lunes, 7 de abril de 2014

Semana de estrés

Juan Soler frecuentaba mucho el Mercado de Colón. Era habitual verle allí, a eso de las diez de la mañana, tomando café con alguien y empalmando un cigarro tras otro. Le veías ahí, sentado como uno más, y tratabas de imaginar de qué estarían hablando: de grandes inversiones, negocios millonarios, vacaciones de lujo, grandes hoteles. El reloj corría para el resto de los mortales, que apenas tenemos media hora para almorzar, pero él parecía no tener prisa, como quien ya ha hecho todo lo que tenía que hacer.
Obviamente, esta semana no se le ha visto por allí. ¡Dios mío que susto!, mira que si una de esas mañanas que le vi, no estaba negociando el precio del hormigón, sino el del alquiler de un zulo para encerrar a su acreedor. “¡Mos guarde!”, que dirían nuestras abuelas, ¿qué es esto?, ¿a dónde vamos a llegar?, ¿estamos en Valencia o en el Chicago de los años treinta? A buenas horas vuelvo yo a dejar a deber el cortado, “Que no Manolo, que no, que si no tienes cambio de cincuenta lo buscas. Yo no me muevo de aquí hasta que no me cobres.” Luego llegó el aluvión de chistes y fotografías en el WhatsApp que eclipsaron la azarosa vida social valenciana de esta semana, que ha sido un no parar. 
El día antes de que saltase la noticia, Alfredo Escardino presentaba en la Fundación Bancaja su novela “Una Erasmus en Bruselas”, presentada por Rafa Ripoll y arropado por un montón de amigos, entre ellos Juan Viesca, el cónsul de Bélgica Jorge Martín y el de Suecia, Ramón Ramia, y su padre el catedrático Agustín Escardino. El mismo día, Borja Trénor Suárez de Lezo inauguraba exposición de pintura en el Palau de la Música. Allí se reunió la flor y nata de la sociedad valenciana: Mayrén Beneyto, Tomás Trenor, Marqués del Turia; Juan Noguera, Marques de Cáceres, Elisalex Loswenstein, Marquesa de Cerdañola; el presidente del puerto Rafael Aznar, Marta Garrigas, Marquesa de Malferit; los pintores Antonio de Felipe, Javier Chapa, Vicente Colom, Vicente Peris, José María Yturralde y Rafael Calducho, el escultor Miquel Navarro y el director de cine José Escrivá.
El otro protagonista de la semana ha sido Miguel Duart, un viejo conocido de la burguesía valenciana, uno de esos hombres con un olfato especial para los negocios, que ve oportunidades donde otros sólo ven desolación. Y como muestra un botón. Estando las cosas como están, acaba de inaugurar una joyería en la Calle Bisbe, junto a Don Juan de Austria. Miguel presume de ser de Almusafes y a la inauguración de su joyería, el jueves por la noche, asistió lo más granado de la sociedad de La Ribera Alta: Julio Bilbao, Severino Magraner, Mª Dolores Mompó, Mª Carmen Juan, Francisco Alepuz, Paco Costa, Estrella Pla y Desamparados Duart con su hija Alejandra Beneyto.

Casi a la misma hora, en la calle La Paz, María Noguera y Paula Alcón llenaban su mercadillo instalado en el Mercader de Indias en una fiesta a beneficio de la ONG Kassumay, que preside Leticia de Valera Bacharach y ayuda a las personas más desfavorecidas de Senegal. Coolmarket, así se llama su mercadillo, ha ampliado firmas, como la ropa de lencería de Menchu Trenor y Enma Cunat, la ropa masculina de Huit de Lucía Ribes y las slipperinas de Muitt, unas bailarinas de lo más monas.
Moddos también celebró el jueves su mercadillo en el Ateneo Mercantil. Allí podías probarte las gafas de moda con cristal de espejo en Óptica Climent, las cremas de culto que trae María Palop a Boix Cosmetics, las pulseras de Cayo Malayo o la última colección de bolsos de Acosta.

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