lunes, 11 de abril de 2011

El renacer de los sesenta

Algunos septuagenarios dicen que a los sesenta la lívido sufre un renacimiento, menos fogoso que a los veinte, pero mucho más placentero. Vamos que la lívido nace en la adolescencia, crece en la juventud, se adormece en la edad adulta y vuelve a resurgir, cual ave fénix, a los sesenta para dar el último coletazo antes del entierro final. Así es que, chicas, si estáis en los cuarenta y vuestros dolores de cabeza llegan siempre el sábado por la noche después de cenar para desaparecer el domingo después de la siesta, no os preocupéis, sólo tenéis que esperar a que pasen los años, que cuando lleguéis a los sesenta quizás estéis esperando la noche del sábado como esperáis ahora la nueva colección de Prada.

Seguro que no tiene nada que ver con esto, pero la verdad es que la mujer del príncipe Carlos de Inglaterra tiene un rostro mucho más feliz que su homónima española, siempre tan seria y circunspecta en su papel de princesa modelo. A Camilla le pasa lo mismo que a la duquesa de Alba, que parecen un poco de vuelta de todo y satisfechas en su pellejo sesentón o setentón, y eso les da un atractivo del que carecen muchas mujeres mucho más jóvenes que ellas. El príncipe de Gales ya no le dirá a la duquesa de Cornualles que quiere ser su tampax, ahora será un poco menos bastorro y a lo mejor le dice que quiere ser su salto de cama o sus zapatillas de andar por casa. Pero el caso es que los dos parecen una pareja envidiable, como la de la duquesa de Alba y su joven y apuesto novio.

La duquesa de Cornualles parece tan despreocupada por su aspecto, tan poco obsesionada por estar perfecta, que resulta de lo más interesante. Quizás sea porque ella no sienta tanto la presión por quedar bien: estuvo tan abajo en los índices de popularidad cuando rivalizaba con Lady Di, que cualquier cosa que haga sólo le puede servir para mejorar. El caso es que esta semana, en Madrid, estaba mejor que nunca y ni siquiera la mismísima Leti ensombreció su elegancia. Le pasa lo mismo que a la duquesa de Alba, que sus tropocientos años se planta unas bailarinas rojas con un vestido escotado por atrás como si fuese una pipiola en la fiesta de graduación de su hermana mayor.

Concha Martínez, una diseñadora de joyas valenciana, contaba hace poco en su blog Amarás las joyas, que una vez intentó sacar a mujeres mayores en un catálogo, pero al final no le dejaron y “mujeres muy jóvenes lucían collares y pulseras apropiadas para mujeres de más de 40, ¡qué absurdo!”, dice Concha. Las empresas saben que sólo vende la juventud y que nadie quiere parecerse a una mujer con arrugas, canas y un cuerpo bastante alejado del canon Danone.

La periodista Marosa Montañés lo decía en un artículo a propósito de una jornada sobre igualdad que se celebrará el 7 de abril en Valencia. “En los medios también caben las personas con defectos físicos o la vejez, envejecer no está prohibido…”.

Afortunadamente, hay gente que empieza a reivindicar el atractivo de las sesentonas como Camilla. El bueno de Tom Ford, aquel diseñador tejano que reflotó la vieja Gucci con sus diseños super sexies, dijo en una entrevista en Vogue que estaba harto del culto a la juventud y que, ¡toma castaña!, se sentía fascinado por las mujeres que se dejaban abrazar por el tiempo sin hacer trampa jamás.

Además, si algo tiene de bueno cumplir años es que empiezas a quitarte complejos de encima, sabes perfectamente lo que te favorece y lo que te sienta como a la alcaldesa unos Levis etiqueta roja. Más de un diseñador, como Valetín Herráiz y Enrique Lodares, ha dicho que prefiere vestir a mujeres que saben lo que quieren antes que a jovencitas inseguras

Por cierto, que vestido de novia más chulo el que diseño Valentín a Desamparados Duart, la hija del empresario de Almusafes Miguel Duart, que se casó ayer en Valencia y a cuya boda y banquete en el Alameda Palace asistió buena parte de lo más granado de la burguesía valenciana. El vestido, de línea princesa, era de raso natural color vainilla bajo un tul de cristal bordado. “Yo sólo puedo trabajar con mujeres que se conocen y ella reconoció su traje enseguida”, dice Valentín.

3 comentarios:

Lucía Be dijo...

Precioso y buen post, como siempre Begoña. Conocerse lleva su tiempo y su afán: que me quiten mis fotos de 20 años que yo ahora estoy mucho más guapa! lo de la lívido es otro cantar, madam. Aunque parece que la de Letizia está anegada en su corsé.

Un beso!

La Balda dijo...

Hola Begoña, no te conocía y por casualidad he descubierto tu blog y parece mejor de muchos de los blogs que leo en las revistas de moda!! Enhorabuena!! Espero verte en: http://baldashopsthetrend.blogspot.com/

La Balda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.