A la vida social valenciana le está pasando lo que a alguno de nuestros armarios: hace años, cuando nuestras tarjetas de crédito siempre tenían saldo, te comprabas cosas muy de temporada, con las que te veías fantástica pero que sólo te pusiste un par de veces. Ahora que no hay tarjetas, ni crédito, ni saldo en las cuentas, vuelves a tu fondo de armario, a esas prendas clásicas con las que sabes que siempre aciertas.
Lo que está pasando con la vida social valenciana es exactamente eso, una vuelta a los clásicos, a las fiestas de inauguración de tiendas y a las galas benéficas. Atrás quedaron las prendas más fashion, es decir aquellos fiestorros, pagados con dinero de no se sabe quién, en el que los anfitriones eran nuestra clase política. Allí iban ellos, entre sonrisas y abrazos, codeándose con gente famosa que muchas veces estaban allí porque antes habían pasado por caja.
Ahora que nuestros políticos no tienen dinero ni para aspirinas, las fiestas las organizan los dueños de las tiendas, personas con nombres y apellidos que las pagan con su dinero; y eso, quieras que no, marca una diferencia: menos despilfarro, menos famosos de tres al cuarto y fiestas más recoletas y menos ambiciosas. Nuestros políticos se dejan ver menos que antes y los financieros ya no están porque simplemente han desaparecido.
Esta semana ha habido tres saraos y todos organizados por tiendas del centro de Valencia. Hoss Intropia organizó su primer “eating and shopping” y promete seguir haciéndolo todos los jueves. Invita a champagne y canapés de Belgravia para que las clientas aprovechen la hora de la comida para comprar. No me digáis que no es un buen plan, ya que te gastas la pasta, por lo menos te ahorras el menú, y siempre te queda la opción de hacerte la longuis y salir de allí con las manos vacías y apetito saciado
El mismo jueves, la Óptica Climent invitó a chocolatinas de menta con Moët. Mª Dolores Enguix, la dueña, se había traído a la tienda toda la colección de gafas de Prada y Miu Miu. Probarse gafas de sol es un plan de lo más divertido, no tienes que pasar por el probador, ni quitarte y ponerte ropa, y cambias de look en un plisplás; puedes jugar a ser Janis Joplin con unas maxi gafas redondas, una diva italiana de los años 50 o una setentera Brigitte Bardot.
La que más y la que menos acabó llevándose unas gafas, fíjate con qué poco nos pueden animar a las compras, un par de copas de champagne y unas chocolatinas. Ana García-Rivera, la mujer de Iván Martínez-Colomer, de Moddos, escogió las menos discretas de todo el muestrario, unas de color rojo que parecían sacadas de Thelma y Louise; Andrea Villafamé se llevó unas blancas con purpurina dorada; Natalie Müller, la novia de Jesús Terrés, eligió otras Miu Miu. Jesús es autor de “Nada Importa”, un blog genial que os recomiendo para cuando estéis delante del ordenador sin saber qué hacer.
Casi todos los invitados de la óptica se fueron de allí al cóctel de Mont blanc con un catering de Quique Dacosta, nada menos. El motivo era presentar la nueva decoración de la tienda. Le han sacado mucho partido al pequeño espacio de Poeta Querol; ahora luce más escaparate y el interior es más espacioso. Entre los invitados, Esperanza Vila, Cuchita Lluch, Amparo López, Sela Falcó, Victoria Cercós, que la semana pasada presentó su nueva colección de joyas, José Luís Avilés, de Bulgari, y Mª Angeles Miguel, de Ferragamo; Patricia Villarroya, la diseñadora Presen Rodríguez, Nuria Lledó Fuster, y el Alcalde de El Puig, José Miguel Tolosa. También estaba Rafael Betoret, ex amigo de El Bigotes, con sus patillas vistosas y su eterna sonrisa.
La semana que viene habrá más fiestas, pero una muy especial: la cena que organiza la Fundación Aladina y Yo Dona, para recaudar fondos y luchar contra el cáncer infantil. Será el viernes en el Westin.