mayo y sabremos si pueden o no pueden.
Ya me estoy imaginando la próxima celebración del Nueve de Octubre en el Palau con la gente de Podemos alzando sus copas de cerveza, que el champán suena mucho a casta. De canapés nada, que eso son vicios de la casta, y prometiendo una quita de la deuda de la Generalitat. Y nosotras allí gritando, “Sí, sí y de mi hipoteca también”, a ¡ala, viva la Pepa! Luego la recepción de Navidad, ahora llamada del “Nacimiento del pueblo”.
Mira que si al final pueden, ¿qué pasará entonces con las fiestas de sociedad en las que se sirve champán caro y canapés de diseño?, ¿serían consideradas un privilegio de la casta y por tanto prohibidas? ¿Cómo sería la vida glamurosa en un gobierno de Podemos? Las fiestas de sociedad no se organizarían en el Westin o en las Arenas sino en el Teatre Micalet y en lugar de trajes de cóctel, las chicas llevaríamos pañuelo palestino, camiseta con mensaje y bolso con chapas reivindicativas. Buff, antes de que nuestro fondo de armario se quede obsoleto, todavía nos quedan algunas citas peperas.
El lunes, el señorial Caro Hotel, antigua residencia del Marqués de Caro (no creo que los de Podemos celebrasen allí la victoria electoral) invitó un cóctel de lo más pijito para enseñar a los novios cómo podían organizar su boda. Macarena Gea, bloguera, arquitecta y wedding planner del hotelito, decoró un par de salones con dos estilos opuestos: una sala vintage, con detalles de madera, piezas con efecto envejecido, y otra para los que prefieren el estilo minimalista, mucho blanco y hasta globos con las iniciales de los novios. En el cóctel estuvo Mª Dolores Enguix, de Ópticas Climent, Totón Barberá y su hija Rita, Ximo Ros del Banco Medialanum, Jaime Mequita de Noguera Abogados, Ana Albiol, maquilladora de NARS, Mavi de Trapos, Ana Martinez Bigudies y Estefanía de “Soft & Grey”, entre otros.
Mayo es el mes de las elecciones y también de las comuniones. El próximo fin de semana, en el espacio de Ricard Camarena en el Mercado de Colón, abre un mercadillo especializado en comuniones. Podremos cotillear trajes de comunión, vestidos de fiesta para las mamás, flores y todo tipo de accesorios, entre otros los tocados de El Jardín de Papel, los pijamas de la firma Nonos, los elementos de alquiler de La Guinda de tu Fiesta, los arreglos florales de Conchita Cañamás para La Tartana, las joyas de Sally Corell y los vestidos de Hortensia Maeso. Las comuniones se están sofisticando tanto que ya parecen bodas. ¡Al paso que van, vamos a necesitar una “comunión planner”! Venga, chicas, que nosotras sí que podemos.
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