Mira que con la Copa América deberíamos estar habituados a las costumbres de afuera. Pues nada. Hay cosas a las que no te adaptas nunca, como tener que pedir un café latte en Starbucks en lugar del cortado de toda la vida y que el camarero no te lo traiga a la mesa o tener que tirar los restos de comida a la basura en Mcdonalds. A los americanos no les importa, ellos son así, van comiendo por la calle, pero aquí nos gusta sentarnos, hablar y que nos traigan el cortadito a la mesa.
Las diferencias entre la cultura anglosajona y la nuestra se ven día sí día también. Sin ir más lejos, este jueves, en la fiesta que organizó el Hotel Hilton, se respiraba el estilo americano en casi todo. Para empezar, dejan poco margen a la improvisación, eso que tanto gusta aquí (aunque algunos nos llamen informales). Por eso, al entrar en el hotel, ya te daban un programa con todo lo que ibas a hacer esa noche: a las 20:00 horas, aperitivo; 21:00, bienvenida; 21:30 degustación de cócteles, cena… y así hasta los fuegos artificiales a las 24:00 horas.
Después de la presentación de Bertín Osborne (mayor aunque muy guapo), a las 21:30 empezó puntualmente la cena. Te daban a elegir tres restaurantes: Bice, Valentia y Azahar. Los que fuimos directamente a Bice, el más pequeño de los tres, cenamos fenomenal, con música de piano en directo, vino Shiraz, y un montón de exquisiteces: fiambres, verduras, quesos, panes italianos. Y lo más importante: la mayoría sentados (cuando el restaurante se llenó, cerraron la entrada).
Pero quienes eligieron cenar en los salones Valentia y Azahar no pudieron sentarse en toda la noche. Es verdad que en las cenas más pitiminí de la Copa América también era así, pero no te acabas de acostumbrar. Y mira que la comida era estupenda: internacional en Valentia (sushi, especialidades indias, de todo lo imaginable) y en Azahar, ostras y marisco a tutiplén, que daba pena ver platos dejados llenos de comida. A pesar de las exquisiteces, la gente llevó muy mal estar de pie toda la noche, con un plato en una mano, la copa de vino en otra, y los cubiertos y la servilleta, ¡no quedan manos! Más de uno andaba buscando una mesa a la desesperada… Y luego está lo de hacer cola para que te sirvan un plato, que aquí también lo llevamos fatal, nos cuesta respetar el orden y nos pegamos al de delante con impaciencia.
¿Más cosas que chocan? Después de cenar, el Hotel te invitaba a un cóctel en el Ice Bar en el sótano del edificio. Se llama Ice bar precisamente porque la barra central del bar es toda de hielo, muy bonito, pero la mayoría subimos corriendo a por los abrigos del frío que hacía. El Ice bar tampoco gustó demasiado. La gente decía: ¿para qué quieres una barra de hielo como si estuvieras en Noruega, cuando lo bueno de Valencia son las terracitas y el clima templado?
Y las habitaciones, pues lo mismo, perfectamente equipadas y funcionales, ideales para hombres de negocio. A la suite presidencial del piso 28, subías con un ascensor panorámico de esos que ves la ciudad en pequeñito. A estas alturas de la noche, más de una tenía los pies tan destrozados que daban ganas de lanzar los Louboutin y sus doce centímetros de tacón por la ventana de la suite presidencial. Pero lo mejor de la noche fue que al salir de la suite presidencial se escuchaba un follón tremendo en una de los pasillos. ¿Qué pasa aquí? –Entra, venga, que regalan bonos para un circuito en el spa del hotel. Ale, todos corriendo, que es oír la palabra regalo y nos ponemos como locos. Seguro que los americanos, en la misma situación, guardarían fila en silencio. Ellos son así ¡y nosotros somos así!
Las diferencias entre la cultura anglosajona y la nuestra se ven día sí día también. Sin ir más lejos, este jueves, en la fiesta que organizó el Hotel Hilton, se respiraba el estilo americano en casi todo. Para empezar, dejan poco margen a la improvisación, eso que tanto gusta aquí (aunque algunos nos llamen informales). Por eso, al entrar en el hotel, ya te daban un programa con todo lo que ibas a hacer esa noche: a las 20:00 horas, aperitivo; 21:00, bienvenida; 21:30 degustación de cócteles, cena… y así hasta los fuegos artificiales a las 24:00 horas.
Después de la presentación de Bertín Osborne (mayor aunque muy guapo), a las 21:30 empezó puntualmente la cena. Te daban a elegir tres restaurantes: Bice, Valentia y Azahar. Los que fuimos directamente a Bice, el más pequeño de los tres, cenamos fenomenal, con música de piano en directo, vino Shiraz, y un montón de exquisiteces: fiambres, verduras, quesos, panes italianos. Y lo más importante: la mayoría sentados (cuando el restaurante se llenó, cerraron la entrada).
