La fiesta de inauguración del hotel Las Arenas fue genial. Excepto el canapé de huevas, que se quedó enterito en las bandejas (lo sacaban una y otra vez, pero la gente no picaba), estuvo todo a la altura de un cinco estrellas GL (gran lujo). Hay que decir que la gente lo cogió con ganas por ser la primera fiesta después de verano. Lleno total (casi mil personas) pero sin agobios, porque el jardín del hotel es enorme. Lo mejor es que abrieron las suites de la planta cuarta para que los invitados pudieran cotillear. Tiene su aquel ver cómo duermen los ricos que se alojan en una de las dos suites (Las Arenas y La Malvarrosa) de a 3.000 la noche: albornoces mullidos, colonia y jaboncitos de Hermès, pantallas enormes de plasma, 90 metros entre salón, baño y dormitorio…
La suite Las arenas está decorada en tonos arenas y la Malvarrosa en tonos malva. Elemental, querido Watson. La de tonos malva tiene hasta cocina, un poco inútil, la verdad, porque no creo que el rico de turno se ponga a cocinar una tortilla a la francesa a la una de la mañana… Las Arenas es muy parecida, pero sin cocina. Lo mejor de las dos, los balcones con vistas al mar, ¡que mavarilla! Desde la terraza, puedes imaginarte a Miuccia Prada (se alojó en esa suite con su marido), mirando al mar y suspirando por una victoria de su equipo, el Luna Rossa. Añádanse a las vistas del mar, las piscinas del hotel iluminadas en primer plano, las mesas del jardín perfectamente alineadas, la música de jazz sonando como en la lejanía y un enorme globo blanco iluminado representando la luna de Valencia (la de verdad estaba escondida). Resultado: una noche mágica de verdad, como dijo una amiga de una amiga, tal que si fuera el baile de la película El gran Gatsby. No iba desencaminada esta mujer, porque de hecho, los dueños del hotel intentaron recrear la atmósfera de los años veinte, con música y actrices vestidas de charlestón.
De los modelitos de las invitadas, un poco de todo. La invitación no especificaba ningún dress-code, pero algún colega mal informado escribió que la cena sería de gala y cundió el caos. Allí tenías a señoras de fiesta y tiros largos y a otras (servidora incluida) con pantalón y blusa como de diario. ¡Desastre total! La próxima, por favor, que se incluya el dresscode, que así ya sabemos cómo ir vestidas (ellos no tienen ese problema, con un traje chaqueta, van ideales). Y hablando de modelitos, ¡qué mona iba la hija pequeña de Presen Rodríguez, con uno de los vestiditos mini con plisado de su colección! Según Presen, si te gusta ese tipo de vestido, hay que aprovechar esta temporada antes de que cambie la moda y vuelvan los ajustados ¡Presen no desaprovecha una!
Como no se puede estar en dos sitios a la vez, la semana de la moda no la vi en directo, sino en Punt 2. Me da vergüenza ajena sólo recordarlo. A Josep Lozano le faltaban adjetivos para dar jabón a los diseñadores. En parte es lógico, porque él no sólo comenta los desfiles para Punt 2, sino que además es director técnico de la pasarela, cronista de los desfiles para varias revistas y un periódico local y, por si fuera poco, su agencia NIL (Nadal y Lozano) factura por llevar la comunicación de la Semana de la Moda,… ¡Eso sí es rentabilizar la pasarela! ¿Entienden ahora porqué para Lozano los desfiles de Valencia son de lo mejor del mundo mundial? Lo que pasa es que hasta el peloteo hay que hacerlo con clase. No se pueden decir cosas como “así aplega el mestre absolut del glamour internacional” hablando de Alex Vidal, porque eso no se lo cree nadie, ni el propio Alex, que no sabía dónde meterse después de semejante comentario. ¡Para cambiar de canal!
La suite Las arenas está decorada en tonos arenas y la Malvarrosa en tonos malva. Elemental, querido Watson. La de tonos malva tiene hasta cocina, un poco inútil, la verdad, porque no creo que el rico de turno se ponga a cocinar una tortilla a la francesa a la una de la mañana… Las Arenas es muy parecida, pero sin cocina. Lo mejor de las dos, los balcones con vistas al mar, ¡que mavarilla! Desde la terraza, puedes imaginarte a Miuccia Prada (se alojó en esa suite con su marido), mirando al mar y suspirando por una victoria de su equipo, el Luna Rossa. Añádanse a las vistas del mar, las piscinas del hotel iluminadas en primer plano, las mesas del jardín perfectamente alineadas, la música de jazz sonando como en la lejanía y un enorme globo blanco iluminado representando la luna de Valencia (la de verdad estaba escondida). Resultado: una noche mágica de verdad, como dijo una amiga de una amiga, tal que si fuera el baile de la película El gran Gatsby. No iba desencaminada esta mujer, porque de hecho, los dueños del hotel intentaron recrear la atmósfera de los años veinte, con música y actrices vestidas de charlestón.
De los modelitos de las invitadas, un poco de todo. La invitación no especificaba ningún dress-code, pero algún colega mal informado escribió que la cena sería de gala y cundió el caos. Allí tenías a señoras de fiesta y tiros largos y a otras (servidora incluida) con pantalón y blusa como de diario. ¡Desastre total! La próxima, por favor, que se incluya el dresscode, que así ya sabemos cómo ir vestidas (ellos no tienen ese problema, con un traje chaqueta, van ideales). Y hablando de modelitos, ¡qué mona iba la hija pequeña de Presen Rodríguez, con uno de los vestiditos mini con plisado de su colección! Según Presen, si te gusta ese tipo de vestido, hay que aprovechar esta temporada antes de que cambie la moda y vuelvan los ajustados ¡Presen no desaprovecha una!
Como no se puede estar en dos sitios a la vez, la semana de la moda no la vi en directo, sino en Punt 2. Me da vergüenza ajena sólo recordarlo. A Josep Lozano le faltaban adjetivos para dar jabón a los diseñadores. En parte es lógico, porque él no sólo comenta los desfiles para Punt 2, sino que además es director técnico de la pasarela, cronista de los desfiles para varias revistas y un periódico local y, por si fuera poco, su agencia NIL (Nadal y Lozano) factura por llevar la comunicación de la Semana de la Moda,… ¡Eso sí es rentabilizar la pasarela! ¿Entienden ahora porqué para Lozano los desfiles de Valencia son de lo mejor del mundo mundial? Lo que pasa es que hasta el peloteo hay que hacerlo con clase. No se pueden decir cosas como “así aplega el mestre absolut del glamour internacional” hablando de Alex Vidal, porque eso no se lo cree nadie, ni el propio Alex, que no sabía dónde meterse después de semejante comentario. ¡Para cambiar de canal!
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