Semana de San Valentín; o sea, semana cursilona de corazoncitos, lacitos y demás. El día da para hacer balance de la vida, para recordar viejos amores, celebrar los presentes y llorar los perdidos. Pero lo mejor de todo es revivir los amores platónicos, que son los que nunca se han vivido. En Ciudadano Kane, el protagonista principal, Charles Foster Kane (Orson Welles) ya anciano le cuenta a un chaval que un día siendo joven se cruzó en el metro con una chica rubia, cruzaron las miradas durante un breve instante: “(…) Desde entonces no ha habido una sola semana en vida que no me haya acordado de ella.”
Ese el verdadero amor platónico, el que nunca se ha consumado, el que no tiene mácula porque no ha habido convivencia. Es sólo una idea, un sueño que se personifica en una cara que puede o no tener nombre. Es aquel chico que te cautivó en la adolescencia. Si llegaste a salir con él, te quedaste sin amor platónico para el resto de tu vida. Pero si no lo hiciste, si nunca hablaste con él más de diez minutos seguidos, lo utilizaste para verter sobre él todo tu amor adolescente, para crear una fábula de amor perfecto, sin reproches y sin desengaños.
Ya no te acuerdas de su cara, ni falta que te hace. Es más, no te gustaría cruzarte con él por la calle porque desvirtuaría tu recuerdo a cambio de nada. No tienes ningún interés por saber cómo le ha ido en la vida, porque en realidad a él nunca le quisiste, todo fue una ilusión que perdura en tu memoria y a veces en tus sueños. Y ahora te das cuenta de que fue una suerte no salir nunca con él, si lo hubieses, no tendrías amor platónico y eso es una faena.
Hay muchos tipos de amor. El platónico es el que media España siente hacia Pablo Iglesias, le ven guapo y creen que satisfará todos sus deseos. Como nunca ha mandado, no hay nada que reprocharle; el despechado, que es el de Rajoy hacia Bárcenas: le deja tirado y le dice “se fuerte Luis”; el no correspondido, que es el de Tsipras hacia Merkel: le pide cariño y ella le grita “¡nein, nein!”. Pero el peor de todos es el incierto, el que no sabes a qué atenerte, vamos el de Fabra hacia Rajoy, “Dime de una puñetera vez si me quieres o no me quieres”.
Y el auténtico, que es el de tu Pepe, que ya está otra vez protestando porque ha reservado mesa a la diez, para celebrar San Valentín, son menos cuarto y tú todavía no te has vestido. Así que llegado ese momento, lo mejor será volver a vida real y darle un beso a tu chico.
Habrá varias cenas especiales en Valencia. El hotel Westin ha preparado para la ocasión una cena de gala con música en vivo. En el menú, muchos ingredientes del color del corazón: frambuesa, frutos rojos, fresas.
La cena del Vinatea, en el Hotel Astoria, también lleva sorbete de fresa “con liofilizado de fruta de la pasión Romeo y Julieta”.
Claro que el que se lleva la palma es el menú especial del restaurante Cicerone, que consiste básicamente en concentrar la máxima cantidad de alimentos afrodisiacos en una cena: ostras, moluscos, curry rojo picante y para rematar presa ibérica con ¡canela, nabo y fresas calientes! Ah, y de regalo, una entrada para ver la película Cincuenta sobras de Grey ¡Si con eso no se levanta la libido…!
Fernando Aliño ha huido de los tópicos románticos y en su cena de San Valentín en el Palacio del Negrito no hay ningún plato rojo. Para compensar, ha metido guiños exóticos, como la flor de loto o la mahonesa oriental.
Pero chicas, el súper plan del día de los enamorados es el concierto de Sergio Dalma en el Palau de les Arts. ¡Las que no tengan entradas, ya pueden ir a la reventa porque están agotadísimas! Ya me estoy imaginando con mi chico, cogidos de la manita, mientras escuchamos “Bailar pegados” o “Esa chica es mía”, ¡ay el amor!
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miércoles, 11 de febrero de 2015
martes, 24 de septiembre de 2013
Soñar a lo grande
Tres
premios bien dados; cinco discursos breves, de un par de minutos cada uno; una
foto de grupo, y ¡ale!, a cenar. Eso es una entrega de premios como Dios manda y
no esas maratonianas jornadas de aplausos en las que sube uno, otro y otro y
otro más, hasta que acabas con las palmas de las mano enrojecidas de tanto
aplaudir. Tampoco es bueno que haya un exceso de autoridades y de faranduleo que
condicionan demasiado el protocolo y forman corrillos entre ellos, mientras el
resto de la concurrencia está más pendiente de ver si alguno de ellos le saluda
y consigue meterse en uno de esos corrillos, que de hacer cuchipandi con los
demás.
