Conforme vas haciéndote mayor, las cosas van cambiando.
Algunas desaparecen, esas no son ningún problema, quedan en tu recuerdo como
algo vivido con más o menos emoción. Lo malo son esas cosas que cambian pero
siguen estando ahí, aparecen puntualmente cada año, para provocarte ataques de
nostalgia. Y lo peor, es cuando tratas de combatir esa nostalgia actuando como
cuando eras jovencita. Entonces te das cuenta de que estás haciendo el ridículo
y te repliegas aceptando tu derrota. Por ejemplo, la Noche de San Juan. El
rollito de meter los pies en el agua tenía su gracia cuando, con dieciséis
años, te daba igual pringarte de sal y arena. Lo importante era participar en ritual
sin tus padres, con tus amigos, y con la esperanza de que el chico que te
gustaba entendiese de una vez las señales que le estabas enviando y se
decidiese a llevarte a un aparte y pedirte salir. Tú creías que tus señales
eran evidentísimas, incluso descaradas; pero él, que estaba tan pavo como tú o
más, no se enteraba de nada y la noche pasaba con él haciendo el bruto para
llamar tu atención y tú lanzándole miraditas y pensando: “a qué esperas
chaval”.
Ahora te presentas en la playa con tu Pepe y un grupo de
amigos. Inicialmente el plan es repetir el ritual. Pero a la hora de la verdad,
a todos os da pereza pringaros de arena. Al final uno se decide, tú te sumas,
te metes en el agua llena de preocupaciones: temes que alguien te robe los
zapatos, que una ola te haga perder el equilibrio y acabes haciendo el
ridículo, que en el salto te tuerzas un tobillo, que luego no funcionen la
duchas para quitarte la sal, que haya demasiado atasco para salir y volver a
casa… Total, un desastre. Mejor dejarlo estar e ir a una terraza, lejos de la
arena, a tomar un gintonic.
En cualquier caso, San Juan marca el inicio del verano. En
realidad lo marca el fin del colegio de los niños, que este año han coincidido.
Sea como sea, ya es verano. Y esta semana eso se ha notado en la vida social
valenciana que ha cerrado temporada.
El Casino de Agricultura celebró el miércoles su reunión de
fin de temporada de Canasta. ¡Mira que se lo pasan bien las señoras! Yo cuando
me jubile voy a aprender a jugar y así cada semana partidita. Liguillas los
lunes y los miércoles, y entre jugada y jugada un cafetito tocado para animar
la tarde.
Durante los nueve meses de curso han participado más de 60
parejas y las primeras clasificadas han sido Ana Martínez, Carmen Ruíz y Merche
Morales. El fin de curso se celebró con un almuerzo de hermandad al que asistió
el Presidente del Casino Manuel Sánchez Luengo, reelegido esta semana, y la
coordinadora de la sección de canasta Mª Carmen Martínez Hernando.
Los amigos del Museo San Pio V también celebraron esta
semana su cena de fin de curso. La asociación organiza viajes culturales,
visitas a exposiciones, conciertos y conferencias. Vamos, la agenda perfecta
para culturizarte.
Al frente de la asociación está la encantadora María José
Navarro, que no para de organizar planes para sus socios. En la cena estuvo
acompañada por sus compañeros de la Junta Ramón Serra, Paqui Sauri, Felipe
Garín, Mayrén Beneyto, Jorge Martí, Jose Ignacio Casar y Cristina González.
Además estuvo el grupo de amigas de Matilde Conesa, Merche Fillol, Mayte
Montagut, Laura Fitera, Loli Marco, Marta Conesa, Esperanza Durá, Pura Barber,
Mercedes Gutiérrez, Bienvenida Guerrero, Mamen Rivas, Pilar Millán y Teresa
Alfaro. No faltó Fernando de Rosa, Julia Pérez Broseta, Ana Alfonso, Andrés
Montón, Juan Font, Toya Gil, Juan Zafra, Rosa Villar, María Gómez, Carmina
García, Patricia Diaz, Javier Martín, las hermanas Amparo y Carmen Roig Fillol,
Vicente Baixauli, Pilar Fernandez, María Eugenia Gascó y el imprescindible Juan
Antonio Murgui.
¡Más cenas! Esta no es de fin de curso, pero casi. Los
interioristas Verónica Montijano, Sigfrido Serra, Mateo Climent, Francisca
Casans y Antonio Salinas tuvieron la idea de organizar un concurso de
decoración de mesas. Veinte diseñadores, artistas, arquitectos y hasta joyeros
presentaron su propuesta de mesa con el denominador común de estar inspiradas
en las islas baleares. Chicas, las mesas eran una pasada, qué de ideas para
invitar a las amigas y demostrar que una sabe cómo recibir y que tiene un buen
fondo de armario de vajillas, cristalerías y porcelanas que además sabe
combinar con un gusto exquisito.
En la cena celebrada en Myrtus estuvieron los diseñadores de
las mesas: Vicente Gracia, Guillermo Martorell y Mamen Puchades, Concha
Martínez, Carmen Baselga, Fernando Pons, Juan Antonio Pascual, José Luís
Vilanova, y también el jurado que eligió a la mesa mejor vestida: el empresario
José Miguel Martínez Medina, el interiorista Javier Muñoz Brandon, la
periodista Amalia Enríquez, el pintor Paco Seoane y Laura Fitera, verdadera
experta en recibir en casa tanto por conocimiento como por años de experiencia.
Hasta las organizaciones benéficas están cerrando curso. La
ONG Harambee celebró esta semana una velada solidaria de jazz en los jardines
de la Hípica. El objetivo era conseguir 25 becas para niñas huérfanas
africanas. Al evento asistieron cerca de doscientas personas, entre ellas el
dermatólogo Carlos Gillem, Emilio Peña, Federico Martínez Webe, Silvia Corell y
Eduardo Herrero, Rafael Monteverde, Carmen March y Luis Gamón, Carmen
Barrachina, Henar Molinero, Maria Simó, Araceli Chuliá, José María Valdés,
Macarena Cárdenas, Alfredo García Moya y Belén Bayona.