jueves, 19 de enero de 2012

Indignadas

Con la que está cayendo, hacer ostentación del lujo es un poco aberrante. Claro que hasta para eso hay clichés y prejuicios. A los hombres se les consiente más que a las mujeres. Ellos pueden gastarse sesenta mil euros en un coche, sin ser acusados de frívolos. Nosotras nos gastamos dos mil en un abrigo y en cuanto se corra la voz alguien nos acusará de mal gastadoras, caprichosas, pijas, frívolas, insensatas y vaya usted a saber qué más… Bibiana y Leyre se dejaron esto por arreglar.

Viene esto a cuento de que Canal 9 emitió el lunes un reportaje de Societat Anònima del que todavía se está hablando. Se titula “no sé que es la cuesta de enero” y lo protagoniza gente que no está sufriendo la crisis, ricos que van a esquiar a Baqueira en temporada alta, mujeres pastosas estilo Carmen Lomana que presumen de gastar 10.000 euros en una pulsera “porque yo lo valgo y me lo merezco” y un grupo de amigas que compran bolsos de cocodrilo a 3.000 eurines de nada, ¡una ganga!

Salían mujeres manteniendo conversaciones de lo más frívolas; y entre risas y bromas se jactaban de no tener problemas para llegar a fin de mes. La verdad es que tú estabas en casa, con tu pijamita, después de haber dado de cenar a los niños y te quedabas un poco de piedra: ¡Dios mío, qué hacen esas ahí diciendo esas cosas, y yo sin saber cómo demonios voy a pagarle mañana al peluquero! La cosa era aún más grave si estabas viendo el reportaje con tu santo esposo, siempre cabreado por el estado de las cuentas familiares, que lanzaba gritos de indignación y pedía por favor que alguien cambiase la cadena.

Lo más sangrante fue una señora, de unos sesenta, que salía alardeando de comprar la de la pulsera de 10.000 euros. Me juego mis leotardos de Hello Kity a que era una actriz, porque nadie en su sano juicio, excepto la Lomana, puede hacer tanto el tonto en tampoco tiempo.

Lo malo del reportaje no es la visión frívola que transmite del sector del lujo, lo peor es la lectura tan simplona y fácil que se hace de las mujeres que lo consumen. La mayoría no buscan logotipos, ni hace ostentación de lo que ha costado, más bien al contrario, buscan la discreción y el anonimato, salvo cuatro tontas. Por eso la mayoría de las que salieron están indignadas y han puesto a Dios por testigo de que jamás volverán a dejarse grabar por Canal 9. Ni ellas ni las tiendas.

Un vestido de Prada o Celine es un lujo que nadie necesita para vivir. Pero la verdad es que si vas sobrada de pasta, te gusta tenerlo porque son piezas de calidad y diseño, con patrones muy trabajados, tejidos innovadores y confección impecable; ni las mujeres son estúpidas por gastar 1.000 euros en un vestido ni ellos lo son por gastar 40.000 en un coche.

Además, a cualquiera de nosotras nos pueden grabar hablando con las amigas mientras vamos de compras y podemos parecer las más frívolas del mundo mundial. Y si encima aparecemos bebiendo Möet, nos echan tomates como a Ramoncín. Si no que se lo digan a nuestro ex presidente y a Álvaro Pérez.

El mismo lunes que se emitió el reportaje, Laura Fitera celebraba en su casa una pequeña fiesta en su casa. “Nos pusimos guapas, reímos muchísimo, merendamos, brindamos con Champaña y dejamos fuera a esta maldita crisis y este año 2011 que tan duro ha sido para muchas. A la merienda fueron Pilar Vázquez, Emi García–Cueco, Mamen Rivas, Inmaculada Sobrino, Marisa Diez-Cisneros, Ángeles Fayos, Marta Conesa, Blanca Fitera, Dulce Jiménez, Matilde Conesa, Mª José Navarro, Elvira Cátala, Amparo Lacomba, Mª José Albert y Marisa Marín, “todas ellas mujeres inteligentes, cultas, valientes y luchadoras”, dice Laura.

“Las mujeres, cuando estamos solas, sacamos a la luz facetas ignotas de nuestra personalidad que no mostramos ante los hombres, esto sigue siendo así en pleno siglo XXI”, dice Laura. Vamos, lo mismo que ellos cuando se juntan más de cuatro en torno a unas cuantas cervezas y hablan de lo mismo que hablaban cuando tenían trece años: de mujeres, que nunca se fijarán en ellos, de coches, que nunca tendrán, y de fútbol, al que ya nunca volverán a jugar… ¡Que frivolidad!

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