lunes, 18 de febrero de 2013

Cosas de chicas

Dicen los hombres que nosotras no tenemos hobbies y que por eso nos ponemos pesadas cuando ellos nos anuncian que van a salir con sus amigotes para hacer algún plan sólo de hombres. Hay que reconocer que algo de razón tienen, quién no ha tenido una bronca con su chico por eso y él le ha contraatacado diciendo: “pues sal tú sola con tus amigas cuando quieras que yo no te diré nada”; en ese momento juras venganza, pero la puñetera verdad es que ese día nunca llega porque rara vez consigues agrupar a tu cuchi pandi.


Ellos han sabido reservar mejor que nosotras sus espacios: el fútbol, el póker, el dominó, el almuerzo de los sábados… Son lugares en los que nuestra presencia, si no prohibida, al menos sí resulta embarazosa: ¡qué demonios pinta cualquiera de nosotras en uno de esos almuerzos llenos de griterío, cacaos, aceitunas chafadas, bocadillos de fritanga con all i oli, vino peleón y carajillos! Y ahí estás tú, tomándote un bocadillo de calamares para no desentonar, los muy condenaos se repiten más que las exclusivas amorosas de Carmen Martínez-Bordiu, pero aguantas el tipo y te acabas el bocadillo. Intentas entrar en la conversación y no hay manera. A los quince años pensabas que eso te pasaba porque eras una sosa, ahora crees que el problema no está en ti, sino en ellos que son un trogloditas involucionados que hablan de las mismas cosas a los dieciséis que a los cuarenta y cinco.

A nosotras nos quedan pocos de esos espacios reservados y cuesta entenderlo porque la verdad es que suelen ser más divertidos. No cabe duda que una clase de Pilates pierde la mitad de su gracia cuando metes allí a un par de tíos que para lo único que sirven es para estropear las conversaciones y para cortarte cuando toca abrir las piernas para ejercitar los abductores…¡uff, qué pereza dais, chicos!

Otro de esos espacios femeninos sigue siendo el de los preparativos de una boda. Por ahora, ellos siguen asumiendo su papel segundón. Nosotras nos ocupamos de encargar los vestidos, de organizar la cena de la pedida de mano, de las flores, los regalos, la música, las invitaciones, los detalles para los invitados… vamos, de todo. Y en eso es en lo que están ahora las hermanas Fitera, musas incuestionables de la sociedad valenciana. Una de las hijas de Laura, Blanca Gadea Fitera, se casa el nueve de marzo con Jorge Blanquer. El vestido de la novia y de su madre los está diseñando Juan Andrés Mompó, pero por lo pronto la semana pasada se celebró la fiesta de la pedida de mano. Blanca hija llevaba un cuerpo de Prada, una falda bordada por su abuela con flores de seda y un collar diseñado por su tía Blanca. La madre y la tía eligieron vestidos de Juan Vidal, uno de los diseñadores valencianos con una trayectoria más sólida y prometedora. Su colaboración con Peronda Cerámicas le ha llevado a desfilar este mes en Ucrania, ¡nada menos! con su colección “Candela”. Vidal salió el sábado en uno de los editoriales de moda del Yo Dona de ayer como una de las jóvenes promesas del diseño español.

Y hablando de planes de chicas. el 5 de marzo, en el Ateneo Mercantil hay un súper plan de chicas con mascletá, comida y sorteo benéfico a beneficio de Fuvane, la Asociación que ayuda a los niños con parálisis cerebral por la que se están dejando la piel un montón de gente liderados por el periodista Eduardo Alcalde.

¡Uy, perdón que tanto hablar de mujeres me había olvidado de Francis Montesinos!, hoy presentará en la Mercedes Benz Fashion Week su colección del próximo verano. Allí estarán sus chicas incondicionales: Daniela Bose y Paola Dominguín, Ana Fernández y también Beatriz de Orleans, María Reyes, Marcos de Quintos y Carmen Lomana.

No hay comentarios: