Así es que la próxima vez que algún estirado, con aires de
intelectual, descalifique el cotilleo habrá que recordarle de dónde viene y por
qué está aquí. El desprestigio del cotilleo arrastra a ciertos eventos sociales
que se consideran frívolos y propios de quienes no saben disfrutar de placeres
tales como la lectura de la Razón Pura de Kant. Pero de eso nada, monada. Hay
reuniones entorno a una copa de cava y un canapé de foie que son más
instructivas que cinco tardes de lectura.
Por ejemplo, el lunes se celebró en el Museo de la Seda un
desfile de moda tailandesa. A ver, ¿qué sabemos la mayoría de nosotras de la
cultura tailandesa? Pues eso, que comen mucho arroz, que sus mujeres tienen un
aire a Isabel Preysler y poco más. Pero quien asistió a la cena del lunes vino
sabiendo mucho más. Hubo demostraciones de hilado de la seda, degustaciones
gastronómicas, incluso talleres donde te enseñaban a vestir la falda típica
tailandesa, demostraciones de hilado de la seda y degustación de gastronomía
del país asiático, ¡toma ya, y todo eso sin dejar de cotillear un poco.El desfile fue en el patio del Museo. Allí estuvo la embajadora de Tailandia Rattikul Chansuriya, el Presidente de la Red Internacional del Programa Unesco Rutas de la Seda José María Chiquillo, el director del Museo Vicente Genovés, la indumentarista Amparo Fabra, María Luisa Llorens y Javier Garín y los diseñadores Adrián Salvador y Lucas Zaragosí.
También estuvo la interiorista Verónica Montijano, el sastre
Antonio Puebla, que además de sastre es filósofo y cuando hablas con él
aprendes lecciones de vida, la estilosa Lola Narváez, los imprescindibles
Javier Martínez Rubio y Coté Soler, el joyero Vicente Gracia, capaz de contarte
aventuras sobre la ruta de la seda en medio de un cóctel hasta dejarte sin
parpadear, Belén Ramírez y José María Ramírez-Magenti.
La vida social valenciana ha sido de lo más internacional
esta semana. La violinista dominicana Aisha Syed dio un recital en el Ateneo, organizado
por el Centro Cultural dominicano Juan Bosch. Entre el público, la presidenta
del Ateneo, Carmen de Rosa, con parte de su equipo: Vicente Bosch, Amparo
Andrés y María Rosa Fenollar; Carlos Ortega, de Cruz Roja; la directora del
Centro cultural Juan Bosch, Nancy Tejada, el cónsul dominicano Jorge Cordero, Ana
Carreño, Vicente Navarro, Amparo Tarazona, José Hoyo, José María Gómez, Javier
López con su mujer Silvia Spadachini, Carles Subiela, José Manuel Álvarez y Sandrine Salmón.
No fue
el único concierto. Dani Martín, ex solista del Canto del Loco, llenó la plaza
de toros de jovencitas y no tan jovencitas, entre ellas las hermanas Silvia y
Mónica Vilar, Bárbara de Prat, Sandra Donat, Chus trenor, Susana Sanchez, Blanca
Torres, Maria Fernández de Cordova, Lorena Belda, Cristina Escolano, Cristina
Bordils, Amparo Bauzá y Esther Penadés, todas amigas del Colegio Esclavas.
Silvia Vilar también estuvo en el cóctel que celebró estos
días la asociación Sabor Empresarial para celebrar su primer año de vida.
Asistieron más de un centenar, entre ellos el director de la Film Symphony
Orquestra, Constantino Martínez; Martín Zamorano, Jose Vicente Villaverde,
Javier Ortiz y Raquel Serón, Agustín Buraglia, Arancha Pérez Pous; Juan Carlos
Sanjuan, Jorge Barberá y Elia Giner, Desireé Clarín, Fernando y Pedro Alapont,
la joyera Salomé Corell, Elia Giner, Joan Ibáñez, Josep Viosques, Carolina
Puchol, Paloma Pérez, Carlos Fernández, Beatriz Maset, Inma Roldan, Ana
Caballero, Joan Soldevila, Sonia Dasí y Beatriz Enguix. Como anfitriones, los
hermanos Pablo y Antonio Jordán, alma mater de la asociación.