lunes, 31 de diciembre de 2007

Los Reyes también van de rebajas


Como las rebajas sigan adelantándose más, no se qué van a hacer las tiendas. En Valencia, oficialmente empezaban después de Reyes, pero vamos, muchas ya llevan semanas con descuentos para clientes, entre otras cosas porque las ventas no han sido para echar cohetes. El otro día escuché a una dependienta comentar que nunca, en años, había visto la tienda tan vacía por estas fechas. Total, que sea por la razón que sea, más de una tienda ha empezado muy pronto con los descuentos.

¿Y cómo se enteran las clientas de la feliz noticia? Antes te llamaban por teléfono, pero ahora, con esto de las nuevas tecnologías, se está poniendo de moda enviar un SMS: “Marni le comunica que el 2 de enero darán comienzo los descuentos. Un saludo”. Otra modalidad es aprovechar la felicitación de Navidad para avisarte, como Bonpoint o Linda Vuela a Río. De un pájaro, dos tiros. En otros casos, tienes que presentar la propia felicitación como tarjeta de descuento: así lo han hecho en Oh Lulú! y en Hannover, que como detalle navideño te regalaba un descuento del diez por ciento.

No todas las firmas entran en esto de las rebajas. Las de lujo, lujo, como Vuitton y Hermés (y Búlgari y MontBlanc), rara vez ponen el cartel de descuentos. Tienen sus razones: en primer lugar, mantener el prestigio de la marca, no les conviene que el comprador asocie la bajada de precio con una bajada de la calidad; y sobre todo porque un bolso monogran de Vuitton o un Kelly Hermès no suelen pasar de moda, no son un producto de temporada. Eso sí sería una faena gorda, comprarte un Kelly por 6.000 eurines y verlo luego por 3.000, ¡como si rebajasen un coche a la mitad antes de sacar un modelo nuevo!

Tampoco es lo mismo la rebaja en una tienda de un solo diseñador o una sola marca, como Emporio Armani, que en otras multimarca, como Siete Mares o Chapeau. En las tiendas de una sola marca, las rebajas empiezan a lo bruto, con un cuarenta por ciento como tiene Armani ahora mismo. Es lógico, porque en este caso el dueño de la tienda y de la firma es el mismo, el señor Giorgio Armani. En una tienda multimarca, el margen tiene que dar para el dueño de la firma y para el dueño de la tienda, por eso no pueden ofrecer descuentos tan altos desde el primer momento. Además, el stock de ropa que tienen que quitarse de encima es mucho menor.

Sea veinte o cuarenta el porcentaje, a mí me encantan las rebajas. Hasta te vuelves un poco loquita comprándote ese vestido super glamouroso que no sabes cuando te pondrás, pero ¡que porras! al cincuenta por ciento, te dejas la sensatez en casa. Y al pagar la mitad, parece que tienes menos cargo de conciencia y todo. Y si encima encuentras esa rebeca que tenías fichada desde principio de temporada, entonces ya es el no va más. Claro que al revés también es una faena: ver esa falda que a ti te costo una locura justo a la mitad de precio, ¡uff, eso es tremendo! Pero vamos, lo normal es que en las tiendas quede o bien lo que no le gusta a nadie o lo más caro.

Lo peor de las rebajas es cuando coincide la ropa de invierno con los primeros modelitos de verano. Eso sí es un horror. Estás viendo un abrigo negro de lana en un perchero y en el otro un vestido sin mangas con estampado primaveral, lleno de colores; aquí un suéter de lana y allá unas bermuditas con camiseta de tirantes. ¡Desastre total! Menos mal que ahora las rebajas también acaban antes, y dentro de nada, podré ver las colecciones de verano, que estoy que me muero por probarme los vestidos vaporosos de Chloé y de Prada y los brocados de Balenciaga y la nueva colección de Dolcce Gabbana, ideal esta temporada.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Paranoia navideña


Desde que tengo uso de razón vivo una paranoia con la Navidad: a una parte de mí le espeluznan esos Papá Noeles colgando de los balcones y esos vestidos de fiesta que decoran los escaparates enseñando escote cuando más frío hace. Luego está lo del turrón dejando sus chorreosos restos en los platos de la cena y la caterva de dulces navideños que acaban en la basura. O las colas interminables del stand de Tous, cualquiera diría que lo regalan; o esos Reyes Magos que parecen vestidos de una tienda de todo a cien. Por no hablar de las reuniones familiares interminables, de las comidas de empresa en las que todos nos queremos mucho. Y esos segundos platos, que cuando llegan ya no puedes más y encima tienes que poner buena para que nadie se moleste ¡Uff, sólo de pensarlo, qué agobio!

Pero hay otra yo que se alegra de cualquier acontecimiento que cambie la monotonía, que ponga un toque distinto a la vida gris de la cotidianeidad. Esa otra yo que se encandila viendo a los niños algo más ilusionados que de costumbre y que agradece las sonrisas con las que me felicita más de uno que el resto del año no soporto, pero que estos días parece un poco más majo. Valencia está preciosa y rebosa actividad allá donde vas. Estos días he estado en Bruselas y Valencia no tiene nada que envidiarle. Las calles llenas de gente, los comercios con sus escaparates relucientes (¡me encanta el escaparate kitsch de Chapeau!); los edificios públicos iluminados; el Mercado de Colón, con los villancicos y exposiciones que ha organizado Mayrén Beneyto, tan bonito que no saldrías de allí. Y la plaza del Patriarca y Poeta Querol, con todas sus firmas de lujo, Bulgari recién estrenada, y todo tan chulo que disfrutas lo mismo, compres o no. Este año, encima, la Asociación Dos Aguas, que preside Maribel Cosme, y que agrupa a todos los comercios de la zona, ha preparado una decoración navideña especial, con velones y moqueta azul oscura. Les ha quedado ideal. Además, este viernes invitaron a sus clientes a un ballet clásico en el Teatro Principal. ¡Eso sí es un detalle!

Total, que estas fiestas las puedes vivir quejándote de la cantidad de cosas horteras que la rodean, o tratando de que sean de lo más entrañables: decorando la casa con todo el cariño, que no significa gastarte mucho dinero, sino dedicarle tiempo y ganas; preparando una buena cena que no deje a tus invitados al borde de la indigestión; recorriéndote las tiendas de delicatessen buscando un jamoncito bueno, bueno; y un vino mejor y preparando un asado rico rico, como dice Arguiñano, y encendiendo velitas perfumadas y, en fin, cuidando todos esos detalles que hacen que la vida te resulte más agradable a ti y a los que te rodean. Enrique Lodares me contó una vez que muchas de sus clientas se encargan un vestido especial para Nochebuena, para esa cena donde iban a recibir a toda su familia y querían que todo saliera perfecto, porque estar todos juntos cada vez es más difícil, con la vida que llevamos.

Como mi psiquiatra –que bien queda decir que tienes un psiquiatra como las chicas de Sexo en Nueva York - me ha dicho que lo mejor para ser feliz es afrontar la vida con optimismo, he decidido que este año le van a ir dando a los aguafiestas, porque yo estoy dispuesta a sonreír hasta cuando me enfrente a los postres caseros que prepara mi cuñadita cada año. Voy a disfrutar de las navidades, me pondré mi mejor vestido para la cena de Nochebuena, a mis niños bien guapos y, sobre todo, estaré muy alegre, también cuando llegue el segundo plato y el champagne y el comentario desafortunado de alguien de la familia. ¡Qué se note que estamos en Navidad!

domingo, 23 de diciembre de 2007

Viajecito a Bélgica


Aprovechando una escapada a Bruselas, la semana pasada visité Amberes, preciosa estos días de Navidad, a pesar del frío (-7). Lo mejor, sentir que estás en la ciudad de "los seis de Amberes": Ann Demeulemeester, Dries Van Noten, Dirk Bikkembergs y compañía; visitar la exposición de Bernhard Willhelm (se graduó en la Academia de Amberes) en el Mode Museum, el pedazo de tienda de Yamamoto justo al lado, tiendas de diseñadores belgas y un par de firmas para fichar: Bellrose (venden online en http://www.mybellerose.com/), essentiel y Filippa K. (ésta sueca). Me encanta Amberes porque es de esas ciudades que te recorres a pie, con mucha calle peatonal y pocos edificios altos. Aunque las rebajas no empezaban hasta el 2 de enero (¡qué pena!) pequé en más de una tienda, sobre todo en a.p.c, francesa, ¡qué tienda tan ideal! Total, que con tanto ir de shopping me perdí la exposición de Rubens en Bruselas. ¡habrá que volver! (pero en primavera mejor)

lunes, 17 de diciembre de 2007

Javieryjavier


Chicas, quedaros con este nombre: “Javier y Javier”. Detrás de esa firma está Javier Villajos, un diseñador valenciano que en los ochenta fue socio de una firma que llegó a codearse con los más grandes. Pero la vida da cornadas y a veces hay que volver a empezar de cero cuando ya has llegado a la cima; y volver a andar el camino cuesta arriba. ¡Olé! por quien lo hace y no se acurruca mal diciendo su suerte . Es el caso de este valenciano, que acaba de abrir tienda en la calle Embajador Vich.

Cualquiera que esté medianamente introducido en el mundo de la moda ya habrá oído hablar de él. Bueno, perdón, cualquiera menos los organizadores de la Pasarela del Carmen (o Semana de la Moda), que le han dejado fuera. A él, como a mí, no le quieren. Lo mío tiene pase, pero lo de él no se entiende: es como si alguien organizase una fiesta de pilotos de Fórmula Uno en Gijón y no invitasen a Fernando Alonso; sólo la sospecha de intereses espurios pueden explicarlo.

Pero bueno, a lo que iba: JavieryJavier, como los de la Pasarela han decidido que él no es quien para desfilar con ellos (no se lo han dicho así de claro, pero le dieron largas hasta que se acabó el plazo…), se lo ha montado por su cuenta. Y esta semana ha presentado su colección en el ático del Hotel Astoria. Invitados, sólo clientas de toda la vida, de esas tan fieles que le han seguido durante estos años en su atelier de la Calle Alta. El desfile fue de lo más cuidado: un cuarteto de mujeres violinistas, con vestidos vaporosos como de una pintura de Botticelli; una bailarina exótica abriendo desfile y luego una colección de ochenta o noventa vestidos, conjuntos, sastres, abrigos, fiesta, cóctel, más fiesta… uff, una locura, una sorpresa permanente, con mil referencias y un hilo conductor mínimo.

El estilo de Javier Villajos es inclasificable. Después del desfile, me acerqué a ver los vestidos y de cerca son una pasada: telas de Elie Saab, sedas pintadas a mano, forros que no tienen nada de forros, porque también son sedas; abrigos reversibles, cinturones que se pueden llevar como fulares, estampados y bordados con motivos sacados de la botánica de Cavanilles, flores kurdas… una locura, de verdad.

