martes, 31 de diciembre de 2013

Lentejuelas

Que bueno el anuncio de Campofrío con Chus Lampreve apelando a la personalidad española para devolvernos a todos un poco de autoestima. La nueva Secretaria Autonómica de Comunicación, Lola Johnson podría encargar algo parecido en plan valenciano. Se busca a una cara valenciana conocida, ya sabemos que no le sirven ni Cristina Tárrega ni Francisco, así es que tendrá que buscar más. Monta un escenario, el Palau de les Arts hubiese sido un buen sitio antes de que se nos cayera a trozos.  Pero bueno, siempre podremos recurrir a la Plaza de la Reina. Empieza el anuncio;  sale uno y dice yo me he hecho catalán que así tendré Formula 1, y nuestro protagonista valenciano le contesta: “Uff, catalán no, que en lugar de paella comerás esas cebollas que llaman calçots y que te pringan de arriba a abajo”. Sigue el anuncio y otro dice, pues yo me he hecho andaluz, así tendré televisión autonómica. “No, andaluz no, que te quedas sin las Fallas y sin Moros y Cristinos.” Sale otro y propone hacerse asturiano para no estar en boca de todo el mundo por los casos de corrupción, ajustes y demás: “Sí, si pero entonces no podrás ir a la playa en mayo”. El anuncio sigue y al final todos aparecen en una mesa en la playa junto a una gran paella. Y es justo ahí donde el ingenio de Johnson se la juega de verdad, porque tendría que encontrar un mensaje, más allá de los topicazos, que nos de a todos una inyección de autoestima.
Ardua tarea la de la nueva Secretaria Autonómica, no lo va a tener fácil, pero todo es ponerse. Quizás algún coach tenga la solución. No sé, la creatividad, la laboriosidad, el arrojo... por ahí deberían ir los tiros.
Mientras Johnson busca el final del anuncio, nosotras nos vamos de rebajas, no vaya a ser que nos llamen para sentarnos en la mesa de la paella y no tengamos qué ponernos. Uff, ahora que lo pienso: ¿qué haces si suena tu móvil y te dicen: “Te llamo de Presidencia, quiero que te vengas a filmar un anuncio en la playa con una paella”?, ¿qué te pones?. Debería ser algo muy de aquí. Descartada la opción de aparecer con unas peinetas, habría que seguir buscando. Una podría ir con un bañador de Dolores Cortés. Otra con unos vaqueros desteñidos en Jenealogía, la fábrica de Enrique Silla que está trabajando para las firmas de vaqueros más importantes del mundo. Alguna podría plantarse con una joya de Vicente Gracia o un vestido de fiesta de Marta de Diego. Otra con unos zapatos del alicantino Pedro García. No podría faltar alguna con un modelito de Francis Montesinos, Amparo Chordá, Presen Rodríguez, Juan Andrés Mompó, que además acaban de desfilar en Viena y Praga.
Al final, hasta podrían convencernos de que, como dijo en su día Zapatero, “no estamos tan mal”. Sería una buena forma de despedir este 2013 que no nos ha traído más que desgracias. La última lo del Palau de Les Arts, que se nos cae a trozos. Qué chapuza. Es como si te compras un vestido de lentejuelas caro carísimo, y en cuanto te lo pones un par de veces, las lentejuelas empiezan a caerse como si lo hubieses comprado en el todo a cien de la esquina: la indignación te corroe pero con eso te quedas. 2013 le ha quitado muchas lentejuelas a nuestro vestido: Canal 9, la Fórmula 1, el Banco de Valencia, el Valencia C.F.... y para qué seguir. El caso es que ahora, nuestro glamuroso vestido de lentejuelas no pasa de ser uno de tela de forro mondo y lirondo.
Bueno chicas, ánimo que 2014 será mejor, tiene que serlo por necesidad. Para levantar el ánimo nada mejor que salir de compras, o por lo menos a ver escaparates, que siempre quita un poco el mono. Por cierto, el de Loewe es una monada, está diseñado por José Pérez de Rosas, que fue creativo de la marca durante los años 50 y 60, vale la pena ir sólo para verlo.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Belenes, mercadillos y copas de Navidad