Pero quienes eligieron cenar en los salones Valentia y Azahar no pudieron sentarse en toda la noche. Es verdad que en las cenas más pitiminí de la Copa América también era así, pero no te acabas de acostumbrar. Y mira que la comida era estupenda: internacional en Valentia (sushi, especialidades indias, de todo lo imaginable) y en Azahar, ostras y marisco a tutiplén, que daba pena ver platos dejados llenos de comida. A pesar de las exquisiteces, la gente llevó muy mal estar de pie toda la noche, con un plato en una mano, la copa de vino en otra, y los cubiertos y la servilleta, ¡no quedan manos! Más de uno andaba buscando una mesa a la desesperada… Y luego está lo de hacer cola para que te sirvan un plato, que aquí también lo llevamos fatal, nos cuesta respetar el orden y nos pegamos al de delante con impaciencia.
¿Más cosas que chocan? Después de cenar, el Hotel te invitaba a un cóctel en el Ice Bar en el sótano del edificio. Se llama Ice bar precisamente porque la barra central del bar es toda de hielo, muy bonito, pero la mayoría subimos corriendo a por los abrigos del frío que hacía. El Ice bar tampoco gustó demasiado. La gente decía: ¿para qué quieres una barra de hielo como si estuvieras en Noruega, cuando lo bueno de Valencia son las terracitas y el clima templado?
Y las habitaciones, pues lo mismo, perfectamente equipadas y funcionales, ideales para hombres de negocio. A la suite presidencial del piso 28, subías con un ascensor panorámico de esos que ves la ciudad en pequeñito. A estas alturas de la noche, más de una tenía los pies tan destrozados que daban ganas de lanzar los Louboutin y sus doce centímetros de tacón por la ventana de la suite presidencial. Pero lo mejor de la noche fue que al salir de la suite presidencial se escuchaba un follón tremendo en una de los pasillos. ¿Qué pasa aquí? –Entra, venga, que regalan bonos para un circuito en el spa del hotel. Ale, todos corriendo, que es oír la palabra regalo y nos ponemos como locos. Seguro que los americanos, en la misma situación, guardarían fila en silencio. Ellos son así ¡y nosotros somos así!
22 comentarios:
Sin duda no siempre es mejor... Y si hay que comparar USA con España, menos. Estos americanos son muy raretes!!
Yo no tengo ninguna duda, si tengo que elegir me quedo con España, USA, para las visitas que hasta NY puede llegar a cansar...
Desde luego, a cada uno lo suyo;yo no pienso que USA es lo peor (suspiro por un viaje a NY) pero desde luego, lo de las colas, los buffets y cenar de pie aquí no se estila! Aunque tiempo al tiempo, si nos hubieran dicho hace algunos años que nos ibamos a ir a 15 km a comprar muebles, cargarlos y montarlos en casa (IKEA) nos da un patatus!!!
A mi me encanta cenar sentada y despues sobremesa,no quiero ir a la barra a por un cafe y ni siquiera me gusta lo de echarte tu misma la gasolina...
Estoy en Valencia toda la semana ¿alguna recomendacion?
Besos
Pues a mi me gusta comer de pie, bueno vale, no es que me guste, pero si voy en metro o algo asi, suelo aprovechar a comer por el camino y ahorrar tiempo (que siempre me falta) pero la verdad es que la gente me mira super mal.
Tengo un amigo que hasta le da verguenza ir conmigo si voy comiendo...
:-S
Un beso!
Por ceirto, que suerte de ir a esas fiestas, aunque duelan los pies.
Me ha encantado encontrar este blog!!!!
Enhorabuena!!
Por cierto, me encanta Bertín!! :)
Trapiello, no había leído hasta ahora... ¿recomendaciones? Bueno, si te gustan los Cure, esta noche en la Ciudad de las Artes, entrada libre. Restaurantes: mesana, en el barrio del Carmen; no se, a mi me gusta pasear, perderme por la ciudad
Besos!
Begoña
A ver, no soy antiamericana, me muero de ganas por ir a NY y también como de pie de vez en cuando, cuando tengo mucha prisa. Pero una cosa es comer por la calle cuando tienes prisa y otra estar tres horas de pie en una fiesta.
Besos a todas
Begoña
Bueno, bueno, la verdad es que le encanta lo tipical spanish, pero hay que reconocer que a la fiesta de inaguación no podia faltarle ese toque made in U.S.A!
Que penita que la Señorita Paris, no tubiera el detalle de dejarse caer por aquí...
un besooo!
carolina
Bego, al final no pude ir.
Cata de última hora.
Pero te debo un café para ponernos al día en recomendaciones gastronómicas valencianas.