Javier me va enseñando los vestidos uno por uno y en cuanto me descuido me ha colocado una chaqueta de fiesta sobre el suéter de lana ¡y encima queda bien! Me saca otro que parece de la película “El guateque”, con un colorido pop super fuerte. Cuando ya concluyes que hay mucho de los sesenta y de la estética hippie, va y te enseña otro vestido de tafeta de seda natural con una falda de metros y metros de tela. Javier estruja la seda por un lado para demostrarte que hasta la arruga tiene arte cuando la falda tiene el vuelo justo. Y luego te enseña otro que parece de Courrèges, que debe pesar un par de kilos de la cantidad de piezas que lleva, y luego una malla medieval super ajustada, y después un vestido de lino con bordadito delicado y un pequeño recogido bajo la falda y luego un blusón ideal para un verano en Saint Tropez, de seda ligera. Y cuando ya piensas que lo tienes medio situado con el adjetivo multiétnico, va y te sale con un vestido de vinilo de un color uva oscuro, convertido en un vestido de cóctel años cincuenta, con lo cual acabas ya más descolocada que yo que sé. Y encima, hasta mezcla las prendas más dispares ¡y funciona!

Total, que si algo me queda claro es que este diseñador, que se siente como si acabara de empezar, tiene tanto talento que no sabe ni dónde meterlo y además dice que todas las mujeres tenemos atractivo, excepto las maleducadas, que para él acaban siendo feas, feas. ¡Me encanta este hombre!

viernes, 14 de diciembre de 2007

Material girl


Talla 38 (¡gracias!) me nomina para un memé, ya sabéis, el cuestionario "me gusta, no me gusta", pero navideño.

"Como ya empieza a ser hora de hacer planes navideños, pensar en los regalitos que le harán ilusión a cada uno, decidir lo que te hace ilusión a tí…, vamos a ponérselo fácil a Papá Noel, los Reyes Magos, Olentzero, niño Jesús, amigo invisible o quien quiera que se pase por tu casa.Este meme habla de cosas materiales… Por tanto la paz mundial, reparación de la capa de ozono, etc…, no valen como respuestas."
Ahí van mis respuestas (recordad que tienen que ser cosas materiales, nada de buenos propósitos)
¿Cuál es el regalo que más ilusión te haría estas navidades?
Un viaje a NY, habitación en cualquiera de los hoteles que propone showroom y una tarjeta de crédito sin límite para comprar como una loca. Así de material sería mi regalo.
¿Y el que menos ilusión?
Depende de quién me lo regale.
¿Qué vestido llevarías a una fiesta esta nochevieja si tuvieras a todos los diseñadores locos por dejarte uno?
Me gusta ver vestidos de fiesta, pero no llevarlos, por eso elegiría uno de Miuccia Prada del verano de 2004, sofisticado pero cómodo, con el mismo estilismo: pelo limpito y medio recogido, como de andar por casa, collar trapero para quitarle importancia al vestido y maquillaje mínimo. Agua de colonia, nada de perfume.
Y ahora mis nominadas: Uma (lo siento Uma, te tengo fichada), Coolhunter (antes Loca por las compras) y......... Nothing to wear
Besos y Feliz Navidad!
Begoña

domingo, 9 de diciembre de 2007

Londres ya no es lo que era


Hay que ver cómo son los amigos. Te quedas un puente sin salir de casa, y ya te están llamando desde Londres o Madrid para ponerte los dientes largos. Y encima te envían mensajitos en plan “Hey, que me acabo de comprar unos zapatos Church’s chulísimos en New Bond Street”. Claro que tú siempre podrías haber contestado que los Church’s también los venden en Valencia, en TorresGastón para ser exactos, y desde hace muchos años, pero te callas para no quitarle la ilusión, pobre. Tampoco le cuentas que ni tan siquiera Church’s es genuinamente inglés, que hace tiempo que lo compró Miuccia Prada y de inglés sólo le queda el nombre. Como Hackett, que por muy british que suene es más español que un vestido de flamenca (lo compró Abelló). En fin, que la globalización tiene esas cosas: antes te venías de Londres tan contenta con tu Barbour y ahora los tienes hasta en la tienda de la esquina. Vamos, que lo difícil es ir de viaje y traerte algo que no vendan en tu ciudad.

Algo parecido le ha pasado a otra amiga que se ha ido este finde a Madrid. Buscaba vestiditos de Maje y cuando ha llegado a la tienda donde los venden y se ha elegido un par y estaba a punto de pagar, va y le dice el dueño que en Valencia hay varias tiendas que tienen ropa de esta firma francesa. Una se llama Oh là-là! y está en Pintor Benedito; la otra Oh Lulú (en serio) en la calle Universidad; otra en la Galería Jorge Juan, El Mundo al revés, y aún hay una cuarta en la calle Comedias, Abito ¡y también está Melic, en Grabador Esteve. La pobre se quedó tan descolocada, que todavía está pensando que responder. Y lo mismo le pasó con la ropa de Manoush, que antes compraba en una tienda de Madrid, cuando aquí la tienen en Pin Up (Bolsería) o en Harry me quiere, en Isabel la Católica. ¡Eso te pasa por irte de puente! -me faltó decirle.

Primera conclusión: a veces somos tan esnobs que buscamos fuera lo que tenemos en casa. Segunda: en Valencia siempre te queda algo por descubrir. Y no lo digo como consuelo por no haber salido este puente. No hace ni una semana, estaba de cháchara con Isabel Cosme, la hija de Presen Rodríguez, cuando me descubrió el trabajo de una diseñadora de la que nunca había oído hablar (y eso que presumo de conocerlo todo, la próxima calladita estoy más mona). Se llama Teresa Helbig y tiene unos vestidos de fiesta ideales de la muerte, una mezcla entre los volúmenes de Ghesquière para Balenciaga y la delicadeza de Nina Ricci. Tengo ir a Presen Rodríguez a probármelos ya. Aunque, aviso, son un poco caros.

Y lo mismo con los jeans. Yo que iba de listilla y pensaba que controlaba todas las firmas del mundo mundial, me acerco un día a Chapeau y me sacan unos de J.Brand que te los pones y parece que hayas adelgazado un par de kilos. Vamos, que en esto de la ropa, para estar al día tienes que dedicarle muchas, muchas horas, porque si no, siempre hay alguna novedad que se te escapa. Y luego te vienes de Londres o de París con tu compra “tota paga” y resulta que lo venden en la tienda que está junto a tu peluquería, más barato, y encima te arreglan el largo del pantalón gratis.

Y es que aquí, en cuanto te descuidas, te han abierto una tienda nueva. El jueves que viene, sin ir más lejos, abre TCN en Cirilo Amorós. TCN es la firma de Totón Comella, una diseñadora catalana que empezó con baño y ahora hace de todo, hasta complementos. En su biografía dice que pasaba los veranos en Saint Tropez en la tienda de un familiar, y no se si será por esa infancia chic o porqué, pero todo lo que hace es ideal. ¡Y no hay que coger un avión!

sábado, 8 de diciembre de 2007

Más subastas


Otro descubrimiento: la subasta de kerrytaylorauctions (ni idea de quién es, pero está asociada con Sotheby's, que esa sí me suena). Balenciagas, Courrèges, Valentinos, Chaneles, Jacques Fath, bolsos Hermès de coco viejos viejos... uff, una locura.
He fichado una cartera de coco azul profundo, umm, la quiero ya

martes, 4 de diciembre de 2007

Diez años son nada


El jueves lo pasé mal todo el día porque me veía incapaz de decidir qué ponerme para la fiesta del X aniversario de El Mundo, con el agravante de que al ser una efeméride mi cabeza se recreó en la fugacidad de la vida, en cómo pasan los años, y en cómo he dejado de ser una pipiola para convertirme, ¡uff que horror!, en una mujer adulta. A partir de ahí me aboqué a la nostalgia – siempre la he odiado por inútil- y me recreé pensando cómo me habría vestido para una fiesta hace diez años. Y claro, se me ocurría de todo: desde el traje chaqueta Armani con mucha hombrera, hasta el twin-set de niña buena con falda de tablas, más soso que ni sé...

Las horas iban pasando, ya las cuatro de la tarde y yo sin saber que ponerme. La cama llena de vestidos, faldas y blusas arrugadas y desechadas; menos mal que al menos los pantalones habían quedado descartados desde primera hora; y mi colección de zapatos mirándome fijamente y diciendo: “Venga guapa decídete, parece mentira que a estas alturas no sepas que lo primero que se elige son los zapatos” No les hice caso, me tumbé en la cama y me recreé en mi desgracia… ¿qué será de mi dentro de otros diez años?, ¿Habrá ropa de mi talla en mis tiendas favoritas?, ¿Podré seguir llevando vaqueros pitillo?, ¿Y el pelo tan largo?, ¿Y minifaldas y vestiditos baydoll? ¡Uff, no quiero ni pensarlo!

Bueno, lo que pasó mejor no lo cuento… Crisis total con lágrimas incluidas; menos mal que a Pepa Pino no se le ocurrió llamarme para pedirme consejo sobre qué ponerse, no sé si me hubiese echado a llorar o le hubiese soltado un improperio. El caso es que me planté en el Palau de la Música mona, sin más, con la típica faldita negra, una blusa blanca de toda la vida, un abriguito de corte años sesenta y un bolso de mi adorada Miuccia Prada. Vamos, más o menos igual que hubiese ido diez años antes. ¿Y para eso tanto darle vueltas al armario entero? Siempre me pasa lo mismo...

Nada más entrar ví a Pedro J. en el escenario y me pareció tan interesante como siempre y pensé que su atuendo era más o menos el mismo que el que hubiese llevado una década atrás. Y lo mismo pensé de buena parte de mis mitos de la elegancia y el buen gusto valenciano. Allí estaban, monísimas de la muerte, como siempre, Mayren Beneyto, con un sastre estilo esmoquin; Rita Barberá, con traje chaqueta negro y perlas; Carmen Alborch, con esa melena leona que te mueres de envidia; las hermanas Laura y Marta Torrado; Mayte Sebastiá, la periodista de moda más estilosa de Valencia o Consuelo Císcar, personal a más no poder. Por supuesto que entre los hombres también los había muy elegantes, aunque siempre me fijo más en los modelitos de las mujeres.

Total, que al final, después de darle vueltas y más vueltas, he llegado a la conclusión de que la gente que me gusta es la que sigue fiel a su estilo, por encima de modas pasajeras. Lo que me gustaba hace diez años, me sigue gustando ahora: la ropa de Miuccia Prada, una sencilla falda negra de lana virgen, la camisa blanca de popelín, el abriguito a la rodilla, los zapatos de salón clásicos con la punta redondita, los tirantes de Pedro J. y sus camisas de cuello inglés. A veces te dejas enredar por otras novedades, pero cuando quieres ir a lo seguro y no equivocarte, ahí están tus básicos de ahora y de siempre.

