Hace poco leí una cita que decía: “los hombres inteligentes hablan sobre ideas; los mediocres sobre hechos y los simples, sobre personas”. Si la frase es cierta, el mundo está lleno de simples, porque hay que ver cómo cotilleamos todos. Nadie es capaz de resistirse a intervenir en una conversación sobre lo que hizo fulanito o menganita. Y si encima se cotillea sobre alguien conocido, entonces ya es lo más. La vieja cotilla, que apostada en el quicio de la puerta ponía a caldo a todo el que pasaba, ha sido sustituida por la prensa del corazón, de ahí su éxito arrollador.
Acaba de salir una revista en Valencia que habla de moda, de tiendas, de diseño…, pero ¿cuál ha sido el reportaje más comentado?, pues el de la boda del ex conseller Esteban González Pons con Piluca Bertolín, escrito por ella misma en primera persona –original desde luego sí que es esta mujer-. Pues bien, andaba yo por una tienda de ropa y veo a dos clientas ojeando el reportaje y comentando los vestidos de una y otra. Allá que voy yo y me meto en la conversación, y otra que estaba probándose una falda, oye el tema de conversación, y sale corriendo a medio vestir para integrarse al grupo.
Media hora después, entre todas habíamos logrado reconstruir la historia: que si el vestido de novia lo diseñó Pertegaz, el autor del vestido de Doña Leti; que si durante el banquete se proyectó un video con una canción interpretada por el novio; que si regalaron zapatillas de esparto con logo bordadito para que los invitados pudieran bailar hasta las mil; que si el novio recitó el poema con el que se declaró a su esposa y ese poema, junto a otros, se regalaron en un librito, "Mapa de Nuestro Besos" a los invitados, que si ella llegó al lugar con un mercedes del abuelo de él, que si un ilusionista apareció como por arte de magia... ¡Una boda romántica a más no poder! Todo eso era más o menos conocido, pero en un momento la conversación derivó hacia la primera boda de Piluca Bertolín con el diseñador MacDiego, que, aunque se celebró hace años, todavía se recuerda por lo fuerte que fue. ¿Cómo? ¡Cuenta, cuenta!
Pues sí, dice una de las tertulianas, emocionada por haber captado el interés de toda la tienda: durante el banquete, se proyectaron imágenes de la operación de fimosis del novio, Diego Ruiz de la Torre Gómez de Barreda. ¿En serio? –No sólo la de fimosis, sino también la de hemorroides. ¡Es verdad, si fue muy comentado en Valencia! –Dijo otra. Además, los novios fueron al banquete con vaqueros mientras una pareja de actores, vestidos de novios, se sacaban fotos con los invitados, que entre 1500 había hasta quien no conocía a los novios. Pues sí –dice otra-, además había que vestir sin corbata y había que ver la mezcla de gente, que allí estaban hasta los Hell Angels, esos moteros con pinta de guarrindongos . Si, y al finalizar el hubo un baile con estriptease sorpresa sobre un tractor –añadió otra. ¡Qué me dices! Pues sí, una boda tan heavy que pasará a la historia precisamente por lo contrario a la poética boda con González Pons, concluyó la más lista del grupo.
En parte, es lógico que alguien como MacDiego, -autor de las siluetas de Picasso que se ven en varias calles de Valencia y el spot de Bancaja para las retransmisiones de fútbol, el mismo que se atrevió a colgar un enorme desnudo suyo sobre un edificio de la Gran Vía-, sacase sus mejores ideas para su gran día. Y además: ¿de qué íbamos a cotillear si no fuera por estas bodas? Desde luego, si hablar de personas es una simpleza… ¡Viva lo simple!, que no veo yo en el mostrador de Chapeau hablando de la diferencia entre el método kantiano y el cartesiano.
Acaba de salir una revista en Valencia que habla de moda, de tiendas, de diseño…, pero ¿cuál ha sido el reportaje más comentado?, pues el de la boda del ex conseller Esteban González Pons con Piluca Bertolín, escrito por ella misma en primera persona –original desde luego sí que es esta mujer-. Pues bien, andaba yo por una tienda de ropa y veo a dos clientas ojeando el reportaje y comentando los vestidos de una y otra. Allá que voy yo y me meto en la conversación, y otra que estaba probándose una falda, oye el tema de conversación, y sale corriendo a medio vestir para integrarse al grupo.
Media hora después, entre todas habíamos logrado reconstruir la historia: que si el vestido de novia lo diseñó Pertegaz, el autor del vestido de Doña Leti; que si durante el banquete se proyectó un video con una canción interpretada por el novio; que si regalaron zapatillas de esparto con logo bordadito para que los invitados pudieran bailar hasta las mil; que si el novio recitó el poema con el que se declaró a su esposa y ese poema, junto a otros, se regalaron en un librito, "Mapa de Nuestro Besos" a los invitados, que si ella llegó al lugar con un mercedes del abuelo de él, que si un ilusionista apareció como por arte de magia... ¡Una boda romántica a más no poder! Todo eso era más o menos conocido, pero en un momento la conversación derivó hacia la primera boda de Piluca Bertolín con el diseñador MacDiego, que, aunque se celebró hace años, todavía se recuerda por lo fuerte que fue. ¿Cómo? ¡Cuenta, cuenta!
Pues sí, dice una de las tertulianas, emocionada por haber captado el interés de toda la tienda: durante el banquete, se proyectaron imágenes de la operación de fimosis del novio, Diego Ruiz de la Torre Gómez de Barreda. ¿En serio? –No sólo la de fimosis, sino también la de hemorroides. ¡Es verdad, si fue muy comentado en Valencia! –Dijo otra. Además, los novios fueron al banquete con vaqueros mientras una pareja de actores, vestidos de novios, se sacaban fotos con los invitados, que entre 1500 había hasta quien no conocía a los novios. Pues sí –dice otra-, además había que vestir sin corbata y había que ver la mezcla de gente, que allí estaban hasta los Hell Angels, esos moteros con pinta de guarrindongos . Si, y al finalizar el hubo un baile con estriptease sorpresa sobre un tractor –añadió otra. ¡Qué me dices! Pues sí, una boda tan heavy que pasará a la historia precisamente por lo contrario a la poética boda con González Pons, concluyó la más lista del grupo.
En parte, es lógico que alguien como MacDiego, -autor de las siluetas de Picasso que se ven en varias calles de Valencia y el spot de Bancaja para las retransmisiones de fútbol, el mismo que se atrevió a colgar un enorme desnudo suyo sobre un edificio de la Gran Vía-, sacase sus mejores ideas para su gran día. Y además: ¿de qué íbamos a cotillear si no fuera por estas bodas? Desde luego, si hablar de personas es una simpleza… ¡Viva lo simple!, que no veo yo en el mostrador de Chapeau hablando de la diferencia entre el método kantiano y el cartesiano.