jueves, 17 de enero de 2013

Nada volverá a ser igual

Las tiendas del centro de Valencia abrirán todos los domingos. ¡Vaya notición!, no había ocurrido nada tan trascendente para nuestras vidas desde que inventaron la minifalda. Esto cambia nuestras vidas y la de la ciudad entera. Ya verás, ya. Se acabaron las depresiones del domingo por la tarde, encerrada en casa atiborrándote de dulces y viendo películas mediocres en la televisión, mientras esperas la hora de cenar.

Habrá que esperar para conocer el verdadero calado social de la noticia; pero todo apunta a que nada volverá a ser igual. El domingo ha sido siempre un día idóneo para hacer el zanguango, para dedicarlo al deporte (la que lo haga), a la familia y a cuestionarte una y mil veces qué estás haciendo con tu vida. La ciudad, con todo cerrado, estaba más triste que una quinceañera despechada por su novio. No salías de casa por miedo a la depresión que te provocaba el deambular por la calles semidesiertas; y es que una ciudad sin comercio es triste como un monte incendiado. Y el lado malo de la noticia es que hay quien cree que es precisamente eso lo que se va a producir; el cierre masivo de pequeños comercios.

Así es que, lo dicho: habrá que esperar. Pero por lo pronto, chicas, nosotras tenemos que ir cambiando de mentalidad. Empecemos por lo más frívolo: reconozcamos que da cierta tranquilidad saber que tienes la opción de salir de casa a comprar algo, aunque sólo sea un par de medias. Sabes que si el plasta de tu marido se pone muy pesado con el fútbol, siempre puedes dejarle tirado en el sillón y largarte a la peluquería. Si la comida en casa de tu suegra se alarga más de lo debido, siempre podrás decir que te tienes que ir a comprar unos calcetines para los niños. Y si a las ocho de la tarde has llegado a la conclusión de que tu vida es justo lo contrario de lo que querías que fuese, siempre puedes ponerte mona y salir a comprar cualquier pijotada que sirva para que dejes de pensar en qué estás haciendo con tu vida.

Quién sabe, a lo mejor con el tiempo, los cócteles y las fiestecitas de inauguración de tiendas acaban trasladándose al domingo. Uff, eso sí que sería una revolución.

Mientras tanto, el día oficial para los cócteles e inauguraciones sigue siendo el jueves. Este último, sin ir más lejos, mientras la ciudad estaba más sosa que la entrevista de Hermida, en la calle Lauria, junto a la tienda de Apple, se concentraba buena parte de la gente bien de Valencia. Asistían a la presentación de una revista digital de arquitectura e interiorismo, www.138ac.org. Todo ocurría en casa de Susana Lozano, una de las promotoras de la revista y socia de El Mercader de Indias.

La casa es uno de esos edificios señoriales con una imponente portería de cinco metros de altura, pisos de más de trescientos metros, y tropecientas habitaciones comunicadas por puertas correderas y estrechos pasadizos. Carlos Serra, la otra mitad del Mercader, se ocupó de la decoración, y hasta allí fueron más de 150 invitados entre arquitectos, interioristas y diseñadores: Alejandro Escribano y su mujer Ana Cuñat, los hermanos Rafael, Jose Luis y Gonzalo Almazán, Jorge Martinez y Miriam Palacios, Pedro Hernández, Antonio Altarriba, Alvaro Navarro Gómez-Ferrer y Natalia Gómez-Ferrer, los interioristas Antonio Salinas, Ramón Bandres y Vicente Montañana.

Estuvo también la hermana de Susana Lozano, Marta, con su marido el notario Miguel Almazán; Cristina Buch de la Fundación Goerlich, el notario Francisco Bañon, el diseñador de joyas Vicente Gracia, Guillermo Soria de Secopsa y su mujer Macarena Peiró, Carlos Duato y su mujer la super estilosa Pilar Lluquet, Eugenio y Dolores Miralles, Ángela Valero de Palma, la directora de Becara Begoña Grollo y su marido Jaime Goberna, María Fernández Martos y Rocío Alvarez de EmbarcArte, Patricia Montoro, de la tienda de moda infantil Lolo, y su marido Manolo Peris, el diseñador de moda Enrique Lodares y Miguel Sanchís.

De la presentación de la revista se encargó Luis Sendra, Presidente del Colegio de Arquitectos, que dijo que a pesar de la crisis y de que todo parezca estar parado, hay iniciativas como esta que ayudan a promocionar el trabajo de arquitectos e interioristas. Después Nacho Boira y Mayte Piera, también del equipo, explicaron el proyecto y la noche acabó con un cóctel de Bárbara Jiménez de la Iglesia, música de un dúo de violín y violonchelo que interpretó Bossa nova y un ambiente de lo más chic.

Foto de Nacho Boira.