Muchas gracias Bego
Ya te contare
Un besazo
Vale, nadaimporta, un buen cafe espresso que te sirvan en la mesa
¿Qué tal han ido tus jornadas, Bego? Desde luego prometían. Alguna conclusión? Está a la altura la moda española? Un beso!
Eva
¡Hola Eva! La verdad es que sólo estuve en mi mesa redonda. La principal conclusión: la prensa dedica cada vez más espacio a la moda y las revistas tienen que ofrecer mayor calidad.
Algún diseñador se quejó del poder que tienen algunas periodistas y de lo difícil que es que introduzcan tu producto en las revistas. También se quejaron de la falta de especialización de la crítica de moda. Lo de siempre, ¿hay que ser torero para hablar de toros? ahí sí que hubo debate.
Iré contando más cosas, Eva
Hmmm... interesante lo de la especialización. Besitos!
Raquel, yo ODIO el concepto de compra de Ikea, no me acostumbro para nada
Claro, cada uno es como es... aunque yo me quedo con nuestras costumbres, será porque las tengo más aprendidas jejeje :)
Donde esté la improvisación y gracia española que se quite el tiquismiquismo yanqui!! yo tampoco llevo bien lo de cenar de pie...me sienta mal la comida y mis pies me recuerdan que les doy muy mala vida...Besos.
Hola Bego,
Acabo de leer un trozo de tu comentario sobre el Hotel a cuya inauguracion has podido asistir(ya de entrada etoy tuteando porque es mi forma de hablar por internet espero que no te parezca falta de respeto) Me centrare mas en la barra de hielo que mencionas, mejor dicho criticas. El fin de hacerla fue ofrecer algo diferente y montar un espectaculo que no se suele ver todos los dias, y es que es una tradicion digamos hacerla, no se si habras podido asistir a la inauguracion del hotel Westin que tambien tuvo una barra de hielo o la inauguracion de Hilton Milano .. o del Hilton en Londres... en noches asi se busca ofrecer lo mejor. Por lo cual el encargado del ICEBAR se tiro 31horas seguidas trabajando y dando todo de si. Por mi suerte yo solo llegue a estar 12 horas y estuve trabajando en la dichosa barra de hielo. Yo tambien soy practico y busco una razon para todo pero a veces cosas asi pues por muy inutiles que parezcan y sin sentido pues se quedan como un bonito recuerdo. Por lo menos para los que sudamos y disfrutamos haciendolo.
Hola anónimo, claro que puedes tutearme, como lo voy a hacer yo. Si lees el texto detenidamente, verás que yo no critico, sino que traslado la opinión de amigos y conocidos, aunque es cierto que la comparto. Deberías saber que hay invitados que se marcharon pronto porque no aguantaban estar de pie. Fue un comentario generalizado. Probablemente hubo demasiada gente, igual yo tuve parte de culpa por la crónica que os escribí la semana anterior.
Sé que la de esta semana puede parecer muy crítica -más de lo que era mi intención-, pero lo que intento explicar es que las diferencias culturales nos impiden a veces disfrutar de lo mismo, y lo que gusta en EEUU, puede no gustar aquí.
De hecho, también ridiculizo nuestra actitud de ir corriendo a por los bonos de regalo o nuestra incapacidad para guardar cola sin empujar. Son diferencias culturales, ni mejor ni peor.
En cuanto a la barra de hielo, no sabía que era tradición en los Hilton, pero sigo pensando que no encaja nada bien con el clima mediterráneo, me da igual que lo hiciera también el Westin. En cualquier caso, es opinable.
Lo siento por el esfuerzo que habéis hecho tú y el equipo, pero todos nos hemos esforzado a veces sin obtener el reconocimiento de los demás. Y es verdad que hacía frío.
Lamento que sólo veas la parte crítica del artículo, porque también digo que la comida era estupenda y que en Bice cenamos fenomenal y que había un montón de exquisiteces.
Por último, ya sé que pude asistir a la inauguración, de hecho he asistido a todas las de hoteles de cinco estrellas en Valencia, excepto al Westin, que no pude ir aunque tenía la invitación del periódico.
No me gustaría que pensaras que soy desagradecida, es mi trabajo, lo que el periódico me pide, contar lo que veo de forma muy personal y a veces crítica, evidentemente no todo me puede gustar, igual que lo que yo hago no gusta a todos. Mi página no es información, es opinión.
Para mí sería mucho más cómodo hablar maravillas de todos y luego recibir agradecimientos en lugar de reproches, créeme.
En fin, creo que me he explicado demasiado, entiendo tu enfado, como también entenderé que no me volváis a invitar a vuestro hotel. Sería una pena, eso sí
Un saludo
Begoña Clérigues
Nueva feria de diseño en Buenos Aires, www.elgaragedesign.com.ar
Cuando esten en Argentina pueden visitarla.
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