Telva
lo hizo así el viernes por la noche en el Palau de les Arts y le quedó bordado.
La directora de la revista nos había dicho que con ganas de trabajar, una
sonrisa y soñando a lo grande se puede conseguir cualquier cosa. Y ahí estábamos
los asistentes meditando sobre esa reflexión cuando subió al escenario Raphael
con esas sonrisa suya tan pegadiza nos dijo que él sigue soñando porque todavía
le quedan sueños por cumplir. Y ahí nos quedamos más de uno perplejo, pensando:
¡toma, ya!, este hombre, que ha conseguido uno de los cinco únicos discos de
uranio que se han dado en la historia, todavía tiene sueños, y tú a veces, en
casa, te pones tristona porque crees que ya no te queda nada en lo que
soñar.
Valentín
Fuster, el segundo premiado, nos dijo que la forma de dar a los jóvenes un mundo
mejor era hacer precisamente lo que estaba haciendo Telva, valorar el arte, la
ciencia y el deporte. El Tercero en subir fue Marc Márquez, un sol de chaval,
que con una humildad admirable reconoció abiertamente que todo aquello le
quedaba un poco grande. Y acabó la ronda de discursos Alberto Fabra que clausuró
su discurso emulando a Raphael: “...Digan lo que digan España va bien y está
llena de talento”.
Toda
la ceremonia no duró más de cuarenta y cinco minutos, cosa muy de agradecer en
este tipo de eventos. Luego una cena ligera y para acabar la noche, unas copas
en el ático del palau de les Arts bajo la luna de Valencia. Allí, el presidente
Fabra y sus conselleres de educación y sanidad, María José Catalá y Manu
Llombart, se mimetizaron con el resto de invitados, algo que por fin los
políticos han empezado a hacer.
La
presentadora de la gala fue, Nuria Roca, vestida de Jorge Vazquez. Entre
invitados, ellos de riguroso esmoquin estaba Jaime de Marichalar, Fiona Ferrer,
Paloma Segrelles y toda la familia de Raphael, su mujer Natalia Figeroa. También
el vicepresidente de Sha Wellness, Alejandro Bataller, el diseñador Francis
Montesinos, recién llegado de la Madrid Fashion Week, la presidenta del Palau de
la Música, Mayrén Beneyto, elegantísima con un vestido negro de Marta de Diego,
encolado y con las mangas y la espalda transparentes y bordadas, y un clutch en
forma de gato con incrustaciones de cristal de Judit Leiber -”lo compré en los
años 70 en NY, muchas preferían comprar abrigos de piel, pero a mí me emocionó
esa pequeña obra de arte”-, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana,
Paula Sánchez de León, Alfonso Roig con la estilosa Patricia Bonilla, el
arquitecto Ramón Esteve, el tenista Juan Carlos Ferrero, el torero Vicente
Barrera, Jorge Martínez Aspar, Albelda con su mujer Vicen
Fernández...
A
la cita no faltaron los empresarios Héctor y Manuel Colonques, con su hija María
que se casa dentro de poco con Andrés Benet; Juana Roig, la hija pequeña de
Juan, con su marido Álvaro Otero, Juan Carlos Pantoja con su mujer Cristina
Blanch; Iñigo Parra y Henar Molinero, Silvino Navarro y Lucía Morales, Julio de
Miguel y Andrea Pascual, Carlos Pascual con su mujer Elena Ravelo,
Bárbara Jiménez de la Iglesia y Chimo Iborra, Joaquín Maldonado, Verónica
Montijano y José Luis Vilanova, Alfonso Manglano y Eva Marcellán, Sonsoles Gómez
Torres y Fernando Cervero, Paloma del Portillo Martínez Medina y Lucas Noguera,
el doctor José María Ricart y Carolina Merino, el joyero Arguimiro Aguilar, José Tamarit, Ana Valero y Maite
Sebastiá, la redactora jefe de moda de Telva, que llevaba un espectacular
vestido de crepé rojo de corte años 20 de Marta de Diego. He perdido el par de
zapatos de Prada que aposté la semana pasada.
