jueves, 21 de julio de 2011

Valencia busca celebrity

Valencia no tiene celebrities: famosos que den glamour a una fiesta, que enloquezcan a los fotógrafos y que llenen un photocall. Gente como la que fue a la fiesta de verano de Paloma Segrelles y que lleva dos semanas llenando páginas de fotos en La Otra Crónica: Blanca Cuesta y Borja Thyssen, Gema Ruiz –la ex de Álvarez Cascos-, María Zurita, Jesús Quintero, Anne Igartiburu, Patricia Rato, Genoveva Casanova

Hay famosos que lo son por méritos propios: deportistas, cantantes, actores; otros lo son porque le han echado morro la vida o porque se han liado con algún famoso y desde entonces viven del cuento. También los hay porque tienen un apellido de alta alcurnia o porque viven de la fama de sus padres.

Sea como fuere, el caso es que en Valencia no hay de los unos ni de los otros. Tenemos a Nuria Roca a Enrique Ponce y poco más. Eso sin contar, claro está, a nuestros políticos que esos sí que llenan portadas y páginas de periódicos, pero claro no es cuestión de presentar en un Photo call, para dar glamur a una fiesta, a nuestro Presidente Camps acompañado de unos cuantos amigos tipo Ricardo Costa o Rafael Betoret; aunque tal y como van las cosas, nunca se sabe: hoy estás en la cima de la política local y mañana, quién sabe, igual acabas siendo la estrella de los photocall, cosas más raras se han visto.

Arturo Valls no es una estrella de los photocalls pero aporta una brizna de glamour y simpatía allá donde va. Esta semana estuvo aquí presentando una camiseta solidaria diseñada por él en colaboración con Socarrat Studio y cuyos beneficios serán destinados a la Fundación Pequeño Deseo, que trata de hacer realidad los deseos de cientos de niños con enfermedades crónicas o de mal pronóstico. Las camisetas cuestan 15 euros y se pueden comprar en la web de la Fundación Pequeño Deseo y de Socarrat Studio.

Por la noche, la revista Tendencias organizó su famosa fiesta de verano: gente guapa, catering de Fernando Aliño de el Alto, que nunca falla, y unas chuches que pusieron en peligro la estricta dieta del verano, pero bueno, una noche es una noche.

Entre los invitados, muchas caras conocidas de la sociedad y la moda local: Alfonso Manglano y Eva Marcellán, Sonsoles Gómez-Torres y Fernando Cerveró, el joyero Vicente Gracia, Omery Romero de Antonio Romero Joyeros, el diseñador Ramón Gurillo, Paula Jiménez de Laiglesia de Brindis Catering, Susana Lozano y Carlos Serra de Mercader de Indias, Natalia Segrelles, Javier Botella, Sergio Villanueva, Lorena y Rosana Oliver de Araventum, Borja Agramunt Sáez-Merino, Elena Meléndez, Cayetano López Llobet

Ángela Pla siempre pide un dresscode a la moda para ir a su fiesta de verano, pero el de este año era especialmente complicado, había que vestir de tonos flúor. Algunas optaron por recurrir al color en bolsos y complementos, pero más de una se tiró a la piscina y aquello parecía una escena de Mujeres al borde de un ataque de nervios, ¡cuánto colorín! Se echaba en falta un sencillo vestido negro, relajante y tranquilizador, como en que lució el jueves Carolina Ferré en la inauguración de los nuevos uniformes del Valencia en la tienda El Ganso.

La Ferré lució tipazo y sonrisa con un petite robe noir de lo más fresquito. Los futbolistas Bruno Saltor, Adil Rami y Tino Costa hicieron de modelos del uniforme que tiene un toque british y sesentero típico de El Ganso, y allí estuvo, como no, el Presidente del Valencia Manuel Llorente. Por cierto, la tienda es una monada, ocupa el bajo de Jorge Juan que ha dejado Tommy Hilfiger, que ya veremos en qué nuevo local aterriza.

Además de El Ganso, acaban de abrir tienda en Valencia Hakei, también en Jorge Juan 7, y Nekane, en la calle Sorní. La semana que viene, ¡más detalles! Que famosos no tenemos, pero tiendas abrimos más que años cumple la Preysler.

jueves, 14 de julio de 2011

Ramón Gurillo: de Picassent al mundo

A principios de los noventa, un chaval de Picassent, que todavía no había cumplido los veinte, se montó un pequeño taller para hacer prendas de punto por encargo. La técnica la aprendió de su madre y él añadió su creatividad y algunos conocimientos de diseño aprendidos en la mítica escuela Barreira.
El chaval tenía ambiciones, y en 1998 se lió la manta al cuello y se largó a Londres. Allí siguió con lo suyo: las rebecas con aire grunge y punto grueso, los vestidos de lana o ganchillo desestructurados y con muestras trabajadas, el crochet y las piezas de aire artesanal, tan artesanal que sólo se podían confeccionar a mano.
Sus prendas se pueden encontrar hoy en las tiendas más exclusivas de medio mundo: en Liberty y en Browns –Londres-, en Los Ángeles, en París, en Boston y en Tokio. Hace dos años desfiló en la Semana de la Moda de Londres y Suzy Menkes, columnista de Yo Dona y una de las gurús de la moda internacional, dijo entonces de él en el International Herald Tribune que había “venido de Valencia para mostrar en Londres la extraordinaria tradición del punto mediterráneo”. Hay que tener en cuenta que para un diseñador no es cosa menor salir citado en la columna de Menkes, que es como el Wall Street Journal para un yupi de la bolsa.
El año pasado, el número de septiembre del Vogue inglés –el súper número más gordo y leído- lo seleccionó como uno de los nuevos talentos más relevantes de la temporada. Y la cantante Cheryl Cole eligió sus modelitos para uno de sus vídeos musicales y para un editorial en la revista Q Magazine.
Por cierto, él se llama Ramón Gurillo hace años desfiló un par de ocasiones en la Semana de la Moda de Valencia, desde entonces ni está ni se le espera, pero él sigue haciendo marcha. El jueves organizó un desfile en L’Umbracle, al que asistió Beatriz Simó, concejala del Cap i Casal, como única representante del establishment valenciano. También estuvieron por allí, entre otros, el pintor Horacio Silva, Julián Calatrava, el diseñador Nacho Murillo, la galerista Patricia Puchol, el diseñador Miquel Suay, la estilista Rosa Cervera
Gurillo dice que su fuente de inspiración es estética tradicional valenciana y en eso recuerda a los inicios de Francis Montesinos. Pero lo mejor de todo es su forma de trabajo. Acostumbrados como estamos a que los grandes diseñadores deleguen la confección a talleres de las chimbambas, sorprende que quienes confeccionan las prendas de Gurillo sean señoras de los alrededores de Picassent que trabajan como vieron hacerlo a sus abuelas. Vamos algo parecido a lo que siempre cuentas los hermanos Lladró, cuando dicen que las mejores artistas de la porcelana son las mujeres valencianas, o como el joyero Vicente Gracia que, inspirándose también en la tradición valenciana, ha llevado sus joyas a Barneys en Nueva York. Vamos, que lo valenciano, cuando se sabe vender y cuando sale al mundo sin complejos, llega a lo más alto.
Lástima que en Valencia todavía no se haya hecho un nombre. Su ropa sólo se vende en Eleven, la tienda de ropa de Guillermo Miralles, y sólo la colección de hombre. Eso sí, sus rebecas de hombre son ideales para mujer, cómodas y relajadas, para ir con un look urbano y sofisticado. Menos mal que Gurillo abrirá dentro de nada su tienda online.
El desfile de Gurillo no fue el único sarao en L’Umbracle. El miércoles, la empresa de viajes Nautalia presentó sus nuevas agencias de viaje, 200 en toda España y 20 en la Comunidad Valenciana. Más de 2500 invitados disfrutaron de monólogos del Club de la Comedia, música de jazz en directo y cóctel. Por allí estuvo Carlota Serratosa, Cruz Vico, Nacho Gómez-Trenor, Cristina Cisneros y el diseñador Xavier Calvo.
No muy lejos, en las Animas Puerto, Dolores Cortés organizó un desfile de baño de lo más chic y en la entrada de la discoteca expuso los trajes de baño de la exposición retrospectiva traída directamente del Museo de Villarreal.
Y la semana que viene más. El martes, la revista Tendencias celebra su famosa fiesta del verano en el bar High Cube, el que está frente a Mar de Bamboo. El dresscode es fluor, ¡toma castaña! Si te invitan a una fiesta con el dresscode fluor y a ti el rosa fosforito no te gusta ni para subrayar apuntes, tienes un problema gordo amiga. En fin, habrá que encontrar modelito aún en las peores circunstancias.

