lunes, 31 de diciembre de 2018

¡Que empiece la fiesta!


Las fiestas de fin de año van cambiando a lo largo de una vida. De niña son una juerga casera cuyo principal aliciente es acostarse tarde. En la adolescencia, son un reclamo independentista de la joven mujer que exige ser dueña de su vida. A los veinte, una lotería; si aciertas con la fiesta y encuentras a un tío interesante, la noche será un éxito. Si no lo encuentras, en el mejor de los casos, será divertida. Y lo peor, si quien lo encuentra es tu amiga y tú no, será mejor olvidarla. En la treintena, ya con hijos, vestirte de fiesta parece una maldición y estás deseando que tu pequeño tenga sueño para irte a la cama en cuanto acabas de tomar las uvas. Y así llega el año en que tus retoños se van solos a la hípica y te reencuentras con tus vestidos de lentejuelas y con la cintura desdibujada de tu Pepe que ha perdido definitivamente la noción del ritmo a la hora de bailar.
El estilista Alex Jordán cree que la fiesta de fin de año es de las pocas en las que se puede cometer algún exceso, tanto en la ropa como en los complementos. Para peinar a María Cosín se inspiró en Grace Kelly, “una belleza elegante y clásica que he actualizado con una onda más despeinada y rota para dar un aire más fresco y un maquillaje suave que se funda con la piel.”
El vestido de María es de su diseñadora favorita, Marta de Diego. “He jugado con dos texturas distintas en la falda y el cuerpo para conseguir un estilismo joven, fácil de llevar en un equipaje, ¡nos movemos mucho estas fiestas!. El cuerpo es de moaré de seda y la falda de cashmere y seda teñida a tono, sujeta en un nudo y con gran abertura”, explica Marta.

Rafa Moreno también cree que la noche de fin de año hay que derrochar glamour. “A Elisa Escorihuela la he caracterizado como una actriz de cine clásico, acorde con el vestido. El maquillaje es de los años cuarenta: mucha pestaña, piel blanca, ojo puntiagudo y un labio rojo realzando toda la belleza de su piel pecosa.” El vestido es de Isabel Sanchís, de crepe con corte delante y con un tirante de plumas degradadas y bordado con piedras en cristal, plata y negro.

El diseñador Alejandro Resta eligió para Lucía Asensio uno de sus vestidos de su colección de alta costura. “Diseñado para brindar elegancia, quería volver aquellos años donde la grandes divas del cine llegaban a un evento y dejaban perplejos a los asistentes. Es un vestido infinito, de tela fluida como la organza de seda plisada en color rosa empolvado que resalta su pelo oscuro. Lleva un gran escote que termina en un  fajín con una lazada en cintura que ayuda a resaltar su figura”, cuenta Resta. El peinado es de Tono Sanmartín, un recogido “con formas entrelazadas de nudos, dejando mechones en forma de algas cuidadosamente despeinados y sueltos”.
¿Y los chicos? La fórmula de Alfredo Esteve es intemporal: esmoquin negro con algunas mínimas variaciones, camisa blanca y pajarita para los más clásicos y camiseta, camisa o suéter negro para los más modernos.