lunes, 10 de diciembre de 2012

Brotes verdes

Desde que aquel iluminado dijo que estábamos “en el inicio del final de la desaceleración”, allá por 2008, hasta hoy, hay que ver la que ha caído. La verdad es que más de un político debería consultar a Aramis Fuster antes de hacer según qué declaraciones. Luego vino lo de los brotes verdes…, y aquí seguimos, pasando el puente de la Constitución viendo capítulos viejos de Sexo en Nueva York para recordar buenos tiempos, cuando media Valencia paseaba por la Quinta Avenida en cuanto se juntaban tres festivos.

Y lo único que da alas al optimismo es ver que de vez en cuando, muy de vez en cuando, algún valiente le pone a la vida lo que hay que ponerle y monta negocios originales, creativos, divertidos, cultos… Vamos, que hay gente por ahí que es la leche.

Marisa Giménez Soler, licenciada en Arte y comisaria de exposiciones, y Teté Amat, arquitecto técnico y decoradora acaban de abrir un nuevo espacio para exposiciones a mitad camino entre una galería de arte y un mercadillo de artesanía. Se llama “Doce islas, el Club de las mentes inquietas” y está en la calle Trinitarios 12, una casa antigua con un patio interior chulísimo. La casa la comparten con los arquitectos Eduardo Fernández-Moscoso y Mario Rando, que están especializados en proyectos sostenibles.

El club ha abierto con una exposición colectiva de más de sesenta artistas de ámbitos tan distintos como la moda, la fotografía, el diseño de joyas, la escultura… son pequeñas obras de arte que puedes comprar a partir de 3 euros.

La inauguración fue el viernes pasado y por allí pasó gente de lo más chic de Valencia: Pilu Díez de Ribera, de la tienda Lester, el joyero Joaquín Berao, el equipo del Café de las Horas con Manolo y Marc al frente, Marta Manglano, Chimo Llixiona y Lolo López-Ygual, Rodolfo Valiente de Bodegas Vegalfaro, las hermanas Soler Crespo, Lucía García de la Cuadra, Nicolás Bugeda de la Conselleria de Cultura, Yolanda Iturraspe y el productor musical Dani Cardona.

Pasear por doce islas es como hacerlo por un mercadillo arty con piezas muy seleccionadas, es difícil no picotear algo. Hay ropa de Beatriz Rodríguez-Lapuente con su firma Amore Ibiza, complementos y camisetas de Miralindo, una firma de ropa infantil comprometida y con unos diseños de lo más monos, pintura de Marisa Casalduero, con sus dibujos naif, colgantes de metacrilato de Candela Duarte, la hija de Santi, el hermano de Nacho Duato. Hay fotografías de Lola Barcia, Ignacio Evangelista o Chimo Serrano y pintura de Assad Kassab, Fernando García del Real y Manuel Olías.

El viernes, los puestos más concurridos fueron los de los sombreros de María José Martínez Medina y las joyas que Paco Gimeno, Raúl Poveda y Michi Lleó que traen de sus viajes a Estambul. Los sombreros de María José son una pasada. Tiene una colección de calle muy divertida que hace ella misma utilizando materiales muy inusuales en la sombrerería, en muchos colores y muy fáciles de llevar; hay casquetes pequeños y gorros urbanos de fieltro con forma de cascos de guardia urbano antiguo y una borla de lana, como gorros de nieve. Los hay tan prácticos que se pueden doblar y meter en el bolso y no se arrugan. La pena es que aquí en Valencia no nos atrevamos con los sombreros. En Madrid o en París o en Italia es lo más normal del mundo, pero aquí te pones uno y te ven como una snob. ¡A ver si con los sombreros de Martínez Medina empezamos a atrevernos!

Más brotes verdes. La semana pasada abrió la taberna Qba en la planta baja del Restaurante Messana: tapas y vinos para cenar de una manera informal. A la inauguración fue Javier García Lliberós, Mónica Morales, María José Solaz, Sedi Casanova… Y la semana que viene más inauguraciones: el 14 abre un restaurante de comida orgánica, Kimpira, en la calle convento San Francisco 5. Y Edbe, la empresa de Edgar Betoret, inaugurará el próximo miércoles su nuevo restaurante La Plaza del Patriarca.

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