miércoles, 29 de julio de 2009

El protocolo no es para el verano

Lo que diferencia a una fiesta de verano y otra de invierno es que en las fiestas de verano rara vez te indican cómo vestir. Si en invierno los anfitriones intentan que haya cierta coherencia y los invitados vistan con armonía, en verano el dress code brilla por su ausencia.
Fíjate lo que pasó en la fiesta de Tendencias VLC. El dress code pedía vestir de negro y oro, pero se podían contar con los dedos los que iban así. Para qué molestarse en pedir que vayan de cóctel si luego una se pone un vestido hippie con sandalias del dedito; otra un palabra de honor ochenteno y megasandalias de taconazo y otra se planta en la fiesta con vaqueros y camiseta, sin más complemento que la melena al viento. ¡Ay, cualquier intento por poner orden en el caos es inútil!
El protocolo no está hecho para el verano. En Valencia, a punto de entrar en agosto, y con más de cuarenta grados a la sombra, las normas, la etiqueta y hasta las buenas maneras, se van perdiendo poco a poco. Nos vamos asilvestrando, como los niños después de un mes sin cole.
En la eterna batalla entre lo apolíneo –la disciplina, el autocontrol, la dieta, la gimnasia, lo comedido…- y lo dionisiaco –los excesos, los cubatas, baile hasta las mil, las fiestas, la celulitis, el desaliño y las chancletas…- el verano es terreno para lo segundo.
Frente a la prueba del bikini, también puedes tomar dos caminos: o te machacas el cuerpo con gimnasia, pilates, tratamientos y anticelulíticos o pierdes la vergüenza y te plantas el biquini pasando de la celulitis y de los kilos. La primera opción exige sacrificio, una importante inversión de dinero, y mucha fuerza de voluntad para decir no a la cervecita, a los calamares rebozados y a las tapas de chiringuito. Lucir tipazo pasa por ser austera, exigente, tener mucho autocontrol y comer tan poco como un monje tibetano. La otra vía, la de la cervecita y la fritanga y la de a vivir que son dos días, es más divertida, exige menos sacrificio y probablemente sea la más cómoda. ¡Gordita pero feliz!
Y entre cerveza y cerveza y ausencia de protocolo, van pasando las fiestas del verano. Esta semana se celebraron las últimas. A partir de ahora, Valencia se quedará más vacía que una pasarela entre desfile y desfile. Las fiestas se irán a Javea, Denia o Ibiza.
Una de las últimas fue la que celebró la Semana de la Moda de Valencia en L’Umbracle. Entre los invitados, mucha gente del mundillo, entre diseñadores, periodistas, modelos y amigos. Como novedad, se presentó un avance de las colecciones que se presentarán en septiembre.
Por cierto, que precisamente esta semana se anunció que los diseñadores Francis Montesinos, Hannibal Laguna y Presen Rodríguez entraban a formar parte de la nueva junta directiva de Dimova, la Asociación de Diseñadores de Moda de la Comunidad Valenciana. Hace unos meses, habían abandonado la asociación Alex Vidal (el anterior presidente), Noelia Navarro, Tonuca y Alejandro Sáez de la Torre. La nueva junta directiva, en la que continúan Dolores Cortés como presidenta, Higinio Mateu, Martín Pérez Ripoll, Miquel Suay y Javier Roca, quiere consolidar a Dimova como interlocutor del sector de la moda valenciana. En los últimos meses, se han incorporado Presen Rodríguez, Pepe Botella, Les Mains, José Zambrano, Pepe Guerrero y Manuel Espuch. Entre los diseñadores valencianos, hay mucho tomate, pero con tanto calor da pereza meterse en esas entretelas.
Y hablando de Montesinos, hasta el 22 de agosto estará abierta en la Nau de Sagunt la exposición Hombres en falda. Se pueden ver hasta 120 modelos de falda masculina, desde prendas de vestuario de la danza o el ballet, como la falda que usó Nureyev en el ballet La sylphide o la que lució Nacho Duato en Mediterranea. Además, se pueden ver variantes de la falda masculina, como el kilt escocés o irlandés, el traje de los derviches turcos o egipcios y los pareos étnicos de Asia, África o Pacífico. El pareo también es para el verano: cómodo, fresquito y desaliñado. ¡Ya volverá el invierno con sus normas y formalismos!