Espero que dentro de otros diez años, pueda ir a la fiesta del XX aniversario de El Mundo Valencia y me pase otras cuatro horas dándole vueltas al modelito. Seguro que al final me pongo una falda con blusita. ¡Vamos, para no fallar!

jueves, 29 de noviembre de 2007

7th on Sale 2007


No se si compartir este secreto: Hasta el 6 de diciembre, la fundación Mac Aid ha organizado una subasta benéfica a través de ebay. Uff, hay de todo, hasta prendas de colecciones de verano que todavía no están en las tiendas de Vera Wang, Marc Jacobs o Michael Kors y otros diseñadores norteamericanos que no puedes encontrar aquí y son fantásticos, como Sari Gueron o Yigal Azrouel . Los costes de envío a España, un poco caros, por eso es mejor pujar por un par de cosas para que te salga más barato.
La dirección de la tienda: http://stores.ebay.com/7th-on-Sale-2007
¡Ya me contaréis!

lunes, 26 de noviembre de 2007

Cambio minifalda por sortija


Últimamente se me van los ojos detrás de unos pendientes o un anillo. Será que me estoy haciendo mayor, porque me parece que todo lo que necesitas para ir bien vestida es una buena joya (¿tomarán nota los Reyes Magos?). Vamos, que te pones tus vaqueros de toda la vida con una camisa blanca de lo más normalita y entonces ¡tachán! rematas la faena con una pieza de joyería de esas importantes, y ale, ya tienes el toque de glamour que faltaba. Da igual que sea un anillo con mucho color, unos pendientes que den luz a tu cara, un colgante estiloso o una pulsera de eslabones (todo a la vez, no, ¡por favor!). Llegas a una edad en la que de repente sientes que necesitas desesperadamente una buena joya para completar tu look.

Hace poco, en la presentación del nuevo stand de cosmética de Giorgio Armani, me llamó la atención una foto de uno de los maquilladores de la firma. El chico (guapísimo) llevaba un polo Lacoste, vaqueros y en la muñeca una pulsera rivière divina (la clásica de diamantes) junto a otra de los hippies (esas que le gustan tanto a Marichalar, que por cierto el miércoles estuvo en Valencia). Jamás pensé que una pulsera rivière, que yo asociaba al lujo brillantoso y de nuevo rico de los ochenta, pudiera quedar tan fresca, moderna y chic en el brazo de un hombre. ¡Quiero una igualita ya mismo!

Total, que con el gusanillo de las joyas rondando durante hace meses, lo peor que me podía pasar es que se acercasen las Navidades y con ellas las ya tradicionales presentaciones de joyas. Esta semana, sin ir más lejos, MontBlanc, Sofía Joyeros, ¡Bulgari! y hasta el joyero Antonio W. Rodríguez, que andaba unos años perdido con otros proyectos, han coincidido al presentar sus últimas colecciones. Cada uno con su estilo: MontBlanc eligió el hotel Westin en una presentación en petit comité, todo muy cuidadito y selecto; Sofía Joyeros prefirió recibir en su casa y allí presentó la alta joyería de Picchiotti, con el anillo Marily como estrella de la colección, un pedazo de anillo con diamante ámbar de 15 quilates ¡uff, cuánto poderío!

La casa Bulgari, a punto de inaugurar su nueva megatienda en la calle Poeta Querol, eligió el Palau de les Arts para un cóctel por todo lo alto. Un lujazo de noche con un único pero: demasiado champagne francés para tan poca comida, y claro, luego pasa lo que pasa, que te pilla un control de alcoholemia y ¡desastre total! Además, no sé porqué se empeñan en sacar la mayoría de bandejas de comida cuando la gente ya lleva un par de horas bebiendo; ¿será una estrategia para que cojas el puntito y lo veas todo bonito? Por lo demás, un cóctel muy elegante, mucha joya de morirte de envidia, mucho visón, mucho apellido conocido y música en directo para dar ambiente. La colección Elisia de Bulgari, una joyería muy sofisticada con muchas piedras preciosas de colores, como marca la tendencia de ahora. Como detalle curioso, en unas pantallas de video se podían ver imágenes de una película de Visconti donde las protagonistas lucían joyas de la casa italiana. ¡Todo detalle!

Por si no fuera bastante, el joyero Antonio W. Rodríguez reapareció en escena con unas piezas increíbles (to die for, que dicen las cursis de las norteamericanas). Una colección que el mismo define como audaz, pero muy equilibrada a la vez. “He buscado las hechuras clásicas pero con monturas y piezas diferentes”. Cualquiera de las joyas de su colección serviría para dar glamour a unos simples vaqueros con camiseta blanca: los pendientes de oro blanco con cristal y diamantes; las sortijas de dimantes con piedras de color como la aguamarina, la amatista o las de cuarzo limón y rosa. ¡Ay, que bonitas

lunes, 19 de noviembre de 2007

Cosa seria

¡Como disfruté la otra tarde en el taller de Marta de Diego! Quedamos para hablar sobre su último desfile en Dallas, donde varios de sus trajes se subastaron a beneficio de una organización benéfica, en una cena de gala con la alta sociedad norteamericana, y acabamos hablando de moda durante horas: de los grandes diseñadores del siglo pasado, de tendencias, de telas, de bordados, de anticuarios, ¡hasta de la Pasarela del Carmen!… Y todavía nos faltó tiempo. Es un gusto charlar con esta mujer porque se nota que disfruta con su trabajo, es perfeccionista hasta el extremo y entiende la costura como lo hacía Balenciaga, cuando decía aquello de: “el modisto debe ser arquitecto para saber cortar, escultor para dar forma, pintor para escoger los colores, músico para encontrar las armonías y filósofo para crear estilo”. ¡Ay, qué tiempos!

Cuando la moda se entiende así, deja de ser frívola. Para Marta de Diego, es una forma de entender la vida: “Me hiere lo desproporcionado, en todo los aspectos; soy muy esteta, siempre busco el equilibrio”. Ese modo de concebir la moda como en la época dorada de la alta costura, se nota hasta en su estudio de la plaza Porta de la Mar al que se acaba de trasladar, uno de esos pisos antiguos de techos altos con enormes ventanales, un coqueto mirador y un montón de luz natural. “Aquí me jubilo”, dice Marta. Y no me extraña, porque es perfecto, como si retrocedieras en el tiempo a uno de esos elegantes salones del París de los años cincuenta.

Las mujeres de ahora no tenemos tanto tiempo ni dinero como aquellas señoras burguesas y ociosas, pero según Marta, nadie debería privarnos del placer de tener un vestido a medida, con todas las exigencias de la alta costura. Una pieza así es casi una obra de arte. “Un escote tiene que quedar perfecto -dice Marta- y fíjate en las costuras de este abrigo, todo a mano, minuciosamente acabado”. Nada que ver con la confección industrial. “Mira este vestido que llevó la hija de Carlos Pascual, lo tengo aquí por que hay que hacerle un pequeño arreglo, fíjate en la estructura del cuerpo y la delicadeza de la falda. No pasa desapercibido”. Y es que para Marta ser invisible es lo peor. “No soporto las estridencias, pero me gusta que la mujer sea sexy, elegante y sensual”.

Pero bueno, habíamos venido a hablar de Dallas, ¿no? “Te cuento –dice Marta-, todo estaba previsto para desfilar junto a otros valencianos, como Alex Vidal y Dolores Cortés, en un proyecto respaldado por la administración; en el último momento, con el nuevo Consell, el proyecto se desechó, pero yo me puse en contacto con la Cónsul española en Dallas, Janet Kafka, le dije que si quería yo estaba dispuesta a seguir por mi cuenta y riesgo. Me dijo que adelante y así fue como aterricé en Dallas con cuatro vestidos de alta costura, uno de ellos confeccionado con una seda espléndida de Rafael Catalá bordada a mano en cristal guinda y oro, sobre un cuerpo de terciopelo chiffon tabaco oscuro. El vestido gustó tanto que decidieron cederlo al Museo Meadows, donde compartirá espacio con una exposición de 70 modelos de Balenciaga, además de 20 modelos de modistos que trabajaron inspirados por el maestro español: Oscar de la Renta, Ungaro, Givenchy y André Courrèges. ¿Qué más se puede pedir? -dice Marta.

Marta cree que la alta costura es un valor en alza -¡no se puede ir a la ópera como va vestida la gente!, dice- y que Valencia podría capitalizar un proyecto de pasarela de alta costura, con gente como Ladrón de Guevara, Basaldúa o Lorenzo Caprile. “Hay que recuperar la exquisitez, la esencia de la moda, los cimientos sobre los que creció la industria actual”

lunes, 12 de noviembre de 2007

De verdad... gente de lo más normal


¡Ayyyy, que ilusión!, siempre he querido ser como Mariñas y hacer crónica rosa de la gente vip, pero de los vip, vip, de verdad. Vamos, que siempre me ha chiflado la idea de hablar de Letizia y su santo esposo, Don Felipe, y contar a voz en grito chorradas intrascendentes del tipo “es una chica de lo más normal… fíjate, preguntó la hora por que se le había parado el reloj” o “…es majísima, de verdad, nunca imagine que fuese tan sencilla. “Me ha dado la mano como si me la hubiese dado, no sé, la farmacéutica de Picassent.”

Bueno, pues les cuento. Quiso la vida que el miércoles, durante su visita a Valencia, yo estuviese en el nuevo edificio de la Cámara de Comercio y allí les vi. Y ¿saben?, tengo una amiga que se llama Aita y que se había quedado un poco al margen de todo el mogollón de gente que fue a saludarles. Pues, fíjense que cuando ya se iban, el Príncipe se acercó y le dijo “… a ti no te he saludado ¿verdad?”. ¿Qué les parece, el memorión de Don Felipe? Vamos, Aita es una chica muy mona, pero no creo que Don Felipe estuviese esa mañana para coqueteos, así que más bien me parece que él sabe perfectamente a quién ha saludado y a quien no. Por cierto que mi amiga sólo acertó a contestar… “pues no”.

Pero, calla, calla, que aún sé más cosas. Resulta que Doña Leitizia se acercó a otra trabajadora de la Cámara de la Comercio y le preguntó dónde estaba antes la sede, a lo que la chica le dijo “En Poeta Querol”, y la Princesa, pásmense, le contesta… “más céntrico, ¿verdad?”. Fíjate, tú, ¿cómo sabría ella que Poeta Querol está más céntrico que la calle Jesús?

De verdad, gente de lo más normal. Estuvieron encantadores y vieron el nuevo edificio de la Cámara de arriba abajo, que por cierto es una pasada. En el vino de honor, los dos estuvieron de lo más integrados y a partir un piñón con Arturo Virosque y otros empresarios. Pero, no crean, no, que también se acercaban a los trabajadores y se dejaban hacer fotos con el móvil. Y la gente como loca por acercarse, no así la vicepresidenta Fernández de la Vega, ¡¡¡ayyy!!!!, será muy buena como vicepresidenta, pero sequita, mira que es seca esa mujer.

