jueves, 27 de septiembre de 2007

Soy de Prada


Me encanta Prada. Me gusta su nueva colección. Me gustan todas sus colecciones, las antiguas y las nuevas. Acabo de comprar en ebay un bolso de hace casi cinco años y me sigue pareciendo genial, ¡a ver qué otro diseñador supera la prueba! Prada es como todo lo bueno, mejora con los años. Como muestra, la colección del invierno 2003

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Cincuenta años no son nada

A las que nacimos en el 68 nos quedan tres telediarios para despedirnos de cualquier posibilidad de que nos sigan considerando jóvenes: cuando entras en los cuarenta ya eres inevitablemente una señora. Las matemáticas son inmisericordes y por más que tratas de rejuvenecer tu look con minifaldas y vaqueritos ajustados, lo cierto es que cuando cumples los cuarenta, cada día que pasa es uno menos que falta para llegar a los cincuenta y eso un cierto pavor, porque recuerdas que de niña tu abuelita tenía esa edad. Encima, según una amiga, cuando cumples cuarenta te llenas de arrugas… ¡pánico me da!

En fin, que llevo una temporada larga debatiéndome entre si el día de mi cuarenta cumpleaños debo celebrarlo por todo lo alto, o prefiero encerrarme en mi habitación, bajar la persiana, cerrar la puerta y decir a todo el mundo que una enorme cefalea amenaza con llevarme de este mundo. Y en esas andaba hasta hace unos días, cuando cae en mis manos una nota de prensa anunciando que Arturo Blanch va a celebrar su cincuenta cumpleaños con una fiesta de disfraces en el Alameda Palace. Lo primero que pensé fue: “uff, qué suerte, ya tiene cincuenta, no tiene que pasar por los cuarenta”.

La nota de prensa anunciaba una web, arturocumple50.com, en la que daba instrucciones para ir a la fiesta: imprescindible el uso de toga, así es que se podía ir de egipcio, de romano, de árabe, de Rappel, de Harry Potter o de monja. ¡Fantástico!, eso es echarle bemoles a la vida y saber disfrutarla. Y llegó la fiesta. Entre los invitados –la lista está en la página web, para los cotillas-, estaban amigos del colegio, de La Cañada, de Jávea, del sector de la comunicación, de la política, del mundo empresarial…Ellos optaron por la chilaba y ellas por la toga de romana (mención especial al disfraz troglodita de Begoña Aguilar y Cuchita Lluch, esta última, imprescindible en cualquier fiesta que se precie).

El cumpleañero dejó la organización de su fiesta en manos de una agencia de comunicación, de ahí que todo estuviera cuidado hasta el detalle: cuando llegabas, podías posar en el photocall y hasta hacer declaraciones como si fueras famoso ¡que divertido! Ya dentro del recinto, veías en una pantalla enorme las entrevistas en directo, ¡como el tomate, pero con amigos! La música estuvo a cargo de Distrito 10 radio, emisora que aprovechó que el acto para hacer su presentación en sociedad.

Más detalles de la fiesta de cumpleaños, para los que quieran copiar ideas (benchmarking de andar por casa). Dentro del local, se montó un escenario con el fondo “Arturo cumple cincuenta” y un sillón justo en el centro, a modo de trono del Rey Arturo (¡estos de comunicación están en todo!). En la sala, decorada en blanco y negro, había barra de cócteles, mesas centrales altas y bajitas con centros de flores. El catering fue estupendo (la fondue de frutas, para repetir). Después de la cena, la periodista Esmeralda Velasco se subió al escenario, le dijo a Arturo unas palabras muy bonitas, y el subió rodeado de músicos con tambores, se sentó en el trono y subieron su mujer y sus dos hijas, que le cantaron el cumpleaños feliz (cantan de lujo las dos); después hubo tarta con velas y chica dentro, de sorpresa; música de varias décadas y, en fin, para que se hagan una idea, los últimos invitados se fueron ¡cuando ya habían dado las cinco!

No sé si me atreveré, pero visto lo visto el viernes, creo que de lo encerrarme en la habitación nada de nada. Quizás yo también monte una fiesta de disfraces, aunque creo que cambiaré las togas por pantalones cortos para ellos y para ellas vestiditos de flores sesenteros. Y quien no se disfrace, no entra.

lunes, 17 de septiembre de 2007

El canapé de huevas se quedó enterito

La fiesta de inauguración del hotel Las Arenas fue genial. Excepto el canapé de huevas, que se quedó enterito en las bandejas (lo sacaban una y otra vez, pero la gente no picaba), estuvo todo a la altura de un cinco estrellas GL (gran lujo). Hay que decir que la gente lo cogió con ganas por ser la primera fiesta después de verano. Lleno total (casi mil personas) pero sin agobios, porque el jardín del hotel es enorme. Lo mejor es que abrieron las suites de la planta cuarta para que los invitados pudieran cotillear. Tiene su aquel ver cómo duermen los ricos que se alojan en una de las dos suites (Las Arenas y La Malvarrosa) de a 3.000 la noche: albornoces mullidos, colonia y jaboncitos de Hermès, pantallas enormes de plasma, 90 metros entre salón, baño y dormitorio…

La suite Las arenas está decorada en tonos arenas y la Malvarrosa en tonos malva. Elemental, querido Watson. La de tonos malva tiene hasta cocina, un poco inútil, la verdad, porque no creo que el rico de turno se ponga a cocinar una tortilla a la francesa a la una de la mañana… Las Arenas es muy parecida, pero sin cocina. Lo mejor de las dos, los balcones con vistas al mar, ¡que mavarilla! Desde la terraza, puedes imaginarte a Miuccia Prada (se alojó en esa suite con su marido), mirando al mar y suspirando por una victoria de su equipo, el Luna Rossa. Añádanse a las vistas del mar, las piscinas del hotel iluminadas en primer plano, las mesas del jardín perfectamente alineadas, la música de jazz sonando como en la lejanía y un enorme globo blanco iluminado representando la luna de Valencia (la de verdad estaba escondida). Resultado: una noche mágica de verdad, como dijo una amiga de una amiga, tal que si fuera el baile de la película El gran Gatsby. No iba desencaminada esta mujer, porque de hecho, los dueños del hotel intentaron recrear la atmósfera de los años veinte, con música y actrices vestidas de charlestón.

De los modelitos de las invitadas, un poco de todo. La invitación no especificaba ningún dress-code, pero algún colega mal informado escribió que la cena sería de gala y cundió el caos. Allí tenías a señoras de fiesta y tiros largos y a otras (servidora incluida) con pantalón y blusa como de diario. ¡Desastre total! La próxima, por favor, que se incluya el dresscode, que así ya sabemos cómo ir vestidas (ellos no tienen ese problema, con un traje chaqueta, van ideales). Y hablando de modelitos, ¡qué mona iba la hija pequeña de Presen Rodríguez, con uno de los vestiditos mini con plisado de su colección! Según Presen, si te gusta ese tipo de vestido, hay que aprovechar esta temporada antes de que cambie la moda y vuelvan los ajustados ¡Presen no desaprovecha una!

Como no se puede estar en dos sitios a la vez, la semana de la moda no la vi en directo, sino en Punt 2. Me da vergüenza ajena sólo recordarlo. A Josep Lozano le faltaban adjetivos para dar jabón a los diseñadores. En parte es lógico, porque él no sólo comenta los desfiles para Punt 2, sino que además es director técnico de la pasarela, cronista de los desfiles para varias revistas y un periódico local y, por si fuera poco, su agencia NIL (Nadal y Lozano) factura por llevar la comunicación de la Semana de la Moda,… ¡Eso sí es rentabilizar la pasarela! ¿Entienden ahora porqué para Lozano los desfiles de Valencia son de lo mejor del mundo mundial? Lo que pasa es que hasta el peloteo hay que hacerlo con clase. No se pueden decir cosas como “así aplega el mestre absolut del glamour internacional” hablando de Alex Vidal, porque eso no se lo cree nadie, ni el propio Alex, que no sabía dónde meterse después de semejante comentario. ¡Para cambiar de canal!

domingo, 9 de septiembre de 2007

¡A pedir hora en la peluquería!

Cuando llega septiembre y compras los uniformes de tus hijos, empiezas a respirar tranquila ¡Siiiiiii, vuelta a la normalidad! Los niños al cole, los trajes de baño guardados y las chancletas a la basura. ¡Qué liberación! A estas alturas ya no puedes más con la playa, con las toallas de playa, con la canción del verano y hasta con tus niños, que te parecen tan pesados como los del vecino. Qué maravilla pedir hora en tu peluquería favorita (Jacques Dessange por fin ha abierto en Valencia, en Conde Salvatierra) y que te dejen una melena como la de Claudia Schiffer, nada que ver con esos pelos de loca que has llevado todo el verano gracias a la brisa marina y al agua de la piscina. Adiós a la coleta, la pinza y hasta el coletero de Winnie de Poo que le cogiste un día a tu hija ¡qué fuerte!

Que bien salir de tiendas y descubrir las chaquetas y abrigos de paño, nada que ver con las telas flojas de los vestiditos de verano; y los suéters de cachemir, tan agradables al tacto; y las botas de montar, ¡tan elegantes! Y que bien encontrarte con todas las colecciones nuevas, con tiendas recién inauguradas y con otras redecoradas, como Max Mara. Definitivamente, me encanta septiembre. Si hasta te invitan a fiestas ¡y no son de la Copa América! Para empezar, el martes que viene comienza la semana de la moda de Valencia, de la que hay mucho que hablar y no precisamente bueno, porque este año tampoco desfilará Montesinos (sigue en desacuerdo con el rumbo que ha tomado la pasarela), como tampoco veremos las colecciones de Presen Rodríguez, Enrique Lodares, Marta de Diego o Juan Andrés Mompó, entre otros importantes de la moda valenciana, con la excusa de que su ropa no es prêt-à-porter. Ya estamos. ¡Habría que ver cuántos de los que desfilan tienen prêt-à-porter, producción industrial y venta bajo pedido! Excepto Hanibal Laguna y Dolores Cortés, que también desfilan en la Pasarela Cibeles con Montesinos, los demás, de industria, más bien poco.

En cualquier caso, ahí está el supuesto escaparate de la moda valenciana para quien quiera acercarse a la feria de Valencia (con invitación), y ver alguno de los desfiles. Y el miércoles ¡tachán! Dos fiestas, dos, para lucir modelito, peinado, manicura, pedicura y hasta tratamiento de belleza post verano. Lástima que las dos coincidan en día y prácticamente en hora. Y, además, ninguna tiene que ver con la Copa América ni con ningún evento deportivo, cosa rara en esta ciudad. La primera es el cóctel organizado en Siete Aguas para presentar el complejo Ríos del Belenguerón. Lo más de lo más de la sociedad valenciana (la de toda la vida) estará Siete Aguas en la fiesta de inauguración de un proyecto que incluye un hotel de lujo, campo de golf, río truchero y hasta centro comercial. ¡Que no llueva, por favor! Las animadoras del evento serán las princesas de Baviera, Crista y Tessa. (¿Se imaginan a Doña Leti dentro de unos años como imagen de una urbanización?, ¡qué maldad digna de Jaime Peñafiel!). El cóctel promete porque es el primero después del verano y a la gente le apetece arreglarse, saludar a unos y otros ¡y cotillear, como no!

El mismo día, y sólo una hora después –habrá que coger el coche a la carrera-, a las ocho y media de la tarde, comenzará la fiesta de inauguración del hotel Balneario Las Arenas. Es verdad que el hotel lleva un año funcionando, pero con tanta Copa América y tanto evento, los propietarios -la familia Santos-, no habían encontrado un hueco para celebrarlo. Como contrapartida, la fiesta será una pasada, con muchos invitados y un catering a la altura de un cinco estrellas gran lujo ¡uff, habrá que ir pensando en el modelito!

lunes, 3 de septiembre de 2007

Bulgari y Samsonite abrirán tienda en la zona más cara de toda Valencia

Al ritmo que lleva, la calle Poeta Querol va a tener más tiendas lujosas que Serrano y Ortega y Gasset juntas. Las próximas en abrir: un pedazo de tienda de Bulgari y otra menos ambiciosa de Samsonite Black Label. La de Bulgari será impresionante, aunque habrá que esperar a Navidad para la inauguración porque la reforma del local acaba de empezar. Los italianos no querían contarlo hasta que el proyecto estuviera más avanzado, pero alguien ha debido largar más de la cuenta y ya lo sabe media Valencia.


La joyería ocupará el espacio de la tienda de cerámica Neri, que si la recuerdan era enorme. Por eso no es de extrañar que, cuando se inaugure, sea la boutique Bulgari más grande de España. El local no sólo tiene cientos de metros, sino una fachada tan amplia que hasta tendrá dos puertas de entrada: una para la joyería de alto nivel, con guardia jurado, y otra más accesible, que dará paso a la sección de complementos (bolsos, gafas, pañuelos, perfume…). Los de Bulgari han bautizado este modelo de tienda como “twin store” (la de Valencia es la segunda de este tipo que abren en España, la primera está en Marbella, en Puerto Banús).


Las twin-store son tiendas dobles, juntas pero con públicos diferentes. Para entendernos, por una puerta entraremos los que nos podemos gastar 120 euros en unas gafas de sol y por la otra, los que compran relojes o alta joyería. Pero la exclusividad de Bulgari no se queda ahí. Para los clientes vip entre los vip, la joyería reserva un espacio privado donde se podrán comprar piezas exclusivas sin las miradas de ningún cotilla. Recuerdo que una vez en Madrid vi a Eduardo Zaplana -paladín de la coquetería valenciana- entrar en Bulgari de Serrano y, de repente, ¡desapareció como si se hubiera esfumado por la puerta de atrás! Ahora lo entiendo. Seguro que estaba en una de esas zonas privadas donde puedes ver toda la colección a salvo de curiosos o paparazzis. Me quedé con las ganas de saber qué compró, pero seguro que algo bonito ¡y caro!, que uno no entra en esa zona para elegirse unas gafas de sol… Por cierto, Zaplana llevaba un sastre con pantalón recto algo estrecho de lo más estiloso.

La segunda tienda de lujo que ha elegido Poeta Querol es Samsonite Black Label. La firma de maletas abrirá su tienda en pocas semanas, en el bajo que ocupaba antes Frette (¡tenía una ropa de cama preciosa pero prohibitiva!). La tienda de Samsonite está bastante más avanzada que Bulgari y venderá las colecciones de alta gama de la firma, como la serie de maletas y bolsos diseñados por Alexander MacQueen o las piezas firmadas por Matthew Williamson, que han conseguido darle un aire más moderno y fashion a la clásica maleta. En España, sólo hay otra tienda Black Label y está en Madrid, en la calle Ortega y Gasset ¡cómo no!

Más aperturas en la misma zona: la nueva cervecería Guinness House, una pijada de bar (perdón, pub inglés) en un punto inmejorable (donde estaba Mercedes Soler, por seguir con los antecedentes), en la remodelada Plaza del Patriarca. Hacía falta una cafetería de este estilo en una zona peatonal que se llena por las mañanas con oficinistas y por las tardes con niños y mamás. Desde luego, la terracita de esta cervecería está en uno de los mejores puntos de Valencia, ideal para tomar algo fresquito después de una tarde de compras por Hermès, Vuitton, Loewe o Ermenegildo Zegna. El único problema es que se han pasado con los precios. Vamos, que te pides un café con tostadita y la propia camarera te dice que mejor que pidas el desayuno completo, que te cuesta menos y además incluye zumo de naranja. Total: 4 euros. ¡Quién dijo que París o Londres eran caros!