miércoles, 22 de julio de 2009

Ni tanto ni tan calvo

Vivimos en un país de extremos, hemos pasado de tener miedo a darle un beso a un chico por si te quedabas embarazada, al “dale que te pego” en los parques y a plena luz del día; de llegar a casa a las nueve -y si no llevarte un bofetón de tu padre-, a volver a las siete de la mañana y denunciar a tu progenitor si osa pegarte un cachete; de beber gin-tonics a las once de la mañana en el bar del instituto, a que no puedas entrar en una fiesta privada con tu hija menor de edad porque dentro se sirven bebidas alcoholicas.
Viene todo esto al caso del cabreo que me pillé en jueves por la noche: meses y meses sin ocasión para estrenar mi último par de zapatos y esta semana organizan cuatro fiestas ¡cuatro! el miso jueves: una de de Sisley en el Hotel Las Arenas, otra de la revista Hello, una tercera de Calvin Klein y la última de Carlsberg. Por si no fuera suficiente, la cadena de televisión Fashion TV monta otro megafiestón el viernes. ¿Será que los organizadores cayeron en la cuenta de esperar a las rebajas para que tuviésemos algo que estrenar?
Bueno el caso es que para compatibilizar mi azarosa vida nocturna y mi papel de madre, me planté en la fiesta de Clavin KIein con mi hija menor y allí me quedé en la puerta de L’Umbracle. No dejaron entrar a mi hija porque dentro había unos señores tomando whiskies y unas señoras quién sabe si fumando y tomando pacharán… ¡Que país, Dios mío, qué país!
Menos mal que en el hotel Las Arenas los menores son bien recibidos. Allí presentaban el jueves los tratamientos que Sisley realizará en el spa del hotel. El cóctel, en el jardín del hotel, fue de lo más elegante. Allí te recibían Carlos Boga, el director, y Rocío Bacharach de comunicación del hotel. El catering fue exquisito: rollitos vietnamitas, tartar de salmón, jamoncito, buñuelos de bacalao, taco de Buey con mostaza, Saty de pollo, croquetas de centollo, fidegua de marisco…
Entre canapé y canapé, Cristina Alonso, de Sisley, iba tomando nota de las señoras que querían probar los tratamientos. Las cremas de Sisley son una pasada pero carísimas. Y fíjate que en la fiesta me enteré que hay una cremita de farmacia que cuesta menos de cuatro euros y que usa la mismísima Isabel Preysler. Según mis amigas, todo el barrio de Salamanca la lleva y hasta el farmacéutico la conoce como la crema de la Preysler, ¡qué fuerte!
El caso es que el cóctel de Sisley en las Arenas resultó tan agradable, que más de una invitada se quedó de cháchara hasta las tantas. No es lo mismo aguantar dos horas de pie, con apretujones y calor, que sentada en sillones blancos ibicencos, con la mesa llena de comida y bebida y con la brisa fresca del mar ¡a todo el mundo le gusta lo bueno!
El jueves también se celebró la fiesta de Hello Valencia en el restaurante Mar de Bamboo, en el Veles e Vents. La fiesta también fue una pasada, por los invitados, el catering de El Alto, la música, la decoración… De la de Calvin Klein no puedo contar nada, más que el color fucsia de las chancletas de plástico que regalaban a los chicos de la prensa.
Y el viernes… super fiestón de fashion TV en L’Umbracle. Más de uno tenía sus reservas con esta fiesta, porque todavía recordaban la pesadilla del barco de Fashion TV el verano pasado. Pues bien, con la fiesta del viernes, se quitaron de encima la imagen decadente y cutre del megayate, en parte gracias al trabajo de Eva Montesinos y Virginia Vivó, que se quitaron de encima el lastre de la noche y consiguieron un ambiente de lo más fashion, invitando a diseñadores como Noelia, Tonuca, Valentín Herráiz
El resultado fue más de mil invitados, desfile de alta costura, cena con sushi, exhibición de bodypainting y hasta cava con copos de oro, una pijada que es puro marketing, ya que según mi asesor gastronómico, “lo que más se valora en un vino es la nula interacción de agentes externos en el proceso natural de elaboración”. Vamos, que el oro ni añade ni quita. Es más de lo mismo: hemos pasado del vino peleón a la bebida con oro de 24 kilates.

