La primera inauguración del año ha sido un
centro de belleza y la última del 2012 uno de cosmética. Esto da que pensar:
mientras las tiendas de ropa se las ven y la desean para mantenerse abiertas,
las de estética, belleza, cosmética y demás aguantan bien el chaparrón, incluso
amplían su presencia en las grandes zonas comerciales y en la conquista de las
mejores áreas de los grandes almacenes. ¿No será, mis queridas amigas del té,
que nos estamos haciendo mayores y que en esta enloquecida lucha contra el paso
del tiempo, impuesta por los cánones de belleza vigentes, cada vez damos menos
importancia al vestido y más a las malditas arrugas?, ¿será posible que
prefiramos enfundar nuestras caderas en el vaquero de nuestras hijas antes que
lucir un bolso de piel o el último modelo del mejor de los diseñadores?.
A ver,
que levante la mano la que hubiese preferido que les Reyes le trajesen un
chaquetón antes de que le quitasen dos tallas pantalón, tres patas de gallo y
una docena de canas. ¡Oh míseras de nosotras!, ¡Oh infelices!, veinte años
gastando tiempo y dinero para encontrar nuestro estilo y cuando por fin lo
encontramos, resulta que eso nos importa menos que nuestras ojeras o nuestras
manchitas en las manos.
¿Frívolo?,
sí quizás, pero los hechos son tozudos como mulas: en los centros comerciales
no hay librerías, ni videotecas con películas de Fellini o de Bergman. Los
grandes almacenes reducen su espacio para libros y música y dedican plantas
completas al cuidado personal. Los cines las pasan canutas para llegar a fin de
mes, los teatros ni te cuento, nadie sabe muy bien dónde se esconden las
bibliotecas y hace años que no asistimos a la inauguración de una galería de
arte. Sin embargo, ahí están los nails bar, los spas, las clínicas de estética,
los centros de depilación, de bronceado, de botox…
Por
cierto, la inauguración que despidió el 2012 fue Boix Cosmetics, en Pascual y
Genís y la tienda que se inauguró con el año es Sensei Kanebo, un centro de
belleza en la Galería Jorge Juan. Sensee trabaja con los productos de la firma
japonesa Kanebo. Tienen cremitas para todo: para el cuerpo, para la cara, para
el pelo, además de maquillaje y tratamientos en cabina.
La
directora del centro es Chelo Sebastián, casada con el oncólogo José Manuel
Cervera Grau, director de Health Eugenia. El día de la inauguración se plantó
un vestido de lo más mono de Francis Montesinos y joyas de Argimiro Aguilar y
recibió a los invitados: la farmacéutica Rosa Henche, Javier Monedero y Rosa
Sanchis de Dicoval, Pascual y Mari Martinez Cabañero con Paqui González, el
arquitecto Olivier Lauwers Nelissen, o las hermanas Ana, Cristina, Mª Luisa y
Mª Dolores Margarit.
También
fueron las doctoras Sandra Guardiola y Menchu Baixauli, José Bosh y Luisa Tormo, el profesor Joaquín Ortega, Mariví Gandía y su hija
Victoria Romero, el Dr. José Santa María y Adela Peiró, Pepa Esteve, Dora
Vidal, Rafael Roig de Fibanc, Margarita García Cuevas, Ramón Aznar y su esposa
Gemma, Cristina Arjona, Silvana Fliquete, Vanessa Martinez Colomer, Mª José
Virosque, Álvaro Momparler, Laura Aliaga, Marta Feliu, Alicia Gallego, Marta
Lurbe y Juan, Fina Alamar, Paula Alarcón, Juan Cárdenas y esposa, Jorge Díaz,
Raúl Malabia y esposa, Enrique Miguel y Mireia, Marisol Luján y Rober, Chelo
Cutanda, Antonia Dasí, la arquitecta Inmaculada Bordera… ¡lleno total!
Dice el
profesor José Luís Nueno, uno de esos gurús del IESE, que en 2035 la población
envejecerá considerablemente: el 40 por ciento serán adultos trabajadores, un
20 por ciento, niños y adolescentes y otro 40 por ciento de jubilados, justo el
doble que ahora. Vamos, que dentro de veinte años la población habrá envejecido
considerablemente. Así es que una de
dos: o hacemos algo para cambiar los cánones de belleza o negociamos una
indemnización por despido y montamos una clínica de botox. Claro que la que
considere todo esto una frivolidad, puede coger esa indemnización y montar una
librería especializada en filosofía clásica… ¡Que la suerte le acompañe!