Hubo unos años en los que las semanas prenavideñas eran un sinvivir de cócteles con champagne y canapés pijos cortesía de las tiendas más lujosas de la ciudad. En un mismo día podían acumularse hasta cinco copas navideñas, y como los invitados suelen coincidir, más de una iba como loca de un sarao a otro. Pero eso era antes, ahora las tiendas no están para derroches.
La Navidad ya está aquí, chicas, aunque este año viene con menos lujos: menos moqueta, menos brillos, menos litros de champagne, menos regalos y, en general, menos derroche. Síntoma de que los tiempos están cambiando es que el centro de Valencia se está llenando de mercadillos. Es cierto que no son mercadillos como los de antes, de los de cinco pares de calcetines a un euro. Los nuevos mercadillos son glamourosos, tienen nombres british y abren en calles de lo más céntricas. La semana pasada se inauguraron dos: Cool Market en la calle la Paz y Chic market en Don Juan de Austria.
Cool Market es el mercadillo de María Noguera y Paula Alcón (hija de Rafael Alcón, el nuevo presidente de la Fundación Bancaja) y de los primeros en abrir junto con Tapinería. Estuvo unas ediciones en el Hotel Astoria y ahora acaba de inaugurar en el local que ocupaba El Mercader de Indias, la tienda de decoración de Carlos Serra y Susana Lozano en la calle la Paz. La antigua tienda sigue conservando la moqueta gris, pero ahora, en lugar de muebles de diseño, tiene puestecitos de ropa más o menos estilosa, pulseras, bisutería, artículos de decoración, complementos… vamos, que entras y seguro que picoteas algo. Además, Patrick, ex del bar Mosquito, ha abierto una barra para desayunos, brunch y copas.
Chic Market es el otro mercadillo que acaba de abrir en el Boulevard Austria y que alquila pequeños espacios por por quincenas o meses. Se inauguró el viernes y allí estuvo la modelo valenciana Minerva Portillo posando para la ocasión. En los puestecitos hay de todo, desde firmas tan interesantes como UKE (en la foto), de la valenciana Nancy Tarrasó, como otras piezas artesanales y manualidades que ya empiezan a cansar un poco y que llevan nombres del estilo “las joyitas de Piluca”, “el armario de Macarena” o “las cositas de Rocío”.
Alejandra Montaner también abrió ayer su particular mercadillo navideño en su tienda de Sorni: vestidos de Masscob, bisutería de Luís Zangara Ibiza, bolsos de World Family y las pulseras de Cayomalayo, que acaban de lanzar al mercado Iván Martínez Colomer y Ana García Rivera; se trata de la versión pijita de la pulsera de caucho con nudos de oro, plata o rutenio y en un montón de colores.
En el mercadillo de Alejandra estuvo Telma Cadenas, una valenciana licenciada en bellas artes que cansada de no encontrar el bolso que necesitaba, amplio, práctico, cómodo, versátil y estiloso, se puso a diseñarlo ella misma. Y lo hizo tan bien que hasta lo ha patentado. Su bolso se llamaLapel, está en tres tamaños y dos colores, y lo mejor es que tiene una cremallera posterior que permite cambiar las solapas con lo que parece un bolso distinto. La piel es súper suave y resistente y las solapas vienen en colores vivos o estampados de pieles exóticas como el pitón, cebra o leopardo.

No hay Navidad sin Belén, pero hay belenes y Belenes. El que monta Blanca Fitera en su casa es algo fuera de lo común. Es una ciudad en miniatura con escenas de la vida cotidiana de Palestina: vendedores de especias, animales y lanas, artesanos y luthiers… Su belén tiene figuras napolitanas compradas por toda Italia, maquetas de instrumentos de Estambul, jaulas de grillos de marfil de China, piedras de Petra y retablos dorados de Perú. “Todo cambió cuando descubrí a los pintores orientalistas del XIX, que inspiraron la sucesión de interiores habitados por artesanos y oficios de mi Belén”.