viernes, 17 de julio de 2009

Fiesta lluviosa, fiesta dichosa

Las cosas no salen siempre como se han previsto. Por ejemplo, estás durante semanas preparando una fiesta al aire libre, la primera del verano. Escoges cuidadosamente el día y el lugar: un jueves por la noche en una terraza ideal frente al Puerto; eliges un tema para la fiesta: si el año pasado había que vestir con flores, esta vez el dress-code será negro y dorado, que está super de moda; y cuando ya lo tienes todo preparado, lista de invitados, catering, música, animación y hasta el modelito ideal de la muerte, entonces llega esa noche y una lluvia de lo más inoportuna irrumpe en tu fiesta al aire libre, la muy hija de…
Para el anfitrión es una faena, pobre, pero para los invitados, ni te cuento. Meses esperando que te inviten a la primera fiesta del verano para lucir bronceado y escote y cuando por fin tienes ocasión de estrenar tus sandalias nuevas de piel de serpiente, tan blanquitas ellas, bajas del coche y lo primero que encuentras es un charco enorme lleno de fango, ¡ay, que horror!
Lo mejor en estos casos es ponerle al mal tiempo buena cara, y de verdad que lo intentas, pero cuando ves con horror que tu melena de peluquería, tan planchadita ella, se empieza a llenar de tirabuzones… maldita la gracia que tiene la lluvia. Y luego dicen que novia lluviosa novia dichosa ¡y una mierda!
Pero bueno, superado el trauma de las sandalias y pelo, ya te da igual, de perdidos al río o from the lost to the river, que dice un amigo. Te tomas una copa, o dos, o tres, y a disfrutar de la noche.
La primera fiesta en cuestión fue la de la revista Tendencias VLC. Se celebró este jueves en las Animas Puerto y a pesar de la lluvia la gente disfrutó de lo lindo. Sobre todo, viendo la foto de portada del último número. Ahí están Rafa Pérez Higón, que de perfil se parece mogollón a Adolfo Suárez Illana; a Tano López Llobet, con mirada profunda y pose interesante; y Dom Scott, un D.J. inglés con aires de lord, los tres de lo más elegantes vestidos de esmoquin y rodeando a la actriz Patricia Montero. La portada ha quedado super chula. Al tal Dom no lo conozco, pero Rafa –el director de Armani en Valencia- y Tano –relaciones públicas y colaborador de Prada- tienen en común su elegancia innata, muuuuuuucho estilo y sobre todo, como dicen Lucía Benavente y Maite Sebastiáson los que están”.
Por la fiesta de tendencias también se dejaron ver los diseñadores Alex Vidal, Noelia Navarro, Tonuca, Jaime Piquer, Miquel Suay y Rafa Sánchez; el arquitecto Ramón Esteve, los chicos de la portada, por supuesto; Cristina Warner, Eduardo Peris, Cuchita Lluch, Iván Martínez Colomer, Josep Lozano, Marga Martínez… Ah, y Alejandro Bataller, propietario de Sha Wellness Clinic. Dicen que es un bombazo de sitio en Altea, la primera clinica macrobiótica del mundo. La relaciones públicas es Beatriz de Orleáns –ex de Dior- y por allí han pasado Kylie Minogue, Madonna, Gwyneth Paltrow, Gisele Bundchen o Sting, nada menos.
Total, que si no llega a ser por la lluvia, que no dio una chance en toda la noche –ya no sabías dónde resguardarte- y por el catering de sushi club, que si lo hubo fue más bien escasito, el resto estuvo a la altura, y esto que las chicas de Ruzafa Show ya dejaron el listón bien alto en la fiesta del verano pasado. Respecto a los modelitos, como era de esperar, las chicas optaron por lo más fácil: minivestido negro y algún complemento dorado: sandalias, maxicollares –como Angela Pla-, o pendientes. Pocas se atrevieron con el dorado burburja Freixenet.
A la primera fiesta de este verano seguirán otras: el jueves 16, cóctel en la piscina del Hotel Las Arenas a la luz de la luna, ¡ay, me encanta! Sisley presenta sus nuevos productos spa; el mismo día, a la misma hora, la revista Hello celebra sus cien números en la Terraza Mar de Bamboo (menos mal que también está en el puerto) y para cerrar la noche, Calvin Klein underwear organiza un desfile en la terraza del Umbracle con batucada incluida. ¡A ver si no llueve!

miércoles, 8 de julio de 2009

Siempre nos quedará la Copa Rolex … ¡Esperemos!