sábado, 2 de julio de 2011

Doña Leti se quedó en casa


La semana pasada se nos casó Alberto de Mónaco, nadie podrá decir que el chico se ha apresurado, y mientras la realeza brindaba en Mónaco por los novios, nuestro Príncipe Felipe cenaba en el Náutico de Valencia. Su mujer debió de quedarse en casa, para mí que un poco de bajón porque, hija, debe de ser un poco frustrante ser princesa y no ir a esa boda. Imagínatelo, todas las princesas del mundo: Mary Donaldson de Dinamarca, Máxima Zorreguieta de Holanda, Mette-Marit de Noruega, Matilde de Bélgica, llamándose unas a otras por teléfono para cotillear el modelito que se van a poner, y tú en casa con cara de perro porque no vas a ir. Seguro que hubo bronca conyugal, la típica bronca que tienes con tu marido porque tu familia política ha liado la madeja y al final eres tú la que se queda en casa. Y el final de la bronca debió de acabar en un: “(…) pues me quedo en casa y no salgo, así que a Valencia te vas tú solito o que te acompañen tu mamá y tus hermanas”.
El caso es que el Príncipe se vino a Valencia con su mejor sonrisa, estuvo todo el día navegando en el Aifos como patrón y cenó en el Naútico con varios almirantes, entre ellos el Almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo, el presidente del Náutico de Valencia, Manuel Pons, regatistas y armadores.
Al día siguiente siguió regateando y no se sabe si a lo largo del día le llamaría su mujer a ver qué tal le iba, o si seguiría en casa enfurruñada viendo las fotos de sus amigas en la boda de Alberto.
La semana pasada también estuvo por aquí una prima lejana de Don Felipe, Olivia de Borbón, que vino a inaugurar la joyería Aristocrazy, la línea más juvenil de la firma Suárez, que son los joyeros que diseñaron el anillo de compromiso de Letizia. Suárez también acaba de abrir su nueva tienda de 120 metros cuadrados en el Corte Inglés de Pintor Sorolla.
Lo más sorprendente es el precio de los brillantes. Por mil y poco puedes tener un anillo de compromiso, no como el de Doña Leti, pero la mar de apañadito. Dice Encarna Roig, la encargada de la tienda, que los Suárez son de los pocos dealer que hay en España, es decir, que compran directamente a los mayoristas de diamantes, y por eso los precios son ajustados. Ahora bien, lo más de lo más es el collar de perlas que luce en escaparate, de los que suele llevar Isabel Preysler que es imagen de la firma desde hace un lustro. El collar es hipnótico, no puedes dejar de mirarlo, las perlas tienen un color y un reflejo que…uff. Me cuenta Encarna, que se emociona al hablar de joyas porque es diamantóloga, que el propio Emiliano Suárez se encarga de montar los collares, tarda entre cinco y seis años en encontrar las perlas que encajen por tamaño y color y él mismo las ensambla con todo el mimo del mundo. ¡Ay, qué pena que el collar cueste 30.000 eurines! Por cierto, Encarna me contó que es un error guardar las perlas en la caja fuerte porque necesitan mimos y que las saques a pasear. A más de una le ha pasado que después de años en la caja de un banco, se encuentre con sus perlas descascarilladas y de color verdoso. Y lo peor es que si se mueren no hay forma de recuperarlas. Tragedia total.
El jueves, Celia Valiente organizó una fiesta en la discoteca Red Valencia para celebrar que se ha quedado con la empresa Gama Congresos. La presentadora fue Lydia Peters y hubo copas, picaeta y hasta desfiel de modelos de Valentín Herráiz, que estaba emocionado con el reciente nombramiento de Lorenzo Caprile, en un tiempo modisto de la princesa, como socio de honor del Gremio de Sastres y Modistas. Además, se sirvió el nuevo vino Bisila de las bodegas Torre Oria. El mismo jueves, Dolores Enguix invitó a Moët en su óptica de la calle Barcelonina para celebrar su aniversario. Hay que ver el escaparate tan chulo que le ha dedicado a Cartier y la colección completa de gafas de Tom Ford y las californianas Oliver Peoples, ¡son lo más de lo más!