En cuanto a los modelitos, la Princesa se cambió de ropa un par de veces (el Príncipe también, pero sus cambios de corbata no interesan para nada). Por la mañana, en la inauguración de la sede de la Cámara, Letizia llevó un abrigo rojo granate de tejido rígido. Un poco serio, a pesar del color. Menos mal que la coleta le quedaba muy juvenil. ¡Como si se la hubiera peinado ella! -comentaban las mujeres. El maquillaje, suave, y muy pocos complementos, un bolsito de mano con cadena, de esos que suele llevar ella, y unos buenos taconazos.

Después de descansar en un hotelito del centro, los príncipes se cambiaron para la inauguración de la exposición de Sorolla y la Cena de Premios Cámara; ella eligió un vestido de cóctel negro con falda a flecos, medias negras y sandalias peep toe (o sea, con los deditos al aire). Como la noche era fría, llevó encima un chal de piel negro. Para compensar el escote cuadrado, se puso un pedazo de colgante que tenía toda la pinta de ser joya de la Familia Real. ¡Que suerte tener un fondo de joyas para elegir! La Princesa no tuvo tiempo de cambiarse para la cena de Premios. Lo mismo le pasó a la Alcaldesa, Rita Barberá, que repitió con un sastre de seda color champagne que le quedaba estupendo.

Bueno, y me queda por contar que los guardaespaldas de los Príncipes causaron sensación entre las mujeres. Hasta alguna se sacó foto de recuerdo con un armario de hombre. Vamos, que se lo pasaron pipa. ¡Esto de las visitas reales se tendrá que repetir más a menudo!

sábado, 10 de noviembre de 2007

¡Uma me ha nominado!

Mi querida Uma, de http://elblogdeuma.blogspot.com/, me ha nominado como uno de sus 5 blogs preferidos.
Viniendo de Uma, la bloguera más divertida y ocurrente, tiene doble mérito.
Bueno, pues aquí van mis preferidos, los que me encantan de verdad, los que nunca dejo de leer a diario (aparte del de Uma y todos los que tengo en favoritos):
http://nothingtowear.wordpress.com/, porque Eva escribe como los ángeles, es culta, sensible, habla sobre moda de forma personal y creativa, desde todos los ángulos, pero sin perder nunca la elegancia ni la amabilidad, y, sobre todo, porque comparto su fascinación por la moda.
http://blogs.vogue.es/convdevogue/. "... decidí que el mejor sucedáneo del cariño es la atención exquisita de una tienda de lujo. Ya. Suena terrible. Pero es verdad. Así es que acabé comprándome en tiempo récord un pañuelo de seda de Dries van Noten y un bufandón de lana de Dior en Jean Pierre Bua, una tienda que me encanta. Y como todavía andaba mimoso, crucé la Diagonal, entré a Loewe, me tomé una copa de cava y me compré este Amazona naranja king-size" (Roberto Enriquez, en una de sus últimas entradas, ¿no es adorable?
http://www.decompraspormadrid.blogspot.com/, ya se que ha estado nominada por otras amigas, pero me da igual. Me encanta su blog, aprendo, me divierto y además, Noelia ya es como una vieja amiga a la que le pregunto qué me pongo para una fiesta o dónde puedo comer buen sushi.
http://talla38.blogspot.com/, es casi una recién llegada, pero a mí me enganchó desde el principio. Se que también ha sido nominada por otros blogs. ¿Se puede repetir? Si no, me salto las normas.
Y, por último, http://www.lacoctelera.com/showroom, seguro que muchos la conocéis, no se prodiga escribiendo, pero cuando lo hace, madre mía, no tiene desperdicio nada de lo que escribe, ni en la forma ni en el fondo. Muy especial.

Si eres una de las premiadas, tienes que escribir un post con los 5 blogs que te hagan pensar, con sus respectivos links,y linkea esto también.

lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Qué me pongo para cenar con Doña Leti?


Ay, ¡qué nervios!; el miércoles vienen los príncipes a inaugurar la nueva sede de la Cámara de Comercio (una chulada en la calle Jesús) y por la noche presiden la tradicional Noche de la Economía Valenciana en la que compartirán mesa y mantel con lo más granado de la sociedad valenciana: ya saben Francisco Camps, Rita Barberá, y todos los que van cuando ellos van: conselleres, empresarios, y, como no, el anfitrión de la noche, Arturo Virosque. Entre los muchos de invitados, una servidora de ustedes que a estas alturas no sabe si ir con falda, pantalón, mini falda o bermudas. Uff ¡Cómo envidio a los hombres! Ellos se ponen un buen traje chaqueta y, ¡ale!, perfectos de la mañana a la noche. Seguro que el Príncipe Felipe llevará el mismo traje todo el día y estará impecable. Pero Letizia, ¿qué apostamos a que se cambia de modelito por lo menos una vez?

La princesa no tendrá problemas con su vestuario, que para eso debe tener un ejército de asesores y estilistas detrás. Pero nosotras, ¡ay, qué problemón! ¿Qué te pones para cenar con los Príncipes? Los que entienden dicen que lo primero que hay que hacer es mirar la invitación, donde dice que hay que vestir de cóctel. Vale. Ya tenemos algo. Hay otro problema para vestir esa noche, y es que según Pilar Puchades, de Chapeau, el estilo de la princesa te condiciona el protocolo del acto ¡vaya hombre! Como ella va siempre tan recatadita, que casi ha hecho que la Reina Sofía parezca moderna vestirá traje chaqueta o algún vestido sobrio. Y si la princesa viste así, tú no puedes ir con un modelazo espectacular, luciendo escote o con estampado tigre. Quedaría feo, la verdad.

Para Alex Vidal es un tema de educación, no de protocolo. El invitado tiene que respetar el modo en que vista la persona más relevante del acto, en este caso los Príncipes. Si la Princesa es una mujer muy discreta y comedida, no puedes presentarte a la cena como a una fiesta de Nochevieja, con escotes prominentes o transparencias. ¿Entonces, qué nos ponemos? Según Alex, lo ideal para una cena de empresarios es un vestido de cóctel (nada de pantalones) con chaqueta o abrigo, porque la noche puede ser fría. Un abrigo de tejido quedaría muy acorde con el evento y cuando te quitas el abrigo llevas el vestido. Y si hiciera mucho frío, hasta podrías sacar el abrigo de piel.

La diseñadora Marta de Diego opina lo mismo. Cuando la invitación indica cóctel, hay que evitar vestir en plan “ha llegado mi momento y me voy a lucir”. No es tu momento, es el momento de los Príncipes y de la cena de la Cámara. El vestido de cóctel evita los escotes, no puedes ser generosa con los escotes como si llevaras un vestido de noche; te limita mucho, hasta en el color, que ha de ser básico o discreto: grises, negros, tabacos, un blanco y negro; el protocolo te va encarrilando a no cometer errores. Marta recomienda un traje corto, muy riguroso, o un vestido y un abrigo, que evite las fantasías animadas a las que la gente está muy acostumbrada.

Por eso de quedarme tranquila antes de decidir el modelito, pido una última opinión, la de Maribel Cosme, hija de Presen Rodríguez. Maribel cree que en general las mujeres pecamos de discretas, por miedo a pasarnos. En esta ocasión, tratándose de una cena con los Príncipes, la hija de Presen coincide en que tienes que adaptarte al evento: no es lo mismo ir a una fiesta de Prada que a una de la Cámara de Comercio, en esta primará antes la elegancia que la modernidad. Si Letizia suele vestir trajes de Felipe Varela –Presen los tiene en su tienda, por cierto-, pues lo ideal es un vestido o un sastre con unos buenos complementos y un zapato más atrevido.

lunes, 29 de octubre de 2007

Lo que faltaba: glamour canino

¿Qué le faltaba al comercio valenciano para no tener nada que envidiar al de Nueva York o Londres? Una tienda de pijotadas para perros. Es lógico. Cuando ya tienes a toda la familia vestida de anuncio, a tus niños hechos un pincel y hasta tu bebé lleva coche de paseo con logo, el perro no podía desentonar. A partir de ahora, hasta el perro podrá vestir con glamour. El miércoles abrió en la calle Pérez Pujol Pet-à-porter, una tienda canina donde puedes comprar un montón de pijadas para tu perrito: suéters en todas las tallas -desde la XS del faldero hasta la XL del labrador-, chubasqueros ingleses –el pelo mojado de los canes huele fatal-; perfume francés Oh my dog!, comederos de Hello Kitty y hasta bolsos de coco rosa para llevarte a tu chucho de viaje. Vamos, de todo para que tu mascota no desentone con tu estilo chic.

El dueño de la franquicia también tiene su pedigrí, todo hay que decirlo. Beltrán Simó es hijo de Sol Bacharach. La mamá, toda orgullosa, estuvo en la inauguración con uno de sus dos Yorkshire, monísimo y bien peinadito (la Reina Sofía también adora sus yorkshires). Mayrén Beneyto también asistió al evento canino, pero sin perro. Eso sí, le llevó de regalo una chuche en forma hueso. La tienda estuvo super concurrida y hasta ¡Vicente Barrera!, primo de Beltrán, se acercó para comprarle un regalo a su perro. ¡Qué fuerte! ¿Cómo alguien que se pone delante de un toro de tropecientos kilos se va a comprar una chuche para su perro? Misterios de la sociedad moderna.

En pet-à-porter puedes encontrar lo inimaginable, hasta un pato de la Albufera de peluche para que tu perro lo destroce a bocados. Tienes incluso servicio de guardería por horas (¿aceptarían a mi bebé?) -, y, por su puesto, peluquería y estética canina. Si tú vas toda mona, no puedes llevar a tu perro hecho un estropajo. Lo mejor es la agencia matrimonial canina, donde te garantizan que tu mascota encuentre una pareja acorde a su pedigrí. ¡Ay, los perros sí que lo tienen fácil!

Y hablando de pelos. Esta semana Tono Sanmartín ha inaugurado su exposición sobre peluquería del siglo XVIII en el IVAM. Desde luego, estas cortesanas francesas debían estar locas para llevar semejantes torreones en la cabeza. Dicen que Tono es el estilista de Francisco Camps, ¡ardua tarea! En cualquier caso, la especialidad de Tono son las cabezas de mujer. Le chiflan los moños imposibles, cuanto más altos, mejor. ¡Como a las ricas norteamericanas! Vamos, si hasta él mismo reconoce que utilizó 98 botes de laca para la exposición ¡Madre mía! Con lo bien que va una con el pelo recién lavado…

Por si no fuera bastante, esta semana el peletero Amado invitó a un desfile en el Hotel Westin para presentar su nueva colección. Un lujazo, vamos. Abrigos de visón, astracán, chinchilla, vestidos de fiesta con bordados y pedrería y como complementos, unos joyones con brillantes de locura de la joyería Vendôme ¡uff, qué anillos y collares, qué filigranas! Para finalizar, copita de Moët, como no, cortesía de Javier Monedero. Lo mejor es que sorteaban una pieza de Amado y un par de pendientes de Vendôme. Lo peor es que no me tocó nada. ¡Ya es mala suerte!