Como este año se ha suspendido la Regata Breitling de Mallorca, muchos pensaban que la Regata de la Reina de Valencia tendría mucho más pedigrí. Vamos, que igual hasta se dejaba caer algún que otro cortesano a estirarle la chaqueta al Rey y a reirle las gracias a sus altezas los “borboncitos”, que ya son ejército los nietos de sus Majestades. Fíjate tú, que hubo hasta quien creyó que Doña Leti se dejaría ver por el Náutico.
Pues ni con esas. La regata ha tenido el mismo ambientillo que todos los años –es decir, lo justito- incluso un poco menos, porque como no hay un duro, más de un patrocinador se ha ido silbando el Puente sobre el Río Kwai.
Encima, este año ni tan siquiera ha venido la Reina Doña Sofía a la cena del Club Náutico y a última hora de ayer todavía no se había confirmado si esta tarde entregaría los trofeos a los regatistas. Otros años, su Majestad venía el sábado, cenaba en el Náutico, se volvía a la Zarzuela, dormía con su almohada y regresaba el domingo por la tarde para dar los premios –nótese que no hay vuelos low cost a esas horas-. Pero ese plan se ha truncado este año por problemas de agenda (¡ay, qué desastre, nos crecen los enanos!). Y además, dicen los pijos muy pijos que desde que El Bribón no compite en la Copa de la Reina, esta regata está perdiendo fuelle.
Decir Trofeo de la Reina es lo mismo que decir Copa Rolex. Una pone el nombre, la otra la pasta y todos tan contentos. Y es que a las marcas de lujo les gusta vincularse a la realeza para marcar distancias. Rolex no estuvo en la Copa América, porque aquello era terreno de Vuitton. Cuando Vuitton dijo que se retiraba de la competición, porque Bertarelli le había duplicado el canon (30 millones de euros) y encima le ninguneaba, se rumoreó que Rolex le sustituiría, por eso de que ya tenía experiencia con el patrocinio de regatas. Pero la cosa no cuajó. Y eso que los dos eran suizos. En Valencia sólo hay dos distribuidores oficiales de Rolex: Aurum y Giménez Joyeros. Como la regata dura tres días, Aurum se reservó el viernes para agasajar a sus invitados y Giménez –que tiene dos joyerías- el sábado y el domingo. A los clientes los reciben en un barco precioso, una embarcación menorquina de madera de 28 metros de eslora. Desde allí, pueden ver la regata mientras tomas una copa de vino blanco y unas delicatessen del catering de Paradis.
Allí estaban Francisco Ros –de Ros Casares-, Vicente Gil- de BSCH-, Rogelio Andreu y Juan Jesús Navarrete –de Grupo Azahar-, David Palomeque, de Umbracle, invitados por los socios de Aurum, Juan Carlos Blázquez, Victoria Cercós, Nicolás Martí y Pilar Zapater.
Entre canapé y canapé, en el barco Rolex, me enteré de varios cotilleos, como la historia del robo de joyas en la Feria del Lujo de El Puig. Resulta alguien decidió hacer un “sin pa” con tres anillos que valían 800.000 eurines. La ladrona se los tragó como si fueran canapés de paté, hasta ahí la estrategia era buena; pero quien se la explicó, no le dijo que era importante envolverlos antes en un preservativo, y como la tipa en cuestión, además de choriza debía ser un poco lerda, no cayó en que los brillantes podían herirle las tripas; y eso fue lo que pasó. Así es que acabó en la Fe y luego en comisaría ¡de película!
Bueno, también me enteré del cabreo que lleva Rolex con alguna joyería de Valencia –que no es ni Aurum ni Giménez, obviamente- que vende Rolex con descuentos de hasta el 30 por ciento para cazar clientes. Según los de Rolex, ahí hay gato encerrado: o son modelos descatalogados o incluso de segunda mano. ¿Tú has visto algún concesionario de Mercedes que te haga una rebaja del 30%? Pues con esto, lo mismo –me decían los de Rolex indignados.
Ah, y me chivaron que el famoso hotel Incosol de Marbella está ofertando sus habitaciones a 160 euros durante la Copa Davis que se celebrará en Puerto Banús. ¡hija, en plena temporada alta y en Incosol! ¿Te lo puedes creer?, ¡esto es la ruina!