Las que no sean amigas de Blanca, puede ver su Belén en un libro que acaba de editar el Ayuntamiento, con fotografías y textos de su hijo BorjaPascual. Se presentó el martes en el Palacio de Cervelló y allí estuvo la concejala de Cultura, Mayrén Beneyto, y un montón de amigos de la familia: Totón Barberá, Teresa Legarre, Amparo Calabuig, María José Navarro -emocionada con la calle que llevará el nombre de su marido Gómez-Ferrer-, Marisa Martín, María Ángeles Fayos, María Teresa Pérez-Gimeno, Emi García-Cueco, Katita de Puchol, el doctor Murgui, Fernando de Rosa, Inma Sobrino, Enrique Senís Oliver y María José Albert.

martes, 17 de diciembre de 2013

Ascot en Valencia

En el corazón de la city Valenciana, a espaldas de Pintor Sorolla, hay un callejón monísimo que se llama Redención. Allí abrió el jueves Ascot, una sastrería para hombre del más puro estilo inglés que aspira a ganarse como clientela a directivos y ejecutivos de las finanzas y los bufetes valencianos. Tiene su aquel, que justo en el epicentro de nuestros males económicos más recientes, haya una calle que se llame Redención y que precisamente allí abran una sastrería con un estilo de ropa que nunca pasa de moda. Es como si el destino quisiera darnos una lección: si quereis redimir vuestras culpas, lo que tenéis que hacer es volver a los valores de toda la vida, a lo clásico, a lo que no está sometido a modas frugales. Dejad de buscar el pelotazo rápido y facilón, volved a confiar en lo que nunca os falló. Una chaqueta de tweed, con coderas de ante y corte british, siempre será una buena chaqueta y no esa americana entallada que te compraste cuando vendiste el último solar y que ya no te pones porque has engordado seis kilos y no hay forma de abrocharla.
En la inauguración de Ascot estuvieron buena parte de los pocos ejecutivos que pervivien en nuestra esquilmada City. Hombres de negocios de la banca y de los despachos valencianos de prestigio como Olleros, Broseta, Pascual de Miguel. También se dejó ver por allí el maestro de maestro de la sastrería valenciana, Antonio Puebla, cuyas agujas llevan años cosiendo las costuras de los bolsillos que luego acogen los talonarios y las plumas de la gente más principal de Valencia. ¡Ay si los hilos y ojales de Puebla hablaran!.
También estuvieron  José Manuel Ferrero, de Estudi {H}ac, el periodista Juan Lagardera, o la siempre divertida Delia Barral de ArdeMagazine. Y como no, los fundadores: Rafael Andrés, Carlos Font y Javier Muñoz. Tres jóvenes emprendedores convencidos de que los valores seguros tienen futuro, quieren cambiar el estilo de vestir del hombre valenciano, que nunca nadie ha sabido muy cuál es, así es que los tres piensan crear escuela con cortes clásicos y tejidos de toda la vida: cashmere de Loro Piana, franelas de Holland and Sherry, príncipe de gales... El tiempo dirá si ellos lo consiguen o son los enésimos que mueren en el intento, que nuestros hombres son muy suyos y no hay puñetera forma de vestirles como Dios manda; en cuanto te descuidas ya vuelven a ponerse cualquier cosa y creen que van hechos un sol con sus zapatillas tipo Stan Smith o sus botas camperas Valverde del Camino.


La semana dio para más citas selectas. El miércoles, el joyero Rafael Torres presentó su nuevo catálogo con Laura Ponte como protagonista, ¡nada menos! La modelo posa con joyas de Torres y con ropa y complementos de Loewe y está impresionante, casi tanto como Isabel Aliño, que fue la modelo de la edición anterior. La presentación fue en el restaurante Alma del Templo, en Caro Hotel, y allí estuvo la mismísima Laura Ponte, Isabel Aliño, los directores de los hoteles Las Arenas, Westin, Palau del Mar, Valencia Palace y Caro Hotel, que también aparecen en la publicación, la presidenta de Cecoval Maribel Cosme, María Dolores Enguix, de la Optica Climent, Isabel Aliño y un montón de invitados más: Borja Agramunt Saez-Merino, Paloma y Lucía del Portillo, Nacho Gómez Trenor, Sara Guazo, Iván Martínez Colomer, Trinuca Larraz, el diseñador Valentín Herráiz, Ramón Esteve, Carmina Durán y Natalia Segrelles y las imprescindibles Laura y Blanca Fitera. Blanca está emocionada con la próxima presentación de su libro, “un Belén de cuento”, que recoge la historia e imágenes de su propio Belén napolitano. Será el martes que viene en el Palacio de Cervelló y allí estará Mayrén Beneyto, recién llegada de Dallas, donde ha participado en la inauguración de la exposición de Sorolla junto a Blanca Pons, biznieta del Pintor, la diseñadora Marta de Diego, y el embajador de España en EEUU, Ramón Gil Casares.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Valencia-Dallas