Entre las invitadas al desfile, muchas señoras de la sociedad valenciana (y de Castellón, que Amado es de Onda) de las de toda la vida, que todavía se hacen llamar señora de. También las había con nombre y apellidos, como las hermanas Fitera, Laura y Blanca, ideales una con sombrero vintage de Dior y la otra con falda brocada de Prada y abriguito de seda a juego, también obra de Miuccia. Sólo faltó en el desfile algún Yorkshire con collar de strass.

domingo, 21 de octubre de 2007

¡Jo, Raquel!


Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que Valencia tenía dos grandes eventos glamorosos al año: uno la Mostra de Cinema y del otro no me acuerdo. Por aquel entonces, la presencia de Sofia Loren, Faye Dunaway, Ornella Muti o Lauren Bacall, nos hacía creer que en algo nos parecíamos a ciudades como París, Venecia o Londres.

Para bien para mal, las cosas han cambiado y ahora los valencianos nos hemos acostumbrado a codearnos con lo más “in” del glamour internacional; Miuccia Prada por aquí, Demi Moore por alla, Michel Douglas y Caterine Zeta-Jones paseando por el puerto como si estuviesen en Saint Tropez, Marichalar que viene un día sí y otro también: barcos de lujo, ricos riquísimos, guapas guapísimas a diestro y siniestro… En fin, que Valencia ha pasado del ostracismo en mundo del famoseo a esta larga orgía de glamour que hemos vivido en el último año y medio… Y lo que te rondaré morena.

Por eso resulta, permítanme decirlo así, un tanto cómico que la Mostra se quede un tanto descolgada y nos traiga como grandes estrellas del glamour a Raquel Welch (su verdadero nombre es Jo Raquel) y Don Johnson; ¡Por el amor de Dios, que bochorno! ¿A quien se le ocurre a estas alturas traer a Valencia a una actriz cuyo único talento ha sido lucir bikini y tipazo en los años 60? Uff, qué mal... en lugar de dar imagen al festival, estos actores lo dejan a la altura del betún.

Lo de Raquel Welch es tan fuerte que hasta dio para un rato de cotilleo en Pilates (A las mujeres siempre nos salen las conversaciones más interesantes en el cuarto de baño o en el vestidor del gimnasio). ¿Os habéis fijado cómo está de joven a los 70 años? –dijo una. Para muchas, Raquel Welch lucía fantástica. Para otras, se había convertido en un ninot de falla, decadente y patética, tratando de mantener el físico que tenía a los 25, lo que le ha dado la fama, dicho de paso, porque como actriz tiene una carrera más bien floja.

En apenas unos minutos, la conversación pasó de Raquel Welch a la cirugía y de ahí a lo difícil que lo tenemos las mujeres para envejecer. No les pasa lo mismo a los hombres, pensamos la mayoría. Un hombre, con la edad, gana en atractivo, en conversación inteligente, en seguridad y saber estar. Ahí tienes a Don Johnson, también invitado a la Mostra (lo de invitado es un decir, porque todos vienen previo pago…). El actor de Corrupción en Miami, ex marido de Melanie Griffith y mucho más simpático que la Welch –dicen que se comportó como una auténtica bruja-, tiene los rasgos más serenos, ha perdido el nervio tontorrón de la juventud y las canas le han dado un aire interesante ¿qué más se puede pedir? Pero ella…mejor no hablar. La conclusión, si analizas la evolución de estos dos actores, resulta trágica para las mujeres.

Los hombres ¡qué cara más dura! no tienen la misma presión de mantenerse jóvenes que las mujeres, quizá es otro tipo de presión, tienen que seguir en buena forma física, de ahí que los líderes políticos, desde Putin a Sarkozy (por cierto, qué estilo tiene su ex mujer Cécilia, ella sí que sabe envejecer), pasando por Zaplana, Zapatero o Aznar, hagan esfuerzo en mantener los kilos a raya y los abdominales en su sitio. Pero, claro, para la mujer mantenerse joven es mucho más difícil que para el hombre fijar el abdominal en su sitio. Y el remedio es a veces mucho peor. Ahí tienes a la pobre Raquel, ridícula a sus 67 años, tan estirada y artificial, vestida para matar y enseñando canalillo como en sus tiempos del biquini ¡penoso! Total, que si la Mostra no sirve para dar glamour, por lo menos sirve para discusiones profundas en el gimnasio, que ya es algo…

lunes, 15 de octubre de 2007

Tiendas caras y maridos ricos

Uno de los consejos que da Bienvenida Pérez en su libro sobre cómo cazar un marido rico, es que te acostumbres a entrar en las tiendas caras. Yo siempre pensé que era al revés: que te casabas con un rico y luego podías ir a comprar bolsos a Vuitton. Y ahora resulta que no, que lo que tienes que hacer es ir cogiendo práctica para que no te pase como a Julia Roberts en la famosa escena de Pretty Woman. Me parto con los consejos que da esta valenciana, pero me temo que su teoría no funciona en la práctica. Si lo que dice es verdad, yo no estaría aquí escribiendo mi columnita, sino en una isla paradisiaca como Penélope Cruz y Javier Bardem, tomando caipiriñas y sin pegar ni golpe, porque otra cosa no, pero tiendas caras, veo día sí, día también.

Pillar un marido rico puede ser un motivo como otro cualquiera para darte un paseo por las tiendas lujosas de tu ciudad, pero vamos, lo normal es que tengas otras motivaciones menos calculadoras. Porejemplo, ver y tocar de cerca la ropa que sale en las revistas de moda, los modelitos que has visto en los desfiles de tus diseñadores favoritos. Ese abrigo de peluche de Prada que en la publicidad se ve chulísimo y que en la tienda todavía te gusta más, o esos zapatos que le has visto a la famosa de turno y cuando te los pruebas son ideales de la muerte.

A mí me encanta ir de tiendas, y no sólo para comprar, sino también para aprender. En las tiendas multimarca, además, es fácil coger un montón de ideas para tu vestuario. Por ejemplo, entras en Chapeau y puedes ver de un plumazo lo mejor de las colecciones de Prada, Gucci, Marni, Balenciaga ¡todas juntitas! Incluso te puedes probar el suéter de rombos y los pantalones de montar diseñados por el mismísimo Nicolas Ghesquiere. Y después de probarte un Balenciaga auténtico, puedes ir directa a por los vestidos de Marni, con ese toque tan bohemio y coquetón. Y luego puedes descubrir la colección de Stella McCartney, hijísima de Paul McCartney, pijita pero con su punto de excentricidad british. Y ya puestos, te puedes permitir el lujo de tocar el fantástico cashmere de Brunello Cucinelli, unos suéters ideales que no tienen nada pero lo tienen todo.

Allá cada una con las razones que le muevan a ir de tiendas. A las que nos gusta la ropa, nos sobra con ver de cerca ropa como la chaqueta de piel color fucsia de Miu-Miu (sí, la de la foto) que tienen en Tres para alucinar en colores. Y lo mismo nos pasa al entrar en Siete Mares. ¡Qué gozada ver la colección enterita de Chloé! La firma francesa ha cambiado de diseñador, se lo han robado directamente a Marni, y si te fijas puedes apreciar el cambio: la ropa ha perdido noñería y ha ganado una pizca de agresividad, es decir, menos vestiditos baby doll y más faldas cortas ajustadas y roqueras; menos curvas y más líneas rectas.

En fin, que te puedes pasar por Vuitton y Hermès con la única intención de coger experiencia en tu proyecto de cazar marido rico, o sólo por el placer de ver los bolsos de piel y los pañuelos de seda, o los colgantes de plata, o la manta rosa palo de bebé e incluso pequeña selección de ropa que traen diseñada por Jean Paul Gaultier. Y, lo mismo en Alex Vidal, donde puedes entrar sin más objetivo que caer rendida ante la nueva colección de bolsos y zapatos de YSL, exquisita esta temporada, o la de Bottega Veneta diseñada por Tomas Maier. Total, lo más grave que te puede pasar es que te guste alguna cosa y no te la puedas comprar, pero bueno, eso siempre se podría solucionar con alguna de las recetas magistrales de Bienvenida Pérez, claro.

lunes, 8 de octubre de 2007

Crea tu vestido años 50


¡Qué gran idea han tenido los del Victoria Albert Museum! Con motivo de la exposición The Golden Age of Couture, Paris and London 1947- 1957, han sacado el patrón de uno de los vestidos años 50 (foto de la izquierda) para que lo hagas tu misma (o tu modista). Puedes descargar en esta web el patrón en las tallas 10, 12 y 14 inglesa (equivalente a 38 -40 y 42 más o menos). ¿Alguien se anima?

Además, yo creo que se va a poner de moda, fijaos en el vestido de la colección resort de Prada (foto derecha). ¿A que se parecen?

domingo, 7 de octubre de 2007

Progres trasnochados

Me apuesto mi último bolso de Vuitton a que el guionista del video de las juventudes socialistas tiene de joven lo que Mariano Rajoy de metro-sexual. Sólo un carcamal, sin hijos y desconectado de la realidad, puede seguir relacionando el Lacoste con el pijerio. Eso era en los años ochenta, cuando los Levis etiqueta roja traídos de Londres, las zapatillas Adidas Stan Smith, el polo de Lacoste y la Vespa rosa eran el uniforme de los más conspicuos canoveros. Es decir, en los años en los que Zapatero daba sus primeros piquitos a Sonsoles.

Ahora un niño pijo tiene mucho donde elegir: Gant, Tommy, Broosksfield, Paul and Shark, Ralph Lauren…. Y el polo de Lacoste es sólo un buen regalo que puede hacerle a su padre; él probablemente, si lo tiene, es porque se lo regaló su abuela y lo usa para hacer deporte. Si Lacoste es hoy uniforme de alguien, es del diseñador gay, que sale a saludar al finalizar su desfile en una pasarela, como suelen hacer Marc Jacobs o Nicolas Ghesquiere, el creativo de Balenciaga. Vamos, nada que ver con el pijo pepero que quieren ridiculizar el video.

Y, ¿Qué decir de la niña del video?, no me extrañaría que su modelito lo haya rescatado Sonsoles del armario de su casa materna en León. Por el amor de Dios, ¿qué jovencita de hoy se viste con un modelito de fabricación casera, que no marca pecho ni enseña canalillo? ¡Con la cantidad de ropa que tienes ahora para elegir de todos los precios y colores! Ay Sonsoles, Sonsoles, aquí creo que te he pillao.

Desde luego, las cosas han cambiado mucho desde que Zapatero y Sonsoles se echaban los trastos a los pies de la Catedral de León. Antes los estereotipos estaban más definidos: si eras pijo llevabas polo Lacoste; Si eras rockero, chupa de cuero. La moda es, entre otras muchas cosas, el espejo de una sociedad, de su riqueza y de su diversidad. En España, como en el resto del mundo rico, hace tiempo que la ropa dejó de ser marca de casta o identificador de tu condición social.

