Hay que ver cómo son los amigos. Te quedas un puente sin salir de casa, y ya te están llamando desde Londres o Madrid para ponerte los dientes largos. Y encima te envían mensajitos en plan “Hey, que me acabo de comprar unos zapatos Church’s chulísimos en New Bond Street”. Claro que tú siempre podrías haber contestado que los Church’s también los venden en Valencia, en TorresGastón para ser exactos, y desde hace muchos años, pero te callas para no quitarle la ilusión, pobre. Tampoco le cuentas que ni tan siquiera Church’s es genuinamente inglés, que hace tiempo que lo compró Miuccia Prada y de inglés sólo le queda el nombre. Como Hackett, que por muy british que suene es más español que un vestido de flamenca (lo compró Abelló). En fin, que la globalización tiene esas cosas: antes te venías de Londres tan contenta con tu Barbour y ahora los tienes hasta en la tienda de la esquina. Vamos, que lo difícil es ir de viaje y traerte algo que no vendan en tu ciudad.
Algo parecido le ha pasado a otra amiga que se ha ido este finde a Madrid. Buscaba vestiditos de Maje y cuando ha llegado a la tienda donde los venden y se ha elegido un par y estaba a punto de pagar, va y le dice el dueño que en Valencia hay varias tiendas que tienen ropa de esta firma francesa. Una se llama Oh là-là! y está en Pintor Benedito; la otra Oh Lulú (en serio) en la calle Universidad; otra en la Galería Jorge Juan, El Mundo al revés, y aún hay una cuarta en la calle Comedias, Abito ¡y también está Melic, en Grabador Esteve. La pobre se quedó tan descolocada, que todavía está pensando que responder. Y lo mismo le pasó con la ropa de Manoush, que antes compraba en una tienda de Madrid, cuando aquí la tienen en Pin Up (Bolsería) o en Harry me quiere, en Isabel la Católica. ¡Eso te pasa por irte de puente! -me faltó decirle.
Primera conclusión: a veces somos tan esnobs que buscamos fuera lo que tenemos en casa. Segunda: en Valencia siempre te queda algo por descubrir. Y no lo digo como consuelo por no haber salido este puente. No hace ni una semana, estaba de cháchara con Isabel Cosme, la hija de Presen Rodríguez, cuando me descubrió el trabajo de una diseñadora de la que nunca había oído hablar (y eso que presumo de conocerlo todo, la próxima calladita estoy más mona). Se llama Teresa Helbig y tiene unos vestidos de fiesta ideales de la muerte, una mezcla entre los volúmenes de Ghesquière para Balenciaga y la delicadeza de Nina Ricci. Tengo ir a Presen Rodríguez a probármelos ya. Aunque, aviso, son un poco caros.
Y lo mismo con los jeans. Yo que iba de listilla y pensaba que controlaba todas las firmas del mundo mundial, me acerco un día a Chapeau y me sacan unos de J.Brand que te los pones y parece que hayas adelgazado un par de kilos. Vamos, que en esto de la ropa, para estar al día tienes que dedicarle muchas, muchas horas, porque si no, siempre hay alguna novedad que se te escapa. Y luego te vienes de Londres o de París con tu compra “tota paga” y resulta que lo venden en la tienda que está junto a tu peluquería, más barato, y encima te arreglan el largo del pantalón gratis.
Y es que aquí, en cuanto te descuidas, te han abierto una tienda nueva. El jueves que viene, sin ir más lejos, abre TCN en Cirilo Amorós. TCN es la firma de Totón Comella, una diseñadora catalana que empezó con baño y ahora hace de todo, hasta complementos. En su biografía dice que pasaba los veranos en Saint Tropez en la tienda de un familiar, y no se si será por esa infancia chic o porqué, pero todo lo que hace es ideal. ¡Y no hay que coger un avión!
