jueves, 25 de marzo de 2010

La revolución de las peluquerías

Vivimos tiempos de cambios profundos que afectan a las megaestructuras sociales, políticas y económicas; y una de esas revoluciones de calado, una de las que más nos afecta a todas, es la revolución de las peluquerías. Algunas, las que empezamos a peinar canas -esas hijas del demonio- aún recordamos aquellas peluquerías atiborradas de mujeres con la cabeza llena de rulos, papel de plata o gorro de silicona ¡ay, qué horror! La decoración dejaba bastante que desear y el ruido ensordecedor de los secadores obligaba a hablar a voz en grito sobre el último modelito de la Preysler, ¡aquello parecía una jaula de grillos! Por no hablar del desagradable olor que dejaba el amoniaco de los tintes, las lacas o los líquidos de permanente, ¡uff, uff, uff! Vamos, que ir a la pelos era el plan menos glamouroso del mundo.
Aquello empezó a cambiar conforme íbamos liberándonos de nuestras madres y dejándoles bien claro que nosotras nunca llevaríamos aquellos moños enlacados, ni nos daríamos aquellos tintes de colores imposibles. Fue entonces cuando la decoración de las peluquerías evolucionó hacia el minimalismo y cuando las peluqueras empezaron a vestir con ropa chic. Desapareció la división por sexos y los peluqueros salieron del armario y decidieron mostrar con orgullo su profesión, que había dejado de ser exclusiva de mujeres o de hombres ligera o profundamente amanerados. Eran aquellos tiempos en los que Victoria Abril descolgaba el teléfono de una cabina y pedía auxilio a su peluquero “…Ruper te necesito.”
El final de todo aquello fue que el lavado de pelo se convirtió en un “ritual de belleza” que incluye masajito y mascarilla perfumada. Las peluquerías se empezaron a parecer a bares chillout y los peluqueros mutaron en asesores de imagen.
En Valencia han aterrizado muchas peluquerías de este estilo, como Tony & Guy; Cebado, que acaba de abrir en Cirilo Amorós; o Jacques Dessange, pegadita a Llongueras y Fala Cuartero ¡menudo trío, todas en Conde Salvatierra! Bueno, sin olvidar clásicos como las peluquerías Pascual o Tono Sanmartín.
Sin embargo, la evolución no ha terminado ahí. Ahora, en los albores del siglo XXI, asistimos a una nueva etapa en la revolución peluquera: la peluquería ecológica, representada por los productos Aveda, los preferidos de las actrices de Hollywood.
Las peluquerías que utilizan productos de Aveda se distinguen por su defensa del medio ambiente. Las pinturas de las paredes son ecológicas, los champús están elaborados a base de plantas y los tintes tienen componentes naturales en un 97%, eso que está tan de moda ahora con la coloración Inoa, que acaba de lanzar L’Oreal.
Pues bien, desde hace unos meses, ya tenemos peluquería Aveda en Valencia. Se llama Heisei, está en la calle Pintor Benedito y la ha montado Héctor Alonso, hijo menor de la familia propietaria de las peluquerías Gemis.
Todo empezó hace un año. Héctor descubrió fue a Los Angeles a participar en un concurso de peluquería y se dio cuenta que la mayoría de premiados trabajaban con productos Aveda, así que se puso manos a la obra y no paró hasta conseguirlos. No es fácil, porque la firma no quiere saturar el mercado, sino que prefiere ser selectiva.
Según Hector, la peluquería tiene que evolucionar como la cocina: no es lo mismo ir a tomar unas tapas al bar de la esquina cenar en un tres estrellas Michelín, y el precio tampoco puede ser el mismo, claro.
En Heisei te sirven un té relajante antes de empezar a tocarte el pelo; después de lavarlo, te masajean la cabeza con aceites esenciales y si te has teñido el pelo, un tratamiento incompatible con el masaje de aceite, te regalan un masaje de manos con crema hidratante y toalla caliente, como la que sacan en los restaurantes japoneses.
Más detalles: mientras te lavan el pelo, te aplican otra toalla caliente perfumada en los ojos para relajar la mirada. Para colmo, los tintes llevan muy poco amoniaco y huelen fenomenal, y como la peluquería está llena de velas aromáticas, sales de allí más relajada que un maestro zen.
El masaje desestresante viene fenomenal para recuperarse de la semana fallera y prepararse para Semana Santa. Después del paréntesis fallero, la actividad social vuelve a Valencia. Ayer se presentó en Valencia el Calendario Larios, en la Calle Trinidad Nº10 junto al Convento de la Calle Alboraia. Hubo cocktails, música a cargo de Dj Martinho (del Hotel W Barcelona) y mucho ambientazo.

6 comentarios:

fashionfamous dijo...

Me gusta como has explicado todo

¡Besitos fashionistas!

LadyGrett dijo...

A mi me encanta ir a la peluqueria, me olvido de todo...

Que pena, me perdi ayer la fiesta de Larios :_(

Moá.

Hunter of Trends dijo...

Lo estaba leyendo y me imaginaba allí, con todos esos tratamientos...que lujazo...!!!! Tendremos que ir a probarlos...

Mil besis!!!

http://streetwatches.blogspot.com/2010/03/bose-100-por-100.html

Anónimo dijo...

...solamente decir que la peluqueria cebado ya estaba en valencia concretamente en la C/ guardia civil 20

Anónimo dijo...

hola soy maría el otro dia fui a la peluquería cebado en valencia y fue un desastre la gente muy amable y correcta pero calidad - precio deja bastante que desear,lo primero la bata que me pusieron ya olía a perfume vamos no estaba ni lavada luego el lavacabezas se movía ,la toalla con agujeros y el secador con más años que la tos....para ser una cadena tenían que cuidar más su imagen conmigo una clienta menos asi que me fui a otra de vuestra lista :-)

MªRosario dijo...

No puedo evitar entrar y dejar mi comentario. Estoy tan indignada! Hace mas de un mes fui a Pascual, la verdad es que necesitaba darle forma a mi pelo, pero como le dije a quien me corto el pelo, manteniendo mi melenita. ¿Quien quieres que te atienda? - preguntaron- a lo que respondí Quien me peine mejor! Ufff cuantas veces me he arrepentido de caer en tus manos guapa. Pague mi nuevo look, y me fui a casa. Tengo que decir que no hubo persona que encontrara en mi camino al despacho y a casa, y asi varios dias que no hiciera mención a mi peinado con la frase ¿Que ta han hecho? ME HIZO UN CORTE HORROROSO, LLENO DE TRASQUILONES, DESIGUALADO, FATAL,FATAL,FATAL. No habia ni hay por donde coger el pelo que me han hecho. Desde entonces periódicamente voy a otra peluquería a que me vayan igualando el pelo. Pague a precio de estilista, un servicio de una chica que me destrozo el pelo. Todos me indicaron que volviera a la peluquería Pascual y que me arreglaran el daño hecho. A lo que contesto que NO VUELVO, porque me ha vendido un servicio que no tiene calidad y me lo ha cobrado a precio de oro. Y eso no, por favor quecdesdeventonces se me ha quedado cara de tonta.