martes, 4 de junio de 2013
Pon un coach en tu vida
¡Qué horror de primavera!, frío, lluvia y viento. Parece
que los astros quieran ensañarse con nosotros y justo cuando peor está nuestra
economía y nuestro ánimo colectivo, va y nos mandan un mes de mayo que ha
“febreado” todo lo que le ha dado la gana. Como esto siga así, todas vamos a
necesitar un coaching manager que nos ayude a controlar nuestras emociones,
para que no caigamos en la tentación del exilio o algo peor. Necesitaremos,
como nuestro President Alberto Fabra, alguien que venga y nos diga “Tranquila
no te hundas, que el secreto del éxito está en ti misma. Busca en tu interior,
seguro que ahí dentro encuentras el sol, el calor y los agradables atardeceres
primaverales.”
No sé, quizás funcione. Lo malo es lo de los dieciocho mil
que hay que pagarle; adiós a las compras de un par de temporadas, claro que a
lo mejor también nos cura la dependencia consumista. Quizás por ahí dentro,
además de sol, hay un antídoto contra el ansia de renovar nuestro fondo de
armario.
En fin, mientras buscamos nuestro coach vamos a confiar
en que junio compense los sinsabores climáticos de mayo. Por lo pronto tenemos
una terraza ideal para ir aclimatándonos al verano: la del Ateneo.
El Ateneo Mercantil es uno de esos edificios históricos
con más personalidad de la ciudad. Por sus escaleras y salones ha pisado lo más
granado de la sociedad valenciana: prohombres, grandes empresarios, políticos,
intelectuales…sin embargo, en los últimos años sufría una lenta decadencia, con
falta de socios jóvenes.
Su presidenta, Carmen de Rosa, se ha empeñado en
rejuvenecerlo y va camino de conseguirlo. Su último proyecto es convertir su
ático en una de las terrazas más glamourosas de la ciudad. El ático, que hasta
ahora estaba desaprovechado y eso que tiene una de las mejores vistas de
Valencia, se ha reformado con una estética cosmopolita: tarima de madera en el
suelo, sillones blancos de diseño y música chill-out para tomarte un gin-tonic,
una cervecita después del trabajo o un brunch a media mañana.
El jueves se inauguró con una fiesta de lo más concurrida,
y eso que era una lista cerrada de invitados. Pues no debió de fallar ni uno, más
de trescientos había en la terraza, entre ellos, los diseñadores Francis
Montesinos, Valentín Herráiz y Presen Rodríguez, que abandona la calle Sorní y
se muda a un coqueto atelier en Pizarro 14; la fallera mayor de Valencia Begoña
Jiménez y su corte de honor; Fernando de Rosa, Javier Gómez-Ferrer, el profesor
Santiago Grisolía con su mujer, los hermanos Agramunt Sáez Merino con su madre
Carmen Sáez Merino, Chimo Maldonado, Mayayo Gómez Lechón, Susana Pérez
Manglano, Ana Brugger, María José Albert y Amparo Moreno, Beli Botella, Begoña
Císcar...
El Ateneo Lounge abrirá todos los días de 1 del mediodía a
3 de la mañana y tendrá una entrada independiente por la calle Moratín, al
estilo de los clubs privados neoyorquinos. Será perfecta para las noches de
verano, si es que este año tenemos verano. Unos meteorólogos aguafiestas dicen
que este año será el más frío y húmedo desde 1816, ¡jolines, vaya tela, sí que
vamos a necesitar un coaching!
La terraza del Ateneo sólo puede competir en vistas con la
del hotel Eyre Astoria, que tiene una de las mejores panorámicas de la ciudad,
pero solo abre para eventos puntuales. Precisamente allí, el hotel celebró el
mismo jueves el aniversario de su club Astoria and Friends. El tema de la
fiesta era “flower party” y el dresscode ibicenco. Entre los invitados, Concha
García Campoy, Quico Catalá, Blanca y Laura Fitera, que protagonizará en
septiembre uno de los reportajes de Samanta Vilar, ¡qué valiente!, el diseñador
Adrián Salvador, las presentadoras Susana Remohí y Laura Grande, Mª Dolores
Enguix de la Optica Climent, María José Duart…
Hay más terrazas, muchas más y ahora lo que toca es
recuperar el tiempo perdido en mayo. Salgamos a la calle, bebamos gin-tonics y
busquemos el éxito en nuestro interior mientras nuestro exterior recibe la
dulce brisa de la primavera.
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