miércoles, 7 de marzo de 2012

Noche de Marquesa en Caro Hotel

Xerea es uno de esos barrios por los que sólo te asomas de vez en cuando y normalmente en Fallas. No hay tiendas, cines, ni nada que te obligue a pasar por allí. La mayoría de nosotras, mujeres de sangre roja y con dificultad para orientarnos, nos movemos por allí con torpeza creyendo que es la primera vez que nuestros lindos tacones pisan aquellas calles.
Pero la gente bien de toda la vida, las de sangre azul y título nobiliario, conocen bien ese barrio porque allí es donde se criaron ellas o sus abuelas. Allí están buena parte de las casas blasonadas valencianas que todavía se mantienen en pie. Pasas por la puerta y ni te fijas, te parecen todas iguales, edificios viejos y cerrados que algún día alguien demolerá.
Uno de esos palacetes, que no da pistas de lo que alberga en su interior, está en la calle Almirante 14, justo detrás de capitanía y junto a una comisaría. Seguro que alguna vez has pasado por la puerta y lo único que has pensado ha sido: “Uff, por fin, ahí está el río, ya sé dónde estoy”.
Ese palacete es el del Marqués de Caro y dentro tienen salones con frescos en el techo, artesonados rococós, una escalera medieval, azulejos góticos e incluso restos de la muralla árabe de Valencia y mosaicos romanos de hace dos mil doscientos años.
Todo eso ha salido ahora a la luz: el miércoles se inauguró allí Caro Hotel: cinco estrellas, veintiséis habitaciones y un gusto exquisito para hacer cómodo lo antiguo.
Santiago Máñez, Luís Bellvís y los hermanos Juan Emilio y Gustavo Bru compraron el palacio a la familia Caro y han estado ocho años trabajando en su rehabilitación sin escatimar un céntimo en gastos. Y la verdad es que es un gustazo pasar una tarde allí, aunque sólo sea en la cafetería. Que nadie espere sentirse allí como una marquesa del siglo XVIII porque la decoración no da para ello. El mobiliario es moderno a más no poder, sobrio, geométrico y muy funcional, nada que ver con el gusto rococó que debía de tener la señora marquesa de Caro. Pero claro, la señora marquesa seguro que tenía un ejército de sirvientes que no miraban el reloj para irse a casa; tenían aquello como los chorros de oro aunque alguien tuviese que dedicar una semana al año a limpiar la plata.
Las habitaciones son todas distintas y la suite del marqués es la idónea para una locura romántica: ocupa el frontal noble del palacio y el dormitorio es hoy lo que antes era el salón de baile de los señores marqueses. Mientras concilias el sueño acurrucada en los brazos de tu chico, miras el cielo y ves algo casi mejor que las estrellas: los frescos del techo, que son una alegoría del campo valenciano. Y entonces allí, cierras los ojos y sueñas con una vida de marquesa; mañana será otro día, ya pensaremos cómo vamos a compensar el gasto de esta noche para poder llegar a fin de mes.
El caso es que Caro Hotel va a ser una referencia de los hoteles de lujo en Valencia. En la inauguración hubo poco colorín y mucha gente del mundo de la empresa que, por ahora, sigue siendo un mundo más de corbatas que de collares: José Vicente Morata, presidente de la Cámara de Comercio; Rafael Aznar, presidente del Puerto; Alberto Catalá, presidente de la Feria; Salvador Navarro, de la CEV; Luis Lobón, Secretario Autonómico de Turismo; Eloy Durá, de la Asociación de constructores.
Entre las mujeres: Esther Barrera, hermana del torero, Mayren Beneyto, presidenta del Palau de la Música, que puso el toque de glamur. También estuvieron la diseñadora Presen Rodríguez y su hija Isabel Cosme que encarna la muy exigua cuota femenina en el poder empresarial valenciano, como presidenta de la Confederación de Empresarios del Comercio.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me encantan ese tipo de Calles, con casonas antiguas y con mucha elegancia...
Me gustaría que pasaras,, por mi blog,te sigo desde hace un tiempito. y si te gusta me siguieras, me encantaría seguir compartiendo opiniones
besos
Gigi