Ahora en el armario de un chaval hay no menos de una docena de vaqueros sin marca visible y con distintos cortes. De haber polos, estarán perdidos en una jungla de camisetas más o menos descoloridas. Si al niño le gusta el look pijito, lo cual no quiere decir que sea idiota, por cierto, tendrá polos de Hacket, Gant o Ralph Lauren, pero puede que también tenga alguna cazadora de cuero negra de rockero o camisetas deshilachadas. Y, desde luego, la chica progre no llevará ese vestidito que parece que haya cosido Mercedes Alcántara, la de Cuéntame cómo pasó. Eso seguro.

Total, que los creativos del video en cuestión deberían darse una vueltecita por los sitios a donde van los jovencitos (igual sus hijos les podrían ayudar) para ver qué modelitos llevan y que la propaganda les quede un poco más creíble. Si se fijaran mejor en la indumentaria pija, verían que el polo rosa palo de Lacoste brilla por su ausencia. Ahora los pijos llevan vaqueros caídos y camisetas Quicksilver de estilo surfero y los niños super pijos Tommy Hilfiger y Polo. Me cuenta una madre con niños de esa edad, que Energie, la marca masculina de Miss Sixty, también arrasa. Y los megapijos se decantan por Gant y Hugo Boss.

Y ya de paso, el progre guionista del video se podría dar otra vuelta por el madrileño barrio de Chueca, antes alternativo y marginal y ahora super chic, y se daría cuenta de que el polo del cocodrilo es lo más de lo más entre los gays más elegantes y coquetos. Vamos, que estos jóvenes o no se enteran de la película o tienen más años que Zapatero…

lunes, 1 de octubre de 2007

Armani es grande

Las mujeres ya sabemos que detrás de muchos perfumes y cremas hay más marketing que otra cosa. Te lees el prospecto de cualquier crema antiarrugas y parece que te toman por idiota, con tanta palabreja pseudo científica y falsas promesas. Por eso me encanta cuando alguien te vende la misma crema y el mismo perfume, pero te trata con inteligencia. Ese es Giorgio Armarni, que además de ser un hombre muy listo para los negocios es un tipo con una sensibilidad extraordinaria y encima sabe tratar a las mujeres (y a los hombres, claro) como seres inteligentes, no como compradores compulsivos, tontos e irreflexivos.

¿Qué ha hecho Armani para merecer esto, pensarán ustedes? Pues para empezar, sacar una serie de perfumes especiales, llamados Armani Privé, y explicar en el folleto promocional, de un modo fascinante, cómo llegó hasta ellos. Ustedes me dirán: pues seguro que se lo ha escrito el negro de turno, como el libro de Sánchez Dragó, y yo apostaría que no, que las ideas y el texto son Armani cien por ciento, porque sólo el puede escribir algo como lo siguiente: “La verdadera belleza viene de la gracia que concede la imperfección. En materia de belleza, pienso que tanto las mujeres como los hombres más atractivos y deseables no son las bellezas plásticas perfectas, lisas y dóciles: prefiero a las mujeres y los hombres que tienen algo de belleza y temperamento”. ¿Qué me dicen a eso?

Desde luego, quien tuvo retuvo, y Armani todavía tiene mucho que aportar, también para engordar su cuenta de resultados, claro, que hay quien dice que sólo le falta estampar su firma en lonchas de mortadela, porque hay que ver cuántas cosas tiene en el mercado, desde bombones a muebles y alfombras, pasando por la alta costura. El caso es que Armani acaba de inaugurar en Valencia, en el Corte Inglés de Pintor Sorolla, su espacio de maquillaje y perfumería, a sumar a los que ya tiene de Armani Jeans y Armani junior en el mismo centro.

La nueva boutique Giorgio Armani Cosmetics está justo frente a Sephora –cuentan que vende una locura-, en un espacio negro, limpio y minimalista, con una enorme pantalla donde puedes ver sus últimos desfiles mientras compras un colorete. La inauguración de este jueves fue un poco ruidosa, porque el paso de gente en esa zona es continuo (ale ventas) y la mayoría se quedaba mirando a ver si caía algo. Al final, la cita quedó elegante y sobria, como suele ser todo lo de esta firma.

La modelo Ariadne Artiles, más conocida por ser la mujer de Fonsi Nieto, fue la madrina del evento. En la distancia corta no parece tan bellezón, pero dicen que es fotogénica y en las fotos gana mucho, ¡qué cosas! Ariadne, vestida de Giorgio Armani (la primera línea, por supuesto) y toda de negro, zapatos y bolso incluidos, se dejó maquillar por Reza Zaimeche, dicen que mano derecha de Armani. Tras la sesión de maquillaje, uno de los responsables de la firma–no recuerdo el nombre- regaló otra cita de Giorgio que más de una debería grabar en su armario: “La elegancia no significa destacar, sino ser recordado”. Armani es grande.

Como de maquillaje no entiendo mucho, voy directa al stand de los perfumes exclusivos. Son muy personales, nada que ver con los convencionales de su firma (tampoco en el precio, 180 euros). El diseñador ha buscado olores simples y sofisticados a la vez, (un secreto: él siempre lleva la fragancia de incienso), olores que según Armani “susciten un estado de ánimo, evoquen y estimulen los recuerdos”. Prometo que cualquiera de sus seis perfumes lo consigue. Junto con su hidratante, la Crema Nera, prometen ser un éxito de ventas, ¡como todo lo que hace este diseñador!

jueves, 27 de septiembre de 2007

Soy de Prada


Me encanta Prada. Me gusta su nueva colección. Me gustan todas sus colecciones, las antiguas y las nuevas. Acabo de comprar en ebay un bolso de hace casi cinco años y me sigue pareciendo genial, ¡a ver qué otro diseñador supera la prueba! Prada es como todo lo bueno, mejora con los años. Como muestra, la colección del invierno 2003

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Cincuenta años no son nada

A las que nacimos en el 68 nos quedan tres telediarios para despedirnos de cualquier posibilidad de que nos sigan considerando jóvenes: cuando entras en los cuarenta ya eres inevitablemente una señora. Las matemáticas son inmisericordes y por más que tratas de rejuvenecer tu look con minifaldas y vaqueritos ajustados, lo cierto es que cuando cumples los cuarenta, cada día que pasa es uno menos que falta para llegar a los cincuenta y eso un cierto pavor, porque recuerdas que de niña tu abuelita tenía esa edad. Encima, según una amiga, cuando cumples cuarenta te llenas de arrugas… ¡pánico me da!

En fin, que llevo una temporada larga debatiéndome entre si el día de mi cuarenta cumpleaños debo celebrarlo por todo lo alto, o prefiero encerrarme en mi habitación, bajar la persiana, cerrar la puerta y decir a todo el mundo que una enorme cefalea amenaza con llevarme de este mundo. Y en esas andaba hasta hace unos días, cuando cae en mis manos una nota de prensa anunciando que Arturo Blanch va a celebrar su cincuenta cumpleaños con una fiesta de disfraces en el Alameda Palace. Lo primero que pensé fue: “uff, qué suerte, ya tiene cincuenta, no tiene que pasar por los cuarenta”.

La nota de prensa anunciaba una web, arturocumple50.com, en la que daba instrucciones para ir a la fiesta: imprescindible el uso de toga, así es que se podía ir de egipcio, de romano, de árabe, de Rappel, de Harry Potter o de monja. ¡Fantástico!, eso es echarle bemoles a la vida y saber disfrutarla. Y llegó la fiesta. Entre los invitados –la lista está en la página web, para los cotillas-, estaban amigos del colegio, de La Cañada, de Jávea, del sector de la comunicación, de la política, del mundo empresarial…Ellos optaron por la chilaba y ellas por la toga de romana (mención especial al disfraz troglodita de Begoña Aguilar y Cuchita Lluch, esta última, imprescindible en cualquier fiesta que se precie).

El cumpleañero dejó la organización de su fiesta en manos de una agencia de comunicación, de ahí que todo estuviera cuidado hasta el detalle: cuando llegabas, podías posar en el photocall y hasta hacer declaraciones como si fueras famoso ¡que divertido! Ya dentro del recinto, veías en una pantalla enorme las entrevistas en directo, ¡como el tomate, pero con amigos! La música estuvo a cargo de Distrito 10 radio, emisora que aprovechó que el acto para hacer su presentación en sociedad.

Más detalles de la fiesta de cumpleaños, para los que quieran copiar ideas (benchmarking de andar por casa). Dentro del local, se montó un escenario con el fondo “Arturo cumple cincuenta” y un sillón justo en el centro, a modo de trono del Rey Arturo (¡estos de comunicación están en todo!). En la sala, decorada en blanco y negro, había barra de cócteles, mesas centrales altas y bajitas con centros de flores. El catering fue estupendo (la fondue de frutas, para repetir). Después de la cena, la periodista Esmeralda Velasco se subió al escenario, le dijo a Arturo unas palabras muy bonitas, y el subió rodeado de músicos con tambores, se sentó en el trono y subieron su mujer y sus dos hijas, que le cantaron el cumpleaños feliz (cantan de lujo las dos); después hubo tarta con velas y chica dentro, de sorpresa; música de varias décadas y, en fin, para que se hagan una idea, los últimos invitados se fueron ¡cuando ya habían dado las cinco!

No sé si me atreveré, pero visto lo visto el viernes, creo que de lo encerrarme en la habitación nada de nada. Quizás yo también monte una fiesta de disfraces, aunque creo que cambiaré las togas por pantalones cortos para ellos y para ellas vestiditos de flores sesenteros. Y quien no se disfrace, no entra.

lunes, 17 de septiembre de 2007

El canapé de huevas se quedó enterito

La fiesta de inauguración del hotel Las Arenas fue genial. Excepto el canapé de huevas, que se quedó enterito en las bandejas (lo sacaban una y otra vez, pero la gente no picaba), estuvo todo a la altura de un cinco estrellas GL (gran lujo). Hay que decir que la gente lo cogió con ganas por ser la primera fiesta después de verano. Lleno total (casi mil personas) pero sin agobios, porque el jardín del hotel es enorme. Lo mejor es que abrieron las suites de la planta cuarta para que los invitados pudieran cotillear. Tiene su aquel ver cómo duermen los ricos que se alojan en una de las dos suites (Las Arenas y La Malvarrosa) de a 3.000 la noche: albornoces mullidos, colonia y jaboncitos de Hermès, pantallas enormes de plasma, 90 metros entre salón, baño y dormitorio…

La suite Las arenas está decorada en tonos arenas y la Malvarrosa en tonos malva. Elemental, querido Watson. La de tonos malva tiene hasta cocina, un poco inútil, la verdad, porque no creo que el rico de turno se ponga a cocinar una tortilla a la francesa a la una de la mañana… Las Arenas es muy parecida, pero sin cocina. Lo mejor de las dos, los balcones con vistas al mar, ¡que mavarilla! Desde la terraza, puedes imaginarte a Miuccia Prada (se alojó en esa suite con su marido), mirando al mar y suspirando por una victoria de su equipo, el Luna Rossa. Añádanse a las vistas del mar, las piscinas del hotel iluminadas en primer plano, las mesas del jardín perfectamente alineadas, la música de jazz sonando como en la lejanía y un enorme globo blanco iluminado representando la luna de Valencia (la de verdad estaba escondida). Resultado: una noche mágica de verdad, como dijo una amiga de una amiga, tal que si fuera el baile de la película El gran Gatsby. No iba desencaminada esta mujer, porque de hecho, los dueños del hotel intentaron recrear la atmósfera de los años veinte, con música y actrices vestidas de charlestón.

De los modelitos de las invitadas, un poco de todo. La invitación no especificaba ningún dress-code, pero algún colega mal informado escribió que la cena sería de gala y cundió el caos. Allí tenías a señoras de fiesta y tiros largos y a otras (servidora incluida) con pantalón y blusa como de diario. ¡Desastre total! La próxima, por favor, que se incluya el dresscode, que así ya sabemos cómo ir vestidas (ellos no tienen ese problema, con un traje chaqueta, van ideales). Y hablando de modelitos, ¡qué mona iba la hija pequeña de Presen Rodríguez, con uno de los vestiditos mini con plisado de su colección! Según Presen, si te gusta ese tipo de vestido, hay que aprovechar esta temporada antes de que cambie la moda y vuelvan los ajustados ¡Presen no desaprovecha una!

Como no se puede estar en dos sitios a la vez, la semana de la moda no la vi en directo, sino en Punt 2. Me da vergüenza ajena sólo recordarlo. A Josep Lozano le faltaban adjetivos para dar jabón a los diseñadores. En parte es lógico, porque él no sólo comenta los desfiles para Punt 2, sino que además es director técnico de la pasarela, cronista de los desfiles para varias revistas y un periódico local y, por si fuera poco, su agencia NIL (Nadal y Lozano) factura por llevar la comunicación de la Semana de la Moda,… ¡Eso sí es rentabilizar la pasarela! ¿Entienden ahora porqué para Lozano los desfiles de Valencia son de lo mejor del mundo mundial? Lo que pasa es que hasta el peloteo hay que hacerlo con clase. No se pueden decir cosas como “así aplega el mestre absolut del glamour internacional” hablando de Alex Vidal, porque eso no se lo cree nadie, ni el propio Alex, que no sabía dónde meterse después de semejante comentario. ¡Para cambiar de canal!

domingo, 9 de septiembre de 2007

¡A pedir hora en la peluquería!

Cuando llega septiembre y compras los uniformes de tus hijos, empiezas a respirar tranquila ¡Siiiiiii, vuelta a la normalidad! Los niños al cole, los trajes de baño guardados y las chancletas a la basura. ¡Qué liberación! A estas alturas ya no puedes más con la playa, con las toallas de playa, con la canción del verano y hasta con tus niños, que te parecen tan pesados como los del vecino. Qué maravilla pedir hora en tu peluquería favorita (Jacques Dessange por fin ha abierto en Valencia, en Conde Salvatierra) y que te dejen una melena como la de Claudia Schiffer, nada que ver con esos pelos de loca que has llevado todo el verano gracias a la brisa marina y al agua de la piscina. Adiós a la coleta, la pinza y hasta el coletero de Winnie de Poo que le cogiste un día a tu hija ¡qué fuerte!

Que bien salir de tiendas y descubrir las chaquetas y abrigos de paño, nada que ver con las telas flojas de los vestiditos de verano; y los suéters de cachemir, tan agradables al tacto; y las botas de montar, ¡tan elegantes! Y que bien encontrarte con todas las colecciones nuevas, con tiendas recién inauguradas y con otras redecoradas, como Max Mara. Definitivamente, me encanta septiembre. Si hasta te invitan a fiestas ¡y no son de la Copa América! Para empezar, el martes que viene comienza la semana de la moda de Valencia, de la que hay mucho que hablar y no precisamente bueno, porque este año tampoco desfilará Montesinos (sigue en desacuerdo con el rumbo que ha tomado la pasarela), como tampoco veremos las colecciones de Presen Rodríguez, Enrique Lodares, Marta de Diego o Juan Andrés Mompó, entre otros importantes de la moda valenciana, con la excusa de que su ropa no es prêt-à-porter. Ya estamos. ¡Habría que ver cuántos de los que desfilan tienen prêt-à-porter, producción industrial y venta bajo pedido! Excepto Hanibal Laguna y Dolores Cortés, que también desfilan en la Pasarela Cibeles con Montesinos, los demás, de industria, más bien poco.

En cualquier caso, ahí está el supuesto escaparate de la moda valenciana para quien quiera acercarse a la feria de Valencia (con invitación), y ver alguno de los desfiles. Y el miércoles ¡tachán! Dos fiestas, dos, para lucir modelito, peinado, manicura, pedicura y hasta tratamiento de belleza post verano. Lástima que las dos coincidan en día y prácticamente en hora. Y, además, ninguna tiene que ver con la Copa América ni con ningún evento deportivo, cosa rara en esta ciudad. La primera es el cóctel organizado en Siete Aguas para presentar el complejo Ríos del Belenguerón. Lo más de lo más de la sociedad valenciana (la de toda la vida) estará Siete Aguas en la fiesta de inauguración de un proyecto que incluye un hotel de lujo, campo de golf, río truchero y hasta centro comercial. ¡Que no llueva, por favor! Las animadoras del evento serán las princesas de Baviera, Crista y Tessa. (¿Se imaginan a Doña Leti dentro de unos años como imagen de una urbanización?, ¡qué maldad digna de Jaime Peñafiel!). El cóctel promete porque es el primero después del verano y a la gente le apetece arreglarse, saludar a unos y otros ¡y cotillear, como no!

El mismo día, y sólo una hora después –habrá que coger el coche a la carrera-, a las ocho y media de la tarde, comenzará la fiesta de inauguración del hotel Balneario Las Arenas. Es verdad que el hotel lleva un año funcionando, pero con tanta Copa América y tanto evento, los propietarios -la familia Santos-, no habían encontrado un hueco para celebrarlo. Como contrapartida, la fiesta será una pasada, con muchos invitados y un catering a la altura de un cinco estrellas gran lujo ¡uff, habrá que ir pensando en el modelito!

lunes, 3 de septiembre de 2007

Bulgari y Samsonite abrirán tienda en la zona más cara de toda Valencia

Al ritmo que lleva, la calle Poeta Querol va a tener más tiendas lujosas que Serrano y Ortega y Gasset juntas. Las próximas en abrir: un pedazo de tienda de Bulgari y otra menos ambiciosa de Samsonite Black Label. La de Bulgari será impresionante, aunque habrá que esperar a Navidad para la inauguración porque la reforma del local acaba de empezar. Los italianos no querían contarlo hasta que el proyecto estuviera más avanzado, pero alguien ha debido largar más de la cuenta y ya lo sabe media Valencia.


La joyería ocupará el espacio de la tienda de cerámica Neri, que si la recuerdan era enorme. Por eso no es de extrañar que, cuando se inaugure, sea la boutique Bulgari más grande de España. El local no sólo tiene cientos de metros, sino una fachada tan amplia que hasta tendrá dos puertas de entrada: una para la joyería de alto nivel, con guardia jurado, y otra más accesible, que dará paso a la sección de complementos (bolsos, gafas, pañuelos, perfume…). Los de Bulgari han bautizado este modelo de tienda como “twin store” (la de Valencia es la segunda de este tipo que abren en España, la primera está en Marbella, en Puerto Banús).


Las twin-store son tiendas dobles, juntas pero con públicos diferentes. Para entendernos, por una puerta entraremos los que nos podemos gastar 120 euros en unas gafas de sol y por la otra, los que compran relojes o alta joyería. Pero la exclusividad de Bulgari no se queda ahí. Para los clientes vip entre los vip, la joyería reserva un espacio privado donde se podrán comprar piezas exclusivas sin las miradas de ningún cotilla. Recuerdo que una vez en Madrid vi a Eduardo Zaplana -paladín de la coquetería valenciana- entrar en Bulgari de Serrano y, de repente, ¡desapareció como si se hubiera esfumado por la puerta de atrás! Ahora lo entiendo. Seguro que estaba en una de esas zonas privadas donde puedes ver toda la colección a salvo de curiosos o paparazzis. Me quedé con las ganas de saber qué compró, pero seguro que algo bonito ¡y caro!, que uno no entra en esa zona para elegirse unas gafas de sol… Por cierto, Zaplana llevaba un sastre con pantalón recto algo estrecho de lo más estiloso.

La segunda tienda de lujo que ha elegido Poeta Querol es Samsonite Black Label. La firma de maletas abrirá su tienda en pocas semanas, en el bajo que ocupaba antes Frette (¡tenía una ropa de cama preciosa pero prohibitiva!). La tienda de Samsonite está bastante más avanzada que Bulgari y venderá las colecciones de alta gama de la firma, como la serie de maletas y bolsos diseñados por Alexander MacQueen o las piezas firmadas por Matthew Williamson, que han conseguido darle un aire más moderno y fashion a la clásica maleta. En España, sólo hay otra tienda Black Label y está en Madrid, en la calle Ortega y Gasset ¡cómo no!

Más aperturas en la misma zona: la nueva cervecería Guinness House, una pijada de bar (perdón, pub inglés) en un punto inmejorable (donde estaba Mercedes Soler, por seguir con los antecedentes), en la remodelada Plaza del Patriarca. Hacía falta una cafetería de este estilo en una zona peatonal que se llena por las mañanas con oficinistas y por las tardes con niños y mamás. Desde luego, la terracita de esta cervecería está en uno de los mejores puntos de Valencia, ideal para tomar algo fresquito después de una tarde de compras por Hermès, Vuitton, Loewe o Ermenegildo Zegna. El único problema es que se han pasado con los precios. Vamos, que te pides un café con tostadita y la propia camarera te dice que mejor que pidas el desayuno completo, que te cuesta menos y además incluye zumo de naranja. Total: 4 euros. ¡Quién dijo que París o Londres eran caros!

miércoles, 29 de agosto de 2007

Listas de deseos




Antes no te complicabas tanto la vida con la ropa: podías elegir entre el pantalón de pinzas o el de cinco bolsillos; un suéter de Privata o de Lacoste; unos Levi’s etiqueta naranja o los etiqueta roja, que eran el no va más de los vaqueros. Ahora, no sólo tienes cien marcas de jeans con tropecientos modelos a escoger, sino que hay tantas firmas, tantas tiendas y tantos diseñadores, que te vuelves loca si quieres planificar tus compras de invierno.

Se supone que las revistas tendrían que ayudarte a elegir, pero es peor el remedio que la enfermedad. Y eso que la mayoría de fashion-victims nos empezamos a poner nerviosas el 15 de agosto, cuando están a punto de salir los extras de colecciones. Pues nada, llegas emocionada al kiosco, cargas con varios kilos de papel couché (Vogue, 2.7 kilos) y le dices a tu familia que te deje tranquila durante unas horas, que necesitas intimidad y concentración para tus revistas. Terminas y ¡oh, tragedia!: se lleva casi todo. Las faldas tubo de mujer fatal de los cuarenta y también las de colegiala de tablas por debajo de la rodilla; están de moda los sastres entallados y sus opuestos, los abrigos extra voluminosos; te puedes vestir toda de negro o con colores chillones como el verde, fucsia o naranja; puedes calzar stilettos ultrafemeninos o botas tipo Dr. Martens; pantalones super anchos o pitillos. Vamos, un verdadero lío.

Las inglesas, tan listas ellas, inventaron las “wish list” para tratar de poner un poco de orden en este caos. En la wish list, o lista de deseos, vas anotando todo lo que quisieras tener en tu armario la próxima temporada. ¡Igual que la lista de compra del supermercado, pero con vestidos y zapatos en lugar de tomates y cebollas! La lista de deseos es como tu selección de imprescindibles, aquello por lo que serías capaz de matar (“to die for”, dicen las inglesas). La mía es tan larga como una ristra de longanizas de charcutería: un abriguito de Miu Miu, un bolso de Vuitton, una chaqueta Balenciaga, un vestido de Marni, unos botines de Chloé… y no sigo porque no me cabe. El problema con la wish list es que siempre es mucho más grande que tu presupuesto de la temporada, vamos, casi como la canción “so many man, so little time” (tantos hombres, tan poco tiempo). ¡Qué fuerte!

La lista de deseos puedes escribirla en un bloc de notas, como la compra del super, o en algo más glamuroso, como la wish list de Style.com, la edición online americana de Vogue. En style.com accedes directamente a las fotos de los desfiles y cuando algo te gusta, lo seleccionas y lo guardas en tu carpeta de favoritos. Tu wish list la puedes consultar cuando quieras, añadir o quitar fotos y hasta hacerla pública para que otros vean tu fondo de armario ideal. Y del mismo modo, puedes cotillear entre las wish list de miles de vogueadictas que ya saben cómo quieren vestir este invierno. Las tiendas on line (net-a-porter.com, marni.com, matches.com, yoox.com…) también tienen sus wish list para que guardes tus modelitos favoritos en tu lista, que es algo parecido a la carta para los Reyes Magos. Incluso puedes enviarla a un amigo en plan indirecta para tu cumpleaños. Por si no fuera bastante, puedes pasar tu lista entera de deseos al carro de la compra en un tris tras, ¡para vaciar tu tarjeta de crédito en tres minutos!

Mi listas de deseos (sí, en plural) ya deben ir por los cien modelitos. Una faena, la verdad. Claro que no a todas nos pasa lo mismo. Ayer, mi mejor amiga me llamaba preocupada: ¿Ya has comprado el Telva de colecciones?, lo acabo de ojear y no veo nada que me guste. -¿En serio? Uff, pues eso sí que es un problema.

lunes, 20 de agosto de 2007

Vendo Chanel de segunda mano

Las norteamericanas, tan prácticas ellas, han descubierto un modo de renovar sus armarios y, de paso, sacarse unos dólares, que nunca está de más. ¿Qué hacen las señoras ricachonas de Beverly Hills con sus trajes Chanel de otras temporadas? Pues los subastan por Internet, como lo oyen. Hay que entrar en ebay.com (el americano, porque en el español, las Koplovich todavía no han descubierto el invento) para ver la cantidad de ropa casi nueva que se subasta: aquí un vestido de alta costura de Oscar de la Renta, aquí unos Manolos “que sólo me puse un par de veces” (cuando uno tiene cien pares de zapatos pasan estas cosas). Total, que si tienes suerte de que la ricachona use tu misma talla de zapatos o de vestido, pues es la leche –con perdón- porque mucha de la ropa que venden está prácticamente nueva. Y además, con el cambio de dólares a euros, todavía resulta más chollazo.

Como siempre en Internet, hay que fijarse bien en lo que compras para evitar las falsificaciones. ¿Cómo descubrir a una de estas ricachonas de Beverly Hills? Lo primero es mirar bien las fotos. Normalmente, estas californianas viven en unas mansiones que alucinas. La mayoría tienen hasta maniquíes con sus medidas donde le sacan foto al modelito. Y si te fijas bien, puedes apreciar las lámparas impresionantes o los muebles un poco horteras de sus casas. Hay de todo, pero entre las que venden sus chaneles de segunda mano abundan las nuevas ricas de talla 38 y 100 de contorno de pecho. Si el Chanel es auténtico, la vendedora suele incluir varias fotos de la prenda, detalles de los acabados y, a veces, hasta la etiqueta de compra original con un precio de muchos, muchos dólares (un sastre de esos no se compra por menos de 5.000).

Cuando encuentras a una de estas señoras que usa tu misma talla, no hay que perderla de vista. Por lo general, las que empiezan a subastar le cogen gusto a eso de renovar sus armarios (hay que hacer sitio a las nuevas compras) y se deshacen de todos sus trapitos antiguos semana tras semana. Mi último descubrimiento es una pija tailandesa que está renovando su fondo de armario y tiene un gusto exquisito (¡lástima que mi talla no sea la 38!). Ahora mismo tiene a la venta un par de zapatos Prada prácticamente nuevos, varios bolsos Marc Jacobs y no se cuántos caprichos más. Lo de ebay tiene un plus, y es que te permite localizar bolsos y ropa de otras temporadas que no te quedaste por el precio o porque no llegaron a Valencia. El mercado norteamericano es tan grande que allí cabe de todo, hasta ropa de primeras firmas que ha ido de outlet en outlet hasta acabar en Internet a precio de ganga. Bueno, y las más atrevidas siempre pueden lanzarse a subastar sus bolsos pasados de moda por ebay. Les aseguro que es divertidísimo y no hay más que ponerse a ello…

Por si no les convence lo de ebay, hay otra dirección de Internet que es una pasada. Se llama http://www.yoox.com y es un outlet italiano a dónde van a parar miles y miles de restos de colecciones de primeras firmas de fábrica y stocks. ¡Uff, hay de todo! Es totalmente seguro y fiable. Pagas con tarjeta de crédito, te lo llevan hasta tu casa y si no te gusta o no te queda bien, puedes devolverlo gratis porque en la misma caja te entregan la etiqueta para la devolución: llamas a UPS, recogen el paquete y al cabo de quince o veinte días te reintegran el dinero. ¿Es o no es una maravilla? En Yoox venden ahora mismo bolsos de Miu-Miu, ropa de Balenciaga, de YSL, Marni, Etro, Chloé, Bottega Veneta y todas las firmas italianas, francesas y americanas que imaginen ¡Una locura!

lunes, 13 de agosto de 2007

El diablo viste de Zara

Odio las copias. Antes se guardaban un poco las formas, pero ahora te pasas por los escaparates de las tiendas de Don Amancio Ortega -su hija no viste Zara, véase en el último Hola con rebequita Chanel y bolso coco de Hermès- y empiezas a ver réplicas de colecciones enteras que calcan hasta el estilismo del desfile. Vamos, que llegan antes las copias que los originales, y cuando por fin ves el original, llevas tanto tiempo viendo la copia que se te quitan las ganas. Ya se, ya se, que las copias permiten que hasta los más pobres vistamos de diseño, pero la pregunta es: ¿no se podría diseñar moda barata sin necesidad de copiar la cara? ¿No se puede hacer moda original a buen precio? Pues nada, erre que erre, a fusilar –eso dicen los periodistas cuando se copian textos- lo que ha diseñado Marni, Prada, Gucci y Papuchi.

Por supuesto que Zara no es la única firma de moda accesible que copia, pero sí fue la primera y la que mejor lo hace. Luego vinieron la sueca H&M y todas las demás. Se copia tanto, que hasta existen blogs enteritos dedicados a cazar clones. El mejor se llama “El diablo viste de Zara”, (http://devilwearszara.blogspot.com/) y su autora se recorre todas las tiendas de cabo a rabo –uff, qué mal suena eso- buscando clones de primeras firmas. Esta chica es una experta. No se le escapa una. Cuando ha encontrado la copia, le saca foto y la contrapone al original. A veces, es tan descarado como con el vestido Gucci amarillo de volantes de este verano: había más copias que originales.

Ayer pasé por una de esas tiendas famosas. Ya tienen todas las copias de invierno: en un perchero, los vestidos de Marni, con su cinturón y todo; en otro, una chaqueta de Marc Jacobs con sus bolsillos pequeños; en el estante, una réplica en plástico del carísimo modelo “Muse” de Yves Saint Laurent en coco negro; aquí la chaqueta azul con raya roja estilo colegial de Balenciaga con la única diferencia del ribete negro en la solapa y más allá el vestido Chloé color naranja ácido igualito, igualito al original. Y eso con un golpe de vista, que como te pongas a mirar con lupa podrías encontrar parecidos en casi toda la ropa.

Las hay que copian tanto que son como tops manta legales. Lo que venden es tan falso como los Fendis de la calle Don Juan de Austria. Y no digamos si te metes en Internet, que eso ya es el sálvese quien pueda. Hace unos meses, un caradura vendía bolsos de Loewe dándote la opción de elegir tamaño y color, como el servicio personalizado que dan las tiendas. ¡Qué fuerte! Por cierto, que Loewe –que ha vuelto a llenar sus escaparates con chaquetones de nobuck en pleno mes de agosto - ha dado un giro a su estrategia: por un lado, va a empezar a distribuir bolsos en tiendas multimarca (Mala Malísima traerá sus bolsos la próxima temporada) y, además, acaba de prescindir de José Enrique Oña Selfa, el diseñador de los últimos seis años, y ha fichado a Stuart Vevers, que viene directamente de diseñar bolsos para Mulberry ¡con lo bien que lo había hecho Oña Selfa!. Dicen que Arnault –el dueño de LVMH y también de Loewe- espera que Vevers relance la línea de bolsos. Ya veremos…

Desde luego, si no puedes comprarte un Loewe, siempre es preferible fichar otro más barato que irse a un top manta legal. Para eso están las firmas más asequibles, como Comptoir des Cotonniers en ropa o Fun & Basics en bolsos; o las segundas líneas de las mega firmas (¿qué sería de nosotras sin Miu-Miu o See by Chloé?). Y si no, recuerden el capítulo donde Carry Bradshaw contactaba con un falsificador que le vendía copias de Fendi en un maletero del coche y al final decide no comprarlo porque ella siempre sabría que su bolso era una estafa. Se puede engañar a todo el mundo, pero a una misma, jamás.