Marta de Diego y Vicente Gracia están haciendo las américas. El jueves pasado, cogieron su colección de vestidos y joyas y tomaron un avión rumbo a Dallas. Sí, sí, a la ciudad del malvado JR Ewing, aquel malo malísimo que nos cautivó a los quince años. Hija, una se debatía entre si quería a un hombre así: malvado pero rico riquísimo, o si prefería otro más de andar por casa. Al final, la vida decidió por nosotras y nos dio lo segundo. ¡Jo, pe!, qué tirana es la vida, podría habernos dejado elegir.

Bueno, el caso es que Marta y Vicente se han ido para allá a vender sus cosas con la ayuda de Janet Kafka que es la cónsul español en Dallas –había escrito cónsula, pero, ¡uff!, qué mal suena-. También les ha echado una mano Santiago Calatrava que ha diseñado el puente más famoso de aquella ciudad y que se llama Margaret Hunt porque fue la señora Margaret, dueña de una petrolera, quien costeó las obras. Las tejanas ricas son así, regalan un puente. Y cuentan que otra amiga suya, celosa de la hazaña, decidió regalar a la ciudad otro puente. Y es que allí todavía existen dinastías adineradas como las de la serie Dallas, con dinero de petrodólares y muchas ganas de parecer más europeas que tejanas.

La presencia de diseñadores valencianos en América ha sido fruto de una maniobra muy bien orquestada por la cónsul Janet Kafka, muy vinculada con Valencia a través del Comité de Amigos Valencia-Dallas.

Janet se enteró de que los grandes almacenes Neiman Marcus buscaban diseñadores españoles de alta costura con motivo de la exposición de Sorolla que organiza el museo Meadows de Dallas con cuadros cedidos por grandes familias nortemericanas: los Rockefeller, los Vanderbilt, los Carnegie... lo que los americanos llaman el “old money”. Kafka les habló de Marta y Vicente y los grandes almacenes les dieron una oportunidad. Tanto Marta como Vicente tuvieron que pasar hacer varios viajes a la ciudad, se entrevistaron con el vicepresidente de la compañía y tuvieron que enseñar sus diseños ante un comité de expertos que aprobó y seleccionó las piezas.

Vender en Neiman Marcus no es ninguna tontería, son los grandes almacenes más lujosos de todo Estados Unidos, 54 establecimientos al que no accede cualquier diseñador y el que lo hace pasa por un examen que ríete del informe PISA.

La presentación de vestidos y joyas fue este viernes, en el edificio más noble de Neiman Marcus, el Downtown, la tienda original que abrieron los Neiman Marcus a finales del XIX. Allí, en el segundo piso, dedicado a los productos más exclusivos, invitaron a las familias más pudientes de Dallas a ver las colecciones. Solo las seleccionadas podrán llevarse alguno de los 11 vestidos joya de Marta de Diego con un precio medio de 18.000 dólares. “Son piezas únicas, de altísima gama, y Neiman Marcus prepara todo un ritual de compra en el que cada jefa de planta selecciona previamente a tres clientas”, dice Marta.

Estas señoras, que pueden comprar un traje de 20.000 dólares, no buscan marcas, quieren piezas artesanales, vestidos que no se sepa exactamente de dónde salen. Según Vicente Gracia, estamos viviendo un momento Arts and Crafts, ese movimiento artístico que nació en Inglaterra hace 125 años y que valoraba al artesano poniéndolo al nivel de lo artístico. “Justamente en un momento en el que la globalización le está quitando la gracia a comprarse un Vuitton en París, porque lo puedes conseguir en cualquier esquina de un aeropuerto secundario, las mujeres valoran lo artesanal, las piezas únicas”.


Encima, a las tejanas les chifla lo español porque entienden que somos la cuna de la civilización, del protocolo, de la moda… Dallas es una vía de entrada muy buena a EEUU, dice Vicente Gracia-. Nos empeñamos en Nueva York, que es una sociedad saturada y snob, mientras que Dallas está virgen y puede ser la vía de entrada a la cultura y la empresa. Chicas, olvidaros del viaje a Nueva York, Dallas nos espera con los brazos abiertos. ¿Quién sabe, igual queda por allí algún heredero cuarentón de JR?