Las mañanas son más o menos igual que en cualquier otro sitio; toallita, chanclas, bote de crema, último número del Hola y a la playa a marujear. Sólo hay que tomar una precaución: no dejarse ver por la playa del Arenal, si no quieres dar que hablar a la gente bien, porque es sabido que a esa playa sólo van domingueros y gente que no es de Jávea de toda la vida.
En barco
Es más, si lo que quieres es ganar posiciones, lo mejor es adosarse a un amigo con barco. Ossea, ossea, ese es el súmmum de los planazos chics, sobre todo porque da pie a que por la noche cuentes que has salido al mar con el barco de Fulanito y que habéis comido en El Portichol mientras tus niños se bañaban en las cristalinas aguas de por aquí. De paso, así como quien no, en plena cena dices que eso te ha permitido darle el día libre a la cuidadora: “…hija es que si no, a ver qué haces con los niños”. En las calas, fondeados, puedes encontrarte a los Vila y los Ballester en sus barcos, aunque también hay ricos con barcos que nunca sacan a navegar, ¡uff, qué pena!
De tiendas
Para las tardes, un buen plan es ir de tiendas: Ossea, me encantan las tiendecitas de la parte vieja, en los alrededores del mercado. Hay una de zapatos, el Zaguán, ossea de verdad, te mueres viendo las sandalias que tienen. Uff, y Bello Horizonte, una tienda de decoración con unos muebles belgas ideales y unas velas enormes perfectas para terrazas chillout.
De cena
Por la noche, con tu vestido rollito ibicenco ya puedes dejarte ver por la playa del Arenal, aunque sin abusar; se cena bien en más de un sitio, pero hay demasiada gente. Otra opción, es amigarte a alguien que conozca la zona: ossea, alguien de los de Javea de toda la vida que seguro que te cuenta que un abuelo, del abuelo de su bisabuelo ya veraneaba en Javea cuando todavía no existía el verano, oye. Ellos conocen bien la red de restaurantes donde se come francamente bien: Tosca, los Remos, La Perla, Cabo de la Nao, el Amarre o Masena.
De fiesta
Lo más de lo más, para vivir la noche javiense, es que colarte en la fiesta de alguien. El viernes por la noche, las hermanas De Miguel: Alicia, Carmen y Paloma, junto con su hermano Gere De Miguel, dieron una fiesta para inaugurar su nueva casa. ¿Qué deciros de la fiesta?... con tres palabras: Ossea, ossea y requete-ossea. Sólo por ver la casa ya valía la pena; es una casa de pueblo, decorada ideal de la muerte por Tatiana Monsonis, que ha recuperado los muebles originales, los ha lacado en blanco y le ha dado un aire rústico de lo más chic a la casa, con vigas de madera y un patio interior monísimo. Para cenar, arrocito al horno, cocas de pisto y cebolla y tortilla de patata. ¡Hija, qué ideal! Y luego copas a tutiplén en las terrazas y baile hasta la madrugada. Las hermanas De Miguel invitaron a lo más de lo más de la sociedad valenciana: Juan Carlos Gómez Pantoja, Kosme de Barañano, Ángel Villanueva, Ángela Pla y Juan Lagardera, Iñaki Zaragüeta Sedi Casanova, Jaime Girona, de los Girona con casa en Denia de toda la vida.
Bueno, os dejo que me voy al agua y a dejarme ver en barco de Margallo, mientras bebo una copa del cava que el otro día le regaló Pepe Marí de Olano, que ha navegado en este barco como otros tantos nombres ilustres del PP valenciano.
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