Un color es una cosa muy seria. Muchas llevamos años
estudiándolos, observando el efecto que tienen sobre nuestra piel. Sabemos que
algunos colores estilizan más que otros, que los hay que te ponen diez años
encima, como el negro, y otros que te los quitan, como el amarillo. El rojo
hace guiños a la lívido y el azul marino la apaga. Hemos hecho masters en
combinación de colores: el blanco y negro pegan con todo pero denotan escaso
conocimiento en la materia; el marrón no hay quien lo combine y con el morado
sólo se atreven las más lanzadas.
El espectro político se ha convertido en un arco iris en el
que predominan el azul, el morado, el rojo y el naranja. Y en esta campaña
electoral, en la que el espectáculo sustituye a las ideas, corremos el riesgo
de que cada color quede asociado indefectiblemente a una opción política. Mónica Oltra, siempre tan atrevida y
políticamente hábil, apareció el otro día vestida con un vestido naranja “compromís” y una rebeca morada “podemita”. ¡Qué osadía, cielo santo!;
eso no pega ni con resina de abeto. Es una señal de lo que puede llegar a
ocurrir: que los colores revelen nuestra tendencia política. Eso daría al
traste con nuestros sesudos conocimientos sobre el uso de los colores y
abocaría al desastre a nuestro fondo de armario. Imagináoslo, pasan las
elecciones y quienes estén a favor del pacto PP, C´S, PSOE, tendrían que salir
a la calle vestidos de azul, naranja y rojo. Frente a ellos, los partidarios de
la coalición A la Valenciana, vestidos de rojo, morado y naranja. ¡Uff, vaya
lio! Habrá que optar por el blanco y el negro y correr el riesgo de que nos
tachen de anarquistas porque no apoyamos a ninguno.
Blanco y negro son los colores corporativos de Mont-blanc, aunque la firma no
tenga mucho de anarquista. El miércoles celebró por todo lo alto su 110
aniversario en Valencia, con un cóctel en Las Arenas. Allí estuvo el doctor Mira, Angeles Casanova, Maribel Cosme,
Javier Monedero, Silvia Lafuente, Vicente Pechuán, María García de la Riva,
Paula Rincón de Arellano, Alfredo Esteve, Mª Angeles Fayos, Susana Lozano,
Paula y Patricia Sánchez de León, Nacho Gómez-Trenor y Fernando y Alfonso
Manglano, entre otros.
Los políticos están en campaña y la vida social valenciana
en plena temporada alta. El jueves se acumulaban los cócteles y más de uno se
fue de tournée de uno a otro. Primero a la inauguración de Mercat de La Reina,
un nuevo restaurante en la plaza de La Reina que reunió a habituales de este
tipo de saraos, como Salomé Corell,
Gonzalo García Miranda, María Cosín, Begoña Meléndez y José Garrigues, los joyeros
Pablo y Antonio Jordán, Paula Rincón de Arellano y el sastre Antonio Puebla, que fue después a la
fiesta de la joyería Sie7e, en la terraza del Palau de les Arts. Allí, Guillermo Martorell y Mamen Puchades habían preparado un
cóctel cuidado y elegante, con invitación de cartulina entregado en mano y un
catering con delicias como el foie con chocolate blanco. Entre los invitados, Nuria March, Josep Lozano y Jarr, Juan
Antonio Murgui, Lila Albanozzo, Alfredo Esteve, Angel Villanueva y Laura
Gallego, Encarna Roig, Mª Dolores Enguix, Julia Pérez Broseta, Amparo Ortuño,
Isabel Cosme y Valentín Sánchez Arrieta.
La noche termino en el restaurante El Imperdible, junto al
Mercado de Colón, tomando gintonics después de una cena preparada por la chef Silvia Gavara. Allí estuvieron amigos
de José Manuel Uncio, dueño del
restaurante, como Cristina Callaghan con
Pepo Oltra, el periodista Fernando Ferrando, Angela Pla y su marido Juan Lagardera, Mayrén Beneyto con su
nuera Eva Marcellán, José Tamarit y Ana
Varela, de Chapeau y Fran Uría con
su madre Santa Gallego, de la firma que
lleva su nombre.
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