domingo, 11 de enero de 2009

Funny sex

Quién nos ha visto y quién nos ve. Nosotras, las hijas de aquellas señoras que asistían a reuniones en casas de amigas para comprar ollas, sartenes o los famosos tuppers, que luego enseñaban a sus maridos, nuestros padres, como lo más de lo más en los avances tecnológicos. Ahora somos nosotras las que tomamos el café; pero la vendedora ya no tiene el pelo de color caoba, ni viste falda plisada a la altura de las rodillas, ni tampoco vende tuppers para guardar la paella que sobró el domingo. Ahora la señora lo que nos vende son consoladores en forma de lápiz de labios que se pueden camuflar en el bolso y que, según dicen, más de una ya ha utilizado para matar el aburrimiento en un atasco. ¡Toma castaña!; y los maridos en casa, viendo el fútbol –ellos siguen siendo como sus padres- y creyendo que estamos tomando el té con unas amigas, igual que hacían sus madres.

Sí chicas, sí, los juguetes eróticos ya no son cosa de hombres. Adiós a aquellos antros sórdidos, los sex-shop, a los que jamás se nos hubiese ocurrido entrar a una de nosotras, que al fin y al cabo, seguimos siendo hijas de los colegios de monjas. Ahora el sexo se vende en la Gran Vía Germanías (Play Sex) o en la de Fernando El Católico (Condoms and Co), dos tiendas “hiper-monas”, en las que el sexo se presenta como algo divertido, que nada tiene que ver con la pornografía, ni nada que se le asemeje.

Allí lo que nos venden son perfumes capaces de devolver a la lívido de nuestros hombres aquel esplendor perdido hace siglos o aceites afrodisíacos que hacen maravillas. También hay vibradores con diseño escandinavo que encajan a la perfección dentro de un bolso de Prada o en la guantera de un Cayanne. ¿Os acordáis de aquel capítulo de Sexo en Nueva York en el que la asistenta de Miranda le encontraba un consolador en la mesita de noche, y ella no se sonrojó en ningún momento? Aquella escena, según dicen los responsables de Lelo, que es la firma más chic de este negocio, resume bien lo que ha pasado en los últimos años.

Esas tiendas no tienen nada que ver con los antiguos antros. Play-sex tiene un logotipo chulísimo, está decorada toda en color rosa y antes parece una tienda de Hello Kitty que en una para mayores de 18 años. Una vez dentro, ni rastro de películas pornográficas, sino vibradores sofisticados, aceites de masaje de Shunga y aparatitos con miles de funciones de Fun Factory. Lo mismo pasa en la franquicia Condoms and Co, donde Isabel y Ana intentan normalizar la venta de estos productos eróticos. Todos los artículos están a la visa, no hay nada que esconder.

Aún así, las que tengan reparo en ir a estas tiendas, tienen la opción de las tupper sex que ofrecen en las mismas tiendas. Se necesita una anfitriona que preste su casa y se encargue del café y las pastas o los canapés. La anfitriona es la que llama a sus amigas y se pone en contacto con la asesora. Una vez concertada la cita, llega la asesora con una maleta cargada de productos a tutiplén. Primero empieza por la cosmética erótica, luego pasa a la juguetería, vamos, los vibradores, ¡que dicen que se prueban en la nariz! Finalmente la lencería. Terminada la presentación, se hacen los pedidos, que llegarán a casa de la anfitriona con bolsitas personalizadas.

El negocio promete, porque buena parte de las potenciales asistentes a las Tupper Sex o las tiendas, todavía somos fruto de un tiempo en el que disfrutar del sexo era cosa de fulandrangas, y por muy liberadas que estemos, ya se sabe que quien tuvo retuvo; y no quisiera yo verme en el papelón de Miranda. Pero las jovencitas de ahora, y aún más las que están por venir, no van a tener tanto reparo.

6 comentarios:

Mayte de la Iglesia dijo...

Sin comentariso en este post??
Que cosas. En fin, yo no he aisitido jamas a una tupper sex, pero en una ocasion unas conocidas montaron una y a la vendedora casi le da un patatus cuando llega y se encuentra a la presentadora de no se que programa, a la novia del famoso tal, a la hija de esta señora tan respetable, a la actriz del momento, a una modelo habitual de las portadas nacionales...jajjaja. Me contaron que lo pasaron increiblemente bien y que hicieron unas compras estupendas.

Por cierto en Paris tambien tienen unas tiendas chulisimas donde hicimos una estupenda compra.

Begoña Clérigues dijo...

Vaya, Mayte, el sexo no interesa! Qué divertida aquella reunión, imagino la cara que se le quedó a la vendedora, qué fuerte!

thesil dijo...

Mis amigas y yo tuvimos, hace unos meses, una reunion TupperSex y nos lo pasamos genial. Tengo que decir que a mi no me tiraba mucho la idea, es verdad que se sigue asociando un poco con el porno, ypara nada! después de esa reunión me quedó clarísimo!

orquidea dijo...

Genial el post, muy currado y más razón que nadie! Me ha encantado lo de fulandrangas! jajaja!
De verdad, es importante que entre todas naturalicemos estas cosas! Pero es verdad que no se si aguantaría tan bien el tipo como Miranda!
Un beso y ánimo con el blog que está muy chulo!!
;)

Mar dijo...

Hola wapa!!!Me llamo Mar, esta semana he creado por primera vez mi blog y he subido varias fotitos de cosas que vendo como camisetas, cinturones, faldas, pantalones, collares, bolsos, etc. Si te interesa algo contacta conmigo. pues nada espero que te guste mi blog de aki en adelante.unbesito :)

Andrea dijo...

Verdad, el ir a una tienda o algo a comprar juguetitos eróticos cada vez esta menos mal visto, ahora esta visto como algo más natural el sexo