Algo parecido le ha pasado a otra amiga que se ha ido este finde a Madrid. Buscaba vestiditos de Maje y cuando ha llegado a la tienda donde los venden y se ha elegido un par y estaba a punto de pagar, va y le dice el dueño que en Valencia hay varias tiendas que tienen ropa de esta firma francesa. Una se llama Oh là-là! y está en Pintor Benedito; la otra Oh Lulú (en serio) en la calle Universidad; otra en la Galería Jorge Juan, El Mundo al revés, y aún hay una cuarta en la calle Comedias, Abito ¡y también está Melic, en Grabador Esteve. La pobre se quedó tan descolocada, que todavía está pensando que responder. Y lo mismo le pasó con la ropa de Manoush, que antes compraba en una tienda de Madrid, cuando aquí la tienen en Pin Up (Bolsería) o en Harry me quiere, en Isabel la Católica. ¡Eso te pasa por irte de puente! -me faltó decirle.
Primera conclusión: a veces somos tan esnobs que buscamos fuera lo que tenemos en casa. Segunda: en Valencia siempre te queda algo por descubrir. Y no lo digo como consuelo por no haber salido este puente. No hace ni una semana, estaba de cháchara con Isabel Cosme, la hija de Presen Rodríguez, cuando me descubrió el trabajo de una diseñadora de la que nunca había oído hablar (y eso que presumo de conocerlo todo, la próxima calladita estoy más mona). Se llama Teresa Helbig y tiene unos vestidos de fiesta ideales de la muerte, una mezcla entre los volúmenes de Ghesquière para Balenciaga y la delicadeza de Nina Ricci. Tengo ir a Presen Rodríguez a probármelos ya. Aunque, aviso, son un poco caros.
Y lo mismo con los jeans. Yo que iba de listilla y pensaba que controlaba todas las firmas del mundo mundial, me acerco un día a Chapeau y me sacan unos de J.Brand que te los pones y parece que hayas adelgazado un par de kilos. Vamos, que en esto de la ropa, para estar al día tienes que dedicarle muchas, muchas horas, porque si no, siempre hay alguna novedad que se te escapa. Y luego te vienes de Londres o de París con tu compra “tota paga” y resulta que lo venden en la tienda que está junto a tu peluquería, más barato, y encima te arreglan el largo del pantalón gratis.
Y es que aquí, en cuanto te descuidas, te han abierto una tienda nueva. El jueves que viene, sin ir más lejos, abre TCN en Cirilo Amorós. TCN es la firma de Totón Comella, una diseñadora catalana que empezó con baño y ahora hace de todo, hasta complementos. En su biografía dice que pasaba los veranos en Saint Tropez en la tienda de un familiar, y no se si será por esa infancia chic o porqué, pero todo lo que hace es ideal. ¡Y no hay que coger un avión!
4 comentarios:
En las Navidades pasadas (parezco Scrooge) estuve en Londres y no compré nada de ropa, todo es igual que lo que tenemos aqui!!!.
Respecto a lo de estar al día, como dice una amiga: SER MODERNO ES UN CURRO
Lo mismo me pasó con Amsterdam; aquí tenemos lo mismo, y más barato. Lo de T. Helbig... creo que he visto sus diseños en algún blog o revista, pero con mis despistes, si no me lo apunto es como si no existiera.
De todas maneras me voy a apuntar todas y cada una de las tiendas que dices, por si acaso tuviera que haceralgún viaje relámpago.
Cool Hunter
http://coolhunter.elleblogs.es
Teresa Helbig hizo el vestido de la niña de El laberinto del fauno para los Goya, era uma monada.
Yo viví en Londres tres años y te aseguro que te puedes comprar cosas que no las hay aquí, eso si te tendrías que ir a los mercadillos donde se exponen jovenes diseñadores, hay cosas increibles de verdad.
Un bico.
No sabía lo del vestido de la película, buscaré fotos.
Vaya, ya se que en Londres seguro que hay cosas que aquí no venden(seguro que en Valencia también hay cosas que no encuentras en Londres), pero las diferencias son cada vez menores.
Besos!
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