Desde la invitación para la fiesta de Prada en el Mercado Central no había visto nada igual. Entonces (hace ahora un año, ¡ay qué recuerdos!), Miuccia Prada pedía en el tarjetón que para entrar en su fiesta nos vistiéramos con glamour (dresscode: glamorous) y más de una estuvo a punto de sacar el vestido de lentejuelas del armario. Luego vino la discoteca Pacha con su ‘dress code elegante’. Y ahora, el despampanante hotel Westin invita a la apertura de su terraza mediterránea indicando en la tarjeta “dress code: relajado”. ¡Uff! ¿Alguien me puede explicar cómo se viste una relajada? A mí lo primero que me viene a la cabeza es el chándal y las zapatillas (Juicy y Converse, que una va de chándal pero no es vulgar), pero tampoco es plan de presentarte en el hotel Westin vestida como para comerte la mona de pascua.
Los hombres lo tienen super fácil. Se ponen sus vaqueros con camisa blanca, estilo pepero o González Pons, con los puños dobladitos, y ala, más guapos que ni se. Pero nosotras, ¿cómo te vistes relajada? Con lo complicada que es esta época del año, que por la mañana te mueres de frío y al mediodía de calor ¡no hay fondo de armario que resista estos altibajos! Y para colmo, la fiesta del Westin es en su terraza (me encanta, es de las más bonitas que hay en Valencia) y a las 8 de la tarde, vamos, que si empieza a refrescar, habrá que llevar algo de abrigo.
Como es la vida, llevas semanas quejándote de que tienes tu agenda vacía, y cuando por fin recibes una invitación, tu problema es que no sabes qué ponerte. ¡Ay, tragedia griega total! Y ni siquiera te sirve el vestidito de siempre, porque con media tupida a estas alturas queda fatal, y transparente, como que no. Y sin media, tampoco, que con las piernas blancas como la mantequilla queda horroroso. (Apunte: una amiga que acaba de llegar de NY dice que allí todas van sin medias y con sandalias aunque estén a bajo cero, ¡qué valientes!).
Piensa, Begoña, piensa, respira hondo, inspírate: relajado, cómodo, relax, zen, chill-out, arregla pero informal. ¡Vale, ya lo tengo! Vaqueros, me pondré mis vaqueros favoritos. Pequeño problema: ahora que lo pienso, esta temporada no tengo vaqueros nuevos, ni tan siquiera favoritos. Los últimos que compré eran pitillo y ya no están de moda. Me acuerdo que en la fiesta que dio el año pasado Yo Dona en Valencia, la más mona era Bolola Lana, la directora de comunicación de Vuitton, que iba con unos pitillos, taconazo y camisa blanca lencera. Ese es un look relajado, ¡supongo!, pero sin unos buenos vaqueros, no hay nada que hacer.
Solución: correr a tu tienda favorita a por unos vaqueros nuevos. Pero hete aquí que este verano se llevan anchos y desgarbados. Mi admirada María Vela Zanetti se lamentaba hace poco en su blog de Yodona: “¿Hay algo más feo y menos deprimente que un vaquero azul hipermercado grandón, colgando por todas partes? El vaquero de pata de elefante, por lo menos, marcaba bien lo que tenía que marcar. El 'strech' fue muy hortera, pero nuestra vida ya no será la misma después de semejante alivio. Pero, por favor, pensadlo, ese saco de tela tejana es un verdadero desastre. Ni ajusta, ni relaja, ni favorece.” Totalmente de acuerdo.
Menos mal que al final llamé a la relaciones públicas del Westin y me explicó que relajado significa a tu aire, es decir, que puedes vestir como te de la gana ¡uff, es un alivio! Yo creo que ya tengo mi look: vaqueros (ya veremos…), blusa de aire bohemio, tacones y el fantástico colgante de Antonio Pernas que me tocó este viernes en su tienda de Jorge Juan, en una presentación de joyas Le Cadó. ¡Relajado total!
Los hombres lo tienen super fácil. Se ponen sus vaqueros con camisa blanca, estilo pepero o González Pons, con los puños dobladitos, y ala, más guapos que ni se. Pero nosotras, ¿cómo te vistes relajada? Con lo complicada que es esta época del año, que por la mañana te mueres de frío y al mediodía de calor ¡no hay fondo de armario que resista estos altibajos! Y para colmo, la fiesta del Westin es en su terraza (me encanta, es de las más bonitas que hay en Valencia) y a las 8 de la tarde, vamos, que si empieza a refrescar, habrá que llevar algo de abrigo.
Como es la vida, llevas semanas quejándote de que tienes tu agenda vacía, y cuando por fin recibes una invitación, tu problema es que no sabes qué ponerte. ¡Ay, tragedia griega total! Y ni siquiera te sirve el vestidito de siempre, porque con media tupida a estas alturas queda fatal, y transparente, como que no. Y sin media, tampoco, que con las piernas blancas como la mantequilla queda horroroso. (Apunte: una amiga que acaba de llegar de NY dice que allí todas van sin medias y con sandalias aunque estén a bajo cero, ¡qué valientes!).
Piensa, Begoña, piensa, respira hondo, inspírate: relajado, cómodo, relax, zen, chill-out, arregla pero informal. ¡Vale, ya lo tengo! Vaqueros, me pondré mis vaqueros favoritos. Pequeño problema: ahora que lo pienso, esta temporada no tengo vaqueros nuevos, ni tan siquiera favoritos. Los últimos que compré eran pitillo y ya no están de moda. Me acuerdo que en la fiesta que dio el año pasado Yo Dona en Valencia, la más mona era Bolola Lana, la directora de comunicación de Vuitton, que iba con unos pitillos, taconazo y camisa blanca lencera. Ese es un look relajado, ¡supongo!, pero sin unos buenos vaqueros, no hay nada que hacer.
Solución: correr a tu tienda favorita a por unos vaqueros nuevos. Pero hete aquí que este verano se llevan anchos y desgarbados. Mi admirada María Vela Zanetti se lamentaba hace poco en su blog de Yodona: “¿Hay algo más feo y menos deprimente que un vaquero azul hipermercado grandón, colgando por todas partes? El vaquero de pata de elefante, por lo menos, marcaba bien lo que tenía que marcar. El 'strech' fue muy hortera, pero nuestra vida ya no será la misma después de semejante alivio. Pero, por favor, pensadlo, ese saco de tela tejana es un verdadero desastre. Ni ajusta, ni relaja, ni favorece.” Totalmente de acuerdo.
Menos mal que al final llamé a la relaciones públicas del Westin y me explicó que relajado significa a tu aire, es decir, que puedes vestir como te de la gana ¡uff, es un alivio! Yo creo que ya tengo mi look: vaqueros (ya veremos…), blusa de aire bohemio, tacones y el fantástico colgante de Antonio Pernas que me tocó este viernes en su tienda de Jorge Juan, en una presentación de joyas Le Cadó